07
❝ CITA ❞
ENTRÉ A LA HABITACION, CERRANDO LA PUERTA DETRAS DE MI, PERO AL LEVANTAR LA MIRADA SOLTÉ UN GRITO ASUSTADA. Llevé una mano a mi pecho tratando de calmar los latidos de mi corazón, pero al ver a Alice delante de mi con una sonrisa enorme y una caja entre sus manos me tomó desprevenida. Mire a su lado que estaba Rosalie revisando mi armario y frunci el ceño.
- Ten - Tomé la caja algo aturdida viendo como ambas se ponían a buscar un par de zapatos entre mis cosas
- ¿Qué hacen? - Dejé la caja sobre la cama viéndolas con las cejas alzadas, sentía que desde que los Cullen habían aparecido en mi vida, mi privacidad se había ido por el caño
- Tienes la cita con papá - Respondió con obviedad Rosalie - Te compramos un vestido y estamos buscando unos zapatos que Alice vió que tenías para que vayan a juego
Parpadeé unos segundos tratando de procesar la información, no me había dado cuenta que rápido había pasado la semana, así que suspiré ignorando a las dos vampiros para abrir la caja donde estaba el regalo. Tomé la prenda de ropa entre mi manos observando lo lindo que era. Pero demasiado cargado.
- No voy a usar esto, Alice - Mostré la prenda y vi como ella se giraba rápidamente frunciendo el ceño - No me gustan los vestidos, rara vez uso uno, son incómodos y si llega a aparecer una emergencia debo cambiarme
- Pero va a cambiar mi visión - Hizo un tierno puchero con sus labios, me reí entre dientes negando
- Lo voy a usar para ir a su graduación y la de Bella, pero no esperes que lo use ahora, va a ser una salir casual y tranquila, no me gustan demasiado los lujos - Dejé el vestido nuevamente en su lugar
- En tú antigua vida vivias en una carpa de indios y aquí en una cabaña pequeña, es bastante obvio que no te gustan - Razonó Rosalie riendo levemente - Por eso mientras Alice buscaba un vestido, yo busque una opción B
Me entregó una bolsa que tome escuchando las quejas de Alice. La abrí viendo una linda camisa roja escarlata, unos jeans azules oscuros ajustados y una remera verde oscura. Sonreí viendo a la rubia que se giró extendiendo unas zapatillas que uso casi siempre haciéndome reír. Me conocía bastante bien.
- Esto para combinar ya que hace frío - Alice me puso un gorro de lana del mismo color que el pantalón
- Seth vendrá a buscar a Tobi - Contó Rosalie con una mueca - Dijo que él cuidará del perro hasta mañana en la mañana. Un perro cuidando a un perro - Murmuró lo último con burla
Negué divertida antes de entrar al baño así poder darme una ducha y vestirme.
Baje las escaleras, ya abrigada, para ir a la sala donde estaba Carlisle vestido con unos jeans azules oscuros, una suéter negro que debajo tenía una camisa celeste y unos zapatos clásicos. Pude sentir leves cosquilleos en mis manos y abdomen bajo al ver como me veía con una sonrisa y emanando felicidad acompañada de cariño.
- Te ves bien - Alague sonriendo sin mostrar los dientes
- Gracias, pero tú te ved hermosa - rodeé los ojos sabiendo que me vestía como lo hacía normalmente - Te ves linda de cualquier manera
- Bien Cullen, vamos antes de que los pequeños lleguen - Apresure tratando de no ruborizarme por lo último que dijo
Él asintió abriendo la puerta de la entrada principal para dejarme salir, sonreí agradecida antes de salir, procedió a hacer lo mismo con la puerta de su auto haciendo suspirar como adolcente enamorada. Subi al asiento de copiloto tratando de que mi corazón no se acelere al estar solos, era una de las pocas veces que habíamos estado de esta manera sin los menores de por medio.
- ¿A dónde iremos? - Pregunté viendo como encendía el coche
- Es sorpresa - Esquivó empezando a conducir
- No me gustan las sorpresas, mi ansiedad va a carcomerme si no me dice a donde vamos, Cullen - Dramatize viéndolo impaciente, escuche su risa que me hizo sonreír un poco
- Pues trate de buscar paciencia porque no se lo diré - Bufe indignada pensando en a donde iremos
Decidí cambiar de tema sabiendo que no podría convencerlo de decirme, así también poder conocernos más para poder entrar en confianza e incluso empezar a tutearnos, hablamos sobre gustos musicales o lugares que visitamos al rededor del mundo. Me habló sobre su trabajo, el cual llevaba ejerciendo desde décadas atrás.
- ¿No te cansas de siempre hacer lo mismo? - Pregunté colocando un brazo sobre la ventana para acunar mi rostro en la palma de mi mano
- La ciencia crece todo el tiempo, las enfermedades se expanden, aparecen nuevas y siempre hay nuevos métodos para aprender, así que no, además de que hay varias profesiones, si me aburro de ser pediatra, cambio a neurocirujano - Contó con una pequeña sonrisa orgullosa de su profesión
- No sé como hacen - Suspiré pensando en voz alta
- ¿Hacer qué? - Cuestionó confuso
- Vivir tanto, haciendo siempre lo mismo, no aburrirse, ver a las personas crecer y ustedes seguir igual, que todo avance pero ustedes estar pausados - Mire como su semblante se entristeció un poco
- Es complicado, pero no todos elegimos ser así y luego te acostumbras. Siempre hay cosas por hacer, cosas por explorar y tal vez te dé tristeza ver todo lo que pasaste y dejaste atrás, pero también tienes emoción por ver lo que hay por delante
Mire al frente pensando en eso, suspiré pensando en como sería su situación, tal vez no era tan mala pero tampoco me llamaba demasiado la atención. Aún así, tal vez podría llegar a entender a Bella, cada quien tiene sus razones y le afecta de manera distinta. Mis pensamientos se perdieron en alguna parte de mi mente al ver el auto estacionarse, me gire al rubio que sonrió antes de bajarse del coche y caminar hasta mi lado así poder abrirme la puerta. Tomé la mano que me ofreció para poder bajar.
- ¿Si sabes que estamos en medio del bosque a una distancia bastante extensa de la primera casa? Si me querías drenar podías decirlo y me vestía menos exigente - Bromee escuchando su risa
- Tú sólo sigueme - En un movimiento ágil, movió las manos para, que sin soltarse del agarré, las entrelaze. Su tacto frío rodeando mi mano me hacía sentir miles de sensaciones diferentes
Caminamos unos minutos a paso tranquilo siguiendo con la charla, hasta que en un momento se puso delante de mi, caminando de reversa, para que no viese nada, reí tontamente escuchando como trataba de esquivar las preguntas sobre a donde íbamos.
- Bien, llegamos - Avisó moviéndose para mostrarme las vistas
Estábamos frente a una pequeña laguna, había una manta con algunas cosas que yo amaba comer, entre ellas las frutilla bañadas en chocolate que tanto adoraba, había unas velas que empezó a encender y todo estaba bastante escondido. Era tranquilo, sencillo y tierno, algo que hizo mi pecho estrujarse, justo lo que me gustaba. Trate de no hacer un puchero de ternura con mis labios al ver acercarselo algo inseguro.
- ¿Te gusta? - Preguntó colocándose delante de mi
Me gustaba la diferencia de altura que teníamos, no era demasiada pero la suficiente para que tuviera que mover mi rostro un poco arriba así poder verlo bien. Mire de nuevo el lugar para luego verlo a él, odiando haber criticado a todas esas parejas cursis, ya que me encontraba en una de esas situaciones, agregando que en este caso éramos una bruja reencarnada y un vampiro de más de trescientos años.
- Me encanta
Sonreí un poco antes de que vayamos a sentarnos para seguir conociendonos. Me encantaba hablar con él, me hacía sentir como en casa a pesar de que no tenía una definitiva, siempre de viaje o moviéndome, lejos o cerca de mi familia, pero Carlisle me hacía sentir en mi hogar.
- ¿Cómo te convertiste? - Pregunté tomando una de las frutillas
- Yo era hijo de un pastor, en ese entonces cazaba todo tipo de criaturas por decir que estaban en contra de lo que creíamos, hombres lobo, metamorfos, vampiros... Brujas - Murmuró lo último con cautela
Sentí un escalofrío recorrer mi espina dorsal al recordar las mujeres que murieron en el fuego, las niñas de corta edad o las ancianas mayores, todas en la hoguera sin piedad. Suspiré un poco temblorosa antes de darle una sonrisa tímida para que siga.
- Fue una noche en la que con algunos residentes del pueblo fuimos a una cueva donde residía un anciano, creíamos que uno sólo podría con él. Lo vimos salir de la cueva tan vulnerable, sólo que no esperábamos que comenzará a atacar a todos como lo más fácil de su día - Recordó con una mirada triste - Fue entonces que quedé a lo último, viendo la destrucción delante de mi, y al parecer cuando llegó a mi estaba ya lleno, así que a pesar de beber mi sangre y creer que estaba muerto, no fue así
- El veneno llegó a ti al no haberte matado - Murmuré asintiendo
- Estaba casi al borde de morir, pero me transforme. Fue entonces que con la poca fuerza me fui de allí - Su mirada tenía dolor pero una pequeña sonrisa recordando los momentos de agonía pero como una anécdota simple - Intente acabar con mi vida de cualquier forma pero nada servía, no quería alimentarme de personas y cuando unos venados se cruzaron no dude en ir por ellos, así comencé a alimentarme de los animales
- ¿Tenías tan sólo veinte, no es así? - Pregunté recordando que no tenía mucho más que eso, creía que al rededor de los veintiuno por lo que me contó Bella que alguna vez le dijo Edward
- Veintitrés - Asintió - Dos años mayor que usted, linda señorita - Sonrió aligerando el ambiente
- Vaya, entonces estamos en la edad aceptada por la sociedad para que me pueda acortejar, amable señor - Bromee escuchando su risa - Supongo que por eso tú don es la compasión y tienes excelente autocontrol
- Si bueno, supongo que es una ventaja - Murmuró perdiendo su mirada dorada unos segundos en mis ojos rojizos
Mire unos segundos más sus orbes amabrinos con atención, me gustó imaginar como serían sus ojos rojos carmesí como neófito, pensar en como se verían así de fuertes e impotentes, sería una linda imagen, pero nada se compraba con sus orbes amarillentos que adoraba. Después de todo está velada había salido bastante bien.
Me terminé de alisar el cabello para aplicarme un poco de maquillaje, no me gustaba estar demasiado arreglada pero lo necesitaba para ir a la graduación de Bella. Aplique una sombra oscura que resaltaba mi color de ojos, los cuales mostraba bastante, era orgullosa del color que tenían. Desde niña usaba siempre lentes de contacto debido a mis ojos, pero cuando llegue a los quince años deje de hacerlo, y la mayoría empezó a conocerme por estos mismos, les decíamos que era debido a una enfermedad como el síndrome de Alejandría, pero en vez de morados, escarlatas.
- ¿Estás lista? - Se escucharon dos toques, mire el reloj nerviosa antes de responderle a Carlisle
- Dame un minuto, me faltan los zapatos y el vestido
Tomé el vestido verde esmeralda que me había regalado Alice para poder colocarmelo sin subir el cierre así apurarme a ponerme los tacones de color negro. Me puse delante del espejo intentando subir su cierre, pero no pude así que envié una ráfaga de energía para hacerlo. Sonreí satisfecha antes de acariciar la cabeza de Tobi que estaba recostado sobre mi cama para salir fuera de la habitación.
- Te ves... - Balbuceó haciéndome reír un poco -... Perfecta
- Gracias Cullen, tú también te ves bien - Entrelaze mi brazo con el suyo cuando me lo ofreció antes de bajar
Estaba un poco adormilada por anoche, habíamos llegado un poco tarde pero tuve que despertar para ir a la graduación de los chicos y Bella, más que nada por ser la primera que iba a tener Isabella ya que la de los chicos era como la vez número treinta o más. Bajamos hasta el primer piso donde estaban ellos con sus respectivos trajes amarillos que me hicieron reír un poco, en definitiva era lo que menos extrañaba de la escuela, eran horribles.
- Gracias mamá, sabemos que nos vemos bien - Ironizó Emmett cruzandose de brazos mientras fingia indignación
- Se ven adorables - Apreté las mejillas del pelinegro escuchando la risa de sus hermanos - Además tú y Rose no deberían estar graduandose ahora, pero les pasa por irse
- Gracias - Murmuró sarcástico nuevamente
- Tú te ves radiante - Alagó Alice, Edward se colocó a mi lado para tomar mi mano y darme una vuelta escuchando los piropos de los chicos que me hacían reír
- Estas preciosa - Sonrió Rose
- Gracias, gracias, pero vayamonos antes de que lleguemos tarde - Apresure y se quejaron en voz baja, no era algo lindo graduarse más de veinte veces, los entendía
Cada uno se subió a su coche, yo iba no podía ir en mi motocicleta por el vestido, además de que Rosalie la había desarmado para poder hacerle unos detalles, así que fui con Carlisle. Ambos siguiendo con las charlas pendientes de la noche anterior.
- ¿Entonces cada vez que te mudas debes falsificar la fecha de tú doctorado para poder trabajar? - Cuestione bastante sorprendida, era abrumador tener que empezar literalmente de cero cada cuatro o cinco años
- Si, pero prefiero hacer eso antes que volver a hacer la carrera - Admitió bajando la velocidad al estar llegando detrás de varios coches
- Y obligas a tus hijos a repetir la escuela - Reí inevitablemente siendo acompañada por él
- Es diferente - Se excusó haciendo mi risa aumentar
- Si claro - Bufe sarcástica
Negó divertido antes de bajar del coche y pude ver como más de una alumna adolcente hormonal suspiraba por el doctor, frunci el ceño inconciente, era un hombre mayor, con hijos, y ellas deseaban estar con él solamente por su apariencia física. Era notorio que parecía un ángel por su rostro perfecto pero al menos necesitaban disimular, su lujuria me estaba agobiando. Carlisle abrió la puerta del coche para tenderme la mano así bajar juntos, escuche la carcajada de Jasper y me giré a él, observando como me veía burlón.
- Entre empaticos, eres pésima guardando tus emociones mamá - Se burló, me reí sarcástica antes de cerra la puerta del coche rodando los ojos - No te enojes
Negué divertida, sintiendo como el patriarca Cullen con inseguridad tomaba mi mano, sonreí un poco entrelazandolas para caminar a su lado. Me sentí levemente bien al poder percibir la confusión de algunas adolcentes al ver ese acto. Caminamos hasta entrar al edifico e ir a los asientos detrás de los chicos, pude ver a Bella con Edward, me miró e intento acercarse pero le di una pequeña sonrisa antes de entrar con Carlisle. Estaba tomándome mi tiempo para procesar que había decidido ser vampiro.
Nos sentamos viendo como todos se acomodaban, Charlie se sentó a unos pocos metros y lo salude con la mano, él alzó sus dedos pulgares señalando pícaro a Carlisle, reí cómplice con él antes de voltearnos al frente para oir los discursos de los profesores, el discurso de Jessica y a lo último la entrega de los títulos para los oficiales graduados.
- Estas hermosa Mel, es extraño verte bien vestida - bromeó Charlie cuando salimos al final de la ceremonia
- Tú te vistes igual que siempre - Me reí recibiendo un empujón por su parte
- Vi que llegaste con Cullen - Señaló al rubio que hablaba con sus hijos a unos metros, pero escuchaban perfectamente la conversación
- Son buenos chicos - Sonreí viendo el tierno cuadro
- Si lo sé, pero me refería más bien al doctor Cullen - Me miró con una sonrisa alzando una ceja
- Ah eso, si bueno, estuvimos hablando un poco - Rasque mi ceja nerviosa sabiendo que oían la charla
- Me gusta verte feliz - Se sinceró - Nunca trajiste un novio, ni conmigo, ni con René, así que estoy alegre de que al fin encuentres a alguien que te soporte - Uso un tono burlón, sonreí un poco agradecida de tener al sheriff en mi vida
- Pero no somos novios - Negué - Vamos a nuestro ritmo, además de que tenemos algunas cosas más importantes en estos momentos - Recordé amargamente a Victoria
- Mientras no te lástime, por mi bien - Me abrazó por los hombros, sonreí aceptando el gesto paterno - ¿Ya te dije que eres la mejor ex cuñada?
- ¿Y yo qué tú eres el mejor ex cuñado?
Sentí su cuerpo vibrar, signo de que estaba riendo. Adoraba a Charlie, lo adoraba de sobremanera y me rompía el alma saber que las mejores personas son a quienes el mundo lástima más.
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