01

MELANIE DEPRESIVA

MI MADRE NO ERA UNA PERSONA SENTIMENTAL, DEMOSTRATIVA, CARIÑOSA, ERA MAS BIEN RESERVADA, CORAZÓN FRÍO, POCAS VECES DEMOSTRABA AFECTO. Eran unas de las cosas que de joven no entendía, pensaba que al ser una adolecente merecía un poco de amor maternal, aún que sea mínimo, pero con el tiempo la entendí, dejé de buscar amor cuando ella no era capaz ni de darlo o recibirlo.

Aún así era mi ejemplo a seguir.

Siempre tomaba desiciones, no importaba si lastimaba a alguien o no, si era de su agrado o no, era una persona de porte firme, que emanaba e imponía respeto. Por eso cuando debía de elegir una opción sobre un tema importante en mi vida, me imaginaba que era lo que decidiría ella.

Isabella estaba en peligro, aún seguía detrás de Victoria lo que no me agradaba, pero tampoco estaba en buenos términos con ella, seguía castigada, sin visitas de Edward durante la noche sabiendo que yo podría sentir si el cobrizo entraba a su habitación o no.

La manada quería que me mudé definitivamente a Forks. Tanto la manada como el consejo recibieron un golpe duro con la muerte de Harry, aún peor fue cuándo sus dos hijos, Seth y Leah, sufrieron la transformación. Ellos decían que fue difícil lograr calmarlos, que necesitaban a alguien en el consejo. Me estaban ofreciendo ser parte oficial de la manada.

Charlie también era una de las razones de mis dudas sobre irme. Aveces sentía que era injusto que alguien tan amable de puro corazón tenga que ser pasado por encima. Parecía que Isabella no lo respetaba o lo trataba de ignorante. Si tan sólo supiera del mundo sobrenatural, tal vez, sólo tal vez sería más fácil.

Pero yo no era mi madre. No sabía que hacer en una situación como esta, no sabía que podría llegar a hacer para tomar las riendas del asunto. Así que lo arregle a mi manera.

Comiendo y deprimiendome mientras veo películas que logran hacer mis lagrimas salir de la peor manera. Como "Diario de una pasión".

Tomé un boul para abrir con pocas ganas el paquete de cereales, mi mirada estaba perdida en algún punto de la mesada sin importarme las horribles pintas en las que me encuentro. Tengo puesto mi pijama, la bata de Charlie arriba con las pantuflas que me regaló Paul.

Coloqué la leche sobre los cereales pero algo no me daba buena espina, la olí para comprobarlo pero no había nada sospechoso. Así que me encogi de hombros llevando una cucharada a mis labios. Olía raro el aire, pero no eran mis cereales, caminé hasta el sofá en un intento de reanudar la película, lástima que el sonido de alguien tocando la puerta interrumpió mi acción.

Un aura dorada estaba del otro lado, bufé cansada arrastrando mis pies hasta la puerta, unos pasos atrás la abrí con magia sabiendo que debía de ser algún Cullen, del otro lado estaba Alice con una pequeña mueca con algunas bolsas.

- Tuve una visión donde caías en depresión, así que mejor que alguien te supervise - Avisó con su voz cantarina a lo que yo asentí volviendo al sofá

- Cierra la puerta - Murmuré sabiendo que me escucharía

Segundos después ella ya estaba en el sofá con una mirada comprensiva, dejó las bolsas que traía sobre la mesa mostrando kilos de helado a lo que le regale una pequeña sonrisa.

- Sé que es difícil, pero si quieres puedo ayudarte en solucionar esto - Propuso mientras me abría un helado

- ¿Cómo? - Pregunté poniendo la película de nuevo

- Vi varias de tus posibles desiciones, una es la más prometedora, tal vez te guste - Sugirió con una pequeña sonrisa, pude empezar a sentir su felicidad, diversión

- ¿Qué? - Tomé el helado para empezar a comer sin darle atención al cereal que acabo de dejar, luego lo comería

- Hay una cabaña en venta cerca del río del tratado, esta de nuestro lado pero sólo a unos metros del de la manada, la comprabas para quedarte en Forks, no se si por un tiempo o definitivo, pero te veías a gusto

Asenti sin dejar de comer el helado, ella me miró sin borrar esa pequeña sonrisa, así que sólo pensé en todas las posibilidades de aquello, tal vez un espacio propio no sería tan malo, sería de ayuda para practicar en el libro de hechizos además de estar del lado de ambos lados del tratado.

Aún que no se porque me interesaba el estar cerca de los Cullen. Tal vez por mis nuevas posibles relaciones pero prefiero no darle atención de momento.

- Ya sé que aceptas, pero antes de eso deberás bañarte, te vez horrible - Se burló a lo que yo sólo la mire de mala manera - Lo siento, pero no me gusta esta mamá Melanie depresiva - Soltó una risa

- ¿Mamá Melanie? - Frunci el ceño confundida, ella pareció titubear como pez fuera del agua

- Porque eres la mamá de la manada ¿No? - Se atajó pero sus emociones la delataban a gran escala, aún así preferí no meterme en su mente

- Ya - Asenti para nada convencida - Me voy a bañar, te diría "No comas el helado" pero - La señale con una mueca - Ya sabes

Escuche su risa mientras subía las escaleras de la casa.

Alice estacionó su coche frente a la cabaña. Cuando me mostró que su nuevo auto era del mismo modelo que robamos para ir a Volterra me reí sin poder evitarlo, al parecer Edward se lo había regalado como una forma de agradecerle. Dijo que el tenía un regalo para mi que era mitad "Gracias" y mitad "Perdóname por ser un imbécil con tú sobrina".

Bajé del coche para ver el hermoso lugar que me daba una gran paz sin saber la razón. La cabaña no era la gran cosa por fuera, se veía hogareña eso sumaba puntos, a unos pocos metros estaba el río con un pequeño puente que cruzaba al otro lado. Entre con la pequeña vampiro detrás viendo el pequeño hogar.

Dentro estaba vacía, pero tenía una pequeña sala con una cocina comedor, era lo suficiente grande para mi, seguimos viendo que tenía todo lo necesario, dos cuartos con un baño de tamaño promedio. Lo bueno era que estaba exactamente en el fondo del bosque, la casa más cercana era la de los Cullen.

- ¿Te gusta? - Mire en su dirección asintiendo lentamente mientras ojeaba un poco más el lugar

- Si, es bonita

Pasé la mano sobre una de las paredes, con delicadeza sintiendo el polvo de esta misma, la textura de la madera barnizada era un poco suave, su color marrón oscuro se me hacía familiar. Me giré a Alice con una pequeña sonrisa pero se desvaneció al no verla por ningún lado.

Me giré tratando de buscarla de nuevo pero no estaba, trataba de buscar su aura pero las únicas que podía sentir eran extrañas de diferentes colores, desconocidas al ser que nunca había visto colores como esos, algunos celestes otros azules, el característico naranja de la manada.

Salí un poco desconfiada de la cabaña, en el porche parecía que todo hubiese cambiado, ya no estaba en el río del tratado, estaba en otro lugar lleno de riendas de campaña parecidas a las de indios. Caminé unos pasos más mientras buscaba con la mirada a alguien pero sólo podía divisar a personas caminando tranquilamente.

- ¡Bruja Escarlata! - Me giré para ver a un chico gritando mi nombre repetidas veces mientras corría en mi dirección, llamando tanto la atención del resto como la mía, sus sentimientos negativos llegaron como olas cargadas en mi dirección - ¡La necesitan en el bosque, debe correr, el jefe dice que la necesitan!

- ¿Qué sucedió? - La pregunta salió por si misma sorprendiendome, lleve mis manos a mis labios al ver que había sido una acción involuntaria, viendo como mis manos estaban opacadas por unos guantes

Baje la mirada para ver que estaba teniendo nuevamente el traje que use alguna vez en ese hechizo de apariencia real.

- Hay heridos, demasiados, hubo un ataque

- ¡Melanie! - Me giré para ver a los que parecían ser los aldeanos del lugar, pero ya no estaban, habían desaparecido

- ¡Melanie! - Volví la mirada al joven pero también se había ido, giré sobre mis propios talones buscando a alguien pero ya nadie estaba, las tiendas de campaña desaparecieron

- ¡Melanie!

Alice apareció frente a mi sosteniendo mis hombros con un rostro preocupado, la mire sin entender, volteando la mirada para ver que estaba afuera de la cabaña. Me había pasado exactamente lo mismo que cuando sucedió lo de Isabella. Baje la mirada por instinto, al igual que aquella vez, mi traje había aparecido.

- ¿Qué sucedió? - Preguntó preocupada

- Son recuerdos - Contesté admirando la magia en el traje, poco a poco empezaba a desvanecerse sólo dejando pequeños fragmentos de auras rojas - Es el segundo que tengo

- ¿Eso está mal o bien? - Cuestionó confusa

- No lo sé, estaría bien pero no los controlo así que está mal - Admiti llevando una mano a mi frente

Decidí dejar el tema allí, cosa que ella entendió a la perfección pero podía sentir como ella en verdad quería hablar sobre eso. Aún así preferí cambiar de tema, yendo al que era realmente el principal. La mudanza.

- Edward en verdad ya la compró - Susurró casi inaudible pero pude escucharlo

- ¿Qué? - Me giré a ella, estábamos estacionadas frente a la residencia Swan

- Antes de ir le avise, así que por disculpas y gracias compró la cabaña para ti, sabía que negarías así que ya te dejó los papeles sobre tú cama, Rosalie se encargó de todos los muebles en dos horas, queríamos poner algo por parte de todos - Admitió jugando con sus manos, podía sentir su vergüenza

Suspiré sin entender porque los Cullen se esmeraban tanto en obtener mi cariño o disculpas, tome la mano de la pequeña vampiro haciendo que ella me mire.

- Esta bien, pequeña hadita, pero no quiero más nada - Ella asintió rápidamente

Asentí para luego besar su frente como despedida, bajé del auto lista para ir a empacar todas las cosas de mi habitación, al menos me había ahorrado semanas de papeleos.


Charlie ya sabía de mi mudanza, estuvo triste sabiendo que no viviría en su casa pero le alegraba saber que me quedaría en el pueblo al menos un tiempo largo. Aún así trataría de venir al menos una vez por semana, no quería que este sólo.

La manada se lo tomó de una manera complicada. Les agradaba saber que me quedaría en el pueblo pero estaban en total enojo al saber que mi hogar quedaba en el territorio Cullen, lo que me sacó enormes carcajadas siendo que estaba tan sólo a unos pasos de su territorio, pero ellos aún así estaban enojados como pequeños niños.

Aún así estaban ahora ayudándome a empacar las cosas.

- ¡Ahhhh! ¡No! ¡Qué rayos contigo, Melanie! - me gire para ver a Jared que tenía una prenda de mi ropa interior baja - ¿Para que te compras esto? Es sexy ¡No puedes usar ropa sexy!

- ¿Qué? - Exclame confundida quitándole mi ropa interior

- No puedes usar eso - Bufó Paul - Debes usar esas cosas de vieja, con esa ropa interior de encaje sólo lograrás que te coqueteen - Se cruzó de brazos

- ¿Disculpa? - Murmuré incrédula

- Estarás cerca de ese sanguijuela, así que más vale te vistas como una vieja, porque si te ves linda se te acercará ¡No se puede acercar a ti! - Se sumó Embry

- Miren - Tomé la caja para meterla en la camioneta de Sam - No verá mi ropa interior, no se porque les preocupa eso, no saldría con Cullen - Los tranquilize pero seguían con el ceño fruncido

- Dejen a Mel en paz - Defendió el alfa - Ella puede estar con quien quiera - Tomó una caja

- ¿Estas de acuerdo a que ese chupasangre este cerca de ella? - Se quejó Jared

- Claro que no - Exclamó casi ofendido - Pero no podemos prohibirselo

- Claro que sí - Dijeron al unísono haciéndome reír

- Tranquilos, nada pasará - Tomé la última caja con magia para colocarla dentro de la cajuela - Listo, mañana pueden ir a mi casa, a los Cullen no les molestará pero lleven a Leah y Seth

Los nuevos miembros de la manada que aún no conocía, pero estaba ansiosa por hacerlo siendo que estaba por conocer a la primera mujer metamorfo de lobo. Los chicos asintieron subiendo al vehículo.

- Bueno, al menos estarás cerca de ambos lados para que te cuidemos de Victoria - Murmuró Embry

Así es. La maldita pelirroja con la que perdí amistad a causa de mi sobrina seguía rondando por estos lados.

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