CAPITULO ONCE
MENTIROSA

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     Habían pasado un par de horas y me encontraba tumbada en la cama de la enfermería. Había tenido un ataque de pánico muy fuerte y acabé desmayándome, según la enfermera y Mattheo.

Mattheo y yo nunca terminamos nuestra conversación anterior, pero desde que me había despertado, no podía dejar de pensar en la noche en que asesinaron a mi madre.

Sentí que esto podría tener algo que ver con lo que le estaba pasando a Mattheo. No estaba segura, ya que sólo recordaba pequeños detalles, pero ese hombre... ese hombre estaba ahí por una razón, mi madre fue asesinada por una razón. Necesitaba saber por qué.

Las puertas de la enfermería se abrieron y Lily entró.—Dios mío, estaba tan preocupada de que no me dejaran verte hasta ahora—,dijo mientras me abrazaba.

—Estoy bien, solo un ataque de pánico—,le expliqué.

Ella asintió.—Lo siento mucho, debería haber ido contigo... quizás tenías razón, deberías alejarte de Mattheo. Esto no es bueno para ti—.

Levanté una ceja.—¿Qué?—

—Mattheo dejó el grupo... dijo que no puede estar cerca de ti—.

—¿Dijo qué?—

—Lo siento, sé que estaban hablando—.

—No, no, está bien...—Estaba tan confundida. ¿Por qué demonios diría eso? A menos que sólo esté tratando de mantener la mentira, pero eso es simplemente ridículo.

Sonreí a Lily.—¿La enfermera me dio permiso para irme?—.

—Sí, lo hizo—,respondió feliz.—¡Vámonos!—

Asentí y me levanté de la cama, caminando con Lily fuera de la enfermería.—Entonces, ¿de qué hablaron tú y Mattheo que te hizo tener un ataque de pánico?—.preguntó Lily.

—Mi madre—,murmuré en voz baja.

—¿Qué pasa con ella?—

—El día que la asesinaron... Lillian, creo que está pasando algo mucho más profundo y serio de lo que pensamos—.

Sus ojos se abrieron de par en par mientras dejaba de caminar.—¿Qué quieres decir?—

—Pienso que la muerte de mi madre tiene algo que ver con el nombre de Mattheo en el Cáliz—.

—¿En serio? ¿Por qué piensas eso?—

—¿Sabes ese hombre del que te hablé? El que estaba... ahí—.Susurré.

—Crees que está involucrado—.

Asentí.—Sí... solo que no tengo ni idea de quién es ese hombre—.

Lily se encogió de hombros.—No crees que pueda ser... El-Que-No-Debe-Ser-Nombrado, ¿verdad?—.susurró.

Mis ojos se abrieron de par en par.—¡No! Quiero decir... ¿podría ser?—.

☆彡

Ahora estaba en la habitación de Mattheo, golpeando su puerta con los puños. Por fin me abrió y, cuando lo vi, me dio un vuelco el corazón. Sus ojos estaban realmente rojos e hinchados, el corte de su nariz sangraba, su pelo era un desastre, y cuando miré dentro de su habitación, había cosas rotas y tiradas por todas partes.—Mattheo... ¿qué pasó...?—

Tomó aire, intentó hablar, falló y empezó a llorar. Oh dios mio.

Inmediatamente rodeé su torso con mis brazos.—Está bien, sea lo que sea, estará bien, te lo prometo—.

—Está viva—,murmuró finalmente.

—¿Quién?—

—La chica de la que te hablé, mi mejor amiga... está viva—.

—Mattheo, eso no es posible... no llores...—

Me apartó suavemente de él.—Lo siento mucho—,susurró.

—¿Por qué?—pregunté, con voz baja y suave, intentando que hablara.

—Todo lo que estoy a punto de hacer—,respiró profundamente y sacudió la cabeza.—Yo... creo que por fin te entiendo—.

Permanecí en silencio unos segundos.—¿Y cuál es tu conclusión sobre mí entonces?—.

—Tú y tu familia no son quienes dicen ser—.

Enarqué las cejas.—Mattheo, ¿estás en algo...? ¿Estás bien?—

Se rió. Dejó escapar una risa completa.—Eres tan bonita y a la vez horrible. T-tú.... dios.—

—Mattheo, ¿de qué estás hablando...?—

—Ella dijo que estaba ahí la noche que tu madre fue asesinada. Que has estado mintiendo todo este tiempo. Tú la mataste, Ángel; mataste a tu propia madre—.

Sentí que se me llenaban los ojos de lágrimas.—Que... Mattheo, ¿de qué estás hablando? Yo... yo no... ¿por qué iba a...?—.Dejé de hablar mientras mi mente empezaba a intentar atar cabos, ¿y si tiene razón...? No recuerdo nada de esa noche, por lo que sé podría haberla matado yo misma.

No. No soy esa persona. Nunca asesinaría a nadie, especialmente a mi propia madre, la única persona que más me importaba.

—¿Quién te dijo eso?—

—Madison...—Susurró.—Ella... Ella es tan hermosa.—

Sentí que mi corazón se rompía.—Mattheo, ¿Madison es tu mejor amiga...? Mattheo, está muerta, lo siento...—

Sacudió la cabeza y se paseó por la habitación.—¡NO ESTOY LOCO!— Gritó.

Estaba asustada. Realmente asustada.—Mattheo, está muerta, recuérdalo. Me lo contaste todo...—

—¡No! Está viva. Estaba justo aquí—.Señaló una esquina y cayó lentamente al suelo.—Ella estaba ahí...—

Suspiré y cedí a lo que decía.—Bien... ¿qué dijo?—

—Que eres una mala persona. Que Aurora Louise Diggory asesinó a su propia madre. Que eres una mentirosa—.

Sentí que las lágrimas me caían por las mejillas, pero no hice ningún ruido. Tenía miedo de hacer ruido.—No puedo hablarte... ni estar cerca de ti—,dijo,—Maddie dice que habrá consecuencias si desobedezco—.

—Eso no es... Mattheo... tenemos que llevarte a la enfermería y con Dumbledore—.

Se rió.—Deberías ir. Maddie está muy enojada, y no querrás verla cuando está enojada—.

Me quedé mirándole. ¿Qué demonios está pasando? —¡Mattheo, tienes que reaccionar! La prueba es en dos días—.

Se encogió de hombros.—¿Okay? Voy a morir de todos modos—.

—No, no vas a morir—.

—Sí, voy a morir. Maddie dice que tengo que hacerlo. Que voy a salvar a mi padre—.

Empecé a sollozar, y rápidamente salí de la habitación de Mattheo y fui a la mía. Caí sobre mi cama mientras los sollozos escapaban de mis labios. Mi mente era demasiado poderosa ahora mismo, parpadeando con el miedo y la ansiedad de las cosas que dijo Mattheo. ¿Podría realmente haber matado a mi propia madre?

¿Mattheo estaba bien? ¿Qué le pasó mientras yo estaba en la enfermería? Todo lo que sabía era que esto era mucho peor de lo que nadie podría haber imaginado.

Y necesitaba arreglarlo.