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Observar cada uno de sus movimientos se volvió adictivo para el hombre de ojos brillosos, en ningún momento dejaba de verla y eso era algo difícil de ignorar para Ila, quien estaba al tanto de las miradas que le daba el dueño de sus pensamientos, jamás se esperó verlo ahí, estando a pocos metros lejos de ella.

Somi se daba cuenta de las miradas acusatorias de ambos, como se lanzaban una vista coqueta a poca distancia, eso la hizo sonreír de sobremanera, como un pequeño diablillo al cometer su más remotos pecados.

—¿Por qué no vas y hablas con él?—preguntó, robándole un susto a su mejor amiga. —He visto como no dejan de mirarse y debo decir que está interesado en tí, ni siquiera ha bailado con las demás chicas del lugar.

—No lo sé, quisiera hacerlo pero no quiero parecer una fan loca queriendo captar su atención.—comentó mientras bebía de su vodka y Somi robaba los ojos por la insensatez de su amiga.

—¡Por Dios mujer! Jungkook lleva viéndote toda la noche, es muy difícil que una chica capte su atención, tú lo haz hecho sin necesidad de hostigarlo.

La fémina pensó en lo que le decía su amiga, a lo mejor, no era tan malo que ella se dejara llevar por las insinuaciones que le hacía ver el pelinegro, pero tenía miedo.

El miedo era el peor enemigo de todo ser humano, causando debilidad ante el objetivo, sin conseguir el resultado propuesto.

—Creo que lo haré. —exclamó, dejando a Somi con una sonrisa triunfante.

—Entonces que esperas, acércate, no pierdes nada, se ve que le interesas.

La rubia volteó a verlo de nuevo y este levantó su bebida simulando un brindis, Jungkook era tan sofisticado, que ya no temía por cortejar a una linda chica que llamó su atención.

—¡¿Lo ves?! Hasta está intentando cortejarte como la mafia italiana cuando ven a una hermosa chica llena de seguridad y carisma, demuestra que tu eres eso y más, sé tu misma.-comentó la rubia.

—¿De dónde sacas eso de la mafia? —preguntó desconcertada.

—Una historia de un lío amoroso entre una mafiosa y un policía, en fin, apresurate a ir con tu Romeo, anda. —exclamó, dándole una nalgada.

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Observar a cada minuto que tuviera oportunidad no era algo descartable para Jungkook, menos cuando se trataba de la mejor amiga de Somi, jamás le había pasado, a pesar que intentó tener una relación con Hyeri, nada salió como esperaba, la presión social y la poca paciencia de aquella chica, desató una furia de emociones en él, dejándolo ileso como también alejado de todo tipo de relaciones amorosas.

Recordarla hacia sentir de nuevo esa sensación desagradable de toda relación tóxica, donde te lleva a un agujero negro y sin salida, nunca pensó que su primer noviazgo sería tan catastrófico, hasta que conoció a la castaña, pero con el pasar del tiempo, pudo deslindarse de ella y su relación de pareja, dejándola en el olvido pero trayendo consigo recuerdos amargos como dolorosos.

Eunwoo se acercó a él y palmeó su hombro divertido, este también se había percatado de las miradas coquetas de ambos, tanto de la rubia como de su mejor amigo.

—Acércate a ella hermano, desde acá se nota tu ansiedad por tenerla cerca.

Jungkook lo miró sonriente, la temperatura del lugar y el efecto del alcohol estaban dando lugar a su sistema.

—Si lo haré, de hecho...

—¡Hola de nuevo! —interrumpe Ila, con una sonrisa de oreja a oreja, causando furor en el pelinegro. —Espero no interrumpir nada o ser entrometida.

Eunwoo miró divertido a Jungkook, sonriéndole al instante y golpeando su hombro.

—No te preocupes, yo iré a saludar a Namjoon hyung, permiso.—ella asiente encantada. —Por cierto, soy Cha Eunwoo, no me presenté anteriormente, una disculpa y un gusto. —concluyó para después tomar su mano y dejar un casto beso en ella.

—U-un gusto, Ila Young. —exclamó nerviosa, sintiendo la intensa mirada de Jungkook.

—Te estás tardando amigo. —comenta Jeon, carraspeando indirectamente.

—¡Oh si, lo siento!

Este se despidió de ambos y fue hacia Namjoon, quien al verlo le brindó un abrazo, contento por verlo de nuevo.

—Lo siento por eso, así es él por naturaleza.

—Es agradable y lindo.

El tatuado enarcó una ceja, ofendido ante el halago de aquella chica hacia su mejor amigo.

Estaba celoso, pero era imposible, no podría cuando apenas la conoció, pero era algo que lo caracterizaba cuando alguien robara su protagonismo o no le dieran la atención que él quería.

—Pero tu eres más guapo. —mencionó Ila, con sus mejillas sonrojadas.

Jeon la miró unos segundos sin responder a su halago, tan solo se acercó con cautela hacia ella y tomo su cintura sin permitir escuchar una palabra donde aquella rubia de piel canela le permitiera hacerlo.

—Tu eres incluso más hermosa de cerca, permíteme conocerte.—susurró en su oído, mandándole escalofríos por todo su cuerpo.—¿Quieres bailar un poco?-ella asintió.

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Las luces coloradas y el ambiente de la música causaba miles de emociones a todas las personas que bailaban al ritmo de las canciones que sonaban, dando un aspecto de discoteca por la noche. Jungkook movía sus caderas al ritmo de la bachata de Romeo Santos, su gusto tan peculiar repercutió en la playlist de su evento; sonreía extasiado por tener a la chica de hermosos ojos pegada a su cuerpo, restregándole su redondo y grande trasero en su pelvis, la temperatura aumentaba, sentía morirse por estar con ella, las personas a su alrededor los observaban divertidos, en especial aquella rubia que era el matiz de que la interacción en ambos surgiera.

Bella y sensual...

Sobrenatural...

Estaba seguro que la canción era una señal aleatoria y digna de ellos, dictándole que Ila estaba destinada para él, como un hermoso ángel caído del cielo, que traería cosas grandiosas a su vida y no perdería la oportunidad de conocerla, mostrarle su más sincero ser, donde pudiera ser él mismo sin miedo a que lo juzgaran.

—Eres muy buena bailando. —susurra ronco y bajo. —Me estas volviendo loco con esos movimientos.

Ella suspiró emblesmada y volteó a verlo, dándole una sonrisa, Jungkook acercó más su rostro, rozando sus labios con los de ella, teniendo su aliento cerca, hasta que el pelinegro no soportó más y estampó sus labios con los de ella, besándola ferozmente.

Sentía que encajaban tan bien con los suyos, todo a su alrededor parecía haber desparecido, quedando solos y disfrutando de la compañía del otro.

Jungkook estaba levitando, el sabor de los labios de la fémina lo estaban volviendo un adicto.

Se preguntaba si era posible sentir esa conexión con tan solo un beso, aquel beso que formaría algo importante en la vida de ambos.

La respiración les faltaba y ambos termimaron aquel beso tan candente, los suspiros hacían efecto con sus rostros enrojecidos y sus pechos subiendo y bajando por la intensidad del momento.

—Ven, quiero mostrarte un lugar. —exclamó Jungkook, agarrando su brazo y alejándola de todas las personas que había en el lugar.

Incluso se toparon con los demás integrantes de su banda y Somi participando en aquel juego de bebidas, donde parecía más que entusiasmada por divertirse así.

Ila se detuvo, no quería irse sin dar aviso o preocupar a su mejor amiga.

—Espera... Tengo que avisarle a mi amiga. —el pelinegro asintió.

La mujer caminó hacia ella, sintiendo la intensa mirada de Jeon sobre su espalda, pero lo ignoró al tocar el hombro de su amiga, llamando su atención.

—¡Ey! ¿Qué tal te fué?_ella la mirba sonriente, sus ojos brillaban con las luces del lugar, dándole un aspecto tierno. —¿Todo bien?

—Si, solo que...me invitó a un lugar. —dijo en voz baja, dejando estática a su amiga.

—Entiendo, mira, y-yo...no se que decir, o sea, no me refería a esto. ¿Estás segura de esto?—mencionó disgustada. —Bueno, al menos sé que estarás segura con él, disfruta vale, lleva los preservativos que te di y luce ese lindo trasero que tienes.

Ila la miró horrorizada.

—No exageres, apenas me conoce y si, nos besamos pero es el efecto del alcohol supongo, solo olvídalo. ¿Te llamo por cualquier cosa?

—Si, no te preocupes, tu ve.

—Gracias Somi, por cierto, antes que me vaya, ¿crees que sea buena idea el decirle que soy parte de su grupo de fans? —su mirada mostraba ansiedad.

—¡Claro! una cosa que él odia son las mentiras así que es mejor que se lo aclares ahora mismo, ya sabes, para evitar problemas.

—Entiendo...

—Ya ve, que no deja de mirarte y fulminar con la mirada a los chicos que están viéndote, aunque no lo culpo, ese conjunto rosa que traes te hace ver realmente sexy.

Ila codeó su brazo y se despidió de ella dándole un beso en la mejilla, no sin antes, la rubia ponerle un condón en su bolsa azul discretamente, sabía que eso de estar solos no era sólo de hablar y no quería juzgar al pelinegro, claro que no, además que confiaba en él y que su mejor amiga estaría en mejores manos, a parte que se divertiría demasiado con la compañia de él.

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La compañía de Jungkook era algo agradable para Ila durante el trayecto en el vehículo de este, su plática era demasiado interesante y divertida, incluso pensó que se lo tomaría a mal cuando esta le comentó que era muy fan suyo y lo admiraba demasiado, dejando salir a la luz que él era su tipo ideal pero sabía poner los límites que caracterizaba un fan y cantante, aunque estaba conciente que después de aquel beso, surgirían demasiadas cosas.

Ahora ambos platicaban de la pequeña crianza que tuvo el tatuado junto a sus demás compañeros, contándole lo agradecido que estaba de ellos por tomar un rol que costaba demasiado para Namjoon o que todos estuvieran atentos a su etapa escolar, incluso cuando lo ayudaron a cortejar una chica, aunque realmente no funcionó ya que la chica lo rechazó solo por no tener lo que buscaba en un hombre.

—Entonces cuando vi a Hoseok comiéndose mi fruta, este no lo dudó ni un segundo y me lanzó el plátano.

Ila río al imaginar al miembro más dulce, enojado y ofendido por el maknae del grupo.

—Eso es el Imperio Romano del fandom y de ustedes dos. —el pelinegro asintió. —Por cierto, ¿puedo preguntarte algo? Claro, si me permites, no es necesario que...

—No, puedes hacerlo. —menciona este, sonriéndole.

—¿Cómo fué que tomaste con tanta naturaleza y formalidad al ver a aquellos hombres que rechazaron tus hamburguesas?

Este la miró por unos segundos y volvió su vista hacia la carretera, su mano tatuada resaltaba con la luz de la Luna, sus venas se marcaban cuando este giraba el volante y sin olvidar que de perfil se veía realmente bien, demasiado guapo, algo que no pasó desapercibido en la rubia, quien cruzó sus piernas por tener un efecto en ella al tener un hombre tan elegante y demasiado sexy a su lado.

—Es gracias a Namjoon Hyung, él me educó muy bien y me enseñó que no es bueno guardar rencor a la gente, es decir, solo tú te dañas haciéndolo cuando esa persona le vale un bledo su mala acción, así que no lo tomé tan personal pero no mentiré que si me dolió él que lo hicieran.

Ila asintió y soltó aquel suspiro que tenía guardado.

¿Molesta? Un poco. No fue nada fácil ver esa parte del programa, Jungkook apenas estaba entrando en plena adolescencia y veía como un resplandor todo lo nuevo que estaba viviendo.

Pero él escucharlo hablar con cierta madurez, hacía su corazón agitar de emoción.

—¿Está todo bien en esa cabecita? —preguntó él al verla sería, con sus cejas fruncidas.

—¿Eh?

—Te quedaste callada cuando te explique eso, ¿todo bien? —ella asintió. —¿Segura?

—Totalmente, perdón si me quedé así, solo que no esperaba esa respuesta, digo, he visto a demasiados artistas ser un poco vengativos en situaciones así, pero tú, tú fuiste demasiado maduro para tomarlo así.

—No te preocupes, igual te ves linda así, me gusta, d-digo, Dios, pensarás que soy un tonto, pero eres demasiado bonita.

La rubia rió al verlo nervioso, en programas lo veía muy tímido cuando se acercaba a mujeres, en especial a su crush, la hermosa IU.

Pero ahora podía confirmar que Jungkook era tan adorable como en cámaras, a pesar de todo, Jeon era muy sincero como lo decía y no lo aparentaba.

Pero tenía ciertas dudas que quería quitar al conocer aún más al chico de ojos de bambi.

—Hemos llegado.

Jungkook la sacó de sus pensamientos, así que solo pudo asentir.

El pelinegro salió de su auto y fue rápidamente al lado del copiloto para abrirle la puerta, acción que sorprendió a la mujer.

—¿En donde estamos?

—Mi casa, espero no incomodarte.

Ella negó.

—¿Era tú mascota la que estaba en la fiesta? —Jungkook asintió. —Se nos olvidó en la fiesta por mi culpa, ¿no quieres...

—Estará bien. —interrumpe este al verla alterada. —Jimin se ofreció a llevarlo con su entrenador, así que estoy tranquilo.

—Dios, soy muy entrometida, lo siento. —exclamó esta, mirando sus botines blancos como si fueran lo más interesante del mundo.

—No digas eso, mejor ven, entremos.

—De acuerdo.

—Las damas primero.

Ella soltó una risita e hizo caso a su petición, mientras él iba detrás de ella, por un momento volvió a recorrerla con la mirada de pies a cabeza, se veía tan pequeña a su lado y no pudo evitar morder su labio inferior al sentir cierta atracción candente por ella.

Ila Young era una barbie en carne y hueso, una muñequita de porcelana o una princesa demasiado coqueta para Jungkook, lo cual no le disgustaba para nada.

Después de todo, ambos estaban destinados a encontrarse.

O no.

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¡Hola! Espero estén bien y hayan disfrutado su fin de semana.

Les traigo otro capítulo más de esta historia, pensé muy bien la trama y creo que serán 8 capítulos más, ya que por lo que tengo pensado lleva muchas cosas y escenarios para Jungkook e Ila.

Espero les guste y no olviden comentar que tal les parece.

Sin más, nos leemos en el próximo capítulo, besitos 😘.