Ⲥⲇⲣⲓ́ⲧⳙⳑⲟ 3 : 𝑳𝒖𝒎𝒊𝒏𝒂, 𝔏𝔞 𝔯𝔬𝔰𝔞 𝔭𝔲𝔯𝔦𝔣𝔦𝔠𝔞𝔡𝔞

¿𝐻𝑎𝑠 𝑖𝑚𝑎𝑔𝑖𝑛𝑎𝑑𝑜 𝑠𝑒𝑟 𝑟𝑒𝑒𝑚𝑝𝑙𝑎𝑧𝑎𝑑𝑜? 𝐸𝑠𝑡𝑎𝑟 𝑠𝑜𝑚𝑒𝑡𝑖𝑑𝑜 𝑎 𝑡𝑜𝑟𝑡𝑢𝑟𝑎𝑠, 𝑠𝑒𝑟 𝑒𝑙 𝑗𝑢𝑔𝑢𝑒𝑡𝑒 𝑑𝑒 𝑡𝑢𝑠 𝑠𝑖𝑚𝑖𝑙𝑎𝑟𝑒𝑠 𝘩𝑎𝑠𝑡𝑎 𝑞𝑢𝑒𝑏𝑟𝑎𝑟𝑡𝑒... 𝒕𝒆 𝒉𝒂𝒏 𝒓𝒐𝒃𝒂𝒅𝒐 𝒕𝒖 𝒄𝒐𝒓𝒂𝒛𝒐́𝒏, 𝒕𝒖 𝒂𝒍𝒎𝒂... tu luz. 𝑃𝑎𝑟𝑎 𝑑𝑎́𝑟𝑠𝑒𝑙𝑎 𝑎 𝑎𝑙𝑔𝑢𝑖𝑒𝑛 𝑞𝑢𝑒 𝑡𝑜𝑚𝑎𝑟𝑎́ 𝑡𝑢 𝑙𝑢𝑔𝑎𝑟, 𝑞𝑢𝑒 𝘩𝑎𝑟𝑎́ 𝑐𝑜𝑠𝑎𝑠 𝘩𝑜𝑟𝑟𝑖𝑏𝑙𝑒𝑠 𝑒𝑛 𝑡𝑢 𝑛𝑜𝑚𝑏𝑟𝑒. 𝑌 𝑙𝑜 𝑢́𝑛𝑖𝑐𝑜 𝑞𝑢𝑒 𝑝𝑢𝑒𝑑𝑒𝑠 𝘩𝑎𝑐𝑒𝑟 𝑒𝑠 𝑚𝑖𝑟𝑎𝑟 𝑎 𝑙𝑎 𝑑𝑖𝑠𝑡𝑎𝑛𝑐𝑖𝑎, Şĩה ¢øɱø Łĩɓ£ŔΛŔŦ£.

[ . . . ]

La fénix había oído los desgarradores gritos de ayuda de una de sus versiones. Salto por mundos hasta dar con su quebrada voz.

Un mundo... la Tierra estaba en una época muy oscura, la humanidad estaba al borde de la extinción en una guerra aparentemente interminable contra... ¿la oscuridad? Analizó todo lo que veía, a lo lejos. Una torre con luces y... naves, le invitaba a subir. No sabía si era buena idea interferir así, pero lo hizo.

Al subir, se encontró con mucha gente que la miraba de forma curiosa, sus orejas rojas eran el foco de la atención. ¿Una raza o un enemigo nuevos? Nadie sabía, venía acompañada de un hombre que le dijo ser miembro de "la policía titan de la última ciudad".

Llego a un centro de mando, venía gente ir y venir, todos con documentos o hologramas en manos. No estaba sorprendida, había visto cosas similares, pero con magia. Se detuvo frente a 3 personas. Una humana de piel morena, de mirada fría y ropas de color malva, un hombre de estoica figura, gran armadura de colores rojos y blancos, su piel era extrañamente azul y se notaban sus ojos azul hielo brillar; por último, un robot, de revestimiento azul oscuro, ojos azules y un curioso cuerno, portaba una capa café, casi negra y parecía analizarla de arriba abajo.

--¿Quién eres? Nuestros guardianes han dicho que querías hablar con alguien...―― Pregunta la mujer, con clara incomodidad ante la inesperada y DęsटΦПΦटiDǞ visita.

―― Buenas noches... lamento ser así de impertinente, me llamo ... 𝗟𝗶𝗲, estoy buscando a una mujer de nombre Amelie... ¿la conocen?

El incomodo y sepulcral silencio le dio una mala sensación, el robot, que hasta hace un momento parecía apático, tomo toda la atención en ella mientras los otros dos desviaba la mirada, parecían... tristes.

―― Odio decírtelo, niña, pero a quien buscas... hace años no la encontramos. ―― Menciona el robot con algo de molestia y tristeza en su robótica voz.

--¡¿Años!?

―― Si... aproximadamente dos .

Sintió pánico, si no sabían dónde estaba... ¿Qué escucho?

―― ¿Oh? ~ tan mala fe y confianza me tienen... dije que quería ꋪꏂ꒒ꋬ꒻ꋬꋪꂵꏂ ¿no?

Los cuatro voltearon rápidamente, entrando venía una mujer alta, retirándose un casco, la piel de la fénix se erizo, esa no era ella. Lo sentía y veía... había algo oscuro a su alrededor qué no le permitía ver su llama interna. La llama del fénix tampoco podía oír su voz interior, pero hasta hace un rato estaba gritando...

―― Amelie, nos has dejado con el susto... ―― Habla el hombre de piel azulada, con una pizca de incomodidad en la voz.

―― Lo lamento comandante... tuve que hacer un par de cosas y decidí desaparecerme un rato... ¿ella me busca?

Mirada afilada, no era similar a la suya, ojos naranjas... casi rojos y una sonrisa burlona y casi feral.

-- Si, dice conocerte.

―― Si... la conozco.

El terror le recorrió cada parte de su delicada piel, la fénix retrocedió, conforme la guardiana se acercaba, la acorralo contra la gran mesa llamando la atención de los tres líderes de la vanguardia. El menos convencido era el robot, quien empezó a mover diestra a su cinturón, a donde reposaba su cañón de mano.

―― Ven... tengo que enseñarte algo, pajarito.

Ikora, la mujer de piel morena solo mantenía la vista fija, todos sentían algo que no les agradaba, pero no entendían qué.

―― S-si... me retiro.

Armada de valor, la fénix siguió a esa mujer, el silencio fue agónico. Salieron de la última ciudad y cruzaron sus muros, todos miraban a la que, en su momento, fue la cara del Crisol La gran oponente de Lord Shaxx. Lady Lie, la señora de hierro del fuego, la viva cara del fuego más cálido y a la vez el más infernal para sus enemigos.

Pero... nadie reconocía esas llamas ferales qué parecía emanar ahora, solo era eso, fuego con ganas de ver correr sangre, un fuego violento.

--Basta de fingir... ¿a qué viniste?

―― No sé de qué...

La tomo por el cuello, levantándola sin dudar un poco, la pequeña fénix se aferró a su muñeca, comenzando a patear en un desesperado intento por zafarse del bestial agarre.

―― Se que eres, sé que vienes por mí. Pero no... no te necesito pequeña puta.

--Es-tabas pidiendo ayuda... Solo vine a ver que... necesitabas

―― Así que eres tú... había oído de una pequeña avecilla qué llena de esperanza al resto de nosotras... eres solo una niña estúpida... no sirve de nada lo que haces.

―― De qué hablas...

―― Mírate... eres débil ¿Crees que nos ayuda de algo que vengas a "resolver" las cosas? No srves para absolutamente nada. Tanto poder en ti... y solo eres un pájaro estúpido.

El agarre fue más fuerte, más bestial. Las uñas se clavaban, comenzando a enterrarse en la piel y sacar sangre.

―― Ba-basta.

―― No queremos tu puta luz aquí, queremos la ꂦꌚꀯꐇꌅꂑꂠꁲꂠ ... qué el poder del mal nos dé cobijo.

La risa fue aterradora, casi maniática, lanzó a la fénix al otro lado del prado donde se encontraban. Caminando empezó a materializar su "Espada del amanecer", la subclase de la guardiana era solar, pero... Las llamas no eran rojas o naranjas... eran verdes.

―― Tú no eres yo... eres otra cosa.

―― ¡Felicidades, señorita obvia! soy ÐRЄÐǤЄИ ĿĪЄ ... la guardiana real debe seguir agonizando por ahí. Yo tome su espectro y su apariencia, sabía que vendrías en algún momento, ahora estas atada a mí. La oscuridad te va a consumir y completare mi destino... La oscuridad te quiere muerte ¿sabes?

No medio más palabra y se abalanzo contra la pequeña joven de cabello rojo, de pura suerte logro evitar la primera estocada de su espada, la llama verde quemo a la fénix, lo que era sorprendente, ya que tenía la capacidad nata de aguantar altas temperaturas, incluso el llamado fuego infernal o fugo azul le era indefenso.

Levanto la mirada, retrocediendo un par de pasos más, la guardiana reia suavemente mientras giraba con maestría su propia arma, dedos agiles que claramente deseaban ver correr su sangre a la brevedad.

―― ¿Es que ya te asusté, pequeño fénix? Voy a rebanarte hasta que no quede nada de ti.

Nuevamente se fue contra ella, con dificultad, la más pequeña materializo una espada de supropio fuego, bloqueando asi los ataques que venían, derecha, izquierda, arriba y abajo. El chirrido y choque frenético de ambas espadas resonaba por el abandonado lugar, los cuervos miraban y las palomas de la zona salían volando cuando se acercaban a los árboles.

En un punto de su enfrentamiento, la guardiana, harta de que sus habilidades estaban relativamente al nivel, decidió jugar a su manera. Engancho su espada a la contraria y aprovechando su altura, materializo su casco en su cabeza y no dudo en darle un fuerte cabezazo. La más pequeña se alejó, dando un grito de dolor mientras se sostenía la frente, pequeñas lagrimas salieron, reflejo del golpe.

―― Que asco me da tener el mismo nivel que tú, pareces más inútil de lo que eres.

Nuevamente se lanzó contra ella, pero la espada se desvaneció, sus puños de llenaron de un brillo violáceo que apenas la golpeo, realizo un par de explosiones, los gritos de la más pequeña hicieron que incluso los cuervos volaran.

Lanzada lejos, cayo de cunclillas mientras se sostenía con una mano las costillas, sentía que dolía, pero era frio y agobiante. Jadeo con fuerza, mirando las marcas moradas brillar.

―― Tengo la ventaja, asi que se una buena presa y ríndete.

―― ¿Crees que soy una buena presa? Si la oscuridad te envía a matarme, es porque saben que no me rendiré.

La guardiana gruño, y sin dudar un poco más se le fue encima, ya sin armas, solo a golpes, en donde claramente le saco una ventaja significativa a la más pequeña, golpes precisos a puntos de dolor.

Costillas, hígado, cuello, la parte interna de los codos incluso, cuando la más joven se sostenía de la larga gabardina para intentar forcejear. Tenía experiencia en enfrentamientos de tipo cuerpo a cuerpo, cosa que la fénix, aparentemente no.

Llego un punto donde lanzo a la joven hacia los restos de un auto abandonado y oxidado. La fénix estaba bañada de su propia sangre, nariz, labios, frente e incluso sus delicados nudillos sangraban a mares. Jadeaba, claramente costándole algo de trabajo tomar aire.

Por su parte, la guardiana acomodaba sus propios guantes, manchados de la sangre ajena, una risita burlona se le salio de los labios, mientras se acercaba a un ritmo lento.

―― Que decepción, te sobre estime un poco hace un momento, al final, si eres bastante débil e inútil.

Se quedo a un par de pasos de ella, mirando como la pequeña joven intentaba mantenerse en pie, una mueca de asco apareció en su rostro, claramente, odiaba que la más pequeña no se rindiera que quisiera seguir peleando era, para su gusto, repulsivo.

―― Ya, arrodíllate y ruega por tu vida.

―― Nunca.

Molesta, desenfundo de su espalda un revolver, la pequeña fénix no lo distinguió, pero el disparo paso por una de sus esponjosas orejas, aturdiéndola y haciéndola gritar al sentir el dolor en la misma, cayendo de rodillas mientras se sostenía la oreja izquierda.

―― ¡He dicho que te arrodilles y ruegues, pequeña zorra!

Un disparo dio al frente de la joven, que se fue hacia atrás, quedando con la espalda contra el oxidado auto, jadeos fuertes y asustados, eso no era una bala común. Habia una extraña daga negra donde se supone debería estar el disparo. Los ojos de la hechicera, aunque no eran visibles directamente, podían verse brillar en un intenso verde tras el casco oscuro.

―― ¡¿Qué es esto?!

―― ¿Te gusta? La llamamos "ꏂꇙꉣ꒐ꋊꄲ" mata guardianes sin necesidad de asesinar al pequeño espectro. ―― Un escalofrió le recorrió toda la piel ¿sin matar al espectro? Eso quería decir que...

―― Ah~ parece que entendiste algo, por el pánico en tu pequeña y estúpida carita, veo que entiendes cuál es tu situación... ruega, y tal vez te deje irte.

Trago de forma pesada, incluso dolía, pero no se degradaría a rogar, si no lo hizo cuando fue aprisionada hace tantos años atrás, menos lo haría ahora. Apretó sus labios y se mantuvo firme. A la guardiana no le hizo ni pizca de gracia, se escuchó como desbloqueaba el seguro del arma una vez más, cargando una bala más en el tambor. Fueron segundos agónicos, se tomaba el tiempo de apuntar entre ceja y ceja de la fénix.

―― Tu lo pediste... hasta nunca.

Un disparo resonó, la pelirroja cerro sus ojitos miel y se cubrió con ambas manos, hiperventilando... habia un horrible pitido en sus oídos, tan abrumador y pesado ¿Estaba muerta?

[ . . . ]








―― Niña, ¡Niña! ¿Estas bien?

No, estaba viva, bajo sus manos de sus ojos, el zumbido y pitido seguían ahí, tan fuertes que le dolía tratar de escuchar. Levanto la mirada y noto a dos figuras acercarse a paso veloz.

―― Lie, Lie, despierta.

――Yo-yo...

―― Fuiste rápido, Malphur, pero tardaste bastante en llegar desde que te llame.

――Lo lamento, Seis... pero no puedo hacer maravillas en tan poco tiempo, al menos llegue.

La fénix sacudió su cabeza mientras una de las figuras se arrodillaba y le acariciaba suavemente una de las mejillas, pequeños y dolorosos chillidos salían de ella, que no dudo en empujar la mano a un lado.

――¡Suéltame!

――Hey, Hey, tranquila, somos aliados...

Poco a poco su vista borrosa se recompuso, estaba ahí el robot del cuerno y ... otro hombre con un casco y una capa, en su mano, un revolver de bellos colores dorados y negro, el aroma a pólvora le dio el indicio. Tras ellos, en el suelo, estaba el arma de la guardiana, el espectro de esta, mirando las acciones de los hombres sin mediar palabra, y un par de cenizas aun con restos del fuego... ¿Qué habia pasado?

―― ¿Qué...

―― Se llama "𝑨𝒓𝒎𝒂 𝑫𝒐𝒓𝒂𝒅𝒂", es una habilidad que nos permite imbuir nuestra arma en llamas. Asi es como pude neutralizarla de un disparo.

Dijo el hombre sin rostro, la pelirroja, no entendiendo del todo más que el "neutralizarla" asintió suavemente mientras suspiraba y se dejaba ir de espaldas, le dolía todo, aun con la sangre corriéndole por la nariz y los labios.

―― Dime, niña ¿Tú te llamas Amelie?

La fénix miro al robot, quien parecía bastante serio y preocupado, no le quedo más que asentir y hacer un gesto, para que no dijera nada mientras buscaba como explicarse correctamente.

―― Si, pero no soy de este mundo, Amelie Phoenix, soy la última fénix conocida, vengo buscando a mi versión de este mundo, la escuche gritar y rogar por ayuda, pero...

―― Esta no eres tú, claramente, es un clon de la original, no sé cómo los Dredgen consiguen avanzar con estas cosas...

――¿Dredgen?

―― Son guardianes, como tu yo de aquí, como nosotros, pero decidieron tomar el camino de la oscuridad, hacerle daño al que está en contra de sus ideales solo para... satisfacer sus deseos sádicos.

El escalofrió que le llego al cuerpo fue horrible, eso quería decir que, posiblemente su yo de ese mundo estaba perdida por ahí, rogando ayuda mientras un grupo de maniacos y psicópatas la herían y torturaban... no de nuevo.

―― Tienes que irte, esta cosa no va a dejar de buscarte hasta matarte...

――Pero... mi yo de aquí está en peligro.

―― No la mataran, mientras el espectro ese vivo, no pueden hacerlo. Y claramente, no lo van a matar, es también la fuente de vida de su clon.

Miraron al espectro, quien bajo su único ojo al piso, estaba asustado, y eso le partió el corazón a la fénix. Torpemente se puso de pie y se acercó al espectro, quien, a su vez, levanto su mirada a ella. Dos seres torturados y asustados mirándose fijamente. El espectro no dudo en volar y presionarse contra el pecho de la fénix, silenciosas lagrimas salieron de los ojos dorados de la emplumada, sus manos cobijaron al espectro en un dulce abrazo. No podía ayudarlo, no aún.

―― Lo siento tanto, pequeño.

―― Yo lo ayudare, pero necesito que te prepares por si ella te sigue.

――¿Cómo hago eso?

―― Te daré todo lo que necesitas... tenemos tiempo, por favor espectro, no la revivas aún. Estarás a salvo.

El espectro le dedico un asentimiento al hombre del arma dorada y se desvaneció en pequeñas motas de luz, un suspiro colectivo alivio el ambiente, pero... la fénix cayó al suelo, alertando a los dos cazadores que la habían protegido.

――¡Niña, no te duermas, despierta!

[. . . ]

Shin Malphur, antiguo discípulo de Jaren Ward. Es conocido y temido entre los seguidores de su antiguo maestro como "Ꭼꮮ ꮋꮻꮇᏼꭱꭼ ꭰꭼꮮ ꭺꭱꮇꭺ ꭰꮻꭱꭺꭰꭺ" no solo por su subclase de elemento solar, o la forma en que neutraliza y ejecuta a los Dredgen, sino también por el revolver que empuña.

"... 𝓛𝓪 𝓽𝓾𝔂𝓪, 𝓷𝓸 𝓵𝓪 𝓶𝓲́𝓪" es lo último que escuchan aquellos Dredgen que caen en sus manos. "𝐿𝛼 𝑈́𝑙𝜏𝜄𝑚𝛼 𝑃𝛼𝑙𝛼𝑏𝑟𝛼" era su arma predilecta, una de las famosas armas legendarias que se habían enfrentado entre sí en la leyenda de Ꭰꭱꭼꭰꮐꭼɴ Ꮍꮻꭱ.

Shin era conocido por ser un hombre de visión dividida en blanco y negro, o era un guardián o eras un Dredgen, no habia más para él. Vio el descenso de Rezyl en primera fila y en compañía de su maestro, Jaren Ward. Cuando todo parecía perdido, que su maestro habia sido asesinado por el que, aparentemente, sería el imparable asesino de guardianes y la perdición de la luz, este cazador tuvo que enfrentarse a él.

Fue una cacería agotadora, no solo física si no mentalmente. No era solo por el peso que ahora recaía en sus hombros como ultima esperanza para los guardianes, si no por su propio deseo de vengar a su maestro y quien, en su momento, considero su padre.

El día de su encuentro final, cuando habia reventado al inocente espectro del asesino de guardianes, pronuncio aquellas palabras, dándole punto final a sus masacres ... y tomando un camino del que sabia, se arrepentiría toda su vida.

A desgracia suya, se volvió el cazador de cazadores, por asi decirlo. Los seguidores del ya caído Dredgen Yor, tenían que mantenerse lejos de la ciudad y la tierra, porque si daban indicios de estar cerca de Malphur, este no dudaría en irse sobre de ellos, una cacería que no terminaría... ɴᴜɴᴄᴀ.

"꒒ꋬ ꏂꇙꉣ꒐ꋊꄲ", la legendaria arma que portaba Dredgen Yor al volverse lo que era. Un revolver maldito contaminado por la magia oscura de la colmena, que susurraba tentaciones y oscuros deseos a su portador.

Se dice que esta arma nació del revolver preferido del ya caído Rezyl Azzir, en sus tiempos como titan y guardián de renombre. Cuando este hombre completo una de sus expediciones y asaltos contra un grupo de magas de la Colmena, escucho los susurros de un hueso caído, desde ahí, la oscuridad le tentó y canto hermosas canciones para él, haciendo que el hueso fuera incrustado en su bella arma "R̷o̷s̷a̷"; un cañón de mano tintado en un bello y puro blanco, con ligeros relieves grabados de una rosa y sus correspondientes espinas subiendo por la boca del arma.

Desgraciadamente para esta bella arma, su destino era ser corrompida junto a su guardián. Cada susurro, cada canción y tentación, hacían que el titán enloqueciera y producto de esa locura, tomo a su primera víctima.

Un pobre civil que tuvo la mala fortuna de encontrarse con el ya enloquecido Rezyl. Cada susurro y canción anunciaban una nueva víctima para Dredgen; y cada una de ellas consumían a la pobre "Rosa̷", corrompiéndola y marchitándola, en este proceso se le llamaba como "ŁΛ PЯłMΞЯΛ MΛŁÐłϾłФЛ" hasta convertirse en "Espino"

El tiempo paso y con la caída de Dredgen y las cacerías de Malphur se puso aviso de que los curiosos que portasen en arma serian llevados ante Malphur, asi fuese curiosidad por el arma, se decía que sus tentaciones eran tan fuertes que incluso el mismo hombre que se propuso purgar a los Dredgen, temía de tenerla en su poder.

Los Dredgen, realizaban rituales de la vieja colmena para conseguir la preciada arma, muchos lo lograron, lo que hacía que los guardianes temieran de encontrarse con los Dredgen, pero sabiendo que Malphur no se tentaría el corazón para erradicarlos, los Dredgen se alejaron del Sistema, sus intenciones no debían chocar con las de los guardianes ¿no?

[ . . . ]

Habían pasado un par de meses, donde Malphur acogió a la joven fénix como su pupila temporal. Le enseño lo que sabia sobre los Dredgen y la oscuridad, el cómo podría protegerse de esta y le enseño a defenderse de forma correcta.

Aunque al principio la joven dudaba de sus capacidades e incluso de sí misma en todos los aspectos, Shin fue el mejor maestro que pudo tener junto a Cayde-6.

Se especializo como una cazadora de la vanguardia, aunque era obvio que su clase siempre sería la de una Hechicera. Se le enseño el manejo de las múltiples armas que tenían a su disposición, combate cuerpo a cuerpo e incluso a neutralizar a los Dredgen. Malphur, sintió una enorme nostalgia en ese medio año.

Recordó su camino como alumno de Rezyl y no pudo evitar tener pequeños episodios de ansiedad ante la idea de que, posiblemente, la historia estaba destinada a repetirse. Pero la joven fénix le mostraba que no era asi, el seguía su camino como cazador de Dredgen, no habia caído a las tentaciones de la oscuridad como su maestro.

Cuando consideraron que era hora de la que la Fénix regresara a su hogar, que fuese libre, la Dredgen de la que esperaban pudiera alejarse los habia encontrado. Su mirada era rabia pura y no iba solo dirigida a la pequeña fénix, si no también al cazador.

―― Debí haber previsto esta mierda. Pero esperaba de la Vanguardia ignorara a esta pequeña escoria.

―― Controla tu vocabulario, no estas en posición para retarnos.

――Vete...

―― Pero, Shin...

――Dije que te fueras, no estas lista aun para enfrentarla, te entrené para defenderte, no para que buscaras pelea con ella.

La más pequeña se mordió los labios ante la negativa de su maestro, un paso dio al frente y fue cuando la guardiana salto contra ambos, materializando su espada de llamas verdes.

[ . . . ]

Malphur acabo en el suelo, jadeando pesadamente, la ahora Dredgen le estaba sacando bastante ventaja, pero en parte, era porque estaba confiada y el limitado. No podía darse el lujo de matarla y posiblemente reventar al pobre espectro, no podía, no cuando la guardiana original seguía en un peligro enorme.

―― Tu quédate ahí, tengo un pájaro que encontrar.

Malphur, se quedo en el suelo, intentando ponerse de pie para ir a buscar a su pupila. La habia visto salir corriendo cuando su Arma dorada se activo y se enfrento a las llamas de la colmena.

Por su parte, la joven corría por los restos de la antigua ciudad donde se encontraban, se escondió cerca de lo que parecía una iglesia. Con la espalda contra una pared, calmo su respiración agitada y levanto las orejas, por si escuchaba a la guardiana acercarse, pudiese salir corriendo.

Silencio, suspiro suavemente y peino su cabello hacia atrás, bajando la mirada. No tenía armas, al menos no ahora, casi todo con lo que practico, se lo habia dado Cayde y lo habían dejado atrás cuando se suponía, debía volver.

Pensó en hacer el salto de mundo correspondiente, pero aun quería ver que Shin estuviera bien. Trago con suavidad, se armo de valor y se quedo ahí, esperando, sabia que la hechicera Dredgen la encontraría, y no se equivocó.

Tras ella, entrando por la enorme puerta estaba la hechicera, su casco negro desapareció, revelando su rostro con una sonrisa burlona mientras movía su mano, enseñándole el revolver que tanto pánico habia infundido.

―― ¿Lista para rendirte y morir hoy? Ni Malphur pudo derrotarme esta vez, estas acabada, pajarito.

―― ¿Crees que me rendiré tan fácil? Me tienes encerrada en algún puto lugar, voy a liberarme y lo sabes.

―― Que...

Esa no era el pajarito que habia conocido, el brillo en sus ojos... una mueca de disgusto apareció en la guardiana, aprecia que la verdadera se habia liberado de las artimañas del resto de Dredgen.

―― Esos estúpidos e inútiles cazadores, como siempre, echando a perder todo... No importa, sigues siendo inferior a mí, terminemos entonces.

La mirada fija de ambas, aunque la fénix se notaba asustada, por alguna razón, ahora la Dredgen parecía indecisa. 𝑈𝑛𝑎 𝑓𝑖𝑔𝑢𝑟𝑎 𝑑𝑒 𝑒𝑛𝑒𝑟𝑔𝑖́𝑎 𝑠𝑜𝑙𝑎𝑟 𝑠𝑒 𝑝𝑜𝑠𝑜 𝑎𝑙 𝑙𝑎𝑑𝑜 𝑑𝑒 𝑙𝑎 𝑓𝑒́𝑛𝑖𝑥, ligeramente más alta que ella, tocando su hombro dulcemente mientras susurraba.

――Dᴇᴍᴜᴇsᴛʀᴀ, ϙᴜᴇ ᴇʀᴇs ʟᴀ ᴍᴀᴛʀɪᴀʀᴄᴀ, ʟᴀ ʟɪ́ᴅᴇʀ, ʟᴀ ʀᴇɪɴᴀ ᴅᴇ ɴᴜᴇsᴛʀᴀ ʀᴀᴢᴀ... ᴅᴇ ɴᴏsᴏᴛʀᴀs.

Las miradas afiladas se encontraron, una con duda y la otra decidida, parecía que el tiempo se detuvo un momento, el grito de ambas alerto a las palomas y cuervos, espadas en llamas aparecieron y el sonido del metal chocando lleno la zona.

La maestría de ambas era evidente, la fénix no dudo en pelear esta vez, esta vez con fiereza, cuando su espada se quebraba, no dudaba en invocar otra y continuar. Se separaron, agitadas mientras la Dredgen temblaba de la ira, ¿Cómo era posible? ¿en tan poco tiempo se fortaleció?, no, era miedo, la clon tenia miedo de que la luz de la guardiana se manifestara y la destrozara.

Se mordió el labio, desapareciendo su espada y volviendo a imbuir sus manos en vacío, lista para ir a cuerpo a cuerpo. De un salto, apareció frente a la fénix, sus manos se dirigieron a su delgado cuello hasta que... una tormenta se desato [se explica en el siguiente cap.]

[ . . . ]

El cuerpo de la Dredgen salio disparado, llena de partículas de color azul claro, jadeo ante el dolor que le recorría el sistema. Sus ojos temblaban de miedo y titiritaba de la rabia. Frente a ella, estaba la luz mas pura, el terror de cualquier Dredgen. Ella no tenia espectro, no debería, maldita sea ¡¿Cómo habia logrado tener consonancia elemental con el viajero y obtener el Invoca tormentas!?

―― ¡Tu no eres una guardiana! ¡DEJA DE FINGIR! ―― trataba de levantarse, sin éxito. La pared tras ella solo era un obstáculo

―― ¿Ahora me tienes miedo?

La fénix, antes de rojo cabello, ahora teñido de las puntas de un extraño azul cielo, emanando rayos por las manos y la mirada inyectada en arco, los ojos miel, ahora teñidos de azul, brillando intensamente.


―― Im-imposible. Nadie puede usar la luz sin un espectro ¡NADIE!

Poco a poco, conforme la más pequeña se acercaba, los rayos se alteraban, claramente querían matar a la impostora. Jadeos pesados se le escapaban ¿Qué podía hacer? Trago, esta maldita la habia puesto contra las cuerdas por confiarse.

―― Dame al espectro y dime donde esta ella... tal vez asi te perdonen la vida.

Las palabras de la fénix fueron dulces, la mirada dura se ablando mientras extendida su mano amigablemente. La mirada de la clon fue confusa, ¿de verdad se estaba ablandando frente a ella? Extendió lentamente la mano, parecía que habia encontrado algo más que solo pelear... pero no.

La sonrisa retorcida de la Dredgen reapareció, apretó la muñeca de la pequeña fénix y antes de que esta reaccionase, saco la cuchilla de su cinturón con la mano libre, se abalanzo y el grito de la mas pequeña fue como música para sus oídos.

Dolor, sufrimiento y agonía, fue casi un orgasmo para ella mientras reia. Cayeron al pasto, que lentamente se llenaba de un poco de sangre. Se levanto y rio al ver a la pequeña cubrirse la cara. No habia logrado clavar el filo en su ojo, pero se daba por bien servida con dejarle una buena marca en su carita estúpida.

――Ah, tu inocencia te jugo mal, pequeña perra. ¿De verdad tuviste piedad de mí? Eres muy estúpida.

Mientras la mas pequeña trataba de levantarse, la Dredgen aprovecharía. Se coloco sobre ella nuevamente, tirando de su mano mientras levantaba la cuchilla, reia conforme la mas pequeña chillaba, producto de los cortes y puñaladas que hacía.

Pico la garganta un poco con el filo, nada muy dramático, quería verla ahogarse lentamente en su sangre. Después rajo de un lado a otro su cara, dejándole parcialmente ciego un ojo. Su interés decayó de su cara hasta que noto sus orejas. Tenia planes para esas orejas emplumadas.

Detuvo su juego en su cara y paso a perforar su pecho con la navaja, al ser pequeña, solo hirió la clavícula, dejo que tocara el hueso, los gemidos agónicos de la fénix eran deliciosos para ella, el verde de la colmena aprecio en sus ojos, en verdad lo estaba disfrutando. Se mordió el labio y cuando considero que estaba gastando mucho tiempo, una mano subió a sus orejas, acariciando las plumas y manchándolas de la sangre ajena.

―― Ah~ que suaves, me las voy a quedar.

Levanto la cuchilla y clavo esta contra su oreja, fijándola de la punta al suelo. El grito casi la hace perder la razón. Jadeo de puro placer mientras una mano se presionaba en la garganta de la más pequeña.

―― Si, si, grita más~

La pequeña fénix, aunque se estaba ahogando, la sostuvo de los brazos y con fuerza, cambio de posición, la Dredgen, sorprendida cayo al suelo. Su cara se mancho con la sangre ajena que goteaba de su oreja ahora rasgada. Los ojos miel, antes asustados ahora tenían un brillo... sádico como el de ella. Un escalofrió le recorrió el cuerpo, noto un color negro subir por sus ojos y teñirlos totalmente, era un vacío profundo.

―― Que...

No hubo más, los gritos de la Dredgen asustaron a las palomas. Los golpes que dio en su cara alertaron a la Dredgen, quien no tardo en desenfundar su Espino. Pero la pequeña fénix, más rápida, la tomo de la muñeca y de un movimiento la quebró, lanzando a su vez el arma lejos.

Rugidos ferales salieron de ella, parecía que... se habia dejado consumir por algo mas fuerte. Dos figuras llegaron corriendo, mirando a la pequeña jadear y comenzar a llorar. Tiro de sus orejas, con los nudillos ensangrentados.

―― ¡Amelie!

―― Shi-Shin...

Cayde y un recuperado Malphur corrieron hacia ellas, alejando suavemente a la fénix, la cara de la Dredgen estaba ligeramente herida, la habia logrado noquear con sus golpes. Pero los nudillos inexpertos de la fénix recibieron todo el daño.

Suspiraron mientras Malphur la abrazaba con cuidado, por un momento temió que la historia se repitiera, aunque de forma diferente.

―― Vamos, te sanaremos y volverás a casa.

―― S-sí.

Se pusieron de pie, Cayde analizo el lugar y comenzaron su camino a casa, hasta que... el sonido de poderosas llamas los alerto, los cazadores rápidamente se colocaron como escudo frente a la fénix, los tres recibieron un fuerte golpe que los mando de regreso, estampándolos contra la pared; sacándole el aire a Malphur, Cayde estaba algo desorientado y la fénix chillo de dolor, parece ser que ahora si le habían quebrado algo.

―― ¡Estoy harta de ti! Voy a matarte

Los gritos de los 3 le dolieron, Cayde apenas iba desenfundando su As de Picas y Malphur quería activar su Arma dorada. La pequeña, sonrió y levanto la mirada, mientras la Dredgen se elevaba y materializaba su espada de llamas verdes para, lo que creía, seria degollarla, estiro su mano y tomo la espino.

Todo pareció ir mas lento. Susurros, tentaciones y dulces canciones llegaron a sus oídos, los ojos miel se tornaron nuevamente de negro mientras una sonrisa sádica aparecía en sus labios, pero...

―― 𝓝𝓸 𝓮𝓻𝓮𝓼 𝓪𝓼𝓲... 𝓫𝓻𝓲𝓵𝓵𝓪, 𝓮𝓻𝓮𝓼 𝓵𝓪 𝓵𝓾𝔃 𝓶𝓪́𝓼 𝓹𝓾𝓻𝓪.

El grito de Amelie y el disparo aturdieron a todos. Pero no fue el mismo sonido que la espino, fue melódico, casi angelical y un brillo blanquecino los dejo ciegos por un momento.

Cuando recuperaron la visión, Cayde y Malphur se levantaron, sorprendidos... miraron que la espino se había vuelto un arma de color blanco, con espinas doradas subiendo por la boca del arma. Los jadeos y lágrimas de la fénix, manos temblorosas que apenas podían sostener el arma... El cuerpo de la Dredgen se habia desvanecido en motas de luz y el espectro miraba todo con sorpresa.

――Tu... purificaste una... ―― Malphur estaba sorprendido, lo que antes era un arma asesina de guardianes, ahora habia salvado a un ser de otro mundo de una Dredgen.

―― No se... que hice...

―― Purificaste un arma de la colmena, eso es nuevo... anda ponte de pie, vámonos antes de que reviva.

Cayde la cargo en brazos, y se fueron a la torre a que fuera medio atendida. Paso una semana mas bajo cuidados de la enfermería de la Torre, sus heridas estaban cerradas, le costaba un poco mas curarse asi misma, tal vez por la cantidad de energía gastada en esos 6 agotadores meses.

Regresaron al bosque donde habia aparecido, lo que suponía era una especie de reflejo con su mundo de origen, miro los frondosos arboles mientras movía sus orejas suavemente.

――¿Te la llevaras? Al final del día, es una Espino, si la lograste manipular a luz, no dudo que...

――No se preocupe, maestro, si me la llevo, tendrás una Dredgen menos.

―― Temporalmente... ten cuidado, no busques enfrentamientos innecesarios... ¿Cómo le pondrás?

―― Lo tendré en cuenta... ¿Rosa?

―― ¿Qué tal 𝑳𝒖𝒎𝒊𝒏𝒂? Suena a algo de luz y puro...

―― Me gusta.

La mirada de la fénix se dirigió al líder de Vanguardia de Cazadores, sonriéndole con suavidad. El robot se acercó y la abrazo suavemente, acariciando sus orejas de paso. Retrocedió y de su cinturón saco una cuchilla, con el as de picas grabado en el mango. La fénix levanto la mirada confundida mientras el cazador reia suavemente y la colocaba en el seguro de su cinturón.

―― Siempre viene bien un arma sorpresa extra... espero verte pronto, me dejaría tranquilo saber que sigues viva.

―― Te mantendré informado, no te preocupes.

La fénix sonrió y dio un suave golpecito al hombro del líder, haciéndolo reír suavemente. Malphur por su parte, se quito el casco y suspiro, con algo de incomodidad extendió una pequeña caja a la fénix.

――Esto es para ti, sé que las mantendrás a salvo... pero míralo cuando estes lejos de aquí...

No pregunto, solo asintió y tomo la caja entre sus manos. El portal tras ella se abrió, un triangulo dorado por el que comenzó a caminar de espaldas, cerro los ojos... y se dejó caer.

[. . . 1 ]

Cierta mujer, después de un largo tiempo ha despertado, sonrisa ladeada mientras se pone de pie, caminando hacia lo que parece un portal, una nueva Espino enfundada en su pierna y una mirada que desea sangre fresca correr.

―― Por fin te encuentro... pajarito.

La vista de la pequeña fénix sollozando, mientras un hombre castaño y corpulento la abraza, se relame los labios mientras una espada aparece frente a ella, es gris y enmana llamas de color verde.

――Voy a arrancarte tus alas... ⲩ ⲧⳙ 𝖽ⲉ⳽ⲉⲁ𝖽ⲟ ⳨ⳕⲛⲁⳑ ⳨ⲉⳑⳕⲹ...

El hombre tras ella levanta ligeramente la cabeza mientras juega con un par de cartas, al barajear, dos cartas salen volando, una, ᚳᚣ ᛖⳘᛊᚱᚾᛊ, de una bɑɾɑjɑ σsteƞtσsɑ cσƞ bσɾɗes ɗσɾɑɗσs, que al parecer no le pertenece y otra... 𝒖𝒏 𝒂𝒔 𝒅𝒆 𝒑𝒊𝒄𝒂𝒔, ambas manchadas de sangre.

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