ᘛ Prólogo ᘚ

     ERA UN DÍA CÁLIDO, NO HACÍA NI FRÍO NI CALOR, era el mejor día para que todas las familias se reuniera en La Madriguera, lugar que fue ampliado por arte de magia para que todos entraran. Mientras los padres se encuentran dentro de la casa, lo jóvenes se encuentran fuera de esta junto a un peliazul y una rubia, quienes eran los mayores.

Como era común, el hijo mayor de la familia Potter, se encuentra haciendo travesuras. La travesura de ese momento consistía en dejar una bomba de pintura que explotará cuando la rubia Malfoy abriera su bolso, sin embargo, dentro encuentra una peculiar cadena la cual saca cuando se da cuenta que es un gira-tiempo.

─Devuelve eso en donde estaba, imbécil─salta James del susto cuando escucha a la chica detrás suyo.

─¿Por qué debería hacerlo, lindura?─le da una sonrisa coqueta.

─Porque eso no es tuyo─se acerca más una de esas miradas que hacen que caigas a sus pies porque, aunque suene mal, sabía como controlar al miope─. Ahora, por favor cariño, devuelve eso a su lugar─le habla lenta y cariñosamente.

─Uh...─la mira embobado pero después reacciona─. No, esta vez no te va a funcionar. ¡Mira Canuto! ¡Agnes tiene un gira-tiempo!─empieza a gritar mientras se aleja de la chica, corriendo hacia su primo-mejor amigo.

─¡Devuélveme eso, idiota!─grita la rubia empezando a seguirlo.

James llegó junto a Fred y estos comenzaron a lanzarse el gira-tiempo como si fuera un balón, los demás chicos se acercaron a ver que sucede y Agnes no logra quitarle el objeto a los chicos.

─Teddy, dile a James que me devuelva mi gira-tiempo.

A los primos se le unieron unos gemelos y siguieron lanzándose el objeto, cuando James se lo lanza al pelirrojo, este no logra atraparlo porque lo empujaron. Cuando el gira-tiempo cae al suelo, se rompe y empieza a salir una luz blanca del objeto. La luz se expande y los llega a cegar por su potencia cuando sienten que empiezan a flotar y, de manera repentina, caen al suelo de un golpe.

Todos se empiezan a levantar, soltando un quejido por el golpe y un castaño mira a su alrededor notando que no se encuentran fuera de La Madriguera.

─¿Dónde demonios estamos?─pregunta el chico de apellido Nott.

─James, te voy a matar─Agnes comienza a alejarse de todos porque estaba enojada y todos confundidos le empiezan a preguntar a dónde se dirige─. Voy a buscar una solución y a idear un plan para matar a James sin dejar evidencia porque aun soy muy joven y bella para ir a Azkaban.

─Ay no, no no no─comienza a quejarse el miope y sus nervios aumentan─. Voy a morir... Voy a morir. El amor de vida me va a matar─se agarra la cabeza y corre a seguir a la chica─. Perdón. Por favor, linda, perdóname─dije interponiéndose en el camino de la chica. La rubia está a punto de perdonarlo al ver los ojos del chico que la está empezando a volver loca, de todas las maneras posibles.

─No─fue la única respuesta de la chica quitando la vista de los ojos del chica, rodeando al chico para seguir su camino.

Los demás empezaron a seguirla y caminaron durante unos cinco minutos y lo primero que apareció frente a ellos fue el castillo de Hogwarts. Todos solo se empezaron a ver y la rubia Malfoy se tensó al pensar que en qué tiempo se encontraban.

─Vamos a buscar a Minnie─siguieron caminando hasta entrar al castillo tomando el camino a la oficina de la directora. Cuando llegaron empezaron a decir diferentes contraseñas para poder pasar y el segundo hijo de los Potter dijo "Pie de limón" haciendo que la estatua se moviera.

Todo el grupo empezó a subir las escaleras, el peliazul tocó la puerta y escucharon un "adelante" confundiéndolos porque escucharon una voz que no era la de McGonagall. Entraron a la oficina y se sorprendieron al ver a Albus Dumbledore.

─¿En qué puedo ayudarlos chicos?─preguntó Dumbledore que se encontraba bajando las escaleras.

─Es que...─comenzó a hablar la rubia de nombre Victoire─. La cuestión es que... tuvimos un pequeño problema... y... se nos rompió un gira-tiempo y aparecimos aquí.

─¿Se nos rompió?─preguntó incrédula Agnes─. Se le rompió al imbécil de Potter al coger cosas que no le pertenecen─el mencionado solo bajó la cabeza y Dumbledore se sorprendió al ver el parecido que tenía con su antiguo alumno fallecido.

─¿Me pueden ayudar diciéndome el año del que vienen?─preguntó el director de ese tiempo.

─Venimos del 2021.

─Vaya, mucho tiempo en el futuro. Les comento que estamos en 1995.

─Por Melín, estamos en la época que estaba la cara de sapo Umbridge─comentó Fred.

─Significa que aún no muere Sirius─dijo Lupin.

─¿Sirius Black muere?─cuestionó el director.

─Si, profesor. En una trampa para que Harry encuentre la profecía.

Hubo un silencio hasta que Dumbledore habló.

─Y... ¿No les gustaría evitar todas las tragedias que pasarán en un futuro?─los ojos del peliazul se iluminaron al pensar que podía evitar la muerte de sus padres.

─Pero... ¿Y si, al evitarlas, algunos de nosotros no existiremos?─preguntó la chica llamada Rose.

─Podemos presentarnos cada uno y tal vez el nacimiento de todos si suceda─dijo la menor de los Potter.

─Ella está en lo cierto. Ustedes pueden cambiar el futuro─dijo el directo Dumbledore, después de ponerse de acuerdo, aceptaron a presentarse frente a todos en el comedor.

─Pero no todos están aquí─comentó el chico Malfoy.

─No hay problema con eso. Solo necesito una lista de las personas que deseen que estén presentes y les envío una carta para que estén aquí hoy mismo a la hora del almuerzo─la persona que se encargó de hacer la lista fue Agnes y se la entregó a Dumbledore─. Creo que ustedes si conocen la Sala de los Menesteres─todos asintieron con la cabeza─. Diríjanse ahí que yo los mando a llamar cuando empiece el almuerzo, también voy a empezar a buscar una solución para ver como pueden volver a su tiempo.

Todos salieron de la oficina y se dirigieron a la Sala de los Menesteres, pasaron unas dos horas ahí y escucharon unos golpes en la puerta, la abrieron y vieron a un elfo domestico.

─Buenas tardes señores, el director Dumbledore los manda a llamar─les dijo el elfo doméstico.

─Muchas gracias...─se cortó Teddy al no saber el nombre del elfo.

─Dobby, mucho gusto señor. Mi nombre es Dobby.

─Oh Merlín, es Dobby─muchos se sorprendieron y le dieron una sonrisa al elfo que se encontraba confundido.

Después de explicarle un poco a Dobby el porqué su reacción, aparecieron unas capas con capuchas que escondían sus rostros y se las pusieron para luego emprender camino al Gran Comedor. James dejó que todos avanzaran y agarró el brazo de Agnes deteniéndola. Cuando ya no había nadie cerca comenzó a hablar.

─Lo siento. En serio lo siento─comentó apenado─. No quería que nada de esto pasara. Ya se que todo lo que pasa en mi culpa─sus ojos empezaron a cristalizarse─. Pero ya no me ignores. Te prometo que dejaré de molestarte pero no te comportes así conmigo y prometo dejar de decirte lo loco que me tienes, de pedirte salir conmigo a cada rato. También...

─James, para─lo cortó Agnes─. No importa lo que hiciste, mira el lado bueno, vamos a poder salvar a muchas personas. No tenga nada que perdonarte porque, al final, no fue tu culpa que se rompiera el gira-tiempo─una sonrisa empezó a aparecer en el rostro del chico─. Aparte, no me molesta que digas lo loco que estas por mí─la rubia le dio una sonrisa tierna─. Me gusta que me lo digas─y lo siguiente que dijo fue en un susurro─. Y puede que me gustes tú─le dio un beso en la comisura de los labios─. Ahora vamos que nos estamos atrasando─comenzaron a caminar pero James no podía quitar la cara de enamorado que tenía porque había escuchado el susurro de la chica.

Y aquí está el prólogo.

Espero que les haya gustado.

He agregado unos cuantos personajes que irán apareciendo a lo largo de la historia.

Les aviso que algunos capítulos no serán tan largos, se suponía que este, el prólogo sería mas corto, pero siempre me inspiro cuando esto en clases y me pongo a escribir en esos momentos.

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Sin más que decir, nos leemos en el primer capítulo.

Besos.