『⸙』
𝙹𝚞𝚎𝚟𝚎𝚜 5 𝚍𝚎 𝙰𝚐𝚘𝚜𝚝𝚘
7:00 𝚊.𝚖.
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Observo el jardín desde mi ventana. Aún parece estar todo bien mojado por la lluvia que cesó hacía casi dos horas.
No dudo ni un segundo. Busco entre mis cajones hasta encontrar ese overol de mezclilla que uso para la jardinería.
Dentado ya está más que enérgico, entra y sale corriendo de las habitaciones. Creo que debería comprarle un juguete.
Me hago un moño alto algo desaliñado. No es como que me importe mucho mi apariencia cuando hago trabajos en mi propia casa.
Además, elegí este peinado porque así no tengo que preocuparme por que el pelo se me ensucie de barro.
Tomo lo que necesito y salgo preparada. Me pongo a podar los arbustos que rodean la reja, dejándolos uniformes. No es mucho, solo las nuevas ramas que han crecido con las lluvias en la última semana.
También me encargo de revisar los retoños en el jardín junto a los arbustos. Me dediqué a plantar las flores desde una semilla. Así me puedo asegurar que crezcan desde raíz y que no le pongan un "pero" al tipo de tierra que hay aquí. Ya que me eh cerciorado que la tierra sea fértil en este lugar.
Tomo mi bote con el abono que he preparado. Esto lo descubrí por mi cuenta, cuando estudiaba botánica en la universidad.
Veo los pequeños brotes, me encanta ver como nacen las pequeñas flores. Más cuando se tratan de girasoles. Mis favoritos.
Claro, no solo planté este tipo de flor. Alrededor de toda la casa hay tulipanes, margaritas, rosales, hortensias, lavanda, claveles, gardenias, petunias, helechos, jazmín. También estoy haciendo que unas bunganvilias y unas glicinias trepen por la fachada de la casa.
Lo admito, me encantas las flores. Por eso adoro mi trabajo en la florería de los Yamanaka.
Aunque revisar y cuidar de muchos tipos de flores es realmente agotador. Dentado se lanza sobre mi, no me queda más que atraparlo al instante. Esta sucio, lleno de barro en sus patas, hocico, espalda e incluso orejas. Prácticamente, está totalmente sucio. Solo porque logró ver partes blanquecinas, si no, creo que me daría un paro cardíaco verlo tan sucio.
Lo llevo a la bañera. Le quitó la mayor parte del barro con agua y después lo talló con shampoo especial. No le gusta mucho el agua pero permanece quieto, sacudiéndose de vez en cuando.
Es divertido hacer esto. Aunque tan solo termino, me meto también a bañar. Sudé haciendo el mantenimiento y me llené de barro también.
Solo fue rápido. Me cepillo el cabello y dejo que se seque solo, me pongo una playera algo ancha y unos short. Entonces me voy a la cocina, tengo planeado hacer algo de pan para llevarle a la señora Mayoka. Así que saco los materiales para hacer la masa.
Me pongo mi delantal y, antes de ponerme a hacerlo, tomo mi teléfono y le llamo a mamá; en una videollamada.
– ¡Hija, hola! – saluda ella con entusiasmo, mientras le hace una reverencia de despedida a otra persona.
– ¿Estas ocupada?.
– Solo atiendo a quien llega. Hoy no hay mucha gente.
Sí, mi madre tiene una panadería. Una de las mejores de Tokyo, a decir verdad. Hace de los mejores panes y es de las mejores reposteras del lugar.
De ella he aprendido a hacer todo tipo de postres.
– Seguro mientes. Diario llegan muchas personas a la panadería – ella ríe. Sabe que lo que le digo es cierto – ¿Y papá?.
– Fue a dejar un pedido – mi papá normalmente lleva los pedidos a domicilio más importantes – ¿Estas haciendo pan?.
Yo asiento.
– Es para la señora Mayoka, de quien te conté el otra vez – le recuerdo.
– ¡Cierto!, ¡que alegría! – mamá es tan amable – Me gustaría conocerla algún día.
– Saben que pueden venir cuando quieran, con gusto los llevaré a conocerla.
– No podemos dejar sola la panadería. Debes de saberlo – reiteró – Así como tú y Boruto no pueden dejar sus trabajos.
– Tienes razón, mamá – me reí – Haré algo de tiempo e iré a visitarlos un fin de semana.
Ella solo sonrió. Se que le agrada la idea, aunque no lo diga como tal.
– Por cierto, ¿no te conté la novedad?.
Ella me mira con curiosidad.
– Compre un perro – parecía sorprendida. Tomo el teléfono y cambió la cámara para mostrarle a mi pequeño – Es un Husky, lo nombre "Dentado".
– ¡Es tan adorable! – agudiza su voz – Sabia que tarde temprano te decidiría por alguno, siempre quisiste una mascota, aunque nunca lo dijeras.
Volví a reírme.
Mientras hacia el pan y de paso, preparaba la comida. Conversaba con mi madre de novedades. Al poco tiempo, mi padre se nos unió. El parecía encantado de verme. Lloro mucho cuando me vine a vivir a Kyoto, sigo creyendo que exagero mucho al hacerlo.
Pero él es así, y realmente adoro a mis padres.
A veces, si que duro en llamadas con ellos.
★彡Chyio67🌻
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