𝙊 𝙉 𝙀
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Suenan los característicos pitidos de la furgoneta de su amigo Changbin y Jisung maldice en voz alta:
—No puede ser cierto.
Salta de la cama dónde estaba haciendo un trabajo de la universidad para la siguiente semana y se dirige a su ventana, la que da a la calle. Allí puede ver a Felix saliendo del asiento del copiloto con unas gafas de sol saludando a su madre, quien acababa de salir a recibirlos. Luego estaba Changbin con una sonrisa de oreja a oreja también saliendo del coche al igual que Hyunjin que salía de la parte de atrás.
Les había dicho por activa y por pasiva que no quería ir de acampada. Felix llegaba a ser un poco cabezota y no quería un no por respuesta. A Jisung no le gustaba ir de acampada, no le gustaban las excursiones, sobretodo esas en las que tienes que dormir en el suelo rodeado de piedras, tierra, insectos y frío. Prefería ir a algún hotel con todas las comodidades, ir a la piscina de ese hotel y pasar el rato sin hacer nada. No le gustaba mancharse las manos.
Pero al parecer sus peticiones por quedarse en casa no fueron escuchadas por sus amigos, porque pronto ya le estaban ayudando a hacer la maleta.
—Que no quiero ir —se queja el castaño tirándose en su cama.
—Pero no te puedes quedar otro fin de semana encerrado en tu casa, eres como un ermitaño —le dice Felix metiendo ropa de su armario en una mochila.
—Nos lo pasaremos bien, ya verás —le dice Changbin palmeandole la panza.
—Odio el campo, odio el bosque —Jisung resopla echando su flequillo hacia atrás.
—Y yo, pero lo que importa es con quién vas, no a dónde vas —habla Felix—. Te estás volviendo un aburrido Sungie —el nombrado rueda los ojos— ¿Cierto, Hyunjinie? —este le mira esperando una respuesta y Hyunjin asiente pesado con una media sonrisa. Era entonces cuando Jisung pensaba, ¿qué hace Hwang con Felix, siendo tan diferentes?
Aquello era una de las cosas que odiaba de sí mismo. Odiaba estar enamorado de Hyunjin cuando este y su mejor amigo estaban juntos. Han le debía mucho al rubio, ya que si no fuera por él, ahora mismo no tendría amigos y probablemente no hubiera tenido el valor de ingresar a la universidad. Así que cuando le dijo que le gustaba mucho el alto de Hyunjin, no pudo hacer nada más que apartarse de él y dejarle el camino libre a su amigo.
Se suben de nuevo en la furgoneta del más bajo de los cuatro mientras que el castaño lucha con su madre para que deje de besarle las mejillas y decirle que se cuide.
—Que sí mamá, comeré y beberé agua.
—Y recuerda taparte bien en la noche, ¡ah y échate la crema de los mosquitos!
—Que sí —dice alargando la última vocal.
Luego se sube en la parte trasera con Hyunjin ya que Lee tiene que guiar a Changbin con el mapa. El ambiente suele ser tenso con Hyunjin cuando están a solas, pero en las dos horas de trayecto se la pasan riendo de los otros dos que manejan el coche por sus tontas peleas.
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Felix inspira y espira abriendo los brazos cuando todos bajan de la furgoneta al llegar a su destino.
—¿Veis? Aire puro, ni coches, ni fábricas, nada. ¿Qué hay mejor que esto? —a lo lejos se puede escuchar un lobo aullar cuando el rubio termina de hablar.
—Un hotel sin animales salvajes —Han contesta a su pregunta.
—Seguro que no nos hará nada —dice Seo abriendo la parte trasera y el pelinegro de Hyunjin le ayuda con las mochilas en las que dentro se encuentra la tienda de campaña de cada uno, sacos de dormir, la ropa de ese fin de semana y comida y agua.
—A la zona que vamos no suelen acercarse animales salvajes, además, muchas personas van ahí y hay muchas reseñas positivas en internet —le explica Hyunjin al de mejillas regordetas con una sonrisa, de algún modo tranquilizandolo.
Cuando ya todos están equipados con sus respectivas mochilas, se disponen a seguir el camino que les llevaría a la llanura de acampada. Son Changbin y Hyunjin los que llevan la brújula y el mapa, aunque solo había que seguir el camino de tierra.
—¿Y cuanto tardaremos en llegar? —pregunta Han curioso.
—Unas cuatro horas —dice Hwang.
—¿¡Como!? —exclama Felix frenando el paso de todos. Después, se acerca a esos dos y le arrebata el mapa de las manos a Changbin— ¿Cuatro horas? ¡Nos va a dar la noche!
—Tal vez si nos damos prisa podremos llegar antes de que anochezca —dice el castaño encogiéndose de hombros.
—No estoy hecho para correr —dice un pecoso sarcástico.
—Si cruzamos por aquí a lo mejor acortamos camino —propone Seo señalando el mapa.
—¿Cruzar por mitad del bosque? —cuestiona Jisung.
—¿Qué? —ríe su mejor amigo— ¿Tienes miedo? —pregunta con burla.
—No tengo miedo —se molesta—. ¿Y si nos perdemos?
—Tiene razón —apoya Hyunjin—. Podríamos perdernos y no hay cobertura para llamar a nadie.
—¡Venga ya! —exclama el contrario— Solo hay que ir en línea recta, no nos perderemos.
—Y así tardaremos menos —corrobora Changbin dándole la razón.
—Dos contra dos, y Changbin lleva toda la comida así que...
Finalmente la coalición entre Lee y Seo sale ganando y deciden cruzar por mitad del bosque, separarse del camino para llegar a su destino. Esta vez es solo el más bajo quien lleva la brújula bastante confiado de sí mismo y Hyunjin prefiere no formar parte de esto.
—Ya terminé el proyecto de la siguiente semana —le dice de repente Hwang—. Puedo dejártelo si quieres.
—Oh... —murmura sorprendido— si puedes hacerme ese favor, te lo agradecería.
—No es nada.
Hablan de algún tema trivial sin prestar atención a cualquier cosa a su alrededor, ellos solo siguen a Changbin como guía y al rubio que se mantiene a su lado.
Jisung nota algo correr por su lado derecho a unos metros y se asusta chocando con Hyunjin.
—¿Qué ocurre?
—Vi... vi algo... —murmura buscando a esa extraña cosa por todas partes.
—¿Dónde? —cuestiona sujetándole los brazos.
—Por... por allí... —señala a lo lejos pero ahora no hay nada.
—No veo nada, puede que sea una liebre.
—Sí... seguramente sea eso —esboza una sonrisa para no preocuparlo más, pero la cosa que “ha visto” era mucho más grande que una simple liebre.
Prefiere dejar el tema y seguir hablando de otra cosa, hasta que escuchan al par de guías discutir.
—¡Dijiste que llegaríamos y mira! —exclama el pecoso señalando el cielo, el cual a penas se puede ver por las copas de los altos árboles que prácticamente lo tapan. Felix estaba furioso porque estaba anocheciendo y no habían llegado a ninguna parte.
A cualquier lado que mirasen había árboles y más árboles. Para colmo, la altura de estos hacían que el ambiente fuera más oscuro de lo que ya es.
—¡También fue idea tuya! —le discute el bajo.
—¿Qué pasa? —pregunta Jisung.
—Nos hemos perdido por culpa de este idiota.
—¡Já! También es tu culpa. —recrimina el contrario.
—A ver —Hyun coge el mapa y comienza a inspeccionarlo y a mirar a todas partes—. Podríamos volver y tomar el camino de cuatro horas como dijimos Sung y yo en un principio —estruja el mapa en sus manos y mira furioso a los otros dos.
—De todas formas no nos da tiempo a llegar a la llanura —le dice su novio posando las manos en su cintura.
—¿Y qué quieres hacer? ¿Quedarte aquí en mitad del bosque? —cuestiona Han sarcástico.
—Creo que podremos acampar aquí esta noche —dice Seo—. Y en cuanto amanezca volveremos por el camino para llegar a la llanura y allí pasaremos la última noche.
—Opino que deberíamos volver, pasar la noche en la furgoneta y al día siguiente iremos a la llanura —propone el de cabello largo.
—Estoy muy cansado —resopla Lee sentándose en un tronco caído.
—¿Enserio? —bufa Jisung— No sabemos que hay por aquí cerca y si es peligroso o no.
—Dios, aquí no hay nada de lo que asustarse —su amigo pone sus ojos en blanco.
Deciden quedarse en esa parte del bosque al menos esa noche y montan las tres tiendas de campaña en una pequeña explanada que encuentran. Cuando ya ha anochecido, encienden una hoguera y se sientan alrededor de esta para cenar. Después hablan de algún que otro tema.
—¿Ves, Sungie? —el australiano pasa un brazo por sus hombros— No pasa nada, no tienes por qué asustarte.
—Este no era el plan que estaba pensado.
—Ya pero a veces se tuercen las cosas.
—Se tuercen porque no querías hacer un camino de cuatro horas, pero ¡oh! Ese era el camino correcto —suelta irónico y el contrario rueda los ojos.
—¿Es que tienes que buscarle los pies al gato?
—Se dice buscarle los pies a la serpiente —le corrige Jisung.
—O buscarle los cinco pies al gato —sonríe Hyunjin de oreja a oreja.
—¿Y qué más da eso?
Se escuchan unas ramas romperse a sus espaldas y todos quedan quietos como estatuas.
—¿Qué demonios fue eso? —susurra el castaño asustado.
Changbin se levanta del suelo para mirar a su alrededor pero niega con la cabeza al no ver nada. Felix se apega más a su amigo y ambos quedan sentados cuando Hyunjin se levanta a la vera del más bajo encendiendo una linterna para alumbrar el lugar.
Todos siguen la luz de la linterna que se mueve lentamente entre los árboles. Una sombra corre de entre uno de los árboles a otro y los cuatro gritan y se encogen en sus lugares.
—¡Qué mierda! —grita el pecoso.
—¡Quiero irme a mi casa! —exclama Han agarrándose a la chaqueta de su amigo.
Hyunjin coge la linterna que se ha caído al suelo y alumbra otra vez en aquella dirección, pero ahora no hay nada. Este sigue iluminando hasta que se topa con una pequeña liebre que luego sale corriendo.
Changbin comienza a reír nervioso— Solo era una liebre —dice algo más tranquilo y, aunque todos lo niegan, están asustados. Saben que la cosa que han visto es el cuádruple de grande que esa liebre pero quieren pensar que todo estaba en su imaginación.
Rato más tarde cada uno va a su tienda, se meten en sus sacos y se disponen a dormir. O al menos eso es lo que intentan. Los sonidos de la noche y lo que han visto hace unos minutos atrás no ayudan en absoluto.
Jisung se mantiene despierto y alerta a cualquier sonido proveniente del exterior no sabe cuántas horas. Su teléfono se ha quedado sin batería y le da pena despertar a alguno de sus amigos por una batería portátil. Aunque de todas formas no había cobertura en el bosque.
El fuego sigue todavía encendido y gracias a eso puede ver una sombra reflejada en la fina tela de su tienda. Sabe que no es ninguno de sus amigos porque tiene unas piernas largas y mal formadas, no sabe que es con certeza porque nunca en su vida había visto algo igual. Tiene el torso pequeño y una gran chepa en la espalda además de unas grandes garras. Puede reconocer que todo el cuerpo de esa cosa está cubierto de pelo y piensa que puede ser un lobo.
Pero luego se da cuenta de que los lobos no andan a dos patas y tienen cuernos de ciervo, unos ojos rojos que penetraban cualquier lugar.
Se tapa con el saco hasta la cabeza asustado y le comienza a rezar a un Dios que no cree pero está tan asustado que es lo único que puede hacer. Cuando no escucha ningún sonido más se destapa la cabeza y se sienta.
Ya no hay más sombras, ni siquiera algún sonido. El fuego sigue encendido pero aparte de eso no se escucha nada. Se siente un poco tranquilo y suspira. Cree que es fruto de su imaginación o algún efecto de estrés.
—¡Jisung! —se sobresalta al escuchar la voz de Felix llamarle, ésta parecía ser de socorro, como si estuviera asustado.
No se lo piensa dos veces y abre la cremallera de la tienda para salir de ella. Aún con sus pies descalzos y el pijama se posa sobre la tierra y mira a su alrededor.
Felix no está ahí y su tienda sigue cerrada, pero su voz sonó tan real.
—¿Lix? —camina un poco rompiendo pequeñas ramas bajo sus pies y rodeando el fuego para mirar entre los árboles.
De repente comienza a brotar una pequeña brisa que finalmente mueve todos los árboles. Siente una presencia correr por su espalda y se da la vuelta inmediatamente.
—Felix si eres tú no tiene gracia —le dice a la nada.
Vuelve a sentir esa presencia detrás suya y se gira, pero después la vuelve a sentir y comienza a entrar en pánico.
Quiere volver a su tienda pero tropieza con uno de los troncos que habían usado como asiento alrededor de la hoguera y cae al suelo boca abajo. Cuando intenta levantarse porque tiene un mal presentimiento le agarran el gemelo izquierdo. Agacha la mirada a su pierna y se encuentra las grandes manos de ese extraño ser y gracias a la poca luz solo puede ver sus ojos rojos además de su gran y largo cuerpo, una boca enorme cuyos dientes afilados derramaban saliva por doquier.
Tremendamente asustado patalea pero es en vano cuando esa cosa introduce las garras en su piel y grita más de miedo que de dolor. Después, es arrastrado por esa cosa colina abajo mientras choca con todo tipo de ramas, piedras y hojas y su espalda es rasurada contra el suelo.
Se reincorpora en su saco con el corazón acelerado y sudando. Ahí se da cuenta de que todo ha sido un sueño, un terrible sueño.
Aunque un sueño demasiado real, tan real que su pierna dolía como los mil demonios. Tan real que cuando salió del saco vio las heridas que había dejado aquella cosa sobre su pierna.
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Hola! Gracias por leer. Esta es una adaptación de mi propia historia. Los personajes originales son de Exo, pero la pasé a borradores y ahora la estoy editando con los personajes de SKZ <8
Espero que les guste esta mini historia de 5 capítulos, las actualizaciones serán diarias :)
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