𝐔𝐍𝐎| Será mía |
18 de noviembre de 2021
Las hermosas modelos están preparándose para el mejor evento de Victoria Secret, con excelentes diseños que fueron amoldados perfectamente para cada una de las chicas presentes en aquel camerino. Pequeñas luces doradas adornaban el lugar e invitados especiales ya esperaban en sus respectivos lugares para poder presenciar el desfile.
Daliah estaba contenta, la dopamina de su cerebro la hacia sentir demasiado entusiasmada y con ganas de divertirse a lo grande, demostrando de que estaba hecha así como sus dotes de ser la mejor modelo del país.
Desde que tenía 12 años y veía a los Ángeles de Victoria Secret desfilar, supo que su objetivo principal sería eso, llegar a estar en los mismos pasos que Adriana Lima o Bella Hadid. Aunque tuvo grandes altibajos por recibir rechazo de la mayoría de sus compañeros por tener una apariencia delgada o no tan madura como las de su edad, su alta autoestima hizo que persiguiera sus sueños, cumpliendo cada uno de ellos con la ayuda de su familia.
Ahora era considerada la mujer más bella del mundo, inspirándose en su belleza para recrear personajes femeninos como ella, sus ojos azules eran la atracción de la comunidad masculina, pero ninguno entraba en su tipo de ideal.
—¡Daliah, te ves realmente sexy amiga! —exclama una pelinegra de tez morena, piernas largas y de pechos grandes, pero no exagerados.
—¡Gracias Andy! Pero aunque no lo creas, estoy muy nerviosa. —dijo son una sonrisa forzada.
Miraba a su alrededor como las demás modelos portaban lencería de distintos colores pero que resaltaba la temporada de otoño-invierno, algunos llevaban alas como ella, otras solo llevaban los diferentes diseños de lencería qu había realizado Seokjin, el mejor diseñador de Europa.
-Por cierto, dijeron que habrá un invitado especial en el desfile. -mencionó la pelinegra mientras se veía en el espejo, retocando sus labios con su gloss Dior.
—¿A sí?—preguntó un poco desinteresada la castaña. —¿De quién se trata?
—Escuché que es un hombre joven, trae el pelo largo, rizado, de color negro y con una pequeña cicatriz en el rostro, pero eso le hace ver realmente cogible.
—¡Estás demente Andrea!—dijo divertida por los comentarios tan directos y con doble sentido de parte de su amiga.
Ambas rieron y siguieron platicando un poco del evento. Todas las mujeres que se encontraban en el lugar morían por salir a desfilar, cada una mostrando su belleza que resaltaba en cada lugar donde hacían acto de presencia. Sin embargo, había una pelirroja que miraba con recelo a Daliah, odiaba verla lucir ante las personas, que resaltara con su belleza y su escultural cuerpo, la aborrecía demasiado que simplemente no podía estar cerca de ella.
Pero lo que detestaba más era que a la fémina le diera igual lo que pensaran de ella o hablaran a sus espaldas. Daliah era una mujer bella y aprendió que solo ella debía amarse tanto como su vida le dictara, porque nadie lo haría de manera honesta como solo
— ¡Bienvenidos al Victoria Secret Fashion! —se escuchó aquella voz que sería el portador de aquella noche donde deslumbrarían aquellas mujeres hermosas.
Los aplausos y gritos de los presentes no se hicieron esperar, la audiencia estaba ansiosa por ver las presentaciones de cada modelo, pero en especial, la más aclamada de la noche.
—Permítanme decirles que este año viene con muchas sorpresas para este desfile.
Más aplausos se escuchan en el lugar, el público moría por ver a sus modelos favoritas y los artistas que harían abertura al show, estaban más que nerviosos, en especial aquel chico de ojos gatunos que sentía el sudor en sus manos al ver como el hombre anunciaba su nombre para iniciar el evento.
—Como mencioné anteriormente, hoy traemos bastantes sorpresas para ustedes, pero uno en especial que es querido por fans de todo el mundo y ha liderado listas importantes dentro y fuera de su país.-aquel joven sentía su corazón latir desenfrenado por la emoción y la adrenalina del momento.—¡Recibamos con un fuerte aplauso a August D!
Yoongi salió con su característica guitarra viendo con una sonrisa a los fans que gritaban eufóricos al escucharlo cantar con aquella voz que hacía delirar en encanto a todo el público femenino.
Seesaw era una hermosa melodía que deleitaba él con su voz ronca y sensual, llenando de encanto a la mujer que pasaba por su lado. Daliah daba pasos seguros en aquel camino, mientras por unos segundos aceptaba la mano que el pelinegro le tendía y ella le daba una de sus más hermosas sonrisas, cautivándolo al instante.
Jungkook veía con detenimiento desde su lugar a la castaña de orbes azules, su lencería negra junto a las alas que portaba, lo habían hinoptizado por completo, así que supo en ese instante que la quería para él. Era un empresario joven y demasiado cotizado, un soltero que para las mujeres que lo rodeaban, era el blanco perfecto para solucionar sus problemas económicos.
Él era un hombre guapo, con un aura intimidante pero a la vez atractiva, esa noche portaba un traje gris con una camisa negra y una corbata del mismo color, sus zapatos brillaban tanto que eso lo hacía ver elegante, su pelo era negro, dividido a la mitad, mostrando su rostro varonil.
—¿Quién es ella?—preguntó a la mujer que tenia a su lado.
—Es Daliah Blair, la hermosa Ángel de Victoria Secret, aclamada por bastantes marcas de lujo y el rostro de Dior por su inigualable belleza.—respondió Somin, su asistente.
Era una mujer de 21 años que a su corta edad, sabía sobrellevar la agenda de su jefe, además que estaba a punto de terminar la Universidad, la experiencia le sería demasiado útil para seguir el camino de sus éxitos a futuro.
Las personas opinaban respecto a ello, de la corta edad de la asistente de Jeon Jungkook, imaginando que el tatuado la usaba para satisfacerse sexualmente, sin embargo, la idea era errónea, pues la rubia era familiar del hombre más rico del país.
Jeon Somin era la prima de Jungkook, una linda chica de cuerpo esbelto y bello rostro. Y aunque eran pocos quienes sabían que ellos dos eran parientes y de la misma sangre, a las demás personas les quedaba en mente que eran amantes.
—Es hermosa. —dijo cautivado, mientras acariciaba su labio inferior.
—Lo sé, si fuera lesbiana, me metería con ella. —comentó la rubia mientras veía a las demás modelos pasar, hasta que observó a una pelirroja ver a su primo con lascivia.
Jungkook se percató de esto, sonrió ante la coquetería de la mujer y dio una leve reverencia, no era la primera ni la última fémina que hacia eso, simplemente estaba acostumbrado a que ese tipo de mujeres imploraran porque él las follara, sin embargo, ella no encajaba en su círculo vicioso de chicas bellas.
—Necesito que busques toda la información de ella. —soltó tan de repente.
—¿La pelirroja? —preguntó asombrada.
—No, no es mi tipo ni tampoco me apetece ser el suyo. —suspiró para volver a hablar. —Hablo de la hermosa mujer de ojos azules, Daliah Blaire.
—Oh...en ese caso veo imposible que te haga caso. —dijo divertida Somin, ganándose una mala mirada por parte de su primo. —No me mires así, sabes que es verdad, ella no se ve del tipo de mujer como con las que sueles meter a tu cama para meterle la polla-
—¿Sabes qué? Olvídalo, lo haré por mi cuenta y verás que pronto ella será mía.—respondió seguro mirando de nuevo hacia el frente donde la castaña salía con un conjunto rojo que relucía su figura y que al darse la vuelta, remarcaba mejor su trasero redondo.
┅┅┅┅┅┅┅༻❁༺┅┅┅┅┅┅┅
Días después
El olor a aire puro y un café caliente enriqueció a la castaña, luego de aquel evento, supo que sus días estarían agotadores por la insistencia de marcas de lujo y de ropa por querer que perteneciera a una de ellas.
Pero sin duda alguna, Dior era su marca favorita hasta el momento junto a Bulgari, eran las compañías que la trataban mejor que a una reina, y eso la motivaba a serles fiel para no traicionarlas.
—El cantante del show que hizo la presentación hace unos días, no dejó de mirarte ni por un segundo.
Daliah volteó a ver a su mejor amiga y sonrió divertida. Era cierto, el surcoreano no le quitó la mirada de encima hasta terminar el desfile, aún podía sentir el roce de sus manos cuando este se la brindó gustoso y ella aceptó ante el acto del rapero.
—¿A él te referías con que se veía cogible?
—Yo...—La mujer iba a responder pero una llamada entrante interrumpió su plática.
Era SeokJin que necesitaba verlas cuanto antes, quería entregarles un pequeño regalo por el éxito que había sido el show, además que las prendas se agotaron en pocas horas después del lanzamiento.
—¡Iremos allá, cuídate! —respondió la castaña, finalizando la llamada.
—¿Qué te dijo? —preguntó la pelinegra mientras se preparaba un café.
—Dice que quiere vernos para darnos un obsequio, está contento por los resultados positivos que tuvo su marca de ropa y el show este año. —comentó orgullosa, mientras daba saltitos en su lugar llena de felicidad.
—Deja de brincar así que tus tetas rebotan y me desconcentran. —la pelinegra sonrió al ver a su amiga acercarse a ella ofendida, para luego darle un codazo y comenzar a reír avergonzada.
—¡No seas guarra! Mejor hay que apresurarnos porque Jin se pondrá como loco si llegamos tarde.
—Está bien, solo porque quiero ver su hermoso rostro aunque a veces sea muy molesto.
Daliah asintió y mordió un poco de su tostada con mermelada de fresa. Sabía que Andrea tenía un flechazo por el diseñador de su marca favorita y que fue el encargado de hacer los diseños del show que se hizo hace poco. Ambos se habían conocido en un evento de Bulgari, congenearon tan bien que se volvieron grandes amigos, pero lo que se le hacía gracioso era su personalidad egocéntrica, lo que la hizo pensar si era un hombre con gustos peculiares y vaya que lo era.
Seokjin no era homosexual, todo lo contrario, era un hombre atractivo parecido a un Dios griego, eso fue lo que cautivó a la pelinegra que tenía enfrente suya.
—¿Por qué no lo invitas a cenar? —sugirió la modelo.
—¿Sabes que tiene a mujeres mucho mejor que yo detrás suyo? Esta vez paso, no quiero vivir un momento de rechazo por él en mi vida.
Blaire rodó los ojos ante la baja autoestima de su amiga acerca de las relaciones amorosas, tenía una inseguridad grande luego de encontrar a su ex novio cogiéndose a su madre en su recámara.
¿En verdad valía la pena arriesgar sus sentimientos por otro hombre?
—No creo que él sea esa clase de hombre, ya lo conocemos desde hace mucho, además, él también te ve de una forma diferente a lo de una amiga.
—Aunque insistas, no lo haré.
—¡Por favor!—dijo con un toque de manipulación en sus palabras. —Quiero verte feliz y plena con el hombre que te gusta.
Andrea la miró molesta, pero asintió levemente, después de todo, no perdería nada con intentarlo, o a lo mejor si, su preciada dignidad.
—Mejor déjame desayunar tranquila y después vamos a verlo.
—¡De acuerdo!
Ambas continuaron desayunando, hablando de anécdotas sobre su vida diaria. El timbre sonó e interrumpió su plática, lo que las dejó desconcertadas, era un poco temprano para recibir visitas.
—¿Pediste algo? —pregunta Andrea, a lo que Daliah negó. —Iré a ver.
—No, tu termina de desayunar, yo iré.
—Bueno...
La mujer se limpió la boca para quitar los restos de pan y fue hacia la puerta para ver quién era. Al abrirla, se topó con un gran ramo de rosas que impedían ver el rostro de la persona que las traía.
—Disculpe, ¿Quién es? —preguntó.
—Lo siento, ¿usted es Daliah Blaire?—respondió el hombre.
—Sí...pero creo que está equivocado, yo no he hecho un pedido de rosas.—comentó divertida.
—¡Oh! Temo que no sea una equivocación, me mandaron a esta dirección para entregarle este ramo.
Andrea veía todo con una sonrisa divertida.
—Tome... —el chico entregó las rosas y se despidió para irse del lugar.
Daliah con dificultad pudo agarrar las flores, así que con cuidado las puso sobre la mesa y soltó un suspiro.
—Vaya, ahora tienes a un admirador secreto. —dijo con picardía la pelinegra.
Daliah rodó los ojos y buscó entre aquellas rosas una tarjeta que pudiera indicar quién era el remitente o el admirador secreto como le dijo Andrea.
Encontró la pequeña tarjeta y leyó con detenimiento lo que decía en el papel:
"Te quiero hacer el café, el amor y la persona más feliz del mundo. "
JK
—¿Qué? —dijo para después reír por aquella nota, era un poema poco romántico que insinuaba muchas cosas.
—¿Qué sucede? —interrogó a la chica, pues no dejaba de reír cada que leía la nota.
—Léelo por ti misma—le entregó la tarjeta y fue hacia el comedor para recoger lo que habían desayunado con la ayuda de Nini, su sirvienta.
—¡Amiga, este hombre quiere darte de todo menos consejos! —gritó eufórica.
—Ni siquiera lo conozco, solo vienen las iniciales de "JK".—dijo con total desinterés. —Mejor apresúrate, que llegaremos tarde.
┅┅┅┅┅┅┅༻❁༺┅┅┅┅┅┅┅
Jungkook penetraba desde atrás a la rubia que tenía sobre la cama del hotel, la follada con dureza y rapidez mientras azotaba sus nalgas a la par de las embestidas, esta se encontraba en cuatro, dándole un vista espectacular de su coño mojado y sus nalgas que rebotaban por cada embestida suya.
Nora, era una joven hermosa, tenía un cuerpo esbelto que no pasó desapercibido para el tatuado, pues poco le importó que fuera la hija de su futuro socio.
En parte no podían culparlo, la chica lo había hostigado en su Oficina aprovechando que su padre hablaba con los empleados de la empresa y tomó eso como una oportunidad para poder ligar con el futuro socio de su padre, para después chuparle la polla ahí mismo, lo que desató un deseo mayor hacia el hombre. Desde que lo vio no dudó ni un segundo en idear un plan para fóllarselo y no es como que Jungkook negara ante esa idea.
Es así como ambos llegaron a un cuarto de hotel donde llevaba a todas sus conquistas, para cogerlas y después hacer de la vista gorda, sin importarle en lo más mínimo que pasaría con ellas.
—¡Ah, sí! ¡Sigue, dame más Jungkook! —gritó agudamente la fémina, apretando la polla del pelinegro en su interior.
Sentía perfectamente las venas de su miembro, lo que la volvía loca de placer. Jeon mordía su labio inferior ante las sensaciones de su próximo orgasmo, tomó el cabello rubio de la chica en una coleta y empezó a follarla más duro. En la habitación solo podía escucharse el golpeteo de sus testículos contra su culo, y la verdad es que la mujer no estaba para nada mal ante el espectáculo que le daba desde esa posición.
Podía ver gracias al espejo que se encontraba frente a la cama, como sus pechos rebotaban por sus embestidas secas, rápidas y duras.
—Para ser la hija de mi socio, te comportas como una puta mientras te follo. —murmuró con su voz ronca en su oido.
Nora tan sólo sintió que la excitación aumentaba por la forma en que este le hablaba, la estaba pasando mejor que nunca con el pelinegro que supo de inmediato que no sería la última vez, o eso creía ella, pues para el empresario no había segunda vez con las mujeres que se follaba sin resentimiento alguno.
—¡Mmm! —gimió al sentir los espasmos de su orgasmo.—M-me encanta que me folles así de duro...
Una, dos, tres estocadas sirvieron para que ella pudiera correrse, manchando las sábanas de la cama.
—Ufff, nada mal eh... —exclamó divertido el hombre, saliendo de su interior. Se quitó el condón de su miembro y lo tiró en el bote de basura, volteó a ver a la chica y sonrió orgulloso por dejarla agotada. —¿Solo fue una ronda y ya estás cansada? Siendo una adolescente con cuerpo de mujer madura, esperaba que al menos rindieras un poco más, que decepción. —confesó con burla.
—¿Y quién dice que no puedo aguantar otras rondas más de sexo? —inquirió divertida.
—A sí... demuéstralo entonces...niñita.
Nora sonrió con malicia, acercándose a él para después colocarse en la mejor posición y tomar su miembro comenzando a darle besos desde la base donde se encontraban sus testículos hasta la punta. Empezó lamiendo la punta de su pene endurecido, sintiendo de nuevo el sabor de su semen, ella no objetó cuando sintió el agarre brusco de Jungkook en su cabello y metió su pene por completo en su boca, provocándole una arcada que poco le importó al tatuado.
Una llamada entrante interrumpió su momento de calentura, pero no evitó que la rubia siguiera chupándole la polla, simplemente él tomó su teléfono y respondió.
—¿Señor?—preguntó aquella voz.
—Sigue, lo estas tomando muy bien nena... —gimió gustoso ante la vista de los ojos verdes que se encontraban llorosos de la rubia, ocasionando un momento de incomodidad para el chico que había decidido llamarlo y escuchaba todo en aquella llamada. —Dime Soobin, espero sea importante lo que tengas que decir.
—Ummm, s-si... —respondió nervioso. —Es sobre el encargo que me pidió, la chica lo recibió.
Jungkook sonrió, mostrando su hermosa dentadura, mientras follaba bruscamente la boca de la chica que tenía abajo trabajando con su parte íntima.
—Muy bien Soobin, ¿te dijo algo?
—N-no señor, solo que estaba poniéndose un poco terca al no querer recibir el ramo.
Jeon borró su sonrisa de golpe y apretó la mandíbula del enojo, era estúpido que se molestara por algo que no tenía sentido, pues la castaña aún no sabía de su existencia, así que lo dejaría pasar por el momento.
—Entiendo. ¿Dejaste la nota? —indagó curioso, sintiendo su miembro estallar en la boca de Nora, quien tomó gustosamente el líquido espeso sin rechistar.
—Si señor Jeon.
—Perfecto, te marcaré de nuevo para pedirte otro favor.
Sin esperar respuesta del otro lado, colgó la llamada.
—¿En qué estábamos? —preguntó con una sonrisa, a lo que la chica lo miró lascivamente.
Se levantó desde la posición en la que estaba y se recostó en la cama, abriendo sus piernas para mostrar la humedad de su coño mientras pasaba sus dedos en este, estimulando un poco antes de ser follada de nuevo por el tatuado.
Jungkook sonrió, tomando sus piernas para jalarla hacia él, tomó su pene con su mano tatuada y lo alineó a su entrada, sin más metió de golpe su pene en ella, sacándole un grito por la intromisión en su interior.
—N-no te pusiste el preservativo...—dijo ella con nerviosismo.
—Tú solo abre bien las putas piernas para cogerte mejor.
┅┅┅┅┅┅┅༻❁༺┅┅┅┅┅┅┅
Daliah miraba con aburrimiento la pelea que tenía en ese momento su mejor amiga y Seokjin, pues el hombre había decidido que era un buen regalo darles un boleto de avión para que lo acompañaran a la boda de su amigo Taehyung.
Pero no era eso lo que había molestado a la pelinegra, sino que el castaño decidió que era mejor tomar el vuelo ese día, y solo tenían menos de una hora para ordenar sus maletas e ir al aeropuerto.
—¿Es qué acaso no podías decírnoslo antes? ¡Eres un imbécil!
—¿Podrías callarte? ¡Agradece que estoy invitándote, porque si por mi fuera, te dejaba aquí en tu soledad sin que Daliah te haga compañía!
Andrea estaba aguantando demasiado para no soltarle un golpe en ese momento, pero es que ver a Jin molestó por su actitud la ponía demasiado.
—¡Entonces no iré! —gritó fingiendo indignación.
Jin soltó un suspiro de cansancio y sobó su sien por la insensatez y terquedad de la pelinegra.
—¡Bueno ya! —gritó Daliah harta de escucharlos pelear. —Seokjin nos ira a dejar a mi casa, organizamos nuestras maletas, subimos a ese estúpido avión y fin del asunto.
Dicho esto, la chica salió de la casa de su amigo, mientras que ambos se quedaron sorprendidos por la actitud de la castaña.
Y así como lo ordenó, Seokjin las llevó a su casa para ordenar sus maletas y una vez listas, fueron directamente hacia el aeropuerto.
—Pasajeros con destino a Corea del Sur, favor de abordar el avión que está a unos minutos de despegar. —dijo aquel parlante, lo que nos llevó a correr como si fuera un maratón.
Después de todo, Daliah amaba viajar y que fuera el país donde era su amigo, le encantaba aún más. No era la primera vez que viajaba a Corea, ella estaba acostumbrada a viajar en diversas partes del mundo, quería conocer las maravillas de cada país, en especial, Brasil.
—¡Andando, muevan su trasero!—gritó el castaño, para seguir su camino hacia donde revisaban las maletas y entregaba el pasaporte, junto al boleto de avión, los trámites de siempre para abordar un avión.
Andrea y Daliah estaban en la fila esperando su turno, pero al ver como un hombre corpulento se metía a esta, les molestó demasiado.
—¡Oye tú!—protestó la pelinegra al ver al hombre formarse así de la nada sin importar que las demás personas esperaban pacientemente su turno.—¿Qué haces metiéndote en la fila? Respeta a las personas que llevan rato aquí esperando su turno de forma correcta.
El hombre vestía completamente de negro, portando una gorra gris junto a sus lentes, lo que hacía verlo intimidante. Volteó hacia la voz que le había gritado y tan solo rió para luego pasar sin siquiera disculparse, no sin antes voltear para ver a la hermosa mujer de ojos azules que lo veía expectante.
—Tranquila, ya nos toca, no armes alboroto por algo que no vale la pena.—murmuró Daliah, para después recibir su pasaporte y dar las gracias. Espero a que su amiga repitiera el mismo procedimiento y ambas corrieron para poder alcanzar a Jin, quién las esperaba en la entrada del avión.
Los tres amigos subieron y se dirigieron a sus respectivos lugares, SeokJin se había encargado de comprar los boletos en el área VIP, odiaba estar rodeado de tanta gente que no conocía. Una vez que aquel trío se acomodó en sus respectivos lugares como los demás pasajeros, el avión despegó dirigiéndose a la otra parte del mundo.
—¿Vemos una película?—preguntó Andrea, mientras interactuaba con el aparato frente a ellos para poder ver cualquier cosa y que pudiera distraer a los pasajeros. —Será un largo viaje y eso servirá para matar el tiempo.
—Yo iré al baño un momento.—comentó Daliah, a lo que sus amigos asintieron.
Salió de aquella área y fue hacia el baño, pero antes chocó con un pecho fuerte que la hizo caerse de sentón ante el choque de sus cuerpos.
—¡Joder, lo siento tanto!
El misterioso hombre se agachó para poder ayudarla a levantarse, la castaña aún no lo miraba con detalle hasta que al levantarse miró a la persona que la hizo caer. Aquellos orbes negros y profundos la dejaron hipnotizada unos segundos, era guapo, un piercing en el labio inferior, cabello oscuro, cejas pobladas y ojos como los de un conejo.
—Discúlpame, venía distraído. —habló el tatuado. —Soy Jungkook, un placer.—le ofreció su mano para que esta la tomara, pero quedó estático al ver que ella tan solo lo miró con recelo sin siquiera aceptar su "saludo".
—Oh...igual fue mi culpa, lo siento pero debo ir al baño.
Pasó a su lado sin siquiera tomar su mano, ignorándolo, lo que ocasionó gran molestia para Jungkook, quien bufó por sentirse rechazado. Aunque para él no le sería difícil conseguir lo que quisiera, no le importaba que aquella mujer fuera desconfiada, haría lo que estuviera en su alcance para poder lograr que estuviera comiendo de la palma de su mano.
Hola, lo prometido es deuda así que les traigo el primer capítulo de esta historia. Advierto que no es una historia de amor, prepárense para lo que se viene 👀.
¿Qué creen que pase entre Daliah y Jungkook?
¿Qué les parece la actitud de Jungkook y la modelo?
Déjenme en sus comentarios que tal les parece la historia. Nos leemos mañana con el otro capítulo, besos 💋.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top