𝐂𝐀𝐏𝐈́𝐓𝐔𝐋𝐎 𝟎𝟒| 𝐏𝐥𝐚𝐜𝐞𝐫 |

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Ila sentía una ola de excitación y nervios en todo su sistema, las palabras de Jungkook eran como dagas que le afectaban, y no, no era una clase de dolor, sino, algo magnífico que la hacia delirar e imaginar cosas indebidas.

Podía ver de cerca la mirada lujuriosa de Jeon, su mirada más oscura y las pupilas dilatadas, sentía escalofríos al notar como este observaba su cuerpo a detalle mientras mordía su labio inferior donde se encontraba su piercing. No podía negar que eso le fascinaba, más aún cuando tomó su cintura con fuerza y pegó su cuerpo a ella.

—Me encanta verte así, tu mirada me atrae bastante, eres tan hermosa. —susurró en su oído, con esa voz que la vuelve loca.

La rubia estaba ida de todo lo que acontecía en ese momento, pero Jungkook la regresó a la realidad al besarla, sacándole un suspiro.

Sus labios eran suaves y delgados, sentía una corriente de excitación que hizo cerrar sus piernas al buscar complacerse así misma, el pelinegro la volvía loca, su forma de ser y las multifacetas que tenía dentro y fuera de las cámaras.

Para nada podía creer que hayan follado aquel día que hizo la fiesta por el éxito de su álbum, menos que se haya dado tremendo festín con ella incluida.

Los chasquidos de sus besos se oían en aquella habitación silenciosa, donde las paredes y el pequeño viento eran testigo de lo que pronto ocurriría. Jungkook la besaba con deseo, transmitiendo las ganas por enterrarse muy a fondo en su interior, queriendo escuchar su voz gimiendo su nombre como la noche anterior.

Se separó de ella, soltando un suspiro de satisfacción y volvió a mirarla, quitándole la sábana que cubría su desnudez, dejando a relucir sus grandes pechos redondos, su monte de venus captaba demasiado su atención al igual que sus muslos gruesos, la pequeña estatura de Ila le daba ventaja para tener un cuerpo espectacular.

—Eres tan hermosa Ila.—mencionó el pelinegro mientras acariciaba su rostro para después estampar sus labios con los suyos, empujándola hacia la cama para después recostarla y subirse encima.

Separó brevemente sus labios para bajar a su cuello y dejar cortos besos en este, dejando pequeñas marcas que pronto serían notorias, la piel canela de la chica relucía en aquella habitación, mientras Jungkook dejaba notables marcas en cada parte de su cuerpo, hasta quedar cerca de su intimidad, la fémina sintió que se mojaba al notar la mirada ladina del tatuado, el como este le abría las piernas permitiéndole ver su intimidad llena de fluidos por los besos que dejaba.

—Te ves muy deliciosa, me comeré tu coño hasta que te corras en mi boca.

lla asintió como pudo, pues al sentir el contacto de la lengua de Jungkook en su vagina, sintió olas de excitación por todo su cuerpo al ver como el chico lamía su intimidad de manera morbosa pero que hacía erizar su piel.

Los dedos de Jeon se hicieron presentes y eso la volvió loca de placer.

—¡Mmm, Jungkook!—gimió con satisfacción.

El tatuado no dejaba de mirarla mientras le hacía sexo oral, pues le encantaba ver los gestos que hacia a causa de él, eso subía su más su ego.

Mordió, chupo y lamió su intimidad, notando los espamos del orgasmo que se avecinaba para la mujer que tenía en su cama.

—¡Ah, v-voy a correrme, J-jungkook!—gimió mientras jalaba el cabello del tatuado, acercándolo más a su intimidad.

Podía sentir la nariz de Jeon, incluso como simulaba penetraciones, incitándola al orgasmo.

—Hazlo preciosa, correte en mi boca, déjame saborearte de nuevo. —exclamó con aquella voz ronca que la hacia mojar más.

La fémina siguió gimiendo hasta sentir su liberación, su cuerpo estaba sudado y su pelo rubio se pegaba a su frente, Jungkook seguía entre sus piernas, disfrutando de su sabor.

Su pene estaba erecto, intentando perforar la tela de sus bóxers, estaba duro, pero quería hacer disfrutar primero a la rubia.

Al separarse de ella, sonrió satisfecho por ver el desastre que hizo en ella, su cabello estaba un poco revoltoso por moverse tanto del placer, al igual que su cuerpo sudado, haciendo que su piel se viera más apetecible.

El miembro de Jungkook estaba muy duro, las venas de este se marcaban, sintiendo que estaba a punto de estallar, algo que no pasó desapercibido para la rubia, quien sonrió como una tonta y se acercó a él, levantándose de la cama para arrodillarse, sin dejar de mirar al pelinegro.

—¿Puedo ayudarte? —preguntó con timidez, viéndolo con aquellos hermosos orbes azules, lo que hacia excitar más a Jungkook por verla tan sumisa ante él.

—Claro, úsalo como tu quieras, es tuyo ahora. —dijo divertido, acariciando sus labios con su mano tatuada, haciendo que Ila abriera su boca y este ingresara de dedo gordo a lo que ella empezó a chuparlo, dándole la imagen más erótica que pudo haber visto en su vida.

Ila no perdió tiempo en cuanto Jeon dejó de acariciarla para poder tomar su miembro y empezar a masturbarlo. Escupió un poco de saliva en su mano para que satisficiera mejor a Jungkook, quien tenía cerrado los ojos y su cabeza hacia atrás por las sensaciones que lograba la rubia con tan solo unos toques.

Su mano la movia de arriba a abajo, acelerando el proceso, el pelinegro sentía que iba a correrse en cualquier momento, gotas de su semen salía de la punta de su pene, por lo que Ila acercó su lengua para rescatar esas pequeñas gotas.

Jungkook la miró impaciente, quería que lo metiera a su boca pero tenía miedo de apresurarla aunque ella notó la señal de lo que esté quería y sin esperar más, metió la polla de Jeon a su cavidad bucal.

—¡O-oh, sí! ¡Sigue nena, me encanta!

La chica chupaba gustosa el miembro del cantante, en sus sueños más profundos jamás pensó que se cumpliría tenerlo así, desnudo con un leve sudor en su frente mientras soltaba suspiros y gemidos bajos al ver cómo una hermosa rubia se dejaba follar la boca por su miembro.

Era tan lujuriosa la imagen de ambos, que parecían dignos actores de películas porno.

La fémina le daba la atención necesaria a sus testículos, chupandolos como toda una experta, sin dejar de mirarlo con esos ojos azules y las pestañas largas.

Jeon bajó su mano para tomar su cabello en una coleta y acelerar sus movimientos cuando la fémina metió por completo su pene hasta tocar la campanilla de su garganta, provocándole una arcada y que salieran lágrimas de sus ojos.

Ella mamaba tan bien su miembro que sintió su orgasmo cerca.

—V-voy a correrme bonita, ¿lo tomarás tan bien, mmm? —preguntó con el ceño fruncido, mordiendo su labio inferior al verla sudada, notando como se daba autoplacer mientras se la seguía chupando.

Ila asintió como pudo, no tardó en sentir aquel líquido caliente y espeso llenar su boca. Podría decir que el semen de Jungkook sabía bien, no algo muy dulce pero si pasable que no la hacia vomitar.

—Ponte en cuatro. —menciona el pelinegro, observando como ella se paraba y se colocaba en la posición que le había dicho.

Inclinó su cuerpo dejando su trasero redondo a la vista de Jungkook, quién se relamió los labios al ver su intimidad escurriendo de sus fluidos por estar excitada.

Se quitó los bóxers y empezó a masturbarse el miembro, mientras veía a la castaña quien había volteado para verle.

—Te ves jodidamente hermosa estando así. —murmuró con cierta lujuria en sus palabras.

Se acercó a ella y dió leve golpecitos a su clítoris con su miembro, la rubia gemía por el tacto de su intimidad y la del tatuado.

Este se alejó un poco para tomar un condón del buró que estaba a lado de su cama, la fémina al verlo, replicó a su acción, indicándole que ella tomaba pastillas para cuidarse.

Jungkook asintió y dejó el condón sobre el mueble para luego ir hacia ella y hacer contacto de su miembro con la vagina de la chica, ella meneaba su trasero en busca de más a lo que el pelinegro soltó una risita divertida.

—¿Tanto lo quieres? —preguntó, dándole un azote en su nalga derecha, seguido de otro al no obtener respuesta. —Responde preciosa.

Ila asintió, pero ante eso, volvió a sentir otra bofetada en su trasero, gimiendo ante la sensación y el ardor del golpe.

—S-sí, fóllame.—respondió, soltando un suspiro al sentir como Jungkook metía su pene poco a poco en su interior.

Jungkook lo disfrutaba, incluso mejor que anoche, verla tan sumisa ante él, muriendo porque la follara.

—¿Cómo? Dilo bien, bonita. —dijo con autoridad, mientras metía por completo su miembro, sacándole un grito.

—¡Ah! ¡Fóllame de una puta vez! —exclamó furiosa por los juegos previos del chico.

El pelinegro mordió el interior de su mejilla y dió una embestida dura.

—Tan bonita y diciendo groserías. —chasqueó la lengua, viendo como su pene salía de su interior para volver a ingresar con rudeza. —Ahora te enseñaré lo que son los buenos modales.

Arremetió contra ella, duro, rápido, haciendo movimientos satisfactorios que enloqueció a la rubia.

Sus testículos golpeaban contra su trasero, logrando un sonido lascivo de sus pieles chocando en la habitación.

—¡Ah, ah, Jungkook! —gimió la rubia, mientras era follada salvajemente por su cantante favorito.

Jungkook tomaba su cabello de una coleta para poder follarla mejor, sintiendo como sus paredes lo apretaban.

—Tu coño me volverá loco. —exclamó, dándole una bofetada en sus nalgas.

Su miembro entraba y salía con rápidez, las embestidas eran duras, tocando aquel punto que hacia llorar de placer a la mujer.

Sus hoyuelos de Venus resaltaban y Jungkook  paso sus dedos por ellos, le llamaban la atención. La piel de ella era hermosa y suave, Jeon se inclinó un poco, besó su espalda y mordió su oreja, Ila gemía por sentir su orgasmo cerca, además que las marcas que dejaba el tatuado al besarla o morderla, no ayudaba demasiado.

—¡Ah, sigue Jungkook! —gritó de placer al sentir como este se metía más a fondo de su interior, tocando más su punto G. —V-voy a correme... ¡Oh, sí, sí, sí... así!

—Me aprietas tan bien, ¡joder!

Ambos sentían su liberación cerca, Jungkook pegó más su cuerpo al de ella, llegando a pasar sus manos por sus pechos para apretarlos y amasarlos a su gusto.

Se separó de ella al sentir que estaba por correrse, así que tomó el cuello de ella con su brazo tatuado, penetrándola más duro y rápido.

—¡J-jungkook, sigue, dame más!

Una, dos y tres embestidas más, el pelinegro se corrió en su interior, llenándola de su semen, al igual que ella manchaba su miembro por su reciente orgasmo.

Al salir de ella, la fémina sintió un vacío y relajó su cuerpo al acostarse. Sus piernas lo adornaban pequeñas gotas de semen que resbalaban de ella.

Jeon vió eso y sonrió con orgullo. En su mente podía decir que se veía hermosa y muy sexy así, bien follada y cansada.

Pero dejó de mirarla al sentír que su pene volvía a excitarse, así que optó por ir al baño por toallitas y limpiar a la castaña.

Había sido el mejor inicio de su día desde que tenía memoria y lo aprovecharía al máximo teniendo a esa hermosa rubia en su cama.

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YO TAMBIÉN QUIERO VIVIR ESE SUEÑO 😭

ESPERO LES GUSTE MUCHO EL CAPÍTULO DE HOY, YA SE LOS DEBÍA JAJAJAJA.

NOS LEEMOS PRONTO, CUÍDENSE MUCHO 💗🫂

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