𝐓𝐑𝐄𝐒| Perdón |
¡¡¡ACLARACIÓN:!!!
Antes que nada, quiero que presten atención a las fechas, porque habrá cosas que puede incluir en los próximos capítulos y probablemente no entiendan este capítulo pero en el próximo se verá a fondo todo lo que pasará con los protagonistas.
CD: MelyLim, por ayudarme escribir este capítulo 💗🫂
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10 de octubre de 2022
El empresario había cumplido su palabra, tener a Daliah y hacerla suya a como diera lugar, aunque eso significara que drogara a su mejor amiga para poder follársela como había deseado después de verla en aquella boda. Era un hombre sin escrúpulos, no le importaba lo que tuviera que hacer para conseguir lo que quisiera a pesar del daño que pudiera ocasionar, así era su rutina.
Muchos se preguntarían porque actuaba de esa forma, pero la respuesta era simple, porque él así lo quería. Ni siquiera le importó ver llorar a la pelinegra, gritando de dolor y verguenza por haberle fallado a su mejor amiga, jamás pensó que Jeon Jungkook sería un hombre tan repugnante, incluso llegó a pensar que podía ser una pesadilla, pero al escuchar la risa del tatuado, sintió como si un gran balde de agua fría le cayera sobre el cuerpo, lo peor, se sentía la mujer más sucia, no recordaba absolutamente nada, ni de como llegó a estar con él en el cuarto de hotel desnuda.
Pero a Jungkook le daba lo mismo, simplemente salió del lugar para ir con Daliah, como le prometió, aprovecharía esa cena para proponerle ser su novia y quizá, si todo salía como lo planeó, la haría su esposa.
-—¿Te gustó la comida?—preguntó con una sonrisa.
—¡Me encantó!—respondió la castaña, mientras lo miraba con un hermoso brillo en sus orbes azules.—Por cierto, te escuché agitado en la llamada y oí sonidos extraños, ¿está todo bien?
El pelinegro quedó estático por unos segundos, pero finalmente le sonrió para poder responderle con una gran mentira que sería el inicio de las desgracias que se avecinaban.
—Estaba en una junta, así que hablé en voz baja pero estaba nervioso que me descubrieran hablando contigo, es por eso que me escuchaste así.—mintió.
—Entiendo...—soltó una risita mientras ambos no dejaban de verse.—mmm, ¿nos vamos?—Jungkook asintió, mientras pagaba la cuenta, dejando que la castaña lo esperara afuera del restaurante.
Al terminar, se dirigió a la modelo, no sin antes colocarle su saco para protegerla del frío a lo que ella le agradeció besándole la mejilla. El tatuado esperó a que le trajeran su auto, esperando unos minutos hasta que finalmente apareció, dejando que la castaña subiera primero no sin antes escanear su cuerpo de arriba a abajo, mordiendo su labio inferior en el proceso. Una vez que ambos subieron al auto, el pelinegro manejo en sentido contrario, lo que dejó confundida a la mujer.
—¿A dónde vamos?—indagó curiosa.
—Es una sorpresa.—exclamó el tatuado, sin dejar al mirar al frente.
—Adoro las sorpresas.
Daliah lo veía embobada, prestaba con suma atención cada movimiento que hacía al tomar el volante y jalar la palanca de cambios, mostrando las venas de sus manos, era atractivo a simple vista que sentía que tendría una orgasmo solo con verlo. No tardó mucho en que Jeon llegara al lugar donde había preparado todo para ambos, en especia, para ella. Al estacionarse, fue el primero en bajar no sin antes tomar una bufanda de color dorado para ir hacia donde estaba la chica, que al verlo no pudo evitar admirar su belleza.
—Te vendaré los ojos y una vez que esté listo, te lo quitaré.—la mujer asintió y siguió cada una de sus indicaciones hasta quedarse quieta y sentir como le quitaban aquella prenda.—Ahora, abre los ojos.—susurró en su oído.
Acató sus órdenes y abrió sus ojos sorprendida sin poder creer lo que estaba viendo. Unas letras grandes con luces en el interior, le hacían la pregunta que tanto esperaba:
¿PUEDO SER TU NOVIO?
Lágrimas salían de sus ojos al ver el hermoso detalle que Jungkook le tenía preparado, así que sin más, no dudó en girarse e ir hacia él para susurrarle miles de veces la palabra "sí", otorgándole el permiso de que fuera su novio, para después besarlo con profundidad.
—No sabes lo afortunado que me estoy sintiendo en estos momentos.—murmuró cerca de sus labios para volver a besarla.
Daliah no podía describir como todo había empezado a relucir su vida desde aquella propuesta de novios, hasta que finalmente llegaran a la formalidad de la relación, el ansiado matrimonio. El tiempo pasaba volando, su vida juntos estaba empezando, las mini peleas que tenían pero con unas buenas rondas de sexo después de solucionarlo, intensificaba aún más su amor, o cuando ella por fin haya escogido su vestido de novia en compañía de sus mejores amigos, aunque descartó esa idea al ver que SeokJin le había diseñado el suyo como primer regalo de bodas. Todo pasaba demasiado rápido que ahora no comprendía como se encontraba en el mero día de su ceremonia de bodas, su amiga Andrea intentaba calmarle los nervios, pero se sentía una horrible persona al verla y recordar por lo que vivió con su futuro esposo, y claro que pensó las veces en las que podía confesarle su traición, pero las amenazas constantes del empresario eran más valiosos que los de ella a su lado.
—¡Te ves hermosa Daliah! ¡La novia más bella del mundo!—exclamó Mattew al tomarle las fotos. —Jungkook se ganó la lotería contigo, es que tu belleza es inigualable mi amor.—dijo con un tono seductor que solo él y ella podían entender.
Mattew Tompson no era heterosexual, era un gay que amaba tomar las mejores fotografías como lo eran Daliah y Andrea, pero adoraba más a la castaña, simplemente era su favorita.
—¡Daliah, ya es hora!-gritó YoungMi, la hermana de Kim.—El novio te está esperando.
Iba a dar un gran paso en su vida con el hombre que amaba y sentía que estaba empezando la primera etapa de su felicidad, porque con él, lograba a su corazón mantenerlo sano y lleno de amor verdadero.
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Jungkook apretaba las nalgas de su esposa mientras esta lo montaba con maestría, sus tetas rebotaban cerca del rostro del pelinegro, quien gustoso las chupo, mordió y amasó a su gusto. Su pene entraba y salía del interior de la fémina con rapidez, ella gritaba por las sensaciones de tener a su esposo follándola tan bien.
—Eres jodidamente hermosa. —exclamó el tatuado mientras tomaba sus caderas, penetrando su interior con fuerza.
Sus testículos chocaban contra sus nalgas, creando un sonido obsceno en la habitación, Daliah emitía sonidos y gritos de satisfacción al sentir como Jungkook tocaba en su punto dulce que la volvía loca de placer.
—Ah...Ah... ¡Jungkook! —gimió la fémina, mientras seguía montando al pelinegro, quien apretó su cuello para jalarla hacia él y estampar sus labios con los suyos.
Los chasquidos de sus besos junto a los gemidos y el sonido lascivo del choque de sus cuerpos, hacia el sexo aún más placentero. Pero aún así, Jungkook tenía aún la imagen de aquella rubia que vió en aquel hotel donde se hospedaban en luna de miel. Quería follársela duro luego de haberla visto tocándose en la piscina aquella tarde donde nadie rondaba, él llegaba de comprar algunas cosas para pasar la tarde con su mujer, sin embargo, se detuvo al escuchar unos gemidos, por su mente pasó algo desagradable, pues pensó que sería una pareja teniendo sexo por algún fetiche que tuvieran, pero conforme se acercaba, observó a una rubia con las piernas abiertas dándose placer por si misma, lo que le pareció demasiado excitante.
La mujer sintió la mirada penetrante de este, así que al mirarlo, sonrió ladina sin parar sus movimientos sin dejar de verlo. Jungkook mordió su labio inferior viendo como esta metía sus dedos en su interior para alcanzar su orgasmo, apretando sus pechos mientras soltaba gemidos más altos. Sin esperarlo, llegó a alcanzar el clímax, lo que ocasionó una erección en el hombre que la veía. Así es como el tatuado dejó de observarla y fue directamente a su habitación para después tomar a su esposa y llevarla a su cama, donde ahora se encontraba follándola con ganas.
Pero a pesar de ello, su Daliah era mejor en todos los sentidos, a pesar que la cogiera todos los días, siempre lo apretaba tan rico como a él le gustaba, algo que lo volvía loco. Cada día vivía aún más enamorado de ella, de su suave piel, de sus hermosos labios y ni hablar de sus bellos ojos azules que le encantaba hacer llorar cuando le chupaba la polla, podía decir a los cuatro vientos que estaba en el mismo cielo con ella a su lado, aunque fuera un mujeriego que se cogía a las mujeres que se acercaban a él con la intención de abrirles las piernas para que pudiera explorar en ellas.
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Actualidad
—El adulterio es como una desviación... —susurró, mirando el cuerpo desnudo de aquella arquitecta, quien dormía profundamente después de tener unas rondas de sexo con Jungkook. —no debería dejarme atrapar pero, el placer patológico que surge de la sensación de que te pueden atrapar, se siente completamente bien.
Se levantó de la cama y urgió entre la ropa que se encontraba tirada en el suelo, buscando su teléfono observando las 50 llamadas de su esposa y los miles de mensajes de Yoongi pero se detuvo al ver la fotografía de Daliah, a pesar de haberse cogido a tantas mujeres a su paso, el amor que tenía por la modelo era grande, maravilloso, innegable.
Daliah en esa foto mostraba su rostro angelical, sus ojos azules resaltaban y aquel labial rojo relucía sus labios delgados.
—Eres tan hermosa mi dulce esposa, pero no puedo dejar de mentirte.—rozó con sus dedos la fotografía, como si pudiera tocar el rostro de su mujer.
Sin esperarlo, su corazón comenzó a doler con fuerza, como si una daga le atravesará y no lo entendía, no había explicación del porque de su dolor, hasta que entró a ver los mensajes de su esposa donde le deseaba un gran día y recordándole cuanto lo amaba.
Es ahí donde se preguntó, ¿Por qué la engañaba? ¿Qué busca en otras mujeres cuando lo tiene todo con su esposa? Miles de preguntas que le generaban dolor de cabeza, lo que ocasionaba que se golpeara para sacar esos pensamientos de su mente.
—¡Maldición! ¡¿Qué te estoy haciendo mi amor?! ¡Soy un imbécil!—gritó con todas sus fuerzas, sin importarle que despertara a la mujer que estaba sobre la cama aún desnuda.
Los recuerdos de cuando la vió por primera vez en aquella pasarela, el como luchó por conquistarla aunque se follara a otras mientras mantenía una relación que estaba por iniciar formalmente, todo lo estaba volviendo loco que se le dificultaba respirar.
¿Era arrepentimiento? Tal vez.
¿La amaba? Eso lo aseguraba él, pero la fidelidad que había prometido en su boda, frente al altar, fueron como el viento, llevando consigo sus palabras.
—Jungkook, ¿qué te sucede joder? No me dejas dormir.—exclamó la arquitecta, mirándolo con molestia mientras se colocaba una bata y se acercaba a él pasando sus manos por sus anchos hombros. —¿Quieres follar de nuevo? Tal vez así...
—Yo no vuelvo a coger con las putas que utilizo para satisfacerme.—respondió seriamente, recogiendo su ropa y comenzando a vestirse.
Tenía que volver, regresar a su hogar e intentar remediar sus actos, pero ocultando sus mentiras, sin embargo, no contaba con que la rubia había grabado todo, desde que empezaron con el juego previo para tener relaciones hasta cuando comenzó a insultar a su esposa a causa de la ebriedad y los celos.
—¿Enserio crees que te dejaré irte así de fácil?—interrogó con burla.
—¡Basta Sunni! Solo eres un mujerzuela que sirve para abrirle las piernas a los socios para poder tener su vagina contenta.—la mujer lo abofeteó al sentirse ofendida por lo que le dijo.
—¡Entonces lárgate con tu estúpida esposa! —gritó enfurecida al verlo irse como si nada, sin embargo, no contaba con que el pelinegro se detuviera en el umbral de la puerta para dirigirse a ella y jalarla de los cabellos para tirarla al suelo, pateándola en el proceso.
—No quiero que vuelvas a expresarte así de ella, tú a su lado no eres nada, ni siquiera para darme un buen sexo sirves, no sabes lo repugnante que fue tenerte alrededor de mi polla y yo tener que fingir que lo disfrutaba, eres un asco de mujer.—escupió con repugnancia, saliendo de aquel cuarto de hotel, dejando a la mujer herida.
—¡Me las vas a pagar Jeon Jungkook!—gritó deseando que lo escuchara, pero era en vano.—Tu adorada esposita se enterará de lo que eres en realidad, que pena por ella.—fingió lastima, para después reírse como una loca.
Tomó su teléfono y sonrió al ver como el video de ella y Jungkook follando se envió rápidamente al chat de la castaña, había sido lista al robarle el contacto al empresario y vaya que su plan había funcionado al ver las dos palomas azules marcar el mensaje de leído.
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La castaña sabía que algo andaba mal, las intuiciones femeninas nunca de equivocaban, mucho menos cuando hay pruebas que remarcan los hechos. Soltó un suspiro de frustración y dolor, Jungkook tan sólo la miraba sin expresión cosa que le partía el corazón. A pesar de que muchos le dijeran que estaba mal lo que hacía y que tenía a la mujer más hermosa para tener que enredarse con otras, no le importó en absoluto para seguir enredándose en otras piernas. Pero a pesar de ello, sabía fingir ante ella, cambiar esa mirada cuando ella lo veía directamente a los ojos buscando sinceridad en sus palabras.
Jungkook sabía manipular su mente, más cuando ella le pregunta cosas que él sabía responderlas con mentiras, pero en esta ocasión, quería decirle la verdad pero metiéndose en su papel de víctima, como si fuera ese mismo en el que un día fue o tal vez no lo era.
—¿Por qué me engañaste?—cuestiona Daliah, con lágrimas en los ojos, su voz temblando de dolor y decepción. Su mirada se clava en Jungkook, buscando respuestas, buscando una explicación para el dolor que él le ha causado.
El tatuado simplemente alza los hombros y muestra una mueca cínica, como si no supiera el porqué. Su expresión es de indiferencia, de desinterés, aunque su mirada era de tristeza.
—No lo sé —responde, su voz baja y sin emoción.
Daliah agarra su cabeza con fuerza, jalando su cabello con enojo, buscando poder liberarse de ese dolor que se instala en su pecho, pero lamentablemente no lo logra. Su respiración se vuelve agitada, su corazón late con fuerza, y su alma se siente destrozada.
Mientras tanto, Jungkook solo suelta una risita por verla así, le gustaba verla sufrir, aun no sabía si era fetiche o algo que le encantaba ver, pero iría por la segunda opción. Eso le había comentado la psicóloga que había tratado con ellos, aunque después se la folló en la oficina de esta misma, sin importarle que su mujer se encontraba esperándolo en el auto.
—Eres un monstruo —dice Daliah, su voz llena de veneno.—Un monstruo sin corazón, te lo di todo Jeon ¿por qué me engañaste?.
Jungkook se encoge de hombros y se acerca a ella tratando de tomar sus manos lo cual consigue con éxito.
—Ni yo lo sé —dice en voz baja, bajando su mirada al suelo.
Daliah se levanta, su rostro enrojecido por la ira.
—Entonces, ¿por qué sigues aquí? —grita.—¡Me confundes demasiado, Jungkook! ¡Me haces sentir que estoy viviendo en un infierno!
Jungkook se levanta también, su mirada fija en Daliah.
—Porque aún no he terminado contigo.—dice, su voz baja y amenazante.—Aún no he saciado mi sed de ti, mi dulce Daliah.
Daliah retrocede, su corazón latiendo con miedo. Sabe que Jungkook es capaz de cualquier cosa, y que ella está en peligro. Pero ya no podía seguir así, no tenía que aguantar más de sus mentiras, así que lo esquiva cuanto intenta abrazarla, saliendo de su recámara no sin antes tomar las llaves de su coche, bajando las escaleras rápidamente, siendo seguida por Jungkook que intenta alcanzarla pero no logra cuando ella cierra con seguro las puertas de su auto una vez que entra.
—¡Daliah!—grita esperanzado con que ella vuelva.
Sin embargo, la castaña no lo escucha, manejando rápidamente hacia otro lugar. Su cabeza dolía bastante y el miedo de perder a su bebé le carcomanía por dentro. Luego de haber visto el vídeo donde su esposo decía un sinfin de insultos hacia ella con otra mujer en aquella habitación, fue el detonante de todo, dejando a si su corazón herido.
¿Porqué se mentía así misma? ¿En verdad la amaba tanto como decía?
Esas preguntas volvían un revoltijo en su mente, las lagrimas acumuladas hacían que su vista se volviera borrosa, impidiendo que viera aquel auto chocar contra ella, logrando que este diera tantas vueltas por el impacto dejándola inconsciente con la sangre saliendo por cada parte de su cuerpo, llevándose consigo la única persona que podía ser el nuevo comienzo de su felicidad.
QUIERO FELICITAR A UNA PERSONITA MUY ESPECIAL PARA MÍ Y QUE FUE LA QUE ME IMPULSÓ A HACER ÉSTA HISTORIA, FELIZ CUMPLEAÑOS MI NIÑA, ESPERO TE GUSTE EL CAPÍTULO btsp0ptiitans 💗🫂.
ANTES DE QUE ME FUNEN Y SE SIENTAN CONFUNDIDAS POR LAS FECHAS, EN EL SIGUIENTE CAPÍTULO SE VERÁ TODO CON MÁS DETALLE, ADEMÁS QUE HABRÁ COSAS QUE LES GUSTARÁ MUCHO, YA LO VERÁN.
NOS LEEMOS PRONTO, BESOS. 💋
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