[ 𝟬𝟬𝟳 ] el destierro de john murphy.
CAPITULO SIETE
el destierro de john murphy
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EN SU PREOCUPACIÓN POR ENCONTRAR A LOS DEMAS, RUBY NI SIQUIERA SE LIMPIO LA SANGRE O EL BARRO.
Con su cuchillo casero en la mano, caminó por el oscuro bosque.
No podía negar lo aterrador que era.
En el Arca, siempre era de noche. El sol nunca brillaba sobre ellos como en la Tierra. Pero en el Arca, la oscuridad no buscaba matarlos. ¿Pero aquí, en la Tierra? Las sombras los arañaban, los llamaban.
La Tierra estaba tratando de matarlos.
Ruby oyó a Murphy y sus seguidores gritando en la distancia. Sus antorchas se movían rápido y le decían exactamente dónde estaban. Y si ella sabía dónde estaban, entonces también lo sabían los Terrestres.
Cuando oyó un grito a lo lejos, se detuvo en seco. Luego se puso en marcha. Cuando llegó a la escena, se detuvo confundida.—¿Bellamy?—Preguntó. Bellamy Blake se giró hacia ella con los ojos muy abiertos. Estaba de pie con Charlotte a medio metro delante de él.
Los ojos de Ruby se posaron en Charlotte. La niña que había asesinado a alguien y casi había hecho que mataran a otro por sus acciones.
—Ruby—,murmuró Bellamy.—¿Qué estabas haciendo aquí?—
Antes de que Ruby pudiera responderle, Charlotte gritó:—¡Estoy aquí!—.
Bellamy la agarró rápidamente, con los ojos desorbitados,—¿acaso quieres que nos maten a los tres?—.
—Sólo... déjame. Yo soy a la que quieren—.Los ojos de Charlotte pasaron de Bellamy a Ruby con cautela.
Bellamy agarró a Charlotte por el abrigo:—Muy bien, Charlotte, escúchame. No voy a dejarte. Ruby no va a dejarte—.
Los ojos de Bellamy se dispararon hacia Ruby. La expresión de su cara fue suficiente. Ruby, de hecho, dejaría a Charlotte.
—Por favor, Bellamy.—Charlotte suplicó. Cuando se movió para salir corriendo, Bellamy la agarró rápidamente y se la puso sobre el hombro.
—¡Murphy! ¡Aquí estoy!—Gritó mientras Bellamy empezaba a correr.
—¡Por Dios!—Ruby susurró para sí misma. Corriendo detrás de Bellamy.
—¡Murphy!— Charlotte no dejó de gritar por Murphy. Pero Bellamy y Ruby tampoco dejaron de correr. Podían oír los gritos furiosos de Murphy que venían de detrás de ellos.
De repente, Ruby estaba usando todo su peso para evitar que su cuerpo se precipitara por un acantilado. Jadeó.—¡Bellamy!—
El mayor de todos ellos se detuvo.—¡Maldición!—Gritó enfadado. Dejó a Charlotte en el suelo, pasándose las manos por el pelo grasiento.
—¡Bellamy! ¡Ruby!—La voz de Murphy se oyó de repente más cerca. Ruby se dio la vuelta y vio a Murphy y a sus secuaces en la linde del bosque, atrapando a los tres. El brazo de Bellamy salió instintivamente disparado hacia Charlotte y Ruby.—No podrán contra todos. Dénmela—.
—Tal vez no, pero te garantizo que te llevare conmigo—,le dijo Bellamy.
Los ojos marrones de Ruby se movían frenéticamente entre los dos. Cuando Bellamy se despertó, estaba furioso. Había visto la cara y la ropa ensangrentadas de Ruby. Había visto su nariz lastimada y los moretones debajo de sus ojos. Entonces supo que Murphy lo había hecho. Había querido ponerle la soga al cuello a Murphy sólo por pensar en lastimar a la chica.
—¡Bellamy, basta!—La voz de Clarke se unió a la discusión. Los ojos de Ruby se movieron hacia la chica rubia. Ella y Finn se habían unido a la diversión.—Ya fue demasiado. Cálmense. Y hablemos de esto—.
—Podemos...—,Ruby se acercó. Sus manos delante de ella, mostrando que no quería hacer daño.—Podemos arreglarlo, John. Podemos arreglar todo esto. Nadie tiene que salir herido. Ya no—.
Pero Murphy tenía otras ideas.
Se lanzó hacia adelante, agarrando el brazo de Ruby. La empujó hacia él, con la espalda apretada contra su pecho. Ella soltó un grito ahogado cuando sintió el frío metal de su cuchillo presionando su garganta.—Ya estoy harto de escucharte—.
—No tienes que hacer esto, John— le susurró Ruby, apretando los ojos.—No te salvé para esto—.
—¡Déjala ir!—Bellamy tronó. Hizo un movimiento para arremeter contra Murphy, pero Finn lo detuvo rápidamente.
—Suéltala, Murphy—,le dijo Finn con calma.
—No, por favor. No la lastimes—.Charlotte suplicó. Las lágrimas amenazaban con caer por su rostro.
Los ojos de Murphy se desviaron hacia la joven.—¿Que no la lastime? Muy bien, hagamos un trato. Ven conmigo ahora y la en libertad—.
—No lo hagas, Charlotte—,le dijo Ruby a la chica. Cuando Charlotte se movió, Ruby luchó contra Murphy.—¡Charlotte, no lo hagas!—
Bellamy agarró a la chica. Ella empezó a forcejear contra su agarre:—¡No! ¡No, tengo que hacerlo!—.
Bellamy negó con la cabeza antes de soltarla.—Murphy, esto no pasara—.
—No dejaré que nadie más muera—,les dijo Charlotte. Todas las miradas se dirigieron hacia ella. Las lágrimas caían por su pequeño rostro, aún redondo por ser una niña.—No por mi culpa, después de lo que hice—.
Charlotte se giró.
Bellamy intentó agarrarla.
Pero era demasiado tarde.
Charlotte ya se había lanzado por el borde del acantilado, enviándose a sí misma a la muerte.
—¡No!—Clarke gritó.
—¡Charlotte!—Gritó Ruby.
Ruby se soltó de los brazos de Murphy y cayó de rodillas junto a Clarke, que estaba al borde del acantilado.—¡No, no, no! ¡No!—gritó Clarke.
Bellamy se arrodilló junto a ellas y miró por encima del borde del acantilado. No había nada más que sombras, oscuridad y muerte.
Clarke entrelazó sus dedos con los de Ruby. La chica rubia inclinó la cabeza. Ruby le apretó la mano con más fuerza.
De repente, Bellamy se puso en pie. Luego se abalanzó sobre Murphy. Lo tiró al suelo y no dudó en golpearlo.
—¡Bellamy!—gritó Ruby, poniéndose en pie. Bellamy golpeó a Murphy una y otra vez.
Bellamy sabía que estaba mal, pero estaba muy enfadado. Estaba cegado por la rabia que sentía por John Murphy. Estaba furioso.
Finn apartó a Bellamy del hombre más joven. Bellamy luchó contra él,—¡Suéltame! ¡Él merece morir!—
—¡No!—Clarke intervino.—Nosotros no decidimos quién vive o muere. No aquí abajo—.
—No comprendo, si dices que la gente tiene derecho a decidir...—Bellamy se giró hacia ella.
—No, no, yo estaba equivocada, ¿sí? Tú tenías razón. A veces es peligroso decirle a la gente la verdad. Pero si queremos sobrevivir aquí, no se puede vivir con 'haremos lo que queramos'. Necesitamos reglas—.le dijo Clarke.
—¿Y quién pondrá las reglas, eh? ¿Tú?—Los ojos de Bellamy se entrecerraron.
—Por ahora, seremos nosotros. ¿Esta bien?—Clarke hizo un gesto entre ella, él y Ruby.—Nosotros tres—.
—Y entonces, ¿qué? ¿Vamos a regresarlo como si nada hubiera pasado?—preguntó Bellamy.
—¡No!—Clarke dijo.—Lo exiliaremos—.
—¿Qué?—Ruby frunció el ceño.—No podemos, Clarke. Morirá—.
—¿Qué, Ruby?—Clarke se giró hacia ella mientras Bellamy levantaba a Murphy.—¡Te hizo daño! Te rompió la nariz—.
—¡No me importa!—gritó Ruby.—¡Es mi amigo!—
Los ojos de Murphy se apenaron cuando se posaron en Ruby. Tenía sangre seca en la cara y en la camisa por donde él le había roto la nariz. Tenía moratones en la cara. Y estaba increíblemente arrepentido de haberla herido.
Pero entonces sus ojos se volvieron frenéticos cuando Bellamy lo empujó hacia el borde del acantilado.
—¡No! ¡Bellamy!—gritó Ruby, pensando que lo peor estaba por llegar. Finn la agarró de los brazos para alejarla de ellos.
Bellamy le dijo algo a Murphy que los demás no pudieron oír. Luego tiró a Murphy al suelo y se puso en pie.
Su líder rebelde miró de nuevo a los seguidores de Murphy,—Ahora, ustedes cuatro, pueden volver al grupo y seguirme, o irse con él a morir. Decídanlo—.
No dudaron en darse la vuelta y emprender camino de vuelta al campamento a través del oscuro bosque. Todos los demás empezaron a irse, dejando sólo a Finn y Ruby junto a Murphy.
Finn miró a Murphy con ojos de disculpa. Dejó caer el cuchillo de Murphy junto al muchacho y giró sobre sus talones. Finalmente, sólo quedaron Ruby y Murphy.
—Vete—,Murphy la miró.
—No puedo—,susurró ella. Se le quebró la voz.—No puedo dejarte, John—.
—Clarke tiene razón. Te hice daño, Ruby—,le dijo Murphy.—Vete.—
—Ruby—,Bellamy se giró de nuevo hacia el acantilado y llamó a la chica.—Vamos.—
Ruby no le dijo nada a Bellamy. Se arrodilló junto a Murphy.—Lo siento.—Una lágrima cayó por su mejilla sucia.
—No es culpa tuya—,le dijo él.—Hiciste más que nadie y te golpeé por eso. Vete. Estaré bien—.
—No lo estarás...—
—Lo estaré—,intentó tranquilizarla. Pero ella podía ver el miedo en sus ojos azules.—Estaré bien—.
Ella no dijo ni una palabra mientras se levantaba. Empezó a alejarse, pero se detuvo en seco. Se giró hacia Murphy. Volvió y le entregó algo.
Él miró la sencilla pulsera trenzada. Luego la miró a ella.—No es nada importante—,le dijo.—Sólo quiero que la tengas para que no me olvides—.
Tomó la pulsera y se la puso en la muñeca. Miró a Ruby y le hizo un gesto con la cabeza. Ella le devolvió el asentimiento antes de darse la vuelta y dejar finalmente a John Murphy a solas con sus pecados.
Bellamy la esperó en el bosque. Cuando se acercó a él, le tendió la mano, pero ella se apresuró a apartarla.
—No me toques—,le espetó.
─────────
En su ausencia, Monty no consiguió contactar con el Arca a través de las pulseras. Los delincuentes se fueron asustados, algunos enojados.
Ruby se sentó en el tercer nivel de la nave. Quería estar a solas con sus pensamientos. La habitación del tercer nivel era solitaria y silenciosa. Era perfecta.
Murphy había sido exiliado y Charlotte se había suicidado.
Lágrimas silenciosas cayeron por su rostro.
—¿Ruby?—Sonó una voz.
Giró la cabeza para ver el pelo rubio y a una triste Clarke Griffin.—Hola, Clarke—,dijo la chica débilmente. Clarke terminó de subir la escalera y se sentó junto a Ruby.
—¿Estás bien?—Los ojos brillantes de Clarke se giraron hacia ella.
Ruby se encogió de hombros.—Tan bien como podría estarlo teniendo en cuenta todo—.
Clarke asintió.—Hiciste lo correcto, ¿sabes? Luchar por Murphy cuando todo lo que ha hecho es malo. Eres una buena persona, Ruby—.
—¿De verdad lo crees?—Los ojos de Ruby se encontraron con los suyos. Clarke recorrió el rostro de la mayor.
—Por supuesto—,asintió Clarke en señal de confirmación.—¿Por qué no lo haría?—
—No sé, ¿porque me arrestaron por intento de asesinato?—.sugirió Ruby. Clarke puso los ojos en blanco.
—Eso no cambia el hecho de que eres una buena persona. Lo hiciste porque pensaste que era lo correcto. Lo hiciste porque pensaste que si Kane se iba, la gente estaría más segura—,le dijo Clarke.
—¿Me estás analizando demasiado?—le preguntó Ruby a la chica con una sonrisa.
Clarke respondió riendo.—No. Es que eres fácil de leer—.
—Cállate.—Ruby golpeó suavemente su brazo.—No lo soy—.
—Está bien, tal vez te estaba analizando demasiado—,sonrió Clarke. Esta vez fue Ruby la que se rió. La sonrisa de Clarke se iluminó al oírla reír.—Tienes una risa preciosa—.
Ruby dejó de reír al oír sus palabras. Sus ojos volvieron a encontrarse con los de Clarke.—¿Tú crees? Mi padre siempre decía que yo tenía una risa horrible—.
—Pues yo digo que tienes una risa preciosa—,le dijo Clarke.—No deberías hacer caso de las cosas negativas que la gente dice de ti. Aunque sea tu propio padre—.
De repente, Clarke era la más fácil de leer. Ruby vio cómo los ojos de Clarke se desviaban hacia los labios de Ruby. El corazón de Ruby latió un poco más rápido. Nunca había besado a nadie. Y mucho menos a una chica.
Ruby siempre había sabido que le gustaban tanto las chicas como los chicos. Se lo había contado a sus padres, que la habían respetado y apoyado. También se lo había dicho a Marcus, River y Ryland. Todos la habían apoyado también. Pero nunca se lo había contado a nadie más.
No tuvo que decírselo a Clarke Griffin con palabras. Porque en cuanto Clarke apretó los labios contra los de Ruby, la chica le devolvió el beso.
Clarke levantó una mano y se la puso a Ruby en la cara y la otra en la cintura. Ruby se movió para que sus piernas quedaran sobre las de Clarke. Las manos de Ruby se posaron en el pelo rubio de Clarke.
Poco después, las chicas se tumbaron una al lado de la otra en la tienda de Clarke. Clarke dormía acurrucada en el costado desnudo de Ruby. Los dedos de Ruby peinaban suavemente el pelo de Clarke mientras ésta permanecía despierta.
Sonrió para sus adentros.
¿Quién lo habría pensado?
tu quédate, yo quede y todos quedamos así: 👁️👄👁️
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