CAPÍTULO 28: ¿PERSONALIDAD?
—— ¿PERSONALIDAD? ——
—¿Tu que opinás?— Preguntó Scott mirando a Elara mientras la morena regresaba de su ensoñación y veía las manos de Parrish. Frunció el ceño al ver como una especie de finas venas rojizas comenzaban a desaparecer.
—Alguien le tiene que contar todo.— Aseguró la mujer lobo mientras se cruzaba de brazos, al mismo tiempo que miraba a Lydia indicándola con la mirada que tenía que hablar con ella.
—¿Contarme el qué?— Preguntó Parrish confundido.
—Escúchalos y se de miente abierta.— Dijo Lydia mientras se marchaba junto a Elara y Alexander.
—¿Sabéis que puede ser?— Preguntó Alexander al llegar abajo.
—No estoy segura. Pero hay algo en él... Me hace sentir la misma sensación que cuando he estado en el purgatorio o en el limbo.— Explicó Elara mientras se cruzaba de brazos y miraba a su amiga y a su hermano con seriedad.
—¿Segura?— Preguntó Alexander sabiendo lo que su hermana quería decir.
—Prácticamente segura. No es una sensación mala, la que él transmite. No es un enemigo, tal vez pueda ayudarnos. Pero lo fundamental es saber que es.— Sentenció Elara haciendo que Lydia pusiera una mueca de aburrimiento.
—¿Segura que no sabes que es?— Preguntó Alexander mientras se cruzaba de brazos.
—No, Alex. No lo se. Tengo que irme.— Se limitó a decir marchándose, dejando a Lydia y a Alexander completamente confundidos.
En los últimos días padre e hija se había dedicado a buscar a Zack, ambos querían verlo muerto. Y es que, a pesar de lo que una vez Elara y él tuvieron, la mujer lobo estaba dispuesta a matar, con tal de vengar la segunda muerte de su madre y de mantener a salvo a su manada.
Y Kiernan había sido testigo del cambio que su hija había sufrido en los últimos días, todos eran conscientes de ello. De esa frialdad que mostraba, por supuesto Elara se había acostumbrado a no estar con Heather y tenía a Minerva a su lado, pero ver, por segunda vez, la muerte de su madre había sido un golpe muy duro para ella. Por qué a pesar de todo, Elara, de alguna forma, seguía siendo esa niña que había perdido a su madre y tal vez, eso, nunca cambiaría.
Por eso la daba miedo ser madre, por qué no solo Elara no se veía lista, sino que emocionalmente no lo estaba. Aunque tenía miedo, también estaba contenta, por qué finalmente tenía esa excusa para huir de Beacon Hills sin que nadie la juzgará, y esa decisión era una que había tomado la noche en la que supo que iba a ser madre.
—¿Detectas algo?— Preguntó Kiernan mirando a su hija.
—Nada.— Gruñó Elara con completa frustración.
—Le encontraremos, Lara. No te preocupes.— Aseguro Kiernan intentando tranquilizar a su hija.
—Le quiero ver muerto.— Dictó su hija con completa frustración.
—La belleza de un ángel y la maldad de un demonio.— Comentó Kiernan haciendo que la morena le mirase confundida al no entenderle. —Es así como se le describe a un Beskyttende, sois seres de doble apariencia. Su físico de persona inocente hace confundir, pero cuando os enfadáis, cuando buscáis venganza, podéis ser peor que cualquier demonio. Eso es lo que te define a ti, Elara. Eres una criatura de doble filo, pero una criatura buena. No eres como Søren, eres alguien que actúa por necesidad no por deseo. Tu solo quieres proteger a tu manada y a tu familia.— Explicó el cazador haciendo que su hija pusiera una mueca de incredulidad.
—¿Insinúas que soy una criatura mentirosa? ¿Como un zorro?— Preguntó Elara incrédula.
—No, Lara. Tu apariencia de chica buena y perfecta engaña, ¿o me vas a negar que cuando intentaste entrar en el equipo de Lacrosse no tuviste problemas?— Kiernan encarnó una ceja divertido mirando a su hija.
—No, no lo tuve fácil. Nada a sido fácil para mí, Kiernan. Sí, he sido y soy violenta, soy propensa a meterme en problemas y, también, he tenido problemas por las carreras ilegales. Pero no por ello, justificó el hecho de querer matar a gente. Si lo quiero matar, es por qué Zack o Søren, no solo ha matado a mi madre, por segunda vez, sino que también ha amenazado a mi manada. No voy a perder a nadie más, Kiernan. Me importa muy poco volverme una asesina si con ello puedo proteger a todos.— Dijo Elara haciendo que su padre tomara una fuerte bocanada de aire para poder mantener la calma y la paciencia.
—¿Enserio? ¿Eres capaz de matar a alguien? ¿Por quién matarías? ¿Por tu manada? ¿Por tu familia?— Preguntó Kiernan encarando a su hija. Mejor que nadie él sabía que Elara jamás sería capaz de matar, no por nadie de su familia o de su manada, ni por ella misma, por eso le chocaba la decisión que ella parecía haber tomado.
—Por mi hijo.— Respondió Elara llevándose las manos a la boca al ser consciente de lo que había dicho.
—¿Tu qué?— Preguntó Kiernan impactado, pero Elara se quedo en silencio, completamente sorprendida.
—Esto... veras... Vas a reírte.— Dijo nerviosa mientras se giraba y miraba a su padre, el cual mostraba una expresión de sorpresa.
—¿Desde cuándo?— Preguntó con curiosidad sabiendo que no iba a poder hacer mucho.
—No estoy segura, lo se desde hace unos días. Pero es un secreto, solo le saben Alex, Brett y Lydia, y no voy a decírselo a Derek.— Sentenció Elara haciendo que Kiernan la mirase con pesadez.
—Lara, tiene derecho a saberlo y yo de matarlo. De mataros a ambos.— Elara sonrió al escuchar la amenaza de su padre, por qué, aunque sabía que todos querían protegerla nada igualaba a la protección de un padre, a ese interés en mantener siempre a tu hijo bien y asalvo.
—No ahora. No con una lista de muerte y con mi cabeza por treinta millones. Así que o guardas el secreto o te cortaré la lengua y las manos.— Le advirtió Elara mostrando sus ojos rojos.
—Es tu decisión Elara, espero que sea la mejor.— Se limitó a decir Kiernan mientras la abrazaba. —Serás una muy buena madre, Lara. Y ese bebé tendrá una gran suerte.— Aseguró haciendo sonreír a su hija.
—Bueno, espero que marchándome de aquí este más protegido.— Murmuró mientras se separaba de su padre y comenzaba a caminar.
—¿Vas a huir? ¿Tú? ¿Desde cuándo? ¿Y a donde irías?— Preguntó Kiernan rápidamente haciendo que Elara rodará los ojos divertida, ya que en ese momento se dio cuenta de la poca diferencia que había entre ella y él.
—Me iré por el bien de mi hijo, y me iría a Nueva Orleans. Se que tengo bajo mi responsabilidad a un Beta, y a medias con Scott otro. Pero ambos son libres de elegir a donde quieren ir. Y Brett..., bueno, él es capaz de seguirme solo por incordiar.— Rió Elara haciendo que Kiernan asintiera dándola la razón.
—¿Y Derek? ¿Te marcharas sin decirle nada? ¿Sin decirle que va a ser padre?— Elara se quedó en silencio.
—No lo se, Kiernan. No se nada. Ahora solo quiero matar a Søren y marcharme antes de que alguien más haga algo y tenga relación con la profecía.— Explicó la mujer lobo haciendo que el cazador asintiera entendiendo lo que quería decir. Pero también, sabiendo, que ella no le diría nada a Derek. Sabía que Elara se guardaría el secreto de que era madre y, aunque Kiernan no sabía el motivo por lo que lo hacía, sabía que alguien le terminaría diciendo algo a Derek, y ese alguien, iba a ser él. Por qué a pesar de todo, él merecía saber que iba a ser padre. Su futuro hijo era responsabilidad de ambos y, aunque sabía que su hija no quería que nadie más se involucrara en sus problemas, ese era un problema que tenía dos responsables.
★★★
Sí, Kiernan es el cuarto en enterarse. Viva el drama.
Creo que fue uno de los capítulos más claros que tuve para hacer. Quería ver esa reacción, porque literalmente se de alguien que va a tener miedo de un cazador con licencia para armas. 🤭
Bueno, retomando el tema. Realmente en este capítulo quería mostrar la relación que ambos están teniendo, por qué a pesar de todo Elara quiere a su padre, jamás veréis que le llamé "papá" porque no va a pasar, pero quería que vierais la estrecha relación que ambos tienen, y no porque se vayan de caza juntos.
La cosa, Kiernan, Lydia, Brett y Alexander, ya lo saben, solo queda una persona más hasta que Derek se enteré, y puedo deciros de que mi famoso Gif está estrechamente relacionado.
Si os pasáis por el apartado de gráficos veréis que he añadido una cosa nueva, espero que os guste.
¿Qué os ha parecido el capítulo?
Os leo ♥
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