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Jungkook se acerca a Taehyung sin apartar los ojos de él. No puede hacerlo, y aunque pudiera, no querría. Porque este instante —el que tantas veces imaginó, con una mezcla de anhelo y temor— por fin está sucediendo. Y es perfecto, no por el lugar ni por las palabras exactas, sino porque Taehyung está aquí, frente a él, aceptando ser su novio. Solo eso basta para hacerlo sentir completo. Como si todas las inseguridades que alguna vez lo atormentaron se deshicieran en el aire, consumidas por el brillo sereno en los ojos del castaño.

—¿De verdad? —pregunta Jungkook, en un susurro que delata la necesidad de oírlo. Necesita asegurarse de que no está atrapado en uno de esos sueños que suele tener, donde todo se sentía tan real como ahora.

—Sí, en serio —responde Taehyung, con una sonrisa pequeña, algo nerviosa, y las mejillas teñidas de rubor. Y Jungkook piensa que nunca había visto algo tan hermoso como él.

Cuando Jungkook llega hasta él, alza una mano y la posa con cuidado sobre su rostro, acariciándolo con una ternura que hace que Taehyung contenga el aliento por un instante. Sus dedos, cálidos y seguros, se deslizan por su mejilla como si quisieran memorizarla. Luego, su mirada baja brevemente hacia el pequeño cachorro que asoma desde la bolsita. El animalito, al reconocerlo, se agita con entusiasmo, meneando la cola y soltando un pequeño chillido feliz, como si celebrara su reencuentro. Y es que, al parecer, un día de spa hace amigos a cualquiera.

Jungkook deja escapar una sonrisa al verlo, se inclina un poco y le acaricia la cabeza con suavidad. El gesto, simple pero lleno de afecto, le arranca a Taehyung una punzada de ternura. Lo observa en silencio, sabiendo con absoluta claridad que este chico es justo todo lo que quiere.

—Esto es para ti —dice Jungkook, extendiéndole el ramo de flores cuidadosamente elegido. Taehyung lo acepta de inmediato, sin dudar.

—Gracias —responde, llevándolo a su rostro para aspirar el aroma. Sonríe, conmovido.

Cuando vuelve a mirar a Jungkook, lo encuentra aún observándolo con intensidad, y eso lo hace reír, nervioso.

—En realidad... solo venía a avisarte que ya éramos novios —dice Jungkook, bajando la mirada por un momento—. Ya habías aceptado una vez. Pero como soy un caballero, quise volver a preguntarte.

Taehyung parpadea, confundido.

—¿De qué estás hablando?

—De aquella vez —responde, con una sonrisa ladeada—, cuando te di a escoger entre "sí" y "no".

El castaño abre los ojos, y en cuanto la comprensión se instala en su rostro, una sonrisa divertida se dibuja en sus labios.

—Muy considerado de tu parte —dice, alzando una ceja con fingido tono serio.

—Totalmente —responde Jungkook, llevándose una mano al pecho con dramatismo—. Dime si no crees que este novio tuyo se merece un beso. Ah, cómo me gusta cómo suena esa palabra... novio —añade, repitiéndola con deleite, como si saboreara cada sílaba. Y su expresión embelesada arranca una carcajada ligera del castaño.

—Claro que sí —responde Taehyung, con una sonrisa suave, ya inclinado hacia él.

Pero justo en ese instante, una voz familiar los interrumpe desde unos metros más allá.

—¡Esperen! —exclama Jimin, apresurando el paso hacia ellos—. Perdón por cortar el momento romántico, solo vengo a rescatar al nene antes de que acabe aplastado entre tanto amor.

Ambos lo observan mientras Jimin se agacha para tomar con cuidado al cachorro de la bolsita. Ante la mirada inquisitiva de Taehyung, levanta las manos en señal de defensa.

—No me mires así, Tae. Sé exactamente lo que estás pensando, pero no lo dejé solo ni un segundo, estuve vigilándolo de cerca todo el tiempo que caminó hasta ti. Ya hablaremos de eso luego. Ah, las fotos del spa te las dará Jungkook —añade con una sonrisa traviesa—, así que yo me llevo a Tannie. ¡Adiós!

Y sin darles oportunidad de replicar, se aleja con paso ligero, llevándose al cachorro en brazos mientras este sacude la cola con entusiasmo, como si también se despidiera.

—Tienes que darme esas fotos —exige Taehyung con fingida seriedad, girándose hacia Jungkook en cuanto Jimin y Yeontan se pierden en la distancia.

—Por supuesto —responde Jungkook de inmediato, con una sonrisa encantada—. Tengo toda una carpeta llena de fotos y vídeos. Solo para ti de Tannie en el spa. Te la paso luego. Pero ahora —añade, inclinándose apenas hacia él—, me parece que eres tú quien me debe algo.

Taehyung enarca una ceja, pero no responde de inmediato. Sus mejillas se tiñen de rojo mientras una sonrisa se forma lentamente en sus labios. No era la primera vez que besaba a Jungkook, pero sí la primera vez que lo hacía siendo oficialmente su novio. Y esa pequeña diferencia bastaba para que el nerviosismo le cosquilleara la piel. Sentía el corazón latir con una fuerza nueva, desbordado de alegría, y sin embargo, también con una tranquilidad que nacía de la certeza: quería hacerlo, quería besarlo.

Así que se inclinó despacio, como si quisiera saborear el gesto desde antes de que ocurriera, y atrapó con delicadeza los labios de Jungkook, quien sonrió justo antes de corresponderle. El beso comenzó con suavidad, como si los dos estuvieran redescubriéndose desde un lugar distinto, más íntimo. Y aunque ya se conocían bien, ese primer beso como pareja parecía tener un brillo propio, una emoción contenida que ahora encontraba su forma más pura.

La sensación era única, difícil de comparar. Quizás era el entorno, la historia compartida, o el simple hecho de que ambos habían llegado hasta ahí, uno al lado del otro, sin necesidad de forzar nada. La felicidad que los envolvió en ese instante fue tan intensa como serena, como si el mundo entero se hubiera detenido solo para ellos.

De repente, aplausos comenzaron a escucharse a su alrededor, llenando el aire con un murmullo alegre que rompió el momento privado en el que ambos se habían sumido. Taehyung parpadeó, sobresaltado, y fue entonces cuando recordó que no estaban solos. La plaza de la facultad seguía llena de estudiantes, algunos de los cuales ahora los miraban con sonrisas, celebrando el gesto romántico.

Se separó con suavidad de su ahora novio, con los ojos muy abiertos mientras giraba la cabeza, un poco abrumado al notar cuántos los habían estado observando. Luego, su mirada volvió a Jungkook, que ya lo estaba mirando con los labios curvados en una sonrisa luminosa.

Y entonces, ambos se rieron juntos, sin poder evitarlo, porque la felicidad y el amor que sentían en ese instante eran sencillamente increíbles.


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UN APLAUSO PARA ESTA PAREJA QUE ESTÁ ENAMORADA👏🏻👏🏻
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