𝙏 𝙃 𝙍 𝙀 𝙀


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—¡Joder! ¡Sabía que vendríamos por aquí! —grita Jisung jalandose el cabello mientras llora desesperado. Se sentía al borde de la muerte y precisamente no sería una muerte tranquila.

—Vamos a morir —repite Felix con voz pausada y temblorosa, tirándose al suelo y abrazando sus rodillas.

—Basta ya —dice Hyunjin poniendo orden con algo de miedo en su voz y dicta—. Vámonos de aquí —los otros dos se toman su tiempo para pensar pero finalmente Jisung toma aire y dice:

—En esa dirección hay una carretera —Hwang levanta la cabeza y asiente.

—La veo, si corremos llegaremos antes de que anochezca.

Ponen rumbo otra vez ahora hacia la carretera, la cual los separan de ella unos pocos kilómetros. Han decide adelantar su paso para que la pareja esté junta aunque mantienen las distancias y están callados. El que va de guía se mantiene alerta ante cualquier sonido y movimiento a su alrededor. Este se apoya en un árbol porque está cansado y aprovecha para echar un vistazo a sus compañeros; Hyunjin va detrás de él a unos metros y Felix, más alejado, camina a pasos torpes y está más pálido de lo normal. El de cabello largo frena cuando ve a Han hacerlo pero este no le presta atención ya que está mirando a su mejor amigo. Ve como los brazos de Felix están manchados de sangre que cae a borbotones a la tierra.

—Lix... —susurra el castaño acercándose y su respectiva pareja también se gira. El nombrado los mira con una expresión desinteresada, sabe que sus brazos sangran mucho pero igualmente no dice nada.

—No me encuentro bien —murmura tragando duro y se tambalea de un lado a otro entrecerrando los ojos. Hyunjin llega a cogerlo e intenta quitarle la chaqueta con ayuda de Han.

—¿Por qué no nos habías dicho nada? —le recrimina su pareja. Jisung le termina de quitar la chaqueta y deja sus antebrazos desnudos. Es entonces cuando pueden ver que esos arañazos se han abierto sobre la piel en grandes heridas, lo que está provocando que se desangre— Mierda, Felix, joder —maldice mordiendo su labio con fuerza y rabia.

—Me voy a morir —lloriquea el herido.

—Ni en broma —dice Jisung rompiendo un trozo de su camiseta en dos largas partes y hace un torniquete a la altura del codo para cortar la hemorragia.

—¿Cómo ha hecho esto? —cuestiona el alto.

—Todo es muy extraño —responde.

—Cariño, ¿podrás caminar? —el corazón de Jisung se rompe un poco. Casi nunca tiene ocasión de escuchar las bonitas palabras que se dedican, pero estando al borde de la muerte le duele no poder decirle que lo ama con toda su alma.

—Me siento muy débil.

—Te cogeré. Sung, ¿me ayudas a colocarlo en mi espalda? —éste asiente y ayuda a Lee a reincorporarse para que su torso quede en contacto con la espalda del pelinegro. Éste último hace fuerza y finalmente lo coge para proseguir el camino.

Jisung queda otra vez en cabeza mientras tiene que escuchar como Hyunjin le susurra cosas al menor y este le contesta débil. De sus brazos no deja de salir sangre aún con el torniquete hecho. Ninguno entendía qué estaba pasando, qué demonios era aquella cosa y por qué les estaba atacando.

Jisung culpa a Felix de la situación —siempre en su interior, porque no es capaz nunca de decir lo que siente o piensa— ya que si no hubieran cruzado el bosque, solo si hubieran seguido el camino marcado, tal vez Changbin seguiría vivo, tal vez Felix no se estaría desangrando en ese momento, tal vez Hyunjin no estaría perdiendo la poca cordura que le queda y tal vez Jisung no se odiaría todavía más a sí mismo, porque ahora que pueden morir en cualquier momento siente que pierde el tiempo en no decirle Hwang lo que siente.

No tienen tiempo para llorar la muerte de su amigo, parecerá egoísta, pero están más ocupados preocupándose por sus propias vidas. Puede que, si llegan a salir vivos de esta, llorarán a Seo todo lo que este merece.

—Jisung —lo llama Hyunjin y este se gira. Está bajando al pecoso de su espalda como puede y apoyándolo en un árbol. Hace rato que su pareja ha dejado de hablarle y ya no siente su respiración sobre su cuello como lo hacía. El alto posa dos dedos sobre el cuello de su pareja y suspira—. Sigue vivo.

—Ha perdido mucha sangre, sólo está inconsciente —le dice acercándose.

Aprovecha para mirar el cielo, ya ha anochecido y la Luna en todo lo alto es lo único que ilumina su camino en esos momentos. Inspira y espira de forma pausada mirando las estrellas.

Deben ser rápidos, deben estar ya cerca. Jisung piensa en su madre y en su hermana pequeña; si su padre siguiera vivo le decepcionará que su primogénito haya muerto por un ser que, probablemente, ni siquiera exista.

No quiere morir, lo tiene claro; quiere vivir, de eso está seguro. Y situaciones complicadas, lleva a decisiones difíciles.

Decisiones que no gustan a nadie pero son beneficiosas para uno propio.

—Tenemos que dejarlo aquí —habla con semblante serio y nervioso por la reacción del alto. Éste último se gira con el ceño fruncido y se reincorpora quedando frente a él. El más bajo retrocede un paso porque el otro tiene una expresión de enfado que nunca había visto.

—Espero no haber escuchado bien —dice molesto apretando la mandíbula.

—¡Se está muriendo! —señala a su amigo en el suelo, y aunque le duele estar haciéndole esto, necesita vivir— ¡No va a llegar vivo a la carretera!

—¡Cállate! —le grita Hyunjin y puede ver su rostro rojo a pesar de la oscuridad— ¡Es tu amigo, joder!

—¡Hay que ser realistas! —le discute de vuelta— Todavía... —murmura acercándose y cogiéndole una mano— todavía podemos salvarnos, tú y yo. —el alto traga en seco y aparta la mano bruscamente.

—Vete tú si quieres, yo no voy a dejarlo aquí —le dice en un tono cortante y distante.

Jisung se asusta ante la posibilidad de estar solo y que le ocurran cosas a ambos por separado— Hyunjin... —espera que el nombrado entre en razón.

—¡No! —le encara poniéndose frente a él y sus respiraciones chocan— No te reconozco —le mira de forma despectiva de arriba a abajo—, el único monstruo aquí eres tú —el de mejillas regordetas comienza a llorar desesperado.

—No me digas eso, por favor.

—Lárgate —le da la espalda para decirle esas palabras, porque no es capaz de decírselo de frente.

—¿Q-qué?

—¡Qué te vayas! —le grita comenzando a llorar también— No te quiero a mi lado, Jisung.

Esas son las únicas palabras que bastan para que su corazón se rompa en mil pedazos y salga corriendo de allí tan rápido como su pierna se lo permite. Tropieza mil veces con ramas, hojas y piedras pero no se detiene. Mientras corre tiene miedo, miedo de morir; no solo corre por algo más que por salvar su vida, sino por cobardía.

Frena apoyando sus manos en sus rodillas intentando regular su respiración al igual que su llanto. Su corazón le duele y no tiene fuerzas para nada.

Cuando se reincorpora puede sentir algo grueso en el bolsillo de su pantalón. Se trata de la linterna, la única que no estaba en las mochilas. Pensó en Hyunjin y en cómo iban a poder salir de ahí sin poder ver nada ya que ahora sí que estaban sumidos en la absoluta oscuridad. Había dejado a Hwang solo, aunque estuviera con Felix, solo era una carga en esos instantes; lo había dejado sin oportunidades de salir al llevarse la linterna y eso lo hacía sentir horrible.

Quiso volver hacia atrás, pero no lo hizo.

No hasta que lo escuchó gritar, entonces salió corriendo hacia su voz.

—¡Hyunjin-ah! —gritaba mientras corría en dirección a sus gritos. Le daba igual el dolor de su pierna, solo quería salvarlo, ayudarle como mínimo.

El otro ha dejado de gritar cuando estaba cerca y sigue corriendo hasta que se da cuenta de que ha callado— ¡Hyunjin! —da vueltas sobre su eje alumbrando con la linterna pero no puede ver nada. Llora totalmente agobiado porque no ve a ninguno de los dos, ni vivos ni muertos.

Pstchasquean en su espalda y este se gira alumbrando en esa dirección. Suspira aliviado y sonríe al ver a Hyunjin agachado entre un matorral y un grueso árbol.

Corre hasta él y este hace que se agache y se esconda en el mismo lugar. El mayor tiene heridas en el rostro y la ropa rasgada de, probablemente, haber peleado con ese ser. A su lado está el australiano despierto pero más débil que antes y Han no puede mirarle a la cara después de todo lo que ha dicho.

—Hay que salir de aquí, mira —Hyunjin susurra señalando a su derecha.

Hay que forzar mucho la vista para poder verlo, pero a lo lejos se ven pequeñas luces que se tratan de los faroles de los automóviles en la carretera.

—S-sí, vamos —anima el castaño con una sonrisa forzada.

Hyunjin y Jisung se disponen a levantarse, pero Felix les frena— Dejadme aquí —casi ruega con la voz temblorosa.

—No, Lix, saldremos los tres de aquí —le dice su pareja en forma de regaño.

—Hyunjin... —llama Jisung como manera de que entre en razón.

— Hyunjinie, ven aquí —Sung mira la escena alejado de ellos metafóricamente—. Tienes que salir de aquí, ¿vale? Tienes que terminar la universidad, ser el mejor abogado de todos y adoptar un niño y ponerle mi nombre —bromea y ambos ríen aunque al mismo tiempo lloran—. Eres demasiado joven y guapo para el mundo como para que te mueras ahora, al menos déjales disfrutar un poco más de ti —Felix le acaricia las mejillas con sus manos frías a la vez que le limpia las lágrimas.

—¿Qué voy a hacer sin ti? —llora apoyando su cabeza en el pecho de su novio. Jisung también llora porque las dos personas que más quiere están llorando porque van a perderse la una a la otra y el dolor de estos también es su dolor, lo siente y lo sufre igual.

—Recuerda que te quiero —le dice Felix dejando un beso en sus labios.

—Te amo, Felix —susurra y lo besa, pero esta vez el rubio no corresponde del todo ese beso. Con sus manos en la nuca del menor deja con cuidado su cabeza sobre la tierra.

—Necesito hablar con Jisung —le dice antes de que se marchen. Hyunjin asiente y se va con cuidado a unos metros de ellos. Han se acerca a su amigo y le escucha—. Sé que te gusta Hyunjin —le dice con una media sonrisa que no provoca nada en el castaño— y eres un hijo de puta —sonríe—. Escuché todo lo que dijiste, pero no voy a culparte, yo también estoy cagado de miedo.

—Felix yo-

—Estoy hablando —le interrumpe—. Al menos me conformo con que te hayas esperado a que me muera para coquetearle —Han pone los ojos en blanco, su amigo puede llegar a ser muy calculador y dramático—. Sólo no dejes que se deprima, no dejes que caiga, levantalo como sea, pero hazlo —le ruega y el contrario asiente—. Y cuando Hyunjin esté listo para otra relación, ves a por él —sonríe con algo de melancolía y tristeza—,tú también le gustas.

Jisung abre los ojos más de lo normal por la sorpresa— ¿Qué dijiste?

—Solo hazlo feliz —cierra los ojos haciéndose su respiración cada vez más lenta hasta que su pecho deja de subir y bajar.

Es entonces cuando se siente una horrible persona, porque muy en el fondo estaba deseando y en parte le causa felicidad la muerte de Felix.

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¿Aman u odian a Jisung?

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