𝙘𝙝𝙖𝙥𝙩𝙚𝙧 𝙩𝙝𝙧𝙚𝙚, attack on the kraken







───CHAPTER THREE
ataque al kraken






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            Al llegar a la fortaleza roja Laisha creyó que el rey la citaria y amenazaría por poner en peligro a la heredera al trono de forma tan imprudente. En verdad lo creyó.

Pero fue grata su sorpresa cuando el rey y la reina llegaron a la habitacion que amablemente Rhaenyra le había otorgado cerca de la suya, y recibir sus agradecimientos por protegerla y asegurarse de que no le sucediera nada malo durante la noche.

Por lo que Laisha estaba bastante relajada y sentada desparramada sin importarle ser una dama frente a los ojos de los guardias y sirvientes que entraron a su habitación para dejar el resto de cosas que había dejado en el campamento real.

───¿Está cómoda, lady Laisha?───La pregunta con la voz la hicieron sonreír con falsedad y mirar a la reina Alicent que parecía alegre de verla.

───No tuve tiempo de descansar durante días, ¿cómo amanece la dulce reina?

El rostro de Alicent se sonrojo mientras entraba del todo a la habitación, ordenando a los sirvientes que salieran para poder hablar tranquila con su nueva amiga.

───El embarazo agota───Sincero con una risita, Laisha se levantó ofreciéndole un asiento frente a ella, algo que Alicent no dudo en aceptar───¿Nunca se ha casado, lady?

───No, nadie es suficientemente bueno a los ojos de mi hermano.

───Algun dia llegara un lord que su hermano acepte, y la cuidara fielmente───Le dijo con un ligero brillo en sus ojos, como si fuera su sueño.

Laisha sin embargo, se esforzó en ocultar la mueca ante el claro indicio de un hombre, mordiéndose el interior de la mejilla.

───Si, esperemos que llegue───Le sonrió y Alicent extendió su mano para tomar su brazo.

───Cuéntame más sobre su hogar, me gusta conocer más sitios de los reinos.

───No es un lugar agradable, al menos para usted, majestad───Aseguro viéndola negar.

───Quiero saber.

───Las islas de hierro están en un cabo roto por la marea, es una costa de rocas abruptas y acantilados amenazadores, tiene muchas rocas puntiagudas y si usted viera o alguien más estoy segura de que tendrían temor de caer.

Alicent se acomodo en el asiento acariciando su vientre con una sonrisa al verla concentrada en narrarle sobre su hogar.

───El castillo siempre está húmedo, lleno de agua por las furiosas olas, bastante oscuro por las noches, tres islas para tres torres, la de los greyjoy, el torreón sangriento y el torreón de la cocina, es agradable a veces.

───Puedo notar que ama su hogar.

───Pues... Crecí allí, y tengo mis beneficios como poder estar en barco siempre.

───¿Le gusta navegar?

───Es una de mis pasiones───Afirmó girando para ver su sonrisa encantada.

───En ese caso, cuando dé a luz, me gustaría que me acompañe a Oldtown, quiero presentar a mi bebe a mi familia.

───Si mi reina quiere...

───Por favor, no siga con eso, somos amigas... ¿Somos amigas?───Preguntó al darse cuenta, Laisha la miró.

───Si quiere encontrar en mí a una amiga lo acepto, majestad.

Y si quiere algo más, aun mejor.

Alicent sonrio y abrazo su brazo al tenerlo mas cerca, Laisha volvio a mirar por la ventana notando un dragon amarillo volar por toda la capital.

───Es el dragón de Rhaenyra, debe estar volando con ella.

───Oh, ¿y cómo está la princesa?, desde la cacería no supe más, lo cual fue hace tres días.

───Está bien, el rey le dio la libertad de elegir su futuro esposo y pronto partirá a las tierras de la tormenta.

───¿No necesita de alguien que la cuide?───Pregunto curiosa, Alicent lo pensó.

───Pues, tiene a sir Cristo que es su guardia juramentado, y parece que mi señor esposo mandará a unos guardias a cuidarla.

───El rey quedaría desprotegido en parte, majestad───Reflexiono viéndola asentir.

───Igual aquí siempre estará seguro, todos lo cuidamos.

───¿Cree que el rey me dejaría ir y proteger a la princesa?.

───Puedo hablar con él───Murmuró con una mueca por su interés───Pero creo que si, tienes el favor del rey después de cuidar de Rhaenyra en la noche de cacería.

───No quiero que el rey quede desprotegido, mucho menos usted majestad───Aseguro al ver su desánimo───Prefiero ser yo quien la cuide con su guardia juramentado y que usted siga teniendo una excelente protección.

───Agradezco su pensamiento, lady Laisha───Sonrió retomando sus caricias en su vientre───¿Le gustaría caminar conmigo por los patios?

───Me encantaría, déjeme ayudarla.





Laisha camino por el patio de fosa dragón con una media sonrisa en su boca al ver a Rhaenyra acariciar con cariño a su dragón mientras sir Criston permanecía en su caballo un poco más alejado, agradándole ver esa enorme sonrisa en el rostro de la heredera que flaqueo un poco cuando la vio antes de reafirmarse.

───Lady Laisha Greyjoy───Saludo con picardía.

───Princesa Rhaenyra Targaryen───Saludo igualmente, solo que con una picardía un poco más fuera de la diversión.

───¿Que la trae por aqui?, si quería ver a mi dragona podría haberme dicho en la mañana durante el desayuno.

───Ah, si no le agrada mi presencia solo digamelo mi princesa───Pidió con un rostro afligido, Rhaenyra rodeo sus ojos.

───Me agrada, es la única aquí que entiende el nido de arpías en el que estamos───Susurro y Laisha sonrió.

───¿Sabe la hora que es, princesa?───Pregunto con burla, Rhaenyra frunció el ceño intrigada───Dos de la tarde.

Los ojos de la princesa se abrieron, abriendo su boca antes de mirar a Syrax que hizo lo mismo.

───Carajo.

───La boquita───Regaño divertida, Rhaenyra la remedo un poco, riendo.

───Me parece que tengo que volver de urgencia───Se burló con una pequeña risa.

───Volvamos con su guardia, ¿se me permite subir con usted a su caballo?

───Tiene mi permiso, lady Greyjoy───Afirmó caminando con elegancia, Laisha miró el traje de montar dragón que cargaba encima sonriendo al ver la similitud con los que ella usaba usualmente; solo que los suyos son de cuero y los de ella no.

Rhaenyra se subió a su caballo blanco y Laisha no tardó en imitarla sujetando las riendas con la princesa al frente.

───¿Ya almorzó?───Pregunto curiosa, Laisha asintió.

───Me encargue de que la comida esté lista para cuando usted llegue, después de volar por tanto tiempo debe estar hambrienta supongo.

───Tiene razón, le agradezco tal gesto───Le sonrió girándose para mirar a sir Criston───Y tu, ¿porque no me avisaste de la hora?

───Se vio muy feliz con Syrax, princesa, no podía interrumpirla.

───Lo justificó───Susurro notando que la atención de Rhaenyra volvió a ella───Se veía usted muy hermosa y feliz con su dragona, el vínculo debe ser hermoso.

───Syrax es hermosa, me encanta mimarla y hacerla sentir como lo que es; la dragona de la futura reina de Westeros.

───Me agrada verla tan segura.

Rhaenyra giró y la miró con calma antes de sonreír y mirar al frente nuevamente.

───Cuando sea reina, ¿usted será la primera en apoyarme?───Pregunto engreída, mirándola con malicia burlona en sus ojos.

───Hmm, si recibo honores, si.

───Mujer de negocios───Se burló haciéndola reír.

───Lo soy───Acepto para diversión de Rhaenyra y Criston.





Para el anochecer, Laisha no pudo evitar encontrarse de frente a la mano del rey cuando estuvo evitándolo por los pocos días de llegada a la capital. Encontrando lo desagradable que era el hombre con solo verlo cercanamente.

Recordaba vagamente que su padre le había dicho, en el funeral de su madre, que no se acercara al que en ese entonces era el príncipe heredero Viserys y al lord mano, más que nada a la mano del rey. Y al momento en el que pregunto el motivo él sólo contestó que era un viejo nefasto que estaba obsesionado con tener a sus allegados y aliados bajo su poder.

No era tan diferente a ella en ese sentido, el poder hacia a la persona, depende como dejaría la persona que el poder la cambiará.

───Lady Greyjoy, un placer conocerla───Afirmó con voz solemne, Laisha asintió.

───Un placer, lord mano, ¿que hace por aquí a estas horas de la noche?

───Lo mismo le pregunto───Se rio ligeramente───Iba en camino a ayudar a nuestro rey, ¿y usted?

───Iba a ver a mis hombres───Mintió, una mentira que fluye con naturalidad y seguridad, una mentira que reflejaba una preocupación por su gente.

───Espero que hasta ahora su estancia aquí sea plácida, mi lady.

───Lo es, lord mano, gracias por sus deseos───Le sonrió un poco antes de empezar a caminar.

Pronto él estuvo a su lado ofreciéndole su brazo, a lo que ella lo aceptó para fingir.

───Puedo ofrecerle una mejor estancia, un lugar en la capital, mi lady.

Ella sabía que el hombre estaba enterado de cómo era ella, pero no sabía de lo que era capaz.

Otto Hightower no sabía el tipo de mujer que era, pensaba que con amabilidad y ofreciéndole un puesto allí la tendría a su lado para sus planes en el futuro.

───¿Una lady con un mejor puesto?, ¿como cual?───Pregunto curiosa, divirtiéndose al ver su rostro engreído camuflado en solidaridad.

───Ser la dama de compañía de la reina, ser una dama que cuide del príncipe Aegon───Dijo orgullosamente, Laisha apretó sus labios para retener la burla que quiso salir.

Debía seguir con ese rostro amable.

───Oh, suena un buen puesto, tengo que consultarlo con mi hermano, lord Dalton.

───Su hermano lucha valientemente en los peldaños de piedra, no debemos distraerlo mi lady.

Laisha asintió, igual acudiría a su hermano, una orden de él sería suficiente.

Mas que nada por que el rey respetaba a los tres hermanos Greyjoy, Laisha seguía sin saber por qué la reina Alicent le había comentado eso.

───Lo pensaré, hasta aquí llegó nuestro camino, lord mano, nos vemos en la mañana───Murmuro con una sonrisa alejándose.

───Que descanse, mi lady───Se despidió antes de seguir con su camino.

Laisha se asqueó sobando su brazo, caminando con más rapidez hasta su habitación, sus hombres podían esperarla mañana.

Dentro encontró a dos doncellas limpiar las mesas y acomodar las cortinas, por lo que con rapidez pidió que prepararan su baño de agua fria y encendieran la chimenea.

Iba a quemar el maldito traje que cargaba encima.

───Su baño está listo, mi lady.

───Pueden retirarse.

Las doncellas salieron y Laisha no tardó en quitarse cada capa de ropa hasta estar en el camisón blanco que se ceñía a su esbelta figura, una vez la lanzó al fuego y la vio convertirse en cenizas se fue hasta su baño, quitándose el camisón con rabia y sin parar en los detalles de su cuerpo se hundió en el agua fría.

Su cuerpo estremeció, cerró los ojos hundiendo sus hombros y casi toda su cabeza, sus oídos debajo del agua se escuchaban como la vez en la que su barco se hundió y las olas chocaban su cuerpo y lo hundían cada vez más hasta que la oscuridad casi se la trago.

Pero después subió y se ganó su apodo con el honor de los hijos de hierro, tomando lo que quería.

De pronto, su instinto se agrandó, sus oídos tomaron más capacidad y su cabeza salió del agua para mirar atrás suyo.

Había algo.

Salió de la bañera y se puso encima un abrigo largo, un cuchillo para velas estaba frente suyo y no dudo en tomarlo para caminar de vuelta hacia la habitación. Sus ojos fueron desde los rincones hasta la chimenea en la que su ropa seguía quemándose.

Un pequeño ruido detrás suyo la hizo girar y retroceder con rapidez cuando una mano fue a tomar su cuello, la otra fue a golpearla con un cuchillo aterciopelado, Laisha tomó la muñeca del mismo y golpeó el cuerpo contrario contra la pared usando su propia fuerza para clavar su cuchillo en el abdomen.

El hombre gruñó empujándola con el cuchillo, Laisha volvió a lanzarse y golpearlo una y otra vez contra la pared antes de tomar un jarrón de hierro y golpear con él su cabeza.

Laisha se alejó, sintiendo escozor en su abdomen bajo su mirada para encontrar el cuchillo enterrado en su piel y la sangre desbordando por su cuerpo, se rió sutilmente volviendo a mirarlo en el piso, recomponiendose, mirándola fijamente.

───¿Lady Greyjoy?───Llamaron detrás de la puerta, el hombre abrió sus ojos y se levantó con un mareo, Laisha permaneció impasible───¡Lady Greyjoy!

───¿Quien te envió?───Pregunto sabiendo que era inutil, Laisha camino hasta la chimenea para tomar una tela y ponerla alrededor del cuchillo.

Lo siguiente lo supuso, el hombre se lanzó sobre ella de nuevo, tomando su cabeza y poniéndola casi encima del fuego, Laisha forcejeo y golpeó su cabeza con el mentón de él antes de tomar la pieza de su antigua ropa quemados y golpeándola contra el rostro del sujeto.

Los gritos y jadeos de dolor la hicieron sonreír sutilmente, la puerta se abrió y los guardias ingresaron rodeando al hombre mientras Sir Harrold se paraba a su lado y la ayudaba a mantenerse en pie, cubriéndola más con la sábana de la cama.

Laisha escuchó el ruido alarmado del sir cuando vio su guante de hierro cubierto de sangre que desbordaba de su abdomen.

───¡Llamen al maestre, lady Greyjoy fue herida!





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