CAPITULO 4




CAPITULO CUATRO


—CUANDO ME FUI...—Druig le dijo a Theia, que había estado a su lado mientras permanecían junto al río y observaban cómo Thena sostenía las cenizas de Gilgamesh y guardaba luto.—Me planteé controlar las mentes de todos los humanos en este planeta—.Miró a Theia:—Violencia, miedo, ambición. No existirian—.

—Bueno, ¿y por qué no lo hiciste?—.Theia no pudo evitar preguntarse,

—Porque sin sus fallas... no serían humanos—.

Theia suspiró, volviendo a mirar al suelo.—¿Druig?—

Volvió a mirarla, con las cejas alzadas y los ojos esperanzados.

—Eso es lo que yo sentía—.Theia asintió hacia Thena.—Después de que te fueras. No sabía qué hacer. Había pasado tantos años haciendo todos mis movimientos contigo a mi lado, es decir, todo. Y cuando te fuiste, te llevaste contigo todo lo que formaba parte de mí. Por patético que suene, no sabía cómo funcionar. Y no estoy diciendo esto para herirte...—

—Theia...—Druig suplicó,

Ella negó con la cabeza: —No, escúchame. Durante los últimos dos mil años, obviamente he tenido mucho tiempo para pensar en lo que iba a decirte cuando volviera a verte. Y quiero que sepas que antes estaba muy enojada y molesta, pero ahora, es decir, aún lo estoy, pero trato de verlo desde tu perspectiva y no puedo evitar preguntarme qué estaba mal conmigo, ¿era difícil amarme? ¿Había alguien más...?—Divagó,

Él sacudió la cabeza, cortándola inmediatamente,—Theia, yo...—Se detuvo a mitad de la frase. Cuando ella levantó la vista hacia él, todo lo que quería decir se le había escapado de la lengua y lo había dejado sin palabras. Ella le miró, le suplicó con los ojos que dijera algo, pero él no dijo nada. Se quedó ahí, mirándola sin comprender durante unos instantes.

Ella soltó un suspiro, negando con la cabeza:—No sé por qué te dije eso, debería haber sabido que no te iba a importar y no debería haber vuelto. Y lo siento—.Comenzó a alejarse, cruzando los brazos sobre el torso, abrazándose a sí misma, sabiendo que esa sería la única forma de consuelo que recibiría por un tiempo.

—¡Theia, espera!—gritó Druig tras ella, pero ella siguió avanzando. Intentó ir tras ella, pero sus pies no se movían, era como si estuvieran clavados en el suelo. Mientras la veía alejarse, se llevó las manos al pelo y tiró de las raíces:—¡Carajo!—.























LLOVIENDO, Theia se encontró sentada en el escalón del porche, dejando que la lluvia le golpeara la espalda mientras apoyaba la cabeza en las manos.

Oyó que la puerta se abría y se cerraba, supuso que era Sersi que la vigilaba por séptima vez,—Vete, Sersi—.

—Soy Druig—.

Apretó la mandíbula:—No quiero oír tus falsas disculpas—.

—No es falsa—.Dijo él y ella sintió su presencia acercarse más a ella, sofocándola. Ella se puso de pie antes de dejar que sacara lo mejor de ella.—¿Me dejas hablar?—exigió con voz ronca.

Ella se apartó de él:—¿Y por qué iba a hacerlo?—.

—Porque quiero hablar contigo—.

—Pues habla—.Ella respondió sin entender.

—Yo...—

Ella se burló, sacudiendo la cabeza y comenzó a alejarse cuando sintió una mano agarrando su muñeca. Dejando escapar un suspiro tembloroso, se quedó inmóvil, tratando de ignorar el escalofrío que le recorrió la columna vertebral.

—Por favor.—Podía oír la tristeza en su voz, le partía el corazón. Y ella odiaba eso.—Creo que eres muy guapa. Siempre he...—

Lo interrumpió Theia resoplando:—Dios mío—.

Él frunció el ceño:—De hecho, he querido decírtelo desde que te vi por primera vez en aquella nave—.

—¿Quieres que te felicite?—

—No, pero—,sonrió, tristemente,—Theia. Lo recordé. Y me enamoré de ti en cuanto te conocí. Y sé, sé que suena a cliché, o lo que sea, pero te prometo que nunca he sentido tanto amor como el que he sentido por ti. Y he pasado cada minuto de cada día rezando a quien quiera escucharme para que me perdones por mi terrible, terrible error y que podamos estar juntos de nuevo. Y que podamos ser felices—.Su voz se quebró:—Dios, Theia, todo lo que siempre he querido es que seas feliz. Y creo...—Se acercó más a ella:—Creo que eres feliz conmigo—.

Ella lo miró, directo a los ojos, sus ojos iluminados por la luna.—Eso es muy atrevido por tu parte, ¿no crees?—

Se le cayó la cara y suspiró:—Por favor, Theia. Te lo suplico. Haré lo que sea, ¿de acuerdo?—

—Lo mejor que podrías hacer es dejarme en paz—.

—Theia. Sabes que no puedo hacer eso—.

Ella alzó las manos en el aire,—¿Podrías ser más engreído o egocéntrico?—.

Él se echó hacia atrás, sorprendido por su afirmación.

—De verdad que no lo entiendo. Te vas y no te molestas en decirme por qué, ¡ni siquiera en tenderme la mano! Y luego, de repente, ¿vuelvo y me dices que 'me has echado de menos?' Eres tan confuso. He... ¡he ignorante! ¡Me pasé casi toda mi existencia queriéndote sólo para que no me quisieras ni la mitad!—

—¡Eso no es verdad!—Gritó:—Te quiero, maldita sea, ¿de acuerdo?—.El trueno retumbó, respaldando su voz mientras decía las palabras. La lluvia se levantó y bañó su cara, dejando caer su pelo delante de sus ojos, él lo empujó hacia atrás con una mano temblorosa.

—Ni siquiera sabes lo que es el amor—.

Se pasó la mano por la cara y por el cuello.

Ahí estaban dos amantes abandonados, sin saberlo y equivocadamente enamorados.








©FAISTSLUVRR

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top