『⸙』

𝙹𝚞𝚎𝚟𝚎𝚜 12 𝚍𝚎 𝙰𝚐𝚘𝚜𝚝𝚘

8:00 𝚙.𝚖.

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Se que es demasiado temprano para estar aquí ya que mi primer clase empieza dentro de una hora, pero aún me tienen que dar mi recorrido por toda la escuela.

Sumire, la mujer que me entrevistó aquella vez es quien lo hace. Me siento un tanto incómoda con ella, desprende un aura altiva. Por suerte, el director nos acompaña.

– Nos alegra bastante tenerte aquí, Himawari – me dice él, es muy amable.

También me alegro – respondo con sinceridad – Y me agrada la escuela. De echo, mi prima estudia aquí.

– ¿Enserio? – parece sorprendido – Uzumaki... – al parecer trata de recordar – ¿Rinku?, ¿aquella chica de cabello rojo intenso que una vez golpeó a uno de sus compañeros? – asiento. Aunque me da un poco de vergüenza que la recuerden por aquel acto impropio. Aún así, él se ríe – Vaya, ese chico si que se lo merecía.

Me río de igual forma. Si que concuerdo con eso.

Varios alumnos iban llegando y saludaban cordialmente a los profesores. También, oía como susurraba entre ellos.

La cocina del taller era enorme. Dos hornos grandes, neveras, utensilios y muchos aparatos de repostería.

– Esto si que está bien equipado – suspiré –Es grandioso.

Después de eso, volvimos al lugar del jardín.

– Probablemente cuando ya sea tarde, veas a maestros pasar por aquíseñaló el enorme lugar – Es que por allá está el estacionamiento y esta es una ruta más rápida – asentí, no me importaba el lugar – Me dijeron que tienes un perro, tal vez en este taller puedas traerlo, a las chicas debe encantarle jugar y no aburrirse o sofocarse con el calor.

Eso sonó bastante interesante, así no tendría que dejar a Dentado solo todo el tiempo en casa.

– Disculpen – una voz femenina nos llamó. Todos volteamos y se dirigieron a mi – ¿Usted es la profesora del taller de jardinería?.

Con una sonrisa asentí.

– ¡Chicas, esperen... – otra chica entró corriendo y alzando la voz – ¡¿Ah, onee-chan?! – Rinku pareció muy confundida – ¿Qué haces aquí?.

Yo solo me reí, nerviosa. Había olvidado por completo contarle que sería profesora en su escuela.

– Bueno, yo daré los talleres de jardinería y cocina. Además daré, también, clases de botánica.

– ¡Eso es genial! – casi saltó de la emoción. Ella y yo si que teníamos una conexión especial desde que llegó con mis abuelos – ¡Te presentaré a todos mis amigos, seguro que te encantará conocerlos! – me río. Ella se acerca a y trata de hablarme con voz suaveTambién hay un maestro mío que es bastante guapo y esta soltero. Tal vez pueda interesarte – me sonrojé ante su propuesta.

Rinku, ten decencia – le reprendí con un notorio sonrojo.

En ese preciso momento recordé mi visita aquí del día anterior. Así que, con una disculpa, me dirigí hacia dentro del aula de jardinería. Sin pedirlo, todos me siguieron.

Busqué las plantas que había dejado con el abono y noté que ya estaban casi renovadas.

– ¡Guau! – todos emitieron el mismo sonido de sorpresa – Esas flores ya las hacíamos por marchitas, ahora se ven casi como nuevas – comentó una de las amigas de Rinku.

– Les hace falta agua – comenté – El abono ya surtió efecto, así que hay que seguir cuidándolas como acostumbran.

Ellas asintieron y comenzaron a regarlas.

– Iremos a dejarlas a sus respectivas aulas – me comentaron – Sea bienvenida a la escuela, esperamos ansiosas su taller.

Me despedí de ellas. Konohamaru parecía bastante satisfecho con aquello pero Sumire parecía algo molesta.

¿Habré echo algo mal?

– Ese abono es casi como magia – agregó el director

– Gracias. Yo lo intenté – comenté.

Él parecía asombrado pero Sumire seguía con su aparente enfado.

Sumire, puedes irte – le dijo gentilmente – De aquí en adelante me quedo con ella.

Sin rechistar, ella se fue.

– Lo siento. Al parecer le caíste bien a las chicas y se quedó algo atolondrada – reiteró – Ella suele ser muy agradable con todos pero cuando alguien más se vuelve el favorito, es como un mundo de egocentrismo.

Tragué en seco.

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12:00 a.m.

Mis primeras clases en el taller de cocina fueron espectaculares. Según me informaron, se inscribieron tantos alumnos que tuvieron que hacer más clases de lo planeado, así que los días que trabajaré aquí serán de jornada comoleta.

Me sorprendí mucho ver que había hombres mezclados en los talleres. Es normal ver dos o tres —por mucho— y no casi la mitad. Supongo que los tiempos han cambiado.

Tuve una hora y media libre entre clases. Las siguientes horas serán para jardinería, así que se me ocurrió ir por Dentado —a quien dejé encerrado en el baño, con comida y agua, por supuesto—.

Llego en menos de quince minutos en auto y Dentado sale lloriqueando. Aproveché estar en casa para tomar el almuerzo y atarme el cabello en dos coletas, para así trabajar mejor en el jardín.
Antes de salir, tome mi sombrero de paja y la correa de Dentado —para no perderlo de vista en el trayecto—. Ambos nos subimos al coche y regresamos a la escuela.

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2:00 p.m.

Cuando sonó el timbre de salida no me inmuté, yo aún me quedaría una hora más aquí.

Rinku se había inscrito a este club junto a sus amigas; pero su clase era hasta mañana. Dentado se había echo amigo fácilmente de todos los de la clase y ellos estaban encantados con el, así que lo llevaban de un lado para otro.

Estábamos preparando la tierra para cultivar vegetales y esperaba que los alumnos de la siguiente clase se arreglaran para poder trabajar su parte.

Cuando veo a Dentado correr por el jardín, me percato del cabello rojizo que viene hacia mi.

¡Demonios, ¿qué hace él aquí?!.

¡Es el chico de enfrente!, ¡siendo jalado por Rinku!.

– ¿Rinku?, ¿no debiste haberte ido ya a casa? – le preguntó. Me parece raro, ella siempre busca irse a casa enseguida.

Noto que el mira hacia otro lado, así que, trato de ignorarlo. Aunque me matan los nervios.

– Hima-oneechan, hoy me tocaba quedarme a la limpieza – me río por ser tan olvidadiza.

Lo miro a él, pidiendo que alguien me dé una explicación porque estoy bastante confundida.

– ¡Mira, el es mi maestro de Física. Kawaki Ōtsutsuki!

¡Por fin! Aunque Kawaki... es algo triste. ¡No, no pienses en eso!. Lo tienes en frente, respira...

– Es un gusto conocer al fin tu nombre – logro decir. No entiendo por qué dije 'al fin' con eso hago demasiado obvio que estaba esperando saberlo.

Logro enfatizar una sonrisa. Enserio que los nervios me carcome la piel.

– Gracias por las galletas – se inclina – Admito que eran deliciosas.

Que me diga eso me quita un peso de encima. Necesitaba saber si le habían gustado, me esforcé demasiado en hacerlas.

– Gracias a ti, Dentado es bastante travieso – me reí, recordando lo pasado.

Tal vez mi risa pudiera parecer normal, pero la verdad era de nerviosismo. Es como mi forma de expresarlo.

El sonríe. ¡Es tan guapo!

– ¿Eh? ¿Ya se conocían? – Rinku se ve algo confundida.

– Somos vecinos – contestamos casi al unísono y con eso, logro sonrojarme.

Mi corazón palpita enfurecido. La calidez abunda en mi pecho y me cuesta respirar.

Él es apuesto. Es amable con los demás alumnos y se muestra serio; pero su sonrisa es memorable y encantadora.

Por fin te conozco, Chico de enfrente.

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Continuará...

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Nota final:

¡Hola queridos lectores! Me alegra por fin concluir este segundo libro de la trilogía. Ahora solo queda el último libro que se titulará "Neighbours" (vecinos).
Hablándoles un poco de esta historia, ahora nos enfocaremos en un punto d revista de tercera persona. En el cómo Kawaki y Himawari siguieron hablando desde su primer encuentro formal y en como se acercaron más.

Les agradezco mucho por su apoyo y espero que la lectura haya sido de su agrado para las y los que han llegado hasta aquí. Como siempre digo, para quienes hayan llegado después de que esto haya concluido o para quienes hayan estado desde el primer momento. Para estos últimos, lamento haberles echo esperar con las actualizaciones. Yo también tengo una vida fuera de wattpad y espero que lo entiendan.

Nos vemos pronto, ¡Los quiero!

Chyio67🌻

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