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❝ CARLISE CULLEN ❞
NO SENTÍA EL SUELO BAJO MIS PIES, TAMPOCO EL AIRE RECORRER MIS PULMONES, LO ÚNICO QUE SENTIA ERA DOLOR. El dolor de mis costillas que provocaban que escupa sangre, el dolor de la mano de Alec sobre mi cuello dejándome son aire, el dolor en el pecho de la preocupación.
- ¡Por favor! ¡No, por favor!
Mis ojos se dirigieron a Bella quien miraba en mi dirección desesperada, sus ojos llenos de lagrimas en menos de un segundo.
- Matenme a mi, no a ellos - Rogó haciendo que Aro haga una seña
Tanto el agarré de Alec, como el de Félix se aflojó. El vampiro me dejó en el suelo pero su mano se mantenía en mi cuello, aún así yo intentaba escapar pero no tenía casi fuerzas, así que fue fácil para el acercarme con Félix teniendo a Edward.
- Cuán extraordinario - Murmuró Aro atónito - Renunciarias a tú vida por uno de nosotros, un vampiro, una bruja, dos desalmados monstruos
- Alejate de ella - Dijo como pudo el cobrizo
- No saben nada del alma - Miraba fijamente al rey Vulturi
Quise sonreír, pero el agarré de Alec me estaba dejando sin aire, mi vista se nublaba y lo único que escuchaba era un ruido aturidor. Intente usar mi magia para curarme pero esta casi agotada, así que sólo pude recuperarme un poco.
- ¡Esperen! - Gritó Alice cosa que a duras penas pude escuchar - ¡Bella será uno de nosotros! Lo eh visto, yo la transformare
Aro extendió su mano logrando que suelten el agarré de Alice. No me gustaba esa idea pero no podía quejarme en estos momentos, sólo estaba intentando curarme.
- Hipnotizante - Tiene problemas raros con decir palabras que terminen en "Ante" - Ver lo que tú has visto mucho antes de que pase - Camino hasta Bella - Tus dones te convertirán en una fascinante inmortal - Acariciaba su mejilla - Isabella - Susurró cerca de su rostro
- Apartate - Me queje al verlo tocarla
- Ahora - Se giró a nosotros dos - Vayan a prepararse
Los vampiros nos soltaron dejándonos respirar, a lo que caí de rodillas sin poder evitarlo, tosiendo bastante sangre pero que para ellos no era llamativa, la sangre de brujo era como un calmante para ellos. Edward me ayudó a levantarme.
- Acabemos cuanto antes con esto - Pidió el rey Marcus
Caminé apoyada al cobrizo hasta Bella que me abrazó con gran fuerza resicibiendo una queja por mi parte así que se separó rápido.
- Heidi llegará en cualquier momento - Se levantó de su trono - Gracias por su visita - Nos sonrió a lo sólo pude fruncir el ceño
- Les aconsejo que lleven a cabo lo prometido ya que no damos segundas oportunidades - Avisó Caius
Alice me tomó por la cintura ayudándome a caminar mientras Edward empujaba levemente a Bella para que salgamos de allí lo más rápido posible. En el pasillo empezaba a recuperar más fuerzas pero aún seguía apoyada a Alice.
- Buena pesca Heidi - Dijo el vampiro
Levante la mirada para ver a una vampiro muy atrayente con una apariencia muy llamativa, detrás de ellos iban al menos veinte turistas con sonrisas emocionadas, si tan sólo supieran que sólo eran el postre.
Había niños.
Mi corazón se estrujo al escuchar los gritos de los niños, los llantos y sollozos. Giré mi mirada al pasillo viendo como parecía que el eco de las miserias venía en nuestra dirección. Pobres niños.
Alice me alentó a seguir caminando pero en mi mente sólo resonaban los niños
Al salir, nos subimos al coche para ir directo al hotel mientras en el camino intentaba curar mis heridas pero era casi imposible cuando cabeceaba del sueño que tenía.
- Gracias
Levante la vista para que Edward me veía por el espejo retrovisor con una sonrisa diminuta, le sonreí un poco pero solté un quejido de dolor.
- Déjalo así - Pidió Alice quien iba al volante - Duerme un rato, cuando lleguemos le pediré a papá que te cure
En el rostro de Alice se dibujó una enorme sonrisa que a los pocos segundos dibujó una en el rostro de Edward. Me giré algo confusa a Bella pero la vi durmiendo a un lado de mi asiento.
- Vamos - Insistió la vampiro - Sólo duerme
- No puedo dormir, Alice - admiti mirando la ventana
- ¿Por qué no? - Preguntó confusa
- Cada vez que duermo tengo visiones, en vez de recuperarme sólo me debilito más, tengo que tomar pastillas si quiero evitar usar mis poderes - No tenía problemas en contarles de mis dones, ellos tenían un aura confiable
- ¿Tienes visiones? - Se interesó
Le explique lo mismo que le dije a la manada algún día, esta vez intentando no moverme demasiado por el dolor de mis costillas. Ellos me escuchaban atentamente sin interrumpir.
- ¿Pero la teletransportacion?
Me giré confusa a la vidente que enarcó una ceja, le pregunté que era eso de que hablaba ya que hasta el momento no había sabido de don, mucho menos haberlo practicado.
- ¿Que teletransportacion, Alice? - Pregunté remviendome un poco adolorida hasta el asiento de en medio
- Cuando Félix estaba por arrancar la cabeza de Edward, tú te teletransportaste - Explicó obvia como si yo supiera aquello, dirigí mi vista a la ventana en busca de mis recuerdos
- ¡Déjalo en paz!
No se cómo, ni en que forma lo logre, pero en un segundo ya estaba detrás de Félix con su cabeza en mis manos, dejando grietas formándose en su cuello.
- Con Edward, no - Estaba por sacar su cabeza cuando Alec logró empujarme al otro lado del lugar
Volví mi mirada a los vampiros quienes me miraban de reojo un poco preocupados, pero sólo suspiré apoyándome en el respaldo del asiento.
- Sólo descubro dones cuando alguien está en peligro - Mire a Edward quien me sonrió un poco enternecido
- Eso significa que te importo - Se giró sonriendo, podía sentir sus extrañas emociones, además de que no pase de largo la extraña mirada que compartió con Alice
- No te emociones Eduardo - No olvido que a pesar de todo fue el culpable de casi todos los problemas
- No es Eduardo, es Edward - Me corrigió algo brusco sentándose correctamente
- Lo que digas, Edwin - Sonreí de manera falsa
Pude escuchar la risa cantarina de Alice, de cierto modo se me hacía relajante su melodiosa voz además de verla sonreír, de misma manera con el depresivo de Edward. Eran buenos chicos.
- Al menos tú intento suicida sacó algo bueno - Felicite a lo que el bufó divertido - Aún así debes cazar, te ves horrible
- Eso no es un comentario muy maternal - Murmuró con sarcasmo pensando que no lo escuche, pero decidí pasarlo de largo, necesitaba una siesta
Cuando desperté, Alice me ayudó a subir al avión, use mi poca energía para curar las heridas a la vista, en el vuelo comí lo que pude para luego volver a dormir, iba a necesitar horas de sueño para recuperar energías.
Cuando llegamos a Seattle, Edward estaba con una mejor apariencia por haber cazado, así que se fue con Bella para llevarla a dormir a pesar de mi recomendación por no hacerlo ya que Charlie no estaría nada feliz de verlo. Por nuestro lado, Alice me llevó a su casa para que su padre me revise.
Lo que me hizo pensar en lo que había dicho Aro en el encuentro que tuvimos.
- Además que es posible - Aro sonrió en grande - Que tenga un lazo con Carlisle, fascinante - Se giró a Bella retrocediendo unos pasos para quedar en medio de la sala - Me encantaría saber si, el escudo de Melanie es inmune a mis dones también
No sabía a que se refería con eso, se suponía que el único capaz de ver los lazos era Marcus, Aro sólo había visto mis recuerdos en los que el único encuentro que tuve con el doctor fue a través de un recuerdo de Bella.
- Vas a conocer a la familia - Mencionó la hadita sacándome de mis pensamientos
Vi como ya estábamos estacionadas frente a una enorme casa que tenía enormes ventanales, estaba en medio del bosque a las afueras de Forks, la humedad del lugar se podía sentir, nada comparada al calor agobiante de Volterra.
- No te emociones, Alice - Baje del auto con una sonrisa divertida al verla chillar emocionada mientras aplaudía
- ¿Cómo quieres que no lo haga? - Su voz sonaba aún más alegre de lo normal
Solté una risa déjandome ayudar por ella, necesitaba la ayuda de la vampiro para caminar, tenía una venda en mi torso para evitar quebrar en más partes mi cuerpo. Caminamos hasta la puerta donde una rubia abrió algo confundida.
- ¿Alice? - Preguntó confundida
- Rose, llama a Carlisle - Pidió rápido a lo que ella asintió viendo algo extrañada
Me llevó a través de la enorme casa, había enormes cuadros decorativos, toda la casa era elegante con gran esmero en la decoración que tenía un gran aire a Alice. Era más que obvio que fue ella la encargada de la decoración.
Abrió una puerta dejándome recostar sobre una camilla, el hogar estaba infestado de el aura amarilla, también había verde, pero ahora sólo estaba concentrada en relajar mi magia.
Estuve unos minutos en total silencio, sentada con Alice a mi lado que sonreía peor que el gato de Alicia, diría que mi sufrimiento le causaba gracia si no fuera que lo único que hacía era mirar fijamente la puerta.
Misma que se abrió relevelando al patriarca Cullen.
En los recuerdos de Bella lo podía ver, pero en persona era una cosa totalmente diferente. Su cabello se veía aún más brilloso, sus ojos dorados ambarinos eran de gran intensidad, su piel pálida que parecía ser la cerámica más delicada. Era muy apuesto.
Su aura era de un amarillo con toques celestes, demostraban lo pacífico además de amable que era, sus emociones empezaron a ser de alegría, amor, euforia, cosa que me confundió pero quedé hipnotizada ante su sonrisa.
- Carlisle Cullen - Salude enderezandome un poco - Un gusto, Melanie Higginbotham
- Un placer - Murmuró viéndome fijamente casi embobado
- Los dejaré solos, debo hablar con Bella - Avisó la vidente saliendo de la habitación
El doctor me miraba con una hermosa sonrisa que podría jurar que tenía enamorada a todas las doctoras o enfermeras, inclusive algún compañero de trabajo podría haber dudado de su sexualidad con el. No tenía palabras para explicar la situación.
- Lamentó llegar así, Alice no me dejó irme a mi casa - Admiti riendo un poco
- Es algo común en Alice - Se acercó
Su voz era totalmente armoniosa, pacífica en todos sus puntos de vista, emanaba una gran cantidad de calma que lograba relajarme, aún así no entendía el por qué mis nervios estaban a flor de piel.
- Si, lo noté - Vi cada uno de sus movimientos hasta que tomó una caja con contenidos de enfermería
- ¿Puedo? - Señaló mi remera a lo que asentí
El rubor no tardó en subir a mis mejillas, podía imaginarme los gruñidos posesivos de Paul, las burlas de Jared y las malas miradas de Sam. Me quite la camiseta con un poco de su ayuda quedando en top deportivo.
- Pelea con los Vulturi - Contesté ante su mirada
- Debería agradecerle por eso, no tenía idea sobre el intento de Edward sobre...
- Idiotamente suicidarse - Contesté viéndolo un poco de mala manera - El suicidio no es algo lindo, Cullen, y su hijo fue un cobarde
- Lo sé - Asintió retirando mi venda
El toque de su piel helada logró ponerme la piel de gallina, mi corazón empezaba a acelerarse lo que lograba que me ponga un poco ansiosa, no me gustaban estas emociones.
- ¿Por qué no conocía a la fascinante tía de Bella? - Preguntó intentando sacar un tema de conversación
Pero lo único que lograría es que mi corazón se sienta flechado al escucharlo. Me siento una idiota adolecente hormonal. Calmate Melanie, calmate. Tienes más de veinte años, tienes más de veinte años.
No puedo respirar.
Es un doctor demasiado apuesto.
¿A esto se refería Aro?
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