CAPÍTULO 15: RECUERDOS

—— RECUERDOS ——

Al soltar a Elara de las esposas y liberarla del cerval, Kiernan abrazo con fuerza a su hija, mientras respiraba aliviado. En aquellos momentos solo podía sentir un gran alivio, por una vez se alegraba de ser cazador, y de haber podido proteger a su hija.

—No vuelvas a hacer algo así.— Pidió Kiernan a su hija mientras seguía abrazándola.

—No prometo nada.— Sonrió ella aliviada. —Hay que buscar al resto.— Añadió justamente cuando veía a Stiles abrazarse con su padre, seguido de Scott con Rafael.

—Scarlett ha despertado.— Añadió Kiernan haciendo que Elara le mirase con un brillo de alegría en sus ojos. —Pero no vas a ir al hospital, no después de lo que ha pasado. Brett está afuera. Él te llevará a casa.— Aclaró haciendo que Elara le mirase confundida.

—¿Ha pasado algo más?— Preguntó Elara completamente confundida.

—Logan y Alexander han vuelto a Nueva Orleans, necesitamos algunas cosas que tú madre tenía.— Habló rápidamente Kiernan tranquilizando a su hija. —Y es posible que Logan se quede allí.— Elara asintió.

Ambos salieron fuera del instituto, justamente cuando Brett se acercaba, apresuradamente, a su prima para abrazarla.

—¿Y Lori?— Preguntó Elara asustada.

—Esta en casa de Chris Argent. Es un sitio seguro para ella.— Comentó Brett mientras ayudaba a su prima a ir hasta el coche.

—Al menos ella estará bien.— Murmuró la mujer lobo mientras se subía en el coche.

—¿Te llevó a casa de Kiernan?— Elara negó.

—Necesito despejar mi mente, y como ahora me encierre mataré a alguien.— Brett rió.

—Tengo la idea perfecta.— Sonrió el Beta mientras arrancaba el coche.

Los dos hombres lobo, terminaron comiendo pizza en casa de Kiernan. Aunque Brett sabía que Derek terminaría apareciendo, él quería asegurarse de que Elara no pensara, más, en lo que ocurría. Sabía que la lejanía de Alexander la afectaba, que lo que estaba pasando lo hacía, pero también sabía que para entretener a Elara solo se necesitan pizza y hacerla reír.

—Kiernan me pidió que te diera esto.— Brett cogió una caja haciendo que Elara frunciera el ceño al reconocer la caja. Era suya.

—Estaba en mi casa.— Aseguró confundida, mientras la abría y sacaba viejos guantes de béisbol, algunas pelotas y algún trofeo, pero lo que más la sorprendió fue ver a su oso de peluche.

—Nunca imaginé que tuvieras peluches, menos un oso.— Puntualizó haciendo sonreír a Elara.

—Siempre le he tenido, incluso antes de lo de mi madre. Dormía aferrada a él, bueno vivía, aferrada a él.— Ambos rieron. —Cuando estuve en el orfanato y tenía pesadillas me aferraba a él. Me hacía sentir que mi madre estaba conmigo.— Recordó Elara.

—Es algo tierno viniendo de ti.— Al escucharle, Elara le miró de mala forma.

—¡Ey! Ni que fuera un monstruo sin sentimientos.— Se defendió la morena molesta.

—Es difícil verte con un peluche.— Murmuró Brett.

—Bueno, si te consuela, a los trece años seguía durmiendo con él.— Rió mientras le miraba con detenimiento y recordaba todas las noches que se durmió abrazada a él mientras lloraba.

—La mujer lobo y su oso de peluche. ¿Derek sabe que hay otro ser peludo al que quieres más que él?— Preguntó Brett riéndose.

—No sabe de su existencia. Y deja de meterte con mi novio.— Rió Elara mientras le quitaba un trozo de pizza.

—Es divertido, estando él ausente y presente. Hacerle enfadar es algo divertido.— Aseguró el rubio con diversión.

—Y eso es algo peligroso, y te lo dice alguien que le ha visto amenazar a un cazador, y también cuando se estaba muriendo.— Puntualizó Elara dándose cuenta de lo mucho que habían cambiado los problemas en Beacon Hills desde que Scott era el único problema sobrenatural.

—Si fuera por su actitud, muchos otros antes que él me hubieran intimidado. Pero ni él ni nadie va a conseguir eso, así que seguiré haciendo lo que más me gusta. Hacer enfadar a otros.— Elara negó divertida.

—Por lo menos excluye de la lista a Liam, hasta que tenga un ancla por lo menos. Y esta vez te lo digo como su Alfa, por qué como vuelvas a provocarle, entenderás por qué Alexander, siendo un brujo, me respeta y me teme.— Le advirtió su prima con una seriedad que hasta para él le dio miedo.

—Esta bien, no provocare a Liam. No quiero que me des una paliza en la que mi orgullo salga herido.— Brett se puso de pies mientras Elara sonreía satisfecha al ver su expresión de temor ante su amenaza. —Aunque me encantaría seguir escuchando tus amenazas, que cumplirias, tengo que irme. Le he prometido a Satomi que estaría en casa de Chris, sigue sin confiar en él aunque Kiernan la haya prometido que no va a pasarnos.— Elara asintió entendiendo el temor de la Alfa.

—Dila a Satomi que necesito hablar con ella, con urgencia.— Brett la miró confundido. —Es sobre los primeros Alfas verdaderos.— Le aclaró haciendo que Brett asintiera.

—Hablaré con ella, Lara, pero no te prometo nada. Las cosas no están muy seguras. Y ten cuidado y si pasa algo llámame.— La morena asintió mientras observaba como el rubio se marchaba.

Cuando Brett se marchó, Elara guardó todas las cosas, de nuevo, en la caja. Dejando el peluche para el final, sonrió como una tonta al recordar lo inseparable que aquel muñeco fue para ella. Suspiró, mientras le daba un beso y le volvía a meter en la caja, la cual dejó en la habitación que Kiernan siempre había tenido para ella.

Al pasar por la habitación de su padre, la cual siempre había estado cerrada, Elara frunció el ceño. Kiernan siempre la mantenía cerrada y ella no entraba para preservar la intimidad de su padre; pero al verla abierta la curiosidad se apropió de su cuerpo y entró. Al encender la luz, se percató de que era una habitación simple, una cama, un armario y una mesilla, no había nada más. Lo único que resaltaba de todo ello era una foto que estaba en la mesilla. La mujer lobo se acercó a ella, observando que se trataba de una foto de sus padres con un bebé, que sostenía el oso de peluche.

Ver la foto la hizo a Elara darse cuenta que realmente su padre no las abandonó por el hecho de no querer hacerse cargo de un bebé, sino para protegerlas de un peligro que terminó alcanzandolas. Pero en aquel momento Elara solo pudo sonreír. Por supuesto, Kiernan jamás sería Tyler, jamás estuvo cuando perdió su primer diente de leche, ni cuando ganaba o perdía alguna competición, ni cuando un chico la dejó por primera vez. Pero, muy en el fondo, era su padre. Un padre que había cuidado de alguna forma de ella en la lejanía, que la había ayudado, protegido, cuidado y apoyado desde que estuvo en su vida oficialmente como «su padre», y tal vez había llegado el momento de asumir eso, que era su hija.

Kiernan sabía lo difícil que había sido para Elara saber la verdad, pero también sabía que su hija era fuerte, independiente y muy cabezota, pero también llegaba a entender los actos de los demás. Y Elara, en aquellos momentos comprendió que su padre sí la quiso cuando nació, que estuvo con ellas. Por supuesto, él se lo había dicho muchas veces y siempre su latido había sido normal, pero por naturaleza ella había sido un poco desconfiada en relación con su familia biológica, antes era un tema tabú, ahora solo era algo que a veces, la hacía daño y otras la traía felicidad. Sobretodo los momentos que había visto a su madre.

Para Elara ver de nuevo a su madre había sido algo que jamás creyó posible, algo que todavía seguía analizando y asumiendo, pero también era algo que la hacía feliz, más que cualquier otra cosa en el mundo. Con cinco años pensó que jamás volvería a verla, y trece años después la vio. Su mayor sueño en la vida se había hecho realidad, por supuesto pasar más tiempo con ella era algo imposible, pero aquellos pocos momentos que había tenido con Heather, cada palabra, casa hecho, se habían marcado en su memoria mejor que cualquier otra cosa. Y por eso, la última vez que la había visto se había prometido que viviría la vida que ella jamás había tenido. Por supuesto también la había prometido darle una oportunidad a Kiernan, cosa que ahora sí iba a suceder, pero antes era improbable. Pero Elara era consciente de una cosa, ella era una mujer de palabra, y cumpliría la promesa de su madre.

★★★

Me encantan los momentos de Elara y Brett.

Bueno, este no es un capítulo muy importante, aunque el siguiente SÍ lo es.

Estoy organizando los capítulos, y puedo aseguraros que algunos hechos os van a sorprender. No os digo si os harán llorar o no, pero para mí, de momento hay una escena que sí me hace llorar. Y por fin, se en que capítulo pondré mi famoso gif.

El caso, este capítulo creo que es uno de esos capítulos reflexivos. La parte final de él creo que es muy importante, y está relacionada, en parte, con esa escena que os acabo de hablar.

Espero que en los siguientes capítulos, veáis que la relación de Elara y Kiernan, realmente sí se va estrechando. Pero hasta que no pase «ese» suceso, no sería una relación casi de padre e hija.

Otra cosa que amo, y sinceramente surge sola, es la personalidad de Brett. El personaje de Brett, a pesar de ser poco importante en relación con la serie, en esta historia sí va a tener ese protagonismo que necesita. Y quiero aclarar, que en relación con Lori, su muerte, aunque me duela, sí que ocurrirá. Pero lo que pase con Lori será explicado, y en parte condiciona el final. Pero para entender todo lo que os digo tenéis que tener paciencia.

Vale, en relación a las actualizaciones, creo que sí voy a poder hacer una por semana. Espero, mínimamente, hacer un capítulo a la semana. Pero, con el inicio de las clases, y siendo mi último año en el instituto está siendo un poco complicado.

No voy a adelantar nada, pero este fin de semana (seguramente el sábado por la noche hora española) publique el siguiente capítulo, el cual será Delara. Había que hacerlo, ¿no?

¿Qué os ha parecido el capítulo?

Os leo ♥

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