I

𝓵𝓪 𝓾𝓷𝓲𝓸́𝓷 𝓭𝓮 𝓾𝓷𝓪𝓼 𝓶𝓪𝓭𝓻𝓮𝓼

ᵖᵒᵛ ᴀʟɪᴄᴇɴᴛ

La reina verde Alicent estaba sentada en su habitación, disfrutando de un momento de tranquilidad después de una larga jornada de intrigas y políticas en la corte, segura de que sus hijos se encontraban jugando en la guardería. De repente, un mensajero irrumpió en la habitación, con una expresión de gravedad en su rostro.

"Su Majestad, lo siento... pero hay noticias terribles", dijo el mensajero, con voz temblorosa. "Sus hijos, Helaena y Aemond... han sido raptados".

Alicent se sintió como si hubiera recibido un golpe en el estómago. Se puso de pie, con una sensación de mareo y confusión. "¿Qué?... ¿Quién?... ¿Por qué?", tartamudeó, sin poder creer lo que estaba escuchando.

La habitación comenzó a dar vueltas a su alrededor, y Alicent sintió que se estaba ahogando. Su mente se llenó de pensamientos oscuros y terribles, imaginando lo peor para sus hijos. Se sintió impotente y desesperada, sin saber qué hacer.

De repente, Alicent se derrumbó en el suelo, rodeada de sus damas de compañía, que intentaban calmarla. Comenzó a hiperventilar, con una sensación de ansiedad y pánico que la consumía por completo.

"¡Mis hijos!... ¡Mis hijos!", gritaba Alicent, sin poder controlar su desesperación. "¿Qué voy a hacer?... ¿Qué voy a hacer?"

La crisis de ansiedad de Alicent duró horas, con sus damas de compañía intentando calmarla y tranquilizarla. Pero la reina verde sabía que no podía descansar hasta que sus hijos estuvieran de vuelta a salvo en sus brazos.

La reina verde Alicent estaba desesperada por recuperar a sus hijos, Helaena y Aemond, quienes automáticamente pensó habían sido tomados por los partidarios de Rhaenyra en su lucha por el trono. A pesar de su rivalidad con Rhaenyra, Alicent se sintió impulsada por la desesperación y el amor maternal a pedirle ayuda a su rival.

Alicent se presentó en la habitación de Rhaenyra, con una mezcla de orgullo herido y desesperación en su rostro. Rhaenyra, sorprendida por la visita, la recibió con cautela.

-Rhaenyra, te pido ayuda... Mis hijos... Helaena y Aemond... han sido tomados por tus partidarios. Te suplico, devuélvemelos.

Hablo Alicent, tragándose su orgullo

Rhaenyra se sorprendió por la petición, pero también vio la desesperación en los ojos de Alicent y se dio cuenta de que, a pesar de sus diferencias, ambas eran madres que querían proteger a sus hijos.

— Alicent, no sé dónde están tus hijos.
Pero te prometo que haré todo lo posible para ayudarte a encontrarlos. Pero debes prometerme que dejarás de lado tu búsqueda de venganza y trabajarás conmigo para encontrar una solución pacífica a todo esto.
Hablo Rhaenyra con honestidad

-¡Estás mintiendo! ¡Devuélveme a mis hijos! ¡Le diré a viserys sobre esto Rhaenyra!

— Alicent, te juro que no fui yo quien mandó raptar a tus hijos. No tengo nada que ganar con eso.

Alicent, desesperada y disgustada termino aceptando la oferta de Rhaenyra, sabiendo que no tenía otra opción.

Alicent que ya se encontraba con lágrimas en los ojos le dijo:
-¿Por qué te creo? ¿Por qué debería confiar en ti?

—Porque somos madres, Alicent. Y como madres, debemos trabajar juntas para encontrar a nuestros hijos.

Alicent asintiendo le respondió.
-Está bien... ¿Qué sabes?

—No mucho... Pero debemos investigar juntas. Interrogar a los sirvientes, a los guardias... Alguien debe saber algo.

Alicent ya desesperada nuevamente por la situación le gritó frustrada
-¡Ya hemos interrogado a todos! ¡No saben nada!

— Entonces debemos seguir buscando. No podemos rendirnos.

(Días después)

- ¡No encontramos nada! ¡No hay pistas!

—No nos daremos por vencidas, Alicent. Seguiremos buscando hasta que encontremos a tus hijos.

-¿Y si no los encontramos? ¿Y si...?

Rhaenyra abrazó a Alicent empatizando con ella y tratando de tranquilizarla le dijo:
—No pensemos en eso ahora. Tenemos que mantener la esperanza. Y trabajar juntas para encontrar la verdad.

-Lo siento... No debería haber dudado de ti.

— No importa... Lo importante es que estamos juntas en esto ahora.

Juntas, las dos mujeres rivales comenzaron a trabajar día y noche para encontrar a los hijos de Alicent, poniendo de lado sus diferencias pero por más que buscaban con cada día que pasaba se hacía más difícil saber el paradero de los niños...

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