CAPÍTULO 3
Finalmente, después de horas de viaje y una mezcla de tensiones acumuladas, el grupo llegó al campamento de Jackson. La primera luz del día iluminaba el pequeño refugio, y el aire fresco y limpio se sentía como un bálsamo para sus almas cansadas. Sin embargo, a medida que se acercaban a la puerta, la vigilancia se tornó inmediata. Los guardias, con sus armas listas, apuntaron en dirección a ellos, pero al reconocer las caras familiares, la tensión se disipó rápidamente.
Las puertas se abrieron de par en par, y el grupo fue recibido con una mezcla de alivio y preocupación. Tn, aún sosteniendo a Joel y a Tommy, sintió un ligero peso levantarse de sus hombros al cruzar el umbral del campamento. Sabía que estaban a salvo, al menos por el momento.
Guardia: ¡Llévenlos al cirujano, rápido!
Gritó uno de los guardias, mientras otros se acercaban para ayudar a estabilizar a Joel y a Tommy. La urgencia en el aire era palpable, y Ellie sintió un nudo en el estómago al ver la preocupación en los rostros de los que los rodeaban.
En medio del bullicio, Maria apareció de la nada, su rostro pálido y lleno de angustia. Al ver a su esposo, Tommy, en un estado tan crítico, su corazón se hundió.
Maria: ¿Qué pasó? -Preguntó con voz temblorosa, acercándose rápidamente. Su mirada se desplazó de Tommy a Joel, y el miedo se reflejaba en sus ojos.
Tn, viendo la preocupación de Maria, sintió la responsabilidad de calmarla.
Tn: Es una larga historia. -Respondió, su tono serio pero honesto.
Tn: No conozco todos los detalles, pero lo que puedo decir es que se encontraron con un grupo hostil. Tuvimos que luchar.
Maria asintió, sus ojos llenos de lágrimas contenidas mientras miraba a su esposo.
Maria: ¿Está herido? -Preguntó, su voz quebrada, reflejando el amor y el miedo de una esposa que no podía soportar la idea de perder a su compañero.
Tn: Tommy tiene una herida de bala en el pie. -Explicó Tn rápidamente.
Tn: Y Joel... -Su voz se apagó por un momento, recordando lo mal que lucía.
Tn: Está lidiando con una fiebre y una herida en la pierna. Necesitamos atención médica urgentemente.
El rostro de Maria palideció aún más.
Maria: Voy a avisar al cirujano. -Dijo, ya moviéndose en dirección al centro del campamento, donde sabían que la ayuda estaba disponible.
Maria: ¡Rápido! -Gritó a los demás, y pronto un grupo de médicos y enfermeras se apresuró a atender a los heridos.
Mientras Tn y Ellie miraban cómo llevaban a Joel y a Tommy, Ellie sintió una mezcla de alivio y preocupación. Habían llegado a salvo, pero las heridas que llevaban eran recordatorios de la brutalidad del mundo exterior. El campamento de Jackson había sido su refugio, su hogar, y aunque estaban allí, su mente seguía atrapada en el caos que habían dejado atrás.
Ellie: Gracias por salvarnos, Tn. -Susurró Ellie, sintiendo la necesidad de expresar su gratitud. Su mirada se encontró con la de él, y en ese instante, un nuevo tipo de conexión comenzó a formarse entre ellos, una que iba más allá de la admiración.
Tn sonrió levemente, su expresión suave a pesar de la gravedad de la situación.
Tn: Siempre estaré aquí para protegerte, Ellie. No lo olvides.
Respondió, y esas palabras resonaron en su corazón. En medio de la incertidumbre, había una promesa implícita, una conexión que comenzaba a florecer en el caos del mundo que los rodeaba.
Mientras el campamento de Jackson se movía a su alrededor, Ellie se sintió un poco más segura, un poco más esperanzada. Sabía que, aunque el futuro era incierto, al menos tenían el uno al otro y un lugar al que llamar hogar, al menos por ahora.
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Mientras el bullicio del campamento continuaba a su alrededor, Tn se apartó un poco de la multitud. La preocupación en el ambiente era palpable, pero en medio del caos, Maria lo alcanzó con una botella de agua en la mano. Su rostro estaba marcado por la tensión, y el amor que sentía por su esposo y su cuñado era evidente.
Maria: Toma. -Dijo Maria, ofreciéndole la botella.
Maria: ¿Qué pasó exactamente? -Su voz era firme, pero la preocupación se filtraba en cada palabra.
Tn tomó un trago de agua, sintiendo cómo la frescura calmaba su garganta seca. Miró a Maria, y por un momento, la seriedad de la situación lo abrumó.
Tn: Básicamente estuve siguiendo el rastro de unos saqueadores que me pediste que revisara. -Comenzó, su tono directo.
Tn: Pero en mi búsqueda, me topé con Joel y su grupo. Apenas tuve tiempo de interferir antes de que los mataran.
Maria frunció el ceño, su corazón latiendo con fuerza al imaginar la escena.
Maria: ¿Y escaparon? -Preguntó, su voz tensa, como si cada palabra pesara más que la anterior.
Tn: Sí. -Respondió Tn, su mirada fija en el horizonte.
Tn: Disparar como francotirador cuando tus enemigos tienen rehenes es complicado. Desde donde disparaba, apenas podía ahuyentar a esos tipos. Sabía que no podía arriesgarme a hacer un disparo que pudiera costarles la vida a ellos.
Su sinceridad era cruda, y Tn sabía que en su mundo, cada decisión tenía consecuencias devastadoras.
Maria asintió lentamente, procesando la información.
Maria: ¿Crees que regresarán?
La pregunta flotó en el aire, y el silencio que siguió fue pesado. La incertidumbre se cernía sobre ellos, como una sombra amenazante.
Después de un momento de reflexión, Tn finalmente respondió.
Tn: Probablemente sí.
Su tono era grave, y el peso de la realidad se hacía más evidente.
Tn: Pero necesito hablar con Ellie sobre eso. Joel y Tommy deben reposar ahora; han pasado por mucho. Y Dina...
Hizo una pausa, recordando la expresión de terror en el rostro de la joven.
Tn: Dudo que se haya enterado de algo. Lucía aterrada.
Tn se sintió abrumado por el peso de la conversación. Era un líder natural, pero la presión de proteger a todos lo hacía sentir la carga de la responsabilidad. Maria, a pesar de su propia angustia, lo miró con comprensión.
Maria: Halcón. -Murmuró, una sonrisa breve y triste asomándose en su rostro, como si recordara historias pasadas.
Maria: Siempre con tu puntería, siempre en el lugar correcto.
El apodo le había seguido desde sus días en el ejército, una referencia a su habilidad sobresaliente como francotirador. Tn había dejado atrás su vida anterior, pero el nombre aún lo perseguía, un recordatorio de lo que era y de lo que había dejado atrás.
Tn: Solo hice lo que tenía que hacer.
Dijo Tn, con humildad, pero en el fondo, sabía que su destreza había salvado vidas. La conexión entre ellos era más que solo la preocupación por los hombres heridos; era un reconocimiento compartido de la vida que llevaban, de las decisiones difíciles que debían tomar.
Maria, sintiendo la gravedad del momento, lo miró a los ojos.
Maria: Gracias, Tn. Por estar allí para ellos.
Dijo, su voz suave pero firme. No había necesidad de más palabras; la gratitud se reflejaba en su mirada, y él podía sentir el peso de su aprecio.
Tn: Siempre.
Respondió Tn, su voz un susurro de promesa. Sabía que la lucha no había terminado, que aún había peligros acechando en la oscuridad, pero en ese instante, sentía que había hecho lo correcto. La vida en el campamento de Jackson seguía, y, a pesar de todo, había esperanza.
Mientras se alejaban, Tn sabía que pronto tendría que hablar con Ellie, que las preguntas y las incertidumbres debían ser abordadas. Pero en ese momento, el refugio del campamento y la calidez de la compañía le ofrecían un respiro, un espacio donde la lucha podía esperar un poco más.
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La noche había caído sobre el campamento, y con ella, una atmósfera de paz envolvía el lugar. Las luces brillantes de las fogatas iluminaban el rostro de las personas que se movían con alegría, ajenas a los horrores que habían enfrentado solo días atrás. Los niños corrían y jugaban, riendo y disfrutando de la llegada de la primavera, mientras los adultos celebraban el final del invierno con historias y canciones. Era un refugio temporal de normalidad, de vida, en un mundo que a menudo parecía estar en ruinas.
Tn se encontraba sentado en una mesa improvisada, un pedazo de carne en una mano y una cerveza en la otra. A pesar de la festividad que lo rodeaba, su mente estaba en otro lugar, atrapada en los recuerdos de su reciente enfrentamiento. Era un hombre que solía sobrepensar las cosas, cada detalle de la misión, cada decisión que había tomado, cada vida que había salvado o puesto en riesgo. A veces, el peso de esas reflexiones lo abrumaba, y en esa noche tranquila, la oscuridad de sus pensamientos parecía aún más pronunciada.
Fue entonces cuando Ellie apareció, sentándose a su lado con una expresión que mezclaba curiosidad y preocupación.
Ellie: ¿Me buscabas?
Preguntó, su tono ligero pero con un trasfondo de seriedad.
Tn la miró, sintiendo una mezcla de alivio y carga emocional al mismo tiempo.
Tn: Sí.
Respondió, tomando un trago de su cerveza antes de continuar.
Tn: Quería hablar contigo sobre lo ocurrido.
Su voz era grave, y Ellie pudo ver que estaba procesando lo que había pasado.
Ellie asintió, comprendiendo la necesidad de la conversación.
Ellie: Yo tampoco sé qué era lo que querían.
Comenzó, su mirada perdida en la distancia.
Ellie: Pero era obvio que estaban bien equipados y no buscaban suministros. Realmente parecía que iban por Joel.
La preocupación se reflejaba en su rostro, y Tn podía sentir la tensión en el aire.
Tn: ¿Por qué querrían a Joel muerto?
Preguntó Tn, su mente analizando cada posible escenario. Las amenazas en su mundo eran múltiples, pero esta parecía personal, como si hubiera un objetivo específico en el horizonte oscuro.
Ellie se perdió en sus pensamientos, el eco de la pregunta resonando en su mente. ¿Acaso Abby conocía lo de las luciérnagas? ¿Había un pasado que Joel había mantenido oculto? La incertidumbre la abrumaba, y sintió que una sombra se cernía sobre su corazón.
Tn, notando su distracción, la sacó de sus pensamientos.
Tn: ¿Sabes algo?
Preguntó, su tono inquisitivo pero suave.
Ellie, sintiendo que la pregunta la atravesaba, decidió mentir.
Ellie: No, solo estaba pensando en Joel.
Respondió, su voz un poco más baja. Era una verdad a medias, y ella sabía que no podía compartir todo lo que pasaba por su mente, no aún. Había demasiadas preguntas sin respuesta, y el miedo a lo desconocido la mantenía en un estado constante de alerta.
Mientras hablaban, en la distancia, Maria observaba a los dos con una mirada que mezclaba preocupación y curiosidad. Sabía que había una conexión entre Ellie y Tn, algo que se estaba formando en medio del caos que los rodeaba. La preocupación de Maria por su esposo y su cuñado era evidente, pero también había un reconocimiento en su mirada. Era un mundo peligroso, y la fortaleza de su comunidad dependía de cada uno de ellos.
Tn y Ellie continuaron hablando, la conversación fluyendo entre ellos como un río de pensamientos y emociones. A medida que la noche avanzaba y la música de la celebración resonaba a su alrededor, ambos sabían que el mundo exterior seguía siendo un lugar oscuro y complicado. Pero por un momento, en medio de la risa y la luz, había esperanza y la promesa de un nuevo comienzo, incluso mientras las sombras del pasado seguían acechando en el horizonte.
CONTINUARÁ.
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