『⸙』
𝚅𝚒𝚎𝚛𝚗𝚎𝚜 6 𝚍𝚎 𝙰𝚐𝚘𝚜𝚝𝚘
1:00 𝚙.𝚖.
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Ha sido un total escándalo el que ha hecho Dentado cuando dimos la vuelta en la esquina. Los gatos de la señora Mayoka se han acercado a él y lo han puesto como loco.
Casi logra llevarme arrastrando para ir tras ellos con su agudo y fuerte ladrido. Claro, no lo he permitido. Pero si que me cansó.
Los gatos entran asustados a la casa de la mujer mayor, quien está fuera, sentada en el jardín, bordando.
Ella me saluda con alegría, yo correspondo igual. Me encantaría pasarme y ver lo que está bordando, pero Dentado está algo fuera de control al ver tanto felino aquí alrededor.
– ¡Muchas gracias por el pan, linda! – me grita desde si lugar – ¡Estaba delicioso!.
– ¡Que alegría, Mayoka-san! – le respondo con voz fuerte – ¡Luego me paso con otro y conversamos un rato!.
Logro ver que sonríe y yo lo hago igual.
Sigo mi camino, jalando de Dentado más de lo habitual. Pues va concentrado ladrando y gruñendo.
La casa que sigue de la de Mayoka-San es la del muevo vecino. Aún no conozco su nombre, procedencia o a qué se dedica. Solo sé que ahí está y sale muy poco. Aunque eso último es de esperarse, si se acaba de mudar. Debe seguir agotado.
Noto que un hombre alto y castaño está a la puerta de su casa. Parece estar presionando una y otra vez, desesperadamente, el timbre.
Lleva algo en manos, pero no logró ver lo que es.
Trato de pasar inadvertida, pero él sí que me nota. Y viene a mi.
¡Ay, Dios!, ¡Viene a mi!.
– ¡Oye!, ¿Eres la vecina de aquí en frente?.
Quiero decir que no, pero estoy más dentro del jardín que fuera de el.
– Ah, sí – le respondo, me siento, extrañamente, nerviosa – ¿Por qué?.
– Soy, Iwabe, por cierto – se presenta con una sonrisa coqueta. Creo que comienza a caerme mal con esa actitud. Así que opto por no estrechar su mano como me lo pide – Soy amigo del que vive aquí.
¡Maldición, no dijo su nombre!. Tampoco preguntaré abiertamente. Podría malinterpretarse y, como dijo, es su amigo. Seguro le irá con dicha novedad.
– Sí... – el se quedó en pausa, así que tengo que hacer que continúe de una forma u otra.
– ¿De casualidad no sabes si está? – me pregunta – He estado tocando por un rato y no hay movimiento ni ruido. Tal vez pudiste haber visto si salió o simplemente me ignora.
– Ah, pues, verás – suspiro – Hace unas horas salí a pasear y a hacer mis compras, así que no, no he visto si tu amigo a salido o te ignora.
– Ya veo – suspira – Oye, tengo un paquete con cerveza y, como mi amigo no me hace caso, ¿qué te parece si las bebemos juntos?.
Sonrió y doy la vuelta.
– Al menos dime tu nombre – pronunció.
Pero lo ignoré. No tengo nada que hacer este viernes pero tampoco quiero pasarlo con una persona a la que apenas llegué a conocer.
Abro la puerta principal y dejo mi bolso en el perchero. Le quitó la correa a Dentado y voy directo a dejar la bolsa de tela con la compras en la cocina.
Mi celular vibra en mi bolsillo. Sarada, la novia de mi hermano es quien me llama.
– Hola, Sara-chan – es mi forma de llamarla de cariño, toda mi familia la llama así – ¡¿Cuánto tiempo?!.
– ¡Hola, Hima-chan! – ella también me llama con diminutivos – ¿Que hay de nuevo?.
– Nada en especial – tomo mis sandalias. Al parecer Dentado aún tiene bastante energía – Solo que ahora tengo que satisfacer la infinita energía de una cachorro Husky.
Ella expresó una alegría inmensa. Creo que no me había dado cuenta de la cantidad de personas que me mencionaban la opción de tener una mascota.
– Que bueno que tienes un jardín enorme, entonces – sí, creo que es una gran ventaja.
Dentado sale corriendo al jardín y comienza a perseguir a los pájaros y colibríes que estas con las flores.
– ¿Tienes planes para hoy? – me pregunta de pronto – Tuve un trabajo en Kyoto y estoy por terminar. ¿Te apetece un trago? Hace tiempo que no nos vemos.
– ¡Claro! – accedo – Aunque vamos a un lugar tranquilo, nada de fiesta.
– Eso mismo te iba a decir – se ríe – La verdad este fue un trabajo cansado.
Después de acordar me colgó.
Dentado y sus ladridos me hicieron prestarle atención. Perseguía una mariposa. Una linda y grande mariposa azul.
Me senté en las escaleras. Dejándolo jugar por si solo, mientras me reía.
★彡Chyio67🌻
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