𝙁 𝙊 𝙐 𝙍
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Nunca había sido un chico que mostrara sus sentimientos fácilmente. Desde la muerte de su padre a los doce años, prefirió guardar lo que siente en su interior. Además, se había comportado demasiado frío o insensible en ciertos temas que al resto de personas le causaban tristeza, empatía o felicidad; tan frío que hasta sus amigos se sorprendían a menudo. Todo lo que le dolía lo retenía y nunca decía nada o soltaba una sola lágrima, fue así hasta que casi todo dejó de doler; excepto el noviazgo de la persona que le gusta con su ahora difunto mejor amigo. No soportaba verlos juntos, no obstante no era muy frecuente verlos darse cariño frente al público pero era inevitable alguno que otro abrazo o roce amoroso.
Iba a ser uno de los mejores fines de semana para los jóvenes y aunque Jisung no quisiera ir, pensó en que algo bueno sacaría. Sin embargo, una clase de sentimientos extraños estaban floreciendo. No se sentía mal por la muerte de Changbin y estaba relativamente feliz con la muerte de Felix. Al mismo tiempo estaba asustado por ser el siguiente en morir o ver morir a Hyunjin y portaba una melancolía por haber perdido a dos personas que estuvieron ahí cuando lo necesitó.
Hyunjin lo esperaba sentado en la tierra abrazado a sus rodillas a unos pocos metros de donde estaba el cuerpo de Lee. Cuando lo vio salir se puso en pie y avanzó hasta él agarrándole el brazo.
-Tenemos que salir de aquí -le temblaba la voz y su rostro estaba manchado en lágrimas.
Jisung pudo sentir el corazón del alto latir con fuerza gracias al silencio sepulcral en el que el Bosque se encontraba. La fuerza con la que cogió su brazo mostraba el terror que tenía y las lágrimas y ojos rojizos mostraban el dolor de haber perdido a la persona que supuestamente amaba.
Asintió con la cabeza y dirigió su vista a la derecha, dónde de vez en cuando podía verse unas luces las cuales pertenecían a los coches que pasaban por la desierta carretera. Después dirigió todo su cuerpo en esa dirección y señaló con el dedo índice.
-Debemos ir por ahí, hacia la carretera -el corazón de Jisung comienza a latir de forma rápida ya que la mano que sujetaba su brazo pasó a agarrar su mano con fuerza y tensión.
Hyunjin tenía mucho miedo y podía verlo en sus ojos. Esa expresión de horror por perder la vida o encontrarse con ese ser de alguna manera a Jisung le parecía... excitante y divertida. Formó una media sonrisa en sus labios que más pronto se esfumó por un fuerte rugido conceptual que hizo temblar todos los árboles.
-¿De donde proviene? -cuestionó el alto pegándose más al cuerpo del menor. El miedo le había hecho encogerse en su propio cuerpo, y aunque la diferencia de altura era completamente notable ahora pareciese que Han era el más alto.
-Creo que de todas partes -su voz sonó asustada y más fuerte de lo que ambos quisiera que se escuchara. Incluso sus respiraciones les parecía un sonido demasiado fuerte.
-Hay que correr -propuso Hwang reincorporándose un poco más.
-Sí... -asintió con su cabeza y de repente escuchan pisadas a sus alrededores.
La Luna les da una visión poco clara del lugar pero a pesar de ello pueden ver cómo ese extraño ser se mueve entre los árboles con rapidez, como si fuera un lobo salvaje.
-Mierda, Jisung, mierda.
-Cállate -dijo estático y entrando en pánico.
Del movimiento seguido entre los árboles se esconde en uno y aparece en otro distinto, como si cada uno de los árboles estuviera conectado. Como si esa cosa fuera el dueño del bosque y ellos unos viles intrusos.
Sin embargo, es demasiado grande para ser un lobo, mediría unos cinco metros a ojo.
-Tenemos que irnos -el pelinegro reafirmó el agarre en la mano del contrario antes de que sus piernas se echaran a correr lo más rápido que pudiera.
Jisung todavía seguía sufriendo el corte en su pierna, todavía sangraba, al igual que los de Felix, pero en él era diferente; la cantidad de sangre que emanaba no era misma por lo que no se encontraba tan débil. Sus piernas de por sí no eran tan largas como las del contrario por lo que el esfuerzo físico era mayor.
Chocaban con ramas de los árboles que pareciese que no les iban a permitir salir de ahí, grandes piedras en el suelo, troncos caídos y esquivando los árboles. De mientras escuchaban como esa cosa hacía retumbar la tierra que pisaban con sus fuertes y rápidas pisadas.
-Ya casi estamos -le animó Hyunjin girando el tronco y sonriéndole en forma de alivio.
Un alivio que se esfumó cuando sintieron un golpe a sus costados y cayeron varios metros atrás separados uno del otro. Jisung juró que se había roto un par de costillas ya que apenas podía reincorporarse y respirar.
Intentó reincorporarse como pudo y con la mirada buscó a su acompañante, pronto lo encontró en circunstancias peores a una larga distancia de él. Estaba tirado en el suelo medio inconsciente y ese ser se acercaba a él. Primeramente se encontraba a cuatro patas, ahí lo pudo ver perfectamente; tenía el cuerpo de un lobo pero sus patas se asimilaban a las de un caballo, aunque la suela de estas eran grandes y tenía los cuernos de un ciervo o un alce. Después, cuando estuvo más cerca de Hyunjin, unos huesos crujieron en su interior mientras se levantaba a dos patas, como si fuera un humano pero con las mismas características de antes salvo porque sus manos eran unas grandes garras. Se movía de forma torpe mientras se acostumbraba a esa forma, cosa que dió valor a Jisung para levantarse al tiempo que cogía una gran roca y correr hacia ese animal pretendiendo golpear su cabeza.
Finalmente lo logró y ese ser cayó a la tierra. Después ayudó a Hyunjin a ponerse en pie pasando un brazo por sus hombros y echando a correr. El alto se encontraba mareado gracias al golpe, le dolía el costado al igual que a Jisung, pero no era tan fuerte como él. Siempre se consideró una persona débil aunque no lo aparentase.
El menor tenía mucho miedo, tanto miedo que olvidó cuánto le dolía el cuerpo. Quería vivir, tenía toda una vida por delante. Quería que Hyunjin y él formaran un futuro juntos sin nadie de por medio, sin Felix, sin Changbin.
-Hyun, por favor -le rogó lloriqueando cuando casi se caen al suelo. La extraña criatura se levantó hace rato y había desaparecido, pero ambos sabían que iba a atacar de nuevo.
-Jisung -lo llamó separándose de él-, vete tú y déjame aquí.
Si el corazón del más bajo ya estaba roto de por sí, ahora estaba hecho añicos- ¿Qué? -las lágrimas no pudieron evitar rodar por sus mejillas- No, no, no, no -Hwang agarró su rostro entre sus manos frías.
-Escúchame -exigió con voz calmada mientras el otro era un manojo de nervios.
-Vamos, tenemos que irnos -pidió apurado tirando de él, solo consiguiendo que ambos se tambalearan en sus sitios.
-Por favor -suplicó con un nudo en la garganta. Luego dieron un par de pasos hasta chocar con un gran árbol-. Soy una carga, el camino está cerca.
-No... Por favor... -sollozó como nunca antes.
-Te cubriré y podrás salir de aquí -Jisung seguía negando con la cabeza. No podía hacerse a la idea de una vida sin Hyunjin.
-¿Qué haré sin ti? -cuestionó y Hyunjin esbozó una sonrisa melancólica.
Justamente lo que le preguntó a Felix antes de fallecer, justamente lo que pregunta una persona enamorada.
-Tú no necesitas a nadie para ser feliz, mi querido Jisung -acarició sus mejillas limpiando las lágrimas.
-No podré -el alto tragó saliva dispuesto a contarle algo.
-No tenemos mucho tiempo antes de que te vayas, pero debo decirte algo.
-No quiero una despedida, por favor debes venir conmigo -volvió a suplicar.
-Antes me gustabas mucho -sonrió y por arte de magia Han dejó de llorar-, comencé a hablar con Felix porque era tu amigo y quería acercarme a ti. Al final me metí en vuestro grupo de imprevisto y, si te digo la verdad, no me arrepiento -de sus ojos cristalinos salen lágrimas, pero esas lágrimas son de felicidad-. Con vosotros he pasado los mejores años de mi vida, sobretodo contigo, siempre has sido un pilar fundamental.
-Pero... ¿entonces tú y Felix? -preguntó dudoso.
-He amado y amo a Felix con todo mi corazón -le dió tristeza decir esas palabras al amigo que estaba enamorado de él. Hasta la fecha el corazón de Hyunjin pertenece a Felix, pero no siempre fue así-. Cuando comencé a salir con él lo hice porque no quería formar mala tensión en el grupo y pensé que así podía seguir estando cerca de ti -sus labios forman un mohín por unos segundos-. Pero con el tiempo Felix me enseñó a amar de verdad.
-¿Por qué me cuentas esto? -sorbió su nariz.
-Tú fuiste mi primer amor, Jisung -ambos lloran desconsolados por las palabras que pronunció-. Fui un cobarde, por una parte quisiera volver atrás en el tiempo para tener el valor de decirte lo que sentía, pero por otra me alegra que haya sido así porque para mí ha sido bonito compartir una amistad tan bella como la que hemos tenido.
Jisung sollozó lanzándose a los brazos de Hyunjin, entonces se abrazaron fuertemente mientras los dos lloraban desconsolados.
-No quiero perderte -dijo el más bajo.
-Siempre me tendrás aquí -cuando se separaron tocó la parte izquierda de su pecho.
-Hyun-ah -lloriqueó Jisung como rogándole por última vez que no se separara de él, qué no le obligara a dejarlo atrás, qué fuera con él.
Ambos podían salvarse, pero Hwang sabía que su vida no iba a ser la misma al salir del bosque, no obstante Jisung si podría rehacer su vida con algo de tiempo. Hyunjin quería, de algún modo, recompensarle todo el daño causado de forma inconsciente. Siempre quiso verlo brillar y no iba a permitir que su vida terminase entre unos pocos de árboles.
-Tú puedes hacerlo, hazlo por mí, ¿si? No voy a aceptar un no.
Después de pensarlo mil veces y las insistencias rápidas, el castaño acabó cediendo. Sus manos volvieron a unirse para correr en dirección a la carretera nuevamente.
En mitad del camino escucharon un rugido y después unos pisotones tras de ellos como los de antes.
Ya los había encontrado.
El de mejillas regordetas, que tenía la linterna en sus manos, la encendió de imprevisto y de paso enfocó a esa criatura; sus ojos eran huecos y rojos como la sangre y trozos de carne que colgaban de su gran boca con dientes afilados y de sus garras las cuales tumbaban a los árboles por donde pasaba haciendo que cayeran al suelo.
-¡Jisung corre! -le gritó el alto, quien lo guiaba entre los árboles.
El nombrado se propuso correr como nunca antes. Faltaba poco, sólo unos veinte metros los separaban de la carretera. Pero un tronco hizo que Jisung cayera de pecho al suelo.
Hyunjin se agachó a levantarlo- Vamos, vete -le dijo sin aire cuando estuvo en pie.
-Podemos escapar junt... -sus palabras se quedaron en el aire cuando de los labios de Hyunjin comenzó a brotar sangre.
La criatura había atravesado una de sus garras por la espalda de Hyunjin saliendo por su pecho. El más bajo se tapó la boca con las manos y lloraba de forma inevitable impactado.
-Sung... -fueron sus últimas palabras antes de que ese ser separara su extremidad del cuerpo del alto y lo dejara caer, inerte, al suelo.
Ahí Jisung tenía a esa criatura frente a él con sed de sangre.
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Que tengan un buen día <8
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