𝐜𝐮𝐚𝐫𝐞𝐧𝐭𝐚 𝐲 𝐜𝐮𝐚𝐭𝐫𝐨


~La luz de la delantera~

.oOo.

Narración Omnisciente

–¡REVISEN LA ZONA! ¡DISPÉRSENSE PARA LOCALIZARLOS!

El mandato impuesto por Erwin Smith es oído por cada uno de los soldados en la formación. Para Elaine se sentía tan distinta estando en la mera punta de la formación grupal, siendo la mano derecha de su tío mientras que la seria y elegante Iliana era su izquierda. No se consideraba lo suficientemente merecedora de estar ahí; pensaba que Levi o Lizy eran más aptos que ella. Aún así, la oji verdosa esmeralda iba detrás de ella, dejándose guiar por su ex alumna por primera vez aunque dicha decisión aún le costaba un poco. Lizy no tenía idea alguna de lo que podría suceder si toda la legión echara todas sus esperanzas en esa niña de catorce años delante suyo. Sin embargo, si Erwin Smith y Hange Zoe confiaban en Elaine, no era por una razón absurda. Por lo que se veía obligada en acatar las órdenes y seguir el plan al pie de la letra.

La gran formación se dispersa creando pequeños grupos, tal y como ordenó el comandante de la legión con el objetivo de terminar con los titanes cercanos. Elaine veía a sus espaldas como todos sus amigos se alejaban de donde se situaba para dividirse en los agrupamientos que les correspondían. Iba a la par con tres de los cinco adultos que más se apoyaba, presenciando una gran ráfaga de energía sobresaliente de ellos. Definitivamente no eran cualquiera de los veteranos a los que refieren a menudo, sino mucho más. Podía ver a través de sus energías, el inmenso aura que transmitían.

–¡Una señal de humo a la derecha Erwin! –vocifera la peli azabache oji azul a la izquierda del susodicho, notando el rojizo vapor detrás suyo.

–¡No cambien el curso! –ordena en corto. –¡Que el grupo de la derecha se una al central y que sigan de frente! –le indica a su subordinada. –¡Solo tenemos hasta el anochecer! ¡CONTINÚEN! ¡ESTA ES LA RUTA MÁS CORTA!

–¡Sí señor! –responde Iliana acelerando su cabalgar.

Elaine no podía evitar mirar hacia atrás, viendo como Hannes calmaba a Mikasa de no romper con la formación que le corresponde. Le entendía. Ella también está tan desesperada como ella en recuperar a Eren, pero Hannes tenía razón. Eren no se dejaría secuestrar tan fácil sin dar una pelea. Él jamás se rinde aunque la tormenta lo arrase contracorriente. No obstante, no era solamente Eren a quien Elaine ansía por recuperar; sino también a su hermana. Aquella misma niña que desde la infancia, ha sentido distante al grado de no reconocerse una a la otra; como un par de desconocidas. Rezaba al cielo que Éclair estuviera sana y salva. Que Reiner y Bertolt tuvieran piedad con ella. Porque antes de ser una soldado, ella es menor que ellos dos. De todos modos confiaba en su hermana gemela. El plan no había salido como Elaine esperaba. Pues se cuestionaba mentalmente el motivo por el cual Éclair decidió arriesgarse para ser ella la única secuestrada en lugar de las dos. Elaine también ansiaba por saber lo que esos dos traidores conocían de sus padres. No quería dejar ir esa oportunidad. Tenía que saber la verdad.

–Ey... –la llama la suave pero firme voz de Lizy. –Muñeca. –una vez más la llama, pero le es en vano. Ilustra un semblante un poco preocupante, tratando de leer la mente de aquella niña. –Oye, ¿Estás bien? –finalmente consigue estar a la par de Elaine, manteniendo una distancia suficiente para charlar.

–¿Hmm? –gira su cabeza a la derecha, topándose con los verdosos esmeraldas de la que alguna vez la educó antes de convertirse en soldado.

–Has estado muy callada en todo el camino. Como si algo te estuviese mortificando. –menciona inclinando sutilmente la cabeza a la par que su alta coleta pelirroja y su fleco danzan con el viento. Elaine no quería mentirle a Lizy. Creía que si le contaba acerca de su gran aflicción, quizás le diría lo mismo que Levi: Que dejara los sentimientos a un lado si no deseaba acabar en la desgracia. Pensar en ellos dos, la llevaban horas atrás. Cuando los encontró a ellos dos discutiendo. Había tensión entre los dos. En sus ojos se desbordaban emociones encontradas. Así que para olvidar la presión en su pecho, se ingenia un tema de conversación que podría resolver sus dudas.

–Lizy... –Elaine la nombra de reojo. –No te lo he querido preguntar pero...¿Qué es Levi para ti?

–¡AHH! –exclama Lizy a causa de que su caballo realiza un movimiento brusco debido a la distracción fugaz. Después de que su corcel relinchara, suspira aliviada al retomar el control. –¡Elaine Einar! ¡¿Cómo me preguntas esas cosas así de la nada?!

–Bueno, solo preguntaba. –se excusa. –Digo, como vi la tensión entre ust-

–¿Viste? –le cuestiona. –¿Cuando fue que-? –agranda la mirada, rememorando aquel instante en que su corazón se paralizó.

–Lizy...cuídala. –sus grisáceos azulados contemplan sus verdosos esmeraldas a pocos pasos de él. –Cuídate tú también...y regresa a mí con vida.

–No te preocupes Levi, estaremos bien. –se da la vuelta, pero la mano agarrando la suya la detiene. –Levi...

–Estoy hablando enserio. No me obligues a tomar cartas en el asunto Lisette. –masculla, mencionando su verdadero nombre. –Más vale que las dos regresen con vida. –Lizy se zafa de su agarre.

–Te recuerdo que no soy Isabel. –bufa con ofensa, dejando al peli azabache con la palabra en la boca. –Además...la decisión de dejarme ir, fue tuya. Que no se te olvide...

–¿Nos estabas espiando? –le pregunta en un tono un poco alarmante.

–¡No, no! ¡Para nada, te lo juro! –exclama la peli rubia atemorizada de ser reprendida. –Solo es que me da curiosidad la forma en que se llevan. Nada más... –agrega, atisbando las correas de su yegua.

–Te lo dije antes...que él y yo tenemos mucha historia por detrás. Nada más. –se limita a responder de ese modo.

–¿A poco tan mal te cae Levi como para que te mantengas al límite? –interroga.

–No, para nada. Levi no me cae mal, al contrario... –su sonrisa se torna melancólica, bajando la vista pensativa. Creía que Elaine no lo notaba, pero el diminuto rubor en sus mejillas lo explicaban todo. O quizás se trataba solo un efecto del cálido atardecer. –Pero bueno, las cosas no salieron como creí. Mi error fue haberme ilusionado de más. De hecho...eres la primera de mis niños quien le cuento algo de este cuento infantil y absurdo.

–Absurdo... –analiza su contestación, tratando de generar alguna hipótesis. –Por cierto, ¿Quién es Isabel? –las pupilas de Lizy se encogen, a la par de que cada centímetro de su piel y su espíritu se estremecen en absoluto. Elaine al verla voltear su rostro a la derecha, no evita sentirse culpable. –¡Perdón Lizy no quise-!

–Vaya...entonces sí nos escuchaste. –musita en un hilo de voz.

–Lizy... –susurra su nombre.

–¡Comandante, los tienen rodeados! –Lizy y Eline jadean ante la advertencia al momento de presenciar dos disparos de humo rojo a la izquierda.

–¡Tenemos que rodear! ¡Cambiemos de ruta!

–Imposible... –los dos soldados de atrás se sorprenden por la contestación de Iliana, quien mantenía su fría y azulada vista hacia adelante. –Si rodeamos no llegaremos a tiempo. Será demasiado tarde para Eren, Éclair e Ymir...

–¡Hay que seguir de frente! –vocifera Erwin. –¡SOLDADOS! ¡SIGAN ADELANTE!

Elaine suelta un fuerte jadeo, activando sus dos zafiros para contemplar una visión desde lo lejos.

–¡Oh no!–vocifera la oji azul alarmada. –¡Tío! ¡Se están adentrando al bosque! ¡Se los están llevando! –vuelve a soltar un jadeo, a causa de un estallido de colores cálidos en el centro de ese bosque. –¡Un destello!...¡Alguien se transformó!

–¡Llegamos a tiempo! ¡Muy bien hecho Elaine! –la alaga el comandante Erwin. –¡SOLDADOS DISPERSENSE! ¡CREEMOS QUE EL ENEMIGO YA SE TRANSFORMÓ! ¡LOCALICEN A EREN, ÉCLAIR E YMIR Y RECUPÉRENLOS! ¡ELAINE! –la nombra. –¡TOMA LA DELANTERA! ¡UTILIZA TU PODER PARA ENCONTRARLOS!

–¡SÍ! –aclama a todo pulmón, realizando el hechizo de levitación en sí misma para flotar y utilizar su equipo de maniobras a toda velocidad.

–¡NOVATOS! ¡VAYAN CON MI SOBRINA! ¡LIZY Y HANNES TAMBIÉN!

–¡SÍ SEÑOR! –responden todos al unísono, dejando sus caballos al encargo de uno de los soldados para así dejarse llevar por sus equipos de maniobras.

Mientras más Elaine se adentraba al bosque, más era su desespero por encontrar a quienes ansiaba recuperar. Le sorprendía no ver algún titán cercano en la zona, más bien le resultaba extraño; insólito. Demasiados eran los sentimientos que la consumían: Terror, confusión, desilusión y desespero eran solo algunos. Asimismo, mientras más se guiaba por ellos, menos concentración tendría para localizar al contrincante.

"Díganme...¿Ustedes quién creen que es el enemigo?..."

Enemigo...esa frase se la repetía incontables veces en la cabeza que no la dejaban respirar en paz. Primero los titanes, luego Annie, Reiner y Bertolt. No quería creer que se mantenía acorralada en una crisis emocional como esta. Ella los veía como sus hermanos mayores y ellos la trataban como la hermanita menor. Entrenaron juntos, durmieron y comieron juntos, compartieron bastantes momentos lindos en la Clase A, la hicieron reír innumerables ocasiones al grado de sentir dolor en su pecho de tanta risa. Internamente, no le convenía creer que ellos dos fueron responsables de que su hogar se fuera a la miseria. De que muchas almas inocentes fueran asesinadas a sangre fría delante de sus ojos. Pero aún así, de no haber sucedido aquella tragedia, ella nunca hubiera llegado a donde está ahora. Jamás hubiera conocido la amistad, el trabajo duro, el estrés, el dolor, la impotencia, la culpa, y sobretodo el amor. Es gracias a esa tragedia que aprendió a vivir lejos del encarcelamiento. Aunque no comprendía por qué día tras día, en lugar de sentirse cada vez más cerca de la libertad, se alejaba.

Elaine lleva su mano a la cabeza, a la par de que su mano izquierda cubre sus labios para toser una bocanada de sangre. No podía ser posible que estuviera gastando tanta energía y tan rápido. No podía ser cierto. Volteaba a todas las direcciones posibles agitada; esperanzada de que sucediera un milagro.

–¡Eren! ¡Éclair! ¡Ymir! ¡¿Dónde están chicos?! ¡Contéstenme! –exclama, pero le es inútil. O eso mismo creyó ella hasta que un estruendoso estallido le saca el peor de los sustos. –¡AAHHHHH! –un aterrorizado grito sale de sus pulmones, siendo testigo de como el mismísimo titán acorazado se iba manifestando delante de sus ojos entre rayos y centellas cálidas. No comprendía como es que no lo vio venir. Se supone que con el sello activo, podría leer los movimientos del enemigo antes de acatar. Pero no lo hizo. Quizás ya sabían que Elaine iba a venir de frente.

Reiner iba corriendo a toda prisa, siendo Bertolt quien se engancha en la espalda de este con la ayuda de sus equipos de maniobras y el titán de Ymir sujetándose en el hombro derecho. Elaine jadea vigorosamente, notando a una inconsciente Éclair y un desvanecido Eren amarrados en la espalda de Bertolt. Ambos iban de perfil para caber mejor, pero la frente de su hermana no paraba de sangrar. La menor de los Einar se pega un par de veces en las mejillas con las palmas de sus manos regresando en sí.

–¡Bien! ¡Ahora salgamos de aquí! –Elaine consigue oír la voz de Bertolt.

–¡Oh no! ¡Ustedes no irán a ningún lado! –aplica el encantamiento de levitación por segunda vez, volando rápidamente hacia la misma dirección que su presa. Mientras que Elaine iniciaba su propia persecución, no se había percatado de que Erwin Smith había visto todo. Esa era su señal para avanzar.

–Bien hecho mi sol... –murmura mirando a sus espaldas. –¡ESCUADRONES! ¡ES NUESTRA SEÑAL! ¡DEJEN QUE LOS TITANES LOS PERSIGAN! –vocifera, sacando dos de sus afiladas espadas. –¡TODOS SÍGANME! –ordena, cambiando la dirección del andar de su caballo teniendo a los titanes detrás suyo.

–¡ERWIN! ¡MALDITO DEMONIO! ¡¿ACASO INTENTAS VOLVER A USARLOS COMO CARNADA?! –le grita uno de los veteranos.

–¡NO ES MI INTENCIÓN HACER ESO! –contesta. –¡LA POLICÍA MILITAR ESTÁ A LA ALTURA! ¡CUMPLIRÁN SU DEBER COMO SOLDADOS! ¡EL OBJETIVO DEL TITÁN ACORAZADO ES LLEVARSE A EREN Y ÉCLAIR! ¡NOSOTROS LO IMPEDIREMOS A TODA COSTA!

Era una persecución comunal. Una banda de titanes corrían detrás de los humanos persiguiendo a otros humanos. Era una cadena de ironía. Todos se perseguían. Eran todos contra todos. Ya nadie sabía en quién depositar la confianza, y eso es algo que Elaine Einar lo sabía a la perfección. Siendo ella la dueña de la delantera, procura focalizar la vista en un punto en donde el titán acorazado podría perder el equilibrio hasta caer. Solo necesitaba encontrar una base más plana.

–Solo un poco...solo un poco más... –Elaine se dice a si misma, intentando aproximarse lo más cerca posible a los pies del acorazado. Solo que la presencia de cierta chica de cabellos dorados, provoca que voltee su torso para volar boca arriba y jadee en sorpresa. –¡¿Historia?! –se pregunta a ella misma sin poder escuchar la conversación que tenían allá arriba.

–¡AHHH! –exclama uno de los soldados al ser tirado por Ymir hasta caer bruscamente al piso, arrebatándole la vida al instante.

–¡HAAAA! –Elaine alza sus brazos para estampar sus palmas en el piso, creando de nuevo el temblor que retumbó el bosque de los titanes cuando Eren fue secuestrado por la titán hembra. En seguida, incrementa de altura y realiza un movimiento circular con sus brazos para imponer un nuevo encantamiento. No podía congelar de todo a Reiner e Ymir, pero podía disminuirles la velocidad. Acto que tiene efecto cuando toda la formación se percata de que el titán acorazado batalla para correr. Como si una gran fuerza lo estuviera deteniendo y jalando hacia abajo; aumentando la gravedad.

–¡Elaine! ¡¿Qué estás haciendo?! –le pregunta la chica peli dorada desde la mano del titán de Ymir.

La pequeña Historia veía como Reiner utiliza toda su fuerza para intentar correr, a Ymir ser incapaz de moverse con facilidad y a Elaine forcejear vigorosamente su hechizo desde adelante con tal de evitar que huyeran. Sus azulados ojos cambian de dirección, atisbando a Eren y Éclair recuperando la consciencia, presenciando lo que ocurría a su alrededor. En el instante en que Eren reconoce aquellos colores fríos rodeando al cuerpo del titán acorazado, supo inmediatamente de quién se trataba. Eren y Éclair miraban todo sin poder hacer nada. Contemplaban a Hannes y a sus camaradas intentar rescatarlos. Las estacas se enterraban como podían en los limitados músculos expuestos, pero causarle algún daño a la coraza con sus hojas era inútil.

–¡N-NNNGH! ¡AAGH! –expresa Elaine, alzando sus brazos hacia adelante. Todo con el propósito de detener por completo a Reiner lo más rápido posible. Sus dientes crujían por la inmensa cantidad de poder y energía que imponía en el hechizo. Era un hecho de que Elaine era capaz de manipular a los titanes a su favor. Pero con los inteligentes, era casi imposible.

–¡Es inútil Elaine! –la susodicha gira la cabeza hacia abajo, topándose con los oscuros ojos de Bertolt. –¡Por más que intentes detenernos, en cualquier momento terminarás exhausta! ¡No te atrevas a utilizar tu sello si no estás al tanto de las consecuencias!

–¡¿Ya vieron el disparate que acaban de armar?! –exclama dificultosamente. –¡Me mandaron a la delantera para detenerlos! ¡Pero no quiero usar la fuerza bruta! –expresa Elaine en voz alta, manteniendo su postura a la par que se mantiene flotando en el aire. Sus zafiros crean contacto con los verdosos azulados de Eren y Éclair, quienes no podían decir nada a causa de la prenda envuelta en sus bocas. –¡Lo único que quiero es que me devuelvan a mi hermana y a Eren! ¡Se los suplico! ¡No quiero matarlos! ¡Sé que aún estamos a tiempo de conversar las cosas! ¡Aún no hemos hablado!

–¡AAAAAHHHH! –ruge la titán mandíbula en el instante en que Mikasa consigue rasgar su ojo izquierdo de una estocada.

–¡Reiner! –Elaine regresa la ojeada hacia el rostro del acorazado. –¡Sé que me estás escuchando! ¡Te lo suplico! ¡Escúchame si alguna vez te importé! ¡Detén esta catástrofe si alguna vez me consideraste tu amiga! ¡No me dejes sola Reiner, por favor! ¡Te necesito! ¡No me dejes sola! –le ruega con sus ojos desbordando las lágrimas. Historia y Bertolt la oían en aflicción. Eren y Éclair escuchaban todo con los ojos abiertos. –¡Yo sé lo que se siente el cargar con las muertes de personas importantes y de seres inocentes! ¡No hay noches en las que no puedo dormir por estar escuchando las voces de mis amigos que murieron delante de mí! –guarda silencio para sollozar. –¡He perdido mucho y he sido tratada como una basura al grado de desearme lo peor! ¡Pero al mismo tiempo he vivido momentos maravillosos y no tengo razones para estar enojada con la vida y con las personas que dudaron de mí por culpa de mi sello! ¡Ustedes son lo mejor que me ha pasado y yo no puedo vivir sin ninguno a mi lado! ¡Por favor!... –toma una bocanada de aire. –¡NO HUYAN DE SUS PECADOS Y DÉJENSE AYUDAR!

–¡HAAAAA! –sus zafiros se desvían, notando al dúo de Mikasa e Iliana a punto de rescatar a Eren y Éclair.

–¡REINER! ¡RÁPIDO, PROTÉGENOS! –Bertolt emplea sus equipos para llegar al pecho del titán.

–¡AGUAS ELAINE! –la mencionada no consiguió oír a tiempo la estruendosa advertencia de Sasha desde tierra firme. Había volteado demasiado tarde.

–¡AHH! –exclama agudamente, mas su cuerpo es vigorosamente estampado por la palma del acorazado hasta chocar con tanta fuerza contra el pecho, siendo cubierto por ambas manos junto a Bertolt, Eren y Éclair.

–¡ELAINE! –exclaman Lizy, Hannes y el resto de los chicos desde abajo, pasmados, alarmados y espantados por el gran impacto de su cuerpo hacia el pecho acorazado.

Eren y Éclair abren sus ojos como platos, presenciando aquel inmóvil cuerpo. De cómo de los ojos cerrados las lágrimas se quedaron a medio derramar por las mejillas rasposas de Elaine. Lo peor de todo, fue ver como de su frente iniciaba a brotar la sangre. El golpe, definitivamente causó un gran daño en ella. Debido a eso, es que el encantamiento se suspende. Los colores fríos se evaporan con el viento, lo cual Reiner retoma la velocidad con la que iba corriendo e Ymir recupera su movilidad. Ambos chicos parecían verlo todo perdido, pero no podían rendirse. Después de haber visto el coraje de Elaine, tenían que hacer algo antes de que el tiempo se agotara.

Era hora para el par de aplicar el Plan B: La resistencia.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top