𝐜𝐢𝐧𝐜𝐮𝐞𝐧𝐭𝐚 𝐲 𝐧𝐮𝐞𝐯𝐞
~Reunidos otra vez~
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✧Narración Omnisciente✧
Ahí estaban todos. Estáticos. Pasmados. Congelados. Ningún ser viviente se atrevía mover un solo músculo de su cuerpo. Tanto el escuadrón especial como los soldados de Kenny Ackerman, habían cesado la disputa ante el clamor de aquél hombre barbudo y con sombrero. Este, junto a otro de sus fieles camaradas, retenían en sus brazos a la sobrina de Erwin Smith; privándola de su libertad. Kenny mantenía su alargada cuchilla cerca del cuello de la menor, mientras que su subordinado reía maléficamente por los escalofriantes sollozos de su presa; quien no podía divisarlos con más horror de lo que sentía. Su corazón latía tan rápido que sentía que en cualquier segundo se le iba a salir del pecho. El miedo la domaba como una marioneta sin vida. Quería correr lejos de ellos y regresar con sus amigos; quería olvidarse de todo el daño que vivió en esa capilla. No habían otras personas más en su mente que no fuesen sus padres. Mientras más pasaban los días, más extrañaba a sus progenitores. Pero sabía que ellos jamás llegarían a su rescate por más que quisiese. Lo único que anhelaba, era estar en los brazos de su mamá.
–¡ELAINE! –exclaman todos sus amigos, incluyendo los jóvenes adultos. Levi por su parte, cruje sus dientes manteniéndose detrás de la columna sin dejar de abrazar a Lizy. Quien llora en su desasosiego por no tener en brazos a su querida niña.
–¡NO! ¡NO LO HAGAN POR FAVOR! ¡SE LO SUPLICO! ¡NO MATEN A ELAINE POR LO QUE MÁS QUIERAN! –ruega fuerte y desesperadamente Armin, con una cascada de lágrimas saliendo de sus ojitos.
–¡Armin cálmate por favor! –le pide Lucian sujetando sus hombros.
–¡NO ME PUEDO CALMAR! ¡NO QUIERO QUE LA MATEN! ¡NO! –Armin sacude su cuerpo vigorosamente, dejando pasmado al peli chocolate. Él nunca es de ponerse en ese modo, ni siquiera por Eren o por Mikasa reacciona con esa desesperación.
–¡Chicos por favor olvídense de mí! ¡En cualquier momento van a convertir a Historia en titán para comerse a Eren! ¡Sálvenlos! ¡Rod Reiss es un malvado! –solloza la oji azulada para ser jalada fuertemente de cabello obligándola a sujetar la gorra de invierno en su cabeza. –¡AGH! –exclama al ser pateada en el estómago por el segundo hombre y después en la cien con su pistola.
–¡No! ¡No! ¡No! ¡No! –repiten infinitas veces los chicos temerosos por lo que ese hombre podría hacer en contra de la chica.
–¡No por favor no la maten! –pide Sasha asustada.
–¡AGUANTA ELAINE! ¡TE VAMOS A SALVAR SÍ O SÍ! –exclama Mikasa en medio de su coraje, dispuesta a impulsarse desde su columna con los equipos de maniobras.
–¡ATRÉVETE A MOVER UN SÓLO MÚSCULO Y NOS LA ECHAMOS AQUÍ MISMO! –el hombre con sombrero intimida a la joven Ackerman, sacudiendo con fuerza el agarre del cuerpo de la menor mientras que el segundo subordinado amenaza con acabar con ella.
–¡NO! ¡NO! ¡NO TE MUEVAS MIKASA! ¡POR FAVOR NO HAGAS NADA! –niega la oji azul aterrada sin dejar de llorar, viendo como Mikasa se detiene antes de impulsarse.
–¡ASÍ QUE USTEDES DECIDEN: O LA DEGOLLAMOS O LE VOLAMOS EL CEREBRO DE UNA! –exclama el cómplice peli rubio con la pistola.
–Tch... –expresa Levi, presenciando como Kenny Ackerman utilizaba a la menor como cebo. –Maldito pedazo de mierda...¡¿ACASO ESE ES TU REPUGNANTE PLAN?! ¡¿USAR DE CARNADA A MI NIÑA PARA CHANTAJEARME?! –le indaga desde su escondite, sorprendiendo a su equipo por la forma en que levanta la voz. A su lado, los ojos de Lizy se agrandan ante oír el énfasis que creó en su último reclamo: "Su niña".
Un segundo balazo obliga a Levi y Lizy volver a esconderse detrás de la misma columna. Aquel proyectil, había creado una enorme marca debido al impacto. Una que les hubieran atinado, y ya estarían bañados en sangre.
–Hola Levi...no vi que estabas aquí.–saluda el hombre ensombrerado con una sonrisa psicópata. –No hay tiempo niño, sabes que estoy algo ocupado para jugar. Pero si los dejamos pasar, todo habrá sido en vano. –con esa misma sonrisa, recarga su alargada pistola para apuntarla en el lado contrario de la cabeza de la joven Einar. –No hay de otra...
–¡NO! ¡ELAINE! ¡POR FAVOR SEÑOR NO LE HAGA NADA! –el cuerpo de Armin es sujetado por Lucian y Sandra, quienes presencian con pesar el llanto de su amigo.
–¡SILENCIO! –el segundo hombre sosteniendo a la menor dispara hacia el techo para imponer autoridad en el lugar.
–Sabes bien lo que tienes que hacer mocosa... –su cercano murmuro la estremece, haciéndola cerrar sus ojos con fuerza. –Entréganos el Colgante Boreal si no quieres terminar enterrada entre la mierda.
–¡Sí! ¡Les daré lo que quieran pero por favor no maten a Eren! –llora la oji azulada. –¡No obliguen a Historia a convertirse en un titán! ¡Ni ella ni Eren tienen la culpa de los pecados de ese señor ni de lo que pasó hace cinco años! ¡Hagan conmigo lo que sea pero a ellos no los toquen por favor! –suplica con todas sus fuerzas.
–¡NO LO HAGAS ELAINE! ¡ES UN TRUCO! ¡NO SE LOS ENTREGUES! –Mikasa le grita atormentada desde su escondite. –¡SUÉLTENLA! –gruñe con la sangre hervida. Pero solo consigue evadir la mirada disgustada después de atestiguar al igual que sus amigos, como el hombre a su izquierda la remueve como si fuese cualquier cosa y le arranca del cuello lo que parece ser el Colgante Boreal. Se lo entrega a Kenny para que consiga apreciarlo de cerca y ríe a lo bajo.
–Al fin... –el adulto oji grisáceo azulado incrementa su sonrisa al admirar el brillante dije azulado acuoso de aquél colgante. –Finalmente lo tenemos...la victoria es nuestra. –se lo devuelve a su subordinado. –Y ahora Elaine Einar Smith... –rodea a la susodicha del cuello con su brazo, centrando el arma en el costado derecho de su sien. –Prepárate para morir...
–¡NO! ¡NO! ¡NO! ¡NO! –los chicos vuelven a exclamar desesperadamente desde sus lugares. Mikasa cruje sus dientes, aguantando sus ganas de llorar en lo que otea con temor y tristeza a su mejor amigo removerse con tormento y voceando repetidas veces el nombre de Elaine.
–¡APÁRTENSE TODOS! ¡NO SE MUEVAN!
Los vándalos que aún se mantienen de pie, apuntan en distintos sectores con sus armas personales como una advertencia hacia el escuadrón especial. Sandra cubre sus ojos llorosa para ser abrazada por Moblit, quien no podía sentirse más incapaz que ahora. A pesar de no ser tan apegado a esos niños, eran los chicos de Hange. Y ver a una de sus ahijadas pasar por una tortura tan estremecedor le dolía, porque sabía toda la aflicción que ella tuvo que sobrellevar sin tener a sus amadas nenas.
–¡NIÑOS! –Lizy intenta alzar su brazo izquierdo decidida a ir a socorrerlos, pero el agarre de su cuerpo contra el de Levi incrementa, previniendo que la pelirroja se mueva. –¡No Levi! ¡Mis niños! ¡Tengo que ayudarlos! –por más que insistía, el peli azabache no se movía ni decía nada. –No...Levi por favor. –le implora con la mirada llorosa, generando un fuerte contacto visual con los grisáceos azulados del hombre delante suyo. Sus rostros se mantenían tan cerca al grado de sentir sus tenues respiraciones mezclarse. El joven adulto no podía actuar sin pensar bien en un plan. Solo que a este grado, Kenny le estaba dando en un punto que jamás creyó que se tornaría en una nueva debilidad: La sobrina de Erwin Smith, la niña de los dos zafiros.
–¿Tienes unas últimas palabras antes de volarte la cabeza en pedazos?... –los azulados y llorosos ojos de la víctima divisan en pánico como Kenny mueve poco a poco su pulgar para apretar el gatillo de su arma. –Vamos pequeña...estoy a punto de divertirme. –susurra contra su oído en un modo macabro y juguetón.
Hange desde su columna cierra fuertemente sus ojos apartando su rostro de aquél precipicio azulado. No tenía el corazón para ver a su ahijada en esa posición ni mucho menos verla morir frente a ella. Connie tapa sus oídos llorando desde otro punto al igual que Mikasa, quien solloza en silencio sin saber qué hacer. Jean cubre su rostro con impotencia. Lucian desde las escaleras aferraba el cuerpo de Armin con el suyo sin evitar no caer rendido ante los llantos de su amigo, siendo el único ruido aturdiendo en el lugar. Sasha también era abrazada por Moblit junto a Sandra; las dos lloraban en conjunto. No querían ver absolutamente nada. Sus corazones estaban siendo destrozados y tenían miedo de escuchar el sonido de las pistolas disparar. En cuanto a Levi, no soltaba a Lizy por nada en el mundo. Dejaba que llorara y sacara todo en medio de ese abrazo. Por más que pensaba en una estrategia, el tiempo se le venía encima y no sabía qué hacer. Estaba tenso, estresado; angustiado por la vida de esa niña. No sabía con qué cara iría a enfrentarse a Erwin si la tragedia llegase a ocurrir. Tanto que su fiel amigo le confió la vida de sus sobrinas para sentirse como un verdadero fracaso como capitán.
–Un momento señor...hay algo raro. –Levi voltea su rostro a la derecha prestando atención a la voz del subordinado de Kenny. –¿Soy yo, o el Colgante Boreal no está brillando como debe ser?
Todos hasta el bando enemigo, giran sus cabezas enfocándose de nuevo en aquel punto. Presenciaban al hombre rubio atisbar el peculiar pedazo de joyería extrañado, como si lo estuviera examinando centímetro por centímetro.
–¿Qué quieres decir? –pregunta el líder, moviendo su torso a la izquierda junto al cuerpo de la oji azul. –¿Cómo que no brilla como debe ser?
–Sí patrón, observe. –el oji castaño claro aproxima el colgante sujetándolo de la cadena. –Se supone que el dije que conforma el colgante debería ser un zafiro ovalado que resguarda los zafiros titánicos a través de la magia del Sello del Zafiro. Pero mire... –con el pulgar, el adulto abre el dije para toparse con nada en su interior. –Esto es un guardapelos; no un zafiro.
Todos los presentes jadean con los ojos abiertos, hasta el mismísimo capitán Levi.
–¡¿Acaso me estás queriendo decir que-?!
–¡Sin el verdadero Colgante Boreal, Rod Reiss no puede completar el ritual! ¡Este colgante es falso!
Una segunda ola de jadeos retumban en esa enorme cueva cristalina. Hange busca con la mirada a Moblit y luego a Levi y Lizy sin saber qué está pasando. Se supone que Elaine tenía la gran responsabilidad de tener ese colgante en sus manos y no perderlo o dárselo a alguien más bajo ni una circunstancia. Los zafiros titánicos son una pieza fundamental para encontrar la cura que pondrá fin la era de los titanes. Si caen en las manos equivocadas, quien los posee podría usarlos para mal y acabar con toda la esperanza.
De todos los novatos en el área, solo Armin, Jean y Mikasa sabían de lo que esos hombres hablaban. Al ser los únicos jóvenes testigos que Erwin Smith confió dicha información además de Eren, no podían entender cómo es que Elaine tendría consigo un colgante falso en lugar del verdadero. Mikasa podía no estar lo bastante cerca para alcanzar a la peli rubia, pero consigue presenciar como una diminuta sonrisa de satisfacción y burla se ilustra en sus labios.
–¡Pero eso no puede ser! –reclama Kenny Ackerman. –¡Solo quien porte el Sello del Zafiro puede tener en su poder el verdadero Colgante Boreal y esa habilidad nada más lo tienen los Smith! –recalca para examinar a cada individuo alrededor, ya sea enemigo o aliado. Finalmente sus grisáceos azulados se detienen en su presa, quien aún mantiene esa sutil y sospechosa sonrisa. –Entonces...eso significa que tú...tú... –su semblante se torna a una expresión de sorpresa y cólera. –¡TÚ NO ERES ELAINE!
–¡AHORA! –exclama la chica a todo pulmón hacia el otro lado de la cueva.
Una gigante explosión en tonalidades azules y moradas sale de aquél lugar, revelando una gran estampida adentrarse a toda velocidad.
–¡HAAAAAA! –exclama todo el gentío corriendo hacia el campo de batalla. Unos traían consigo unas pequeñas carretas de suministros en donde algunos estaban subidos en ellas. En el centro, la chica de las dos coletas se pone de pie encima de la diminuta carroza. Sonríe con la adrenalina a tope y se quita la gorra de invierno para darle vueltas con la mano derecha como si fuese una matraca.
–¡TRAS ELLOS CABRONES! –exclama la niña oji verdosa azulada eufórica.
–¡FIERRO! ¡FIERRO! –vociferan los cuatro primeros individuos en la formación, haciendo que todos jadearan de la sorpresa.
–¡¿QUÉ ESPERAN?! ¡MÁTENLOS! –impone Kenny con rabia a sus soldados para lanzarse en el aire con sus equipos.
–¡EQUIPOS ALFA Y BETA! ¡DIVÍDANSE Y DERROTEN AL ENEMIGO! ¡ILIANA, CHLOE! ¡YA SABEN LO QUE TIENEN QUE HACER! –ordena Ethan Jones a toda su pandilla.
–¡SÍ SEÑOR! –afirma toda Pandora.
–¡ILIANA! –la enuncian todo el escuadrón especial.
–¡Iliana volvió! –Lucian dibuja una gran sonrisa.
–¡AHORA SÍ! –la susodicha y la chica rubia oji verdosa clara se impulsan en el aire con los equipos de maniobras tridimensionales junto a la chica encapuchada. –¡VE POR ELLA!
Iliana y Chloe utilizan sus manos para impulsar a la joven en medio de ellas dos a que incremente la velocidad de su trayectoria. A pesar de haber sido lanzada desde una distancia lejana a Kenny, la chica volaba horizontalmente a su dirección. En cuanto a la víctima que tenía en sus brazos, de forma automática es removida de su sitio, flotando hacia el lado contrario antes de que el líder y su cómplice intentaran atraparla de nuevo. La oji azul abre sus brazos mientras más se acercaba a su doble, envolviéndose finalmente las dos en un fuerte abrazo en medio de la multitud y la gran disputa.
–¡Lo logramos! –ríe la chica de los ojos azules abrazando a su hermana.
–¡¿QUÉ QUIERE DECIR ESTO?! ¡¿QUÉ CHINGADOS ESTÁ PASANDO AQUÍ?!
Kenny se exalta, dando un par de pasos para atrás para incrédulamente, jadear por el espanto que ve delante suyo. Los ojos verdosos azulados de la chica de dos coletas, deslumbran para revelar el verdadero color de sus zafiros y el dorado de su cabello; regresándole los verdosos azulados y el cabello castaño a su verdadera dueña. Todo el escuadrón especial jadean con fuerza ante atestiguar el fenómeno. Ahora todo cobraba sentido. La chica que retenía Kenny Ackerman y que fue secuestrada, siempre fue Éclair. Mientras que la chica que se aventuró a la ciudad subterránea y trajo a toda una pandilla para derrotar al enemigo, siempre fue Elaine.
–¡¿Qué acaso no es obvio?! –Chloe desgarra el estómago de uno de los villanos antes de que atacaran a las gemelas, sonriendo en complicidad.
–¡Acabas de caer en la trampa, Kenny Ackerman! –Iliana toma impulso desde el techo para enterrar sus cuchillas en el cuello de una mujer contrincante antes de que esta le disparara.
–¡JAJAJAJAJAJAJAJA! –el nombrado voltea a ver a los integrantes de Pandora reír frente a su cara mientras peleaban y luego fija la vista en el dúo de gemelas levitando frente a él.
–¡¿QUÉ?! –grita el hombre ensombrerado ante escuchar las burlas de sus rivales y los aliados de la Legión de Exploración pasmados por el imprevisto giro.
–¡¿Enserio pensaste Kenny que en realidad se trajeron a Elaine?! ¡Pero no puede ser! –ríe Éclair, secando sus lágrimas.
–¡P-PERO SI TÚ TE VEÍAS IGUAL QUE ELLA! ¡TUS OJOS, TU PELO; TODO! ¡MIS HOMBRES SE LOS LLEVARON A LOS TRES! ¡YO LOS VI! –la señala, antes de la peli castaña se aproximara rápidamente junto a su hermana gemela. –¡ESTUVISTE LLORANDO Y ROGANDO COMO UNA DAMISELA EN APUROS!
–¿Y te la creíste?... –posa la mano en su hombro de forma neurótica. –¿Viste que buena actriz que soy? –su interrogación y su sonrisa lo estremece hasta los pies.
–Reverendo hijo de puta que te creíste todo este teatro. –Elaine utiliza su hechizo de levitación para alejarse pocos metros de su contrincante sin soltar a su hermana. –¿Qué acaso nunca se te ocurrió con la única neurona de pinche anciano que tienes que podríamos sacar provecho de que somos gemelas?
–¿Estás enojado con nosotras?... –pregunta Éclair con un suave tono de voz y una expresión angelical.
Elaine con sus dos zafiros, atisba al cómplice que tiene en su mano derecha el colgante falso. Al focalizar su vista, provoca que este explote en su mano al grado de también detonar la extremidad en pedazos.
–¡AAAAAHHHHHH! –chilla el hombre de pelo rubio agarrando su muñeca derecha. Un gran charco de sangre lo ensucia hasta que cae tendido. Pero sus gritos de agonía son detenidos cuando un barrote de cristal sale disparado desde arriba hasta enterrar el pecho de ese hombre, matándolo al instante. Kenny y todo el escuadrón se estremecen por completo.
–Ese cristal no era del todo falso. –empieza a explicar la verdadera oji azul, dejando a Éclair detrás imponiéndole el encantamiento y flotando hacia adelante. –Simplemente creé una réplica del auténtico colgante con un cristal mío. Yo decido cuando y como desintegrarlo... –examina la esencia de su rival con rabia. –Es más...¿Ya te diste cuenta en dónde estamos? –le pregunta, enseñándole el paisaje con sus manos. –Estamos dentro de una cueva con puro cristal. –responde, alertando los sentidos de sus aliados quienes se prepararan para atacar. –Y cuando una portadora del sello está rodeada de cristal...ya sabes lo que significa... –sonríe desafiante.
–Grrr...eres una... –su respiración se torna pesada de la ira que esa niña le hacía sentir. –¡ERES UNA ENGENDRO DEL DEMONIO! –le apunta con su pistola.
–¡AHORA LEVI! –exclama Elaine a todo pulmón desviándose de Kenny.
A pocos metros debajo, Levi consigue impulsarse hacia arriba después de haberse escabullido entre los postes cristalinos sin que el peli grisáceo azabache se diera cuenta. Al descender, alza una de sus cuchillas con el objetivo de herirlo, pero Kenny lo evita poniendo su segunda pistola delante suyo haciendo que ambas armas choquen.
–Si que tienes agallas enano... –masculla el hombre, antes de apretar el gatillo de su arma derecha y disparar; pero falla. Levi logra utilizar otra columna de cristal para defenderse. –Tch... –refunfuña. Pero eso no lo detiene de seguirlo hasta crear una batalla comunal entre los dos.
Elaine cesa su hechizo de levitación para utilizar sus equipos de maniobras y girar de dirección. Llega hacia Éclair para cargarla en brazos y llevarla hacia las escaleras donde Armin, Lucian, Sandra, Sasha y Moblit las reciben atónitos.
–¡ELAINE/ÉCLAIR! –todos exclaman sus nombres.
–¡Volvieron niñas! ¡¿Qué está pasando?! ¡¿Qué hicieron?! –les pregunta Moblit para abrazarlas brevemente.
–¡Es una larga historia, luego les cuento todo! –se excusa la gemela menor. –¡Por favor necesito que ayuden a Éclair a curar sus heridas! –con sus equipos, se propulsa otra vez hacia el centro de la batalla.
–¡ELAINE ESPERA! –la susodicha ignora el llamado de Armin, desviándose hacia la izquierda en el segundo de que Levi lanza una bolsa con aceite y este cause una explosión cuando recibe el disparo de Kenny.
Elaine desconocía a quién debía enfrentarse, ya que Pandora se estaban encargando de luchar contra los enemigos que habían de sobra. Agradecía internamente haberlos traído porque sin ellos, hubieran perdido desde un inicio. Tenía el campo despejado; analizaba la coyuntura. En eso, una mujer rubia y de ojos azules capta su atención debido a que su madrina se acerca a ella para asaltarla. La mujer le dispara, pero no consigue dañarla debido a que las balas rozan contra una columna de cristal. El escenario era tan grande y el humo tan denso que ya ni sabía quién estaba en donde.
–¡AHHH! –la oji azul gira la cabeza hacia atrás, topándose con una imagen que le heló la sangre. Hange choca con fuerza contra otra columna hasta caer al vació contra el suelo, desangrando su hombro.
–¡MADRINA! –exclama Elaine tan fuerte que sus amigos jadean del horror.
–¡SARGENTO HANGE! –Jean se altera al verla inconsciente.
–¡AHORA! ¡TODOS RETÍRENSE A LA ÚLTIMA LÍNEA DE DEFENSA! ¡NOS REAGRUPAREMOS! –avisa la mujer de la coleta rubia a sus colegas sobrevivientes, dando la orden de retirada.
–¡Puta madre! ¡Esto es terrible! –Dante chasquea la lengua desde la planta baja.
–¡NO SE PREOCUPEN AMIGOS! ¡GANAREMOS MÁS TIEMPO! ¡EQUIPO ALFA, VAYAN TRAS ELLOS POR EL PASADIZO! ¡EQUIPO BETA, BUSQUEN UN ATAJO DESDE ARRIBA! –el jefe de Pandora alza su cuchilla, incitando a dichos miembros a seguirlos por el camino que se adentraron y a la otra mitad del grupo a desaparecer entre las columnas.
–Ethan... –musita el oji grisáceo azulado desde las alturas, viendo la espalda de su viejo amigo. –Volviste amigo...
Levi contempla al enunciado abrazar fuertemente a Lizy en un suave y hermoso reencuentro. Las lágrimas caían por sus coloridas mejillas; los sentimientos eran mezclados. El capitán del escuadrón especial, desciende de las alturas donde el humo ya no es lo suficientemente dañino para respirar. Ahí estaban ellos: Ethan, Sara, Dante y Milo abrazando a su querida amiga mientras ella les decía unas palabras que no alcanzaba a oír. Por primera vez en mucho tiempo, aquel soldado mantenía sus emociones desorientadas. Era una sensación extraña, como si su corazón le estuviese causando un raro cosquilleo en el alma. Su semblante era serio, pero suave. A medida que se acercaba, más nervioso se sentía. Sobretodo cuando tenía a esos mocosos cerca.
–¡Pero miren nada más quién está aquí! ¡Es el mismísimo Levi! –Milo es el primero en romper el abrazo grupal, divisando a su antiguo camarada con una sonrisa.
–Cuánto tiempo sin verte compadre. –lo saluda Dante gustosamente.
–Han pasado seis largos años y sigues viéndote igual. Aunque...has crecido mucho Levi. No sabes cuanto te extrañamos. –expresa Sara aguantando el nudo en su garganta para ser abrazada de lado por Lizy, quien no contiene sus lágrimas. El reencuentro le traía mucho sentimiento.
–Amigos...están aquí. –masculla con la impresión a flor de piel, sintiendo el suave tacto de la mano de Ethan en su hombro izquierdo.
–También nos da mucho gusto verte otra vez, compañero. –le sonríe con sutileza. Misma que se borra cuando un fuerte destello de colores cálidos invaden la visión de todos. –Puta madre... –murmura, tornando la vista hacia la izquierda.
–Ese brillo es...¡MIERDA NO! –bufa el capitán Levi.
–¡EREN! –exclama Mikasa, antes de voltear hacia arriba donde uno de los miembros de Pandora abren una especie de rejilla en el techo.
–¡PATRÓN! ¡POR AQUÍ! –el joven adulto de cabello negro y ojos verdes asoma la cabeza para llamar a Ethan. –¡ENCONTRAMOS UNA SALIDA! ¡EL EQUIPO ALFA SE ACABA DE ENCONTRAR CON ENEMIGOS EN EL PASADIZO!
–¡BUEN TRABAJO! –el peli avellana le levanta el pulgar.
–¡Capitán! ¡Los aliados abrieron otra salida allá! –Armin señala con el dedo índice otro hoyuelo en el techo.
–¡ARMIN, MOBLIT, LIZY, LUCIAN Y SANDRA! ¡DENSE PRISA Y LLEVEN A HANGE, ILIANA Y A ÉCLAIR AL EXTERIOR! –impone el líder del escuadrón para poner a salvo a las tres chicas heridas.
–¡EREN! ¡HISTORIA! –la peli rubia activa sus zafiros, aplicándose su habilidad de levitación para ir en dirección a la reja a toda velocidad.
–¡ELAINE! –Levi y Lizy la llaman, pero no hubo resultado.
La susodicha extiende su mano derecha, evaporando la gigante red que irrumpía la entrada hacia aquel sector de la cueva en donde supuestamente Eren e Historia se encontraban. Los cómplices de Kenny al darse cuenta de su presencia, estos inician a dispararle en repetidas ocasiones. Elaine era ágil y tenía el sello a su favor, por lo que genera su campo de fuerza para protegerse a sí misma de las balas. Mientras más se acercaba, más brillantes eran las luces de colores cálidos. Rezaba en su interior que eso no se tratara del ritual que originalmente se iba a llevar a cabo. Rogaba que la persona que se está convirtiendo en titán no sea Historia. Suplicaba que aún está a tiempo para ver a Eren. Lo añoraba tanto. Su sorpresa fue un alivio al llegar, pero también fue un horror. El titán que se estaba generando, podría ser más enorme que el colosal. Sus huesos eran enormes y su rostro causaba pánico. Dudaba que aquella persona se convertiría en un titán común, pues viendo como es que sus extremidades se van formando lentamente, el resultado podría causar un serio desastre. Sus deslumbrantes zafiros divisan a la derecha, donde en el precipicio contempla a Historia estar vestida con una túnica blanca intentando liberar a Eren de sus cadenas y del metal rodeando sus tobillos. Este, tenía el rostro cubierto de sangre a causa de una cortada en su frente. Elaine desciende del aire, retornando sus ojos a la normalidad para correr rápidamente hacia las escaleras y subirlas.
–¡Chicos! –vocifera Elaine ascendiendo las cristalinas escaleras. –¡Eren! ¡Historia!
–¡¿Elaine?! –la última mencionada voltea hacia atrás para verla. –¡¿Qué no te acaban de llevar?! –la ve llegar apresuradamente a la cima.
–¡No! ¡A quien vieron hace rato fue Éclair! ¡Yo soy Elaine! –llega para hincarse al lado de su amiga, reactivando su sello.
–¡¿Cómo dices?! ¡¿Entonces quiere decir que-?!
–¡Yo nunca fui secuestrada! –interrumpe el clamor de Historia. –¡Éclair es la que se fue con ustedes en el carruaje! ¡Éclair fue la que vió mis recuerdos porque yo le presté parte de mi sello! ¡Éclair fue la que se hizo pasar por mí todo este tiempo para que yo fuera a buscar ayuda en la ciudad subterránea! –vocifera estirando sus brazos y extendiendo sus palmas, liberando una gran cantidad de cristal azul con el fin de convertir la materia prima en el mismo componente cristalino para liberar a Eren más fácil.
–¡Entonces nos engañaron! ¡¿Por qué lo hicieron Elaine?! –pregunta la oji azul en su intento de buscar las llaves correctas para desencadenar a Eren.
–¡No teníamos opción! ¡No sabes cuánto me dolió hacerles pasar por tanta angustia! ¡Pero...me alegro acordarme finalmente de lo que fuiste tú en mi infancia! –Historia jadea por las palabras de Elaine. –¡Historia...ahora lo recuerdo todo! ¡Todas esas tardes que reímos y jugamos juntas! ¡Todas esas veces que me ayudaste a leer en voz alta para mejorar mi habla! ¡Cómo tu hermana nos quiso tanto y me acogió como su hermana menor!
–¡Elaine...! –la peli rubia humedece su mirada conmovida.
–¡ELAINE! ¡HISTORIA! ¡NO SIGAN CON ESTO! ¡NO ME IMPORTA QUE ROD REISS ME DEVORE PARA RECUPERAR SU PODER! ¡YA VÁYANSE DE AQUÍ! –exige Eren desde su postura.
–¡NO LO HAREMOS! –niega Historia aún buscando la llave correcta.
–¡NO ENTIENDO! ¡¿POR QUÉ NO?! –se exalta.
–¡Es porque aunque siga siendo enemiga de la humanidad sigo siendo tu amiga Eren! –la pequeña chica se recuesta boca abajo para tratar de desbloquear el candado mientras que Elaine sigue intentando cristalizar el metal rodeando los tobillos del chico. –¡No puedo ser una chica buena y tampoco quiero convertirme en diosa! ¡Pero mientras haya alguien que sufra por pensar que no es necesaria en este mundo, iré a su lado y le diré que eso no es cierto! –argumenta, teniendo en sus pensamientos al rostro pecoso de Ymir. –¡No importa quién sea y en dónde se encuentre, yo siempre iré a salvarlo sin importar qué! –logra desbloquear el candado de la cerradura izquierda. Solo que por causa de la ventisca, no tuvo la fuerza y el reflejo necesario para sujetarse de algo. Elaine por su parte, se aferra al cuerpo de Eren con todas sus fuerzas. –¡AAHHH! –grita Historia siendo llevada por el monstruoso aire hacia atrás.
–¡NO! ¡HISTORIA! –Eren voltea hacia atrás, viendo como la susodicha está a punto de chocar contra la pared cristalina. Pero la llegada veloz y el agarre de Mikasa hacia su cuerpo la salva de lastimarse.
–¡Oye! –la llama.
–¡Mikasa! –Historia abre sus ojos pasmada ante su rescate. Ambas se abrazan rápidamente y luego fijan su vista en Eren y Elaine.
–¡Mocosa, dame las llaves! –le ordena el capitán Levi a la peli rubia llegando con sus equipos de maniobras.
–¡Chicos! ¡Capitán Levi! –clama el oji verdoso azulado, viendo como Levi y Jean se aproximan para intentar desencadenarlo.
–¡Elaine! ¡De prisa! –Levi le vocifera ante ver como la chica logra cristalizar la cadena izquierda hasta evaporarla.
–¡NO, DÉJENME AQUÍ! ¡CAPITÁN YA NO HAY TIEMPO! ¡TIENEN QUE IRSE! ¡NO VALE LA PENA EN SALVAR A UN IMBÉCIL COMO YO! –vuelve a insistir Eren.
–¡AAAGH! ¡¿PODRÍAS CALLARTE EL PINCHE HOCICO?! ¡YA ME TIENES HARTA EREN JAEGER! ¡MAL AGRADECIDO DE MIERDA! ¡TODO ESTE SACRIFICIO Y TODO ESTE PLAN SECRETO LO HICE POR TI Y POR TODOS USTEDES! ¡¿Y JUSTO CUANDO ACABO DE LLEGAR EN VEZ DE ALEGRARTE ME VIENES CON ESTAS PENDEJADAS?! ¡¿POR QUÉ NO PUEDES DEJARTE RESCATAR POR LAS PERSONAS QUE TE QUIEREN?! ¡MALDITO MOCOSO INMUNDO! –repela Elaine a todo pulmón mientras cristaliza la cadena derecha. Todos se pasman, sobretodo Levi. Era como si estuviese viendo un reflejo de sí mismo en esa niña.
–¡NO SOLO ES ESE TITÁN! ¡TAMBIÉN NOS PERSIGUEN OTROS SOLDADOS ARMADOS! –Jean procede con su regaño, aún en shock por el cambio tan drástico en su camarada.
–¡Ya está suelto! –Elaine cristaliza la cadena derecha y la destruye con su sello.
–¡Parece que esa cosa es más grande que el titán colosal! ¡¿No lo creen?! –tiembla la voz de Sasha, pero Mikasa jadea ante ver los fragmentos del techo empezar a caer.
–¡NO, EL TECHO! ¡CUIDADO! –alerta la peli azabache a los chicos de adelante.
–¡RETROCEDAN! –impone Levi, siendo él, Jean y Connie que se lo llevan a rastras. En cuanto a Elaine, se queda en el mero sitio. Alza sus brazos de forma vertical para crear un enorme campo de fuerza cristalina que rodea a todo su escuadrón presente. Los pedazos no conseguían romper el cristal de Elaine, por lo que chocan y caen al suelo hasta quebrarse. La peli rubia peinada en las dos coletas va retrocediendo a la par que el tamaño de la protección disminuye.
–¡N-NNNNGH! –expresa Elaine sin cerrar la vista. Sus manos las mueve hasta quedar un ángulo más arriba para una mejor comodidad en seguir con el encantamiento. –¡RESISTAN CHICOS! ¡S-SOLO UN POCO MÁS! –realiza una mueca de esfuerzo.
–¡MALDICIÓN! ¡NO TENEMOS ESCAPATORIA! –Jean atisba el exterior inquieto.
–¡CLARO QUE SÍ LA HAY! ¡CONFÍEN EN MÍ! ¡YO SÉ QUE PUEDO! –Elaine sostiene la mirada seria con tal de perdurar más con el hechizo. Solo bastaron cinco segundos para que los sollozos de Eren la hicieran cambiar la vista hacia abajo.
–¡Perdónenme amigos! –el resto de sus compañeros lo divisan. –¡No puedo hacer nada! ¡Soy solo un maldito inútil que no sabe hacer nada más que llorar y defraudar a todo el mundo! ¡Al parecer siempre he sido una farsa! ¡Lo siento! ¡Nunca he sido la esperanza de la humanidad! –su llorosa vista se centra en un pequeño frasco tirado en el piso. –¿Acorazado?... –lee el texto escrito en el recipiente.
–De veras...¡¿De veras que no dejas de fregar, verdad?! ¡¿Ahora te crees el héroe de una tragedia pero te llamas a ti y a mí en una farsa?! –pregunta Elaine sin mirarlo y sustentando su concentración. –¡¿Qué no te acabas de escuchar?! ¡Tú sabes mejor que nadie que todos los días la tristeza y la culpa me matan por dentro hasta desfallecer! ¡Pero no por eso voy a decir que no merezco vivir porque aún tengo fe en que todo puede cambiar! ¡¿Enserio acabas de llevarte el crédito tú solo?! ¡¿Entonces todas esas veces que te he ayudado y que hemos trabajado juntos fue mentira?! –Eren se queda sin palabras, atisbándola con los ojos abiertos como platos.
–¿Enserio vas a dejar que tu novia te humille idiota? Y eso que las Einar nos acaban de avergonzar haciéndonos caer en una de sus descabelladas locuras. –niega Connie como si fuese un chiste. –Cobarde no te quejes. No es la primera vez en que estamos en una situación así.
–¡Sí, pero tampoco es para que nos acostumbremos! –Sasha cierra fuertemente sus castaños ojos.
–Bueno, igual yo confío en Elaine... –el oji meloso suaviza su sonrisa. –Creo que podremos salir aunque no va a ser nada fácil.
–Yo voy a llevar a Eren. Pero ocuparé que Elaine nos cubra la espalda a todos a la vez. –propone Mikasa.
–Lo siento pero no podré estar al pendiente de ti. Así que sujétate fuerte. –le dice Jean a Historia.
–De acuerdo. –asiente la chica.
–Es imposible...no podremos escapar. –de todos modos, Eren sostiene su postura.
–¡AYYY! –exclama Elaine dando un fuerte pisotón.
–¡¿Entonces qué es lo que sugieres?! ¡¿Quieres ver como mueren todos tus amigos?! ¡¿Morirás sin hacer nada y sin ayudar a la chica que amas?! ¡¿Es porque somos enemigos de la humanidad?! –la que lo interroga ahora es la chica peli dorada de dos trenzas y ojos verde claro en medio de Mikasa y Levi, quien decidió acompañar a sus antiguos amigos de la Clase A.
–Chloe... –Eren la enuncia sorprendido por la presencia de su querida amiga.
–Escucha... –musita el capitán Levi con la mirada hacia adelante. –Lamento tener que decirte siempre lo mismo. Eren...así como Elaine decidió irse para traernos ayuda, también solo toma una maldita decisión. –masculla fríamente, rememorando aquella ocasión en la que Eren decidió confiar en su antiguo escuadrón a diferencia de Elaine.
El chico de los verdosos azulados se quedó aturdido ante sus palabras. La sensación no podía ser más dolorosa. Era horrible sentir tanta agonía y desear tener cerca a la mujer que te dio la vida sabiendo que cinco años atrás se fue para ya no volver. ¿Cómo podía ser tan egoísta y decir todas esas cosas cuando sus amigos confían plenamente en él? ¿Cómo podía ser tan basura par haber dicho esas cosas delante de Elaine? Se sentía un completo imbécil; un idiota. Una cachetada mental es lo que se da a sí mismo. Ahorita su escuadrón dependían de él y de su chica. Si no piensa con la cabeza, todos morirán en cuestión de segundos. Elaine estaba poco a poco llegando a sus límites y lo notaba por la forma en que su cuerpo se va debilitando. Tenía que hacer algo. Sin vacilar, con un grito de determinación y con lágrimas en los ojos, Eren agarra el diminuto recipiente con líquido del suelo y se levanta del suelo corriendo en dirección a Elaine. Su mano agarra la izquierda de la chica para llevarla a su lado.
–¡EREN! ¡¿QUÉ HACES?! –grita apanicada cesando el encantamiento del escudo cristalino y jadea ante verlo morder aquel frasco para ingerir su contenido.
El instinto y los reflejos de Elaine la impulsan a elevarse con su habilidad de levitación, sabiendo que la transformación de Eren en su titán se daría lugar ante el incremento de los cálidos rayos. Su titán de ataque se había generado con éxito, cayendo arrodillado en la planta baja. Con la mirada titánica, incita a la oji azulada a posarse en su hombro izquierdo tal y como en Stohess cuando combatieron por segunda vez a la titán hembra. Sus grandes palmas se incrustan en el piso, donde largas cantidades de cristal azul salen de ahí mismo y florecen hasta llegar al techo como si fuesen una especie de ramas. Elaine quería contribuir, por lo que lleva a cabo la misma labor pero en grande. Sus finas manos las lleva en dirección al piso sin tocarlo, donde la medida exacta de aquella materia salía en toneladas como cuando se produjo la coraza de Annie Leonhart. Gruñía por toda la energía que sobresalía de su cuerpo, pero debía soportar el mayor tiempo posible. Su cristal también crecía tan alto como el de Eren, como si la colaboración entre ambos, finalmente rendía frutos.
–¡TODOS! ¡COLÓQUENSE DEBAJO DE EREN, RÁPIDO!
Los chicos siguen las instrucciones de su capitán de inmediato, descendiendo del precipicio hasta correr en la posición donde se ubica su titán. En cuanto a los cómplices de Kenny, no tenían refugio alguno en donde cubrirse. Cada uno se iba derrumbando junto a las rocas hasta caer entre los escombros. La cristalización estaba siendo un éxito, pues solo les iba a traer beneficio al escuadrón especial. Eren ruge vigorosamente y Elaine rezonga hasta gritar por la adrenalina y el cansancio que le producía estar depositando toda su energía vital en producir cristal azul. Desde el exterior, Armin, Moblit, Sandra y Lucian se ocupaban de ayudar a Iliana, Hange y Éclair a salir de la capilla. Mientras que el escuadrón de Pandora, consiguieron escapar a través del pasadizo que Elaine logró crear con su sello. Entre todos ayudaban a sus colegas a salir lo más pronto posible; algunos estaban heridos. Atisbaban con impresión como la capilla nueva y las viejas ruinas se iban desplomando junto el retumbar de la tierra a su alrededor. Al llegar a un área segura, los miembros del escuadrón especial caen rendidos en el zacate.
–¡Sargento Hange! ¡Iliana! ¡Éclair! ¡¿Se encuentran bien?! –interpela Lucian.
–¿Q-Qué diablos pasó?... –pregunta la primera mencionada llevando la mano a su sien. Estaba despertando después de estar inconsciente. –¿Y mis nenas?...
–¡Madrina! –Éclair gatea cuidadosamente hacia donde está. Toma su rostro entre sus manos, levantándolo. –Soy Éclair madrina. Estoy aquí, ya pasó. Mírame... –le murmura, incitándola a que la vea. Hange tose un par de veces y abre sus ojos marrones para encontrarse con los verdosos azulados de su ahijada. –Soy yo...
–Clery... –tiembla su voz entrecortada enunciando el dulce apodo que le brindó en su niñez, antes de envolver a su ahijada en un fuerte abrazo. La peli castaña con el peinado de su hermana corresponde al instante, sintiendo un fuerte calentón en su garganta y una gran presión en sus ojos. –Te amo. Te amo tanto mi princesa. Estaba tan preocupada por ti...lo lamento. No debí tardarme tanto. –se disculpa, quebrantando su voz en el abrazo.
–No llores madrina, me vas a hacer llorar a mí también... –murmura en medio del caos, dejando finalmente caer las lágrimas por sus mejillas heridas.
–¡CHICOS MIREN! –Lizy señala a un punto delante de ellos. Ambos grupos jadean reciamente por como una gigantesca criatura salía desde la tierra hasta el exterior. Era una cosa totalmente repugnante; peor que una larva o un titán anormal.
–¡¿QUE CHINGADOS-?! –Dante se lleva las manos a la cabeza pasmado. –¡¿QUÉ ES ESA COSA?!
–¡Qué asco! ¡Es enorme! –expresa Sara horrorizada y disgustada.
–Esto debe de ser una jodida broma... –manifiesta la oji azul peli azabache con un tic en el ojo derecho, seguido por un cambio repentino en su estado que torna borrosa su visión. –No me... –dirige la mano derecha a su frente. –No me siento bien... –murmura antes de desvanecerse en los brazos de Armin.
–¡Iliana! –grita Armin aterrado. –¡Iliana despierta! ¡Reacciona! ¡Iliana!
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