CHAPTER NINE
diablo en mi oído

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          GEMÍ MIENTRAS ME RECOSTABA EN MIS PALMAS Y PERMITÍA QUE LA COMPRESA FRÍA HICIERA SU MAGIA. LA PUERTA de la cámara frigorífica se abrió y Rex asomó la cabeza con una mirada confundida, —Me dijeron que te encontraría aquí—. Empujó la puerta para abrirla y caminó hasta el final.

Puse los ojos en blanco, —¿Fue de uno de los millones de empleados que entraron aquí, me miraron e inmediatamente se fueron?— Lo miré con una mirada molesta mientras observaba el estado en el que me encontraba.

Se encogió de hombros con una risita, —Todos tienen miedo de estar en tu presencia.

Suspiré, —No veo por qué, casi no he hecho nada desde que estoy aquí.

—No es a ti a quien temen, pero tengo que preguntar, ¿qué estás haciendo?— Frunció el ceño una vez más mientras señalaba el objeto debajo de mí.

Miré hacia donde estaba sentada y luego volví a mirarlo, —Como puedes ver, Rex, estoy sentada en una bolsa de hielo—. Estoy adolorida como el infierno y esto es lo único que me alivia.

Él asintió; todavía con el ceño fruncido, —Ya veo eso, pero ¿por qué?

Incliné mi cabeza, dándole una sonrisa astuta que él no podía ver, —He tenido un par de noches largas.

Sus cejas se levantaron al darse cuenta; así como una pequeña sonrisa, —Oh, ya veo—, soltó una carcajada a mi costa y yo entrecerré los ojos hacia él, —Eso es demasiado gracioso, lo siento—, calmó su risa, no sin antes dejar escapar algunos más risas al final, —Pero de todos modos, vine porque el Emperador está preguntando por ti—, sonrió, —Y no te emociones demasiado, está relacionado con el trabajo.

Rodé los ojos juguetonamente, —Está bien, ayúdame—. Le tendí la mano y él la agarró; poniéndome de pie.

[...]

—¿Preguntaste por mí?— Me acerqué a Vader mientras él estaba de pie en la entrada del Palacio.

Me miró para encontrarse con mi mirada, —Sí, como mi aprendiz, comenzarás a tener una gran responsabilidad una vez que esté satisfecho con tu entrenamiento. Eso incluirá; liderar tus propias incursiones y ataques contra los rebeldes—. Eso suena aterrador; pero emocionante al mismo tiempo, —lo que también significa que trabajarás junto a algunos de mis almirantes y generales—. Apartó la mirada de mí y miró hacia la entrada donde algunas personas comenzaban a entrar, —Ahora, estos no son todos, pero pensé que deberías conocer a algunos que verás más—. Puso su mano en mi espalda y suavemente me empujó hacia adelante con él.

—Emperador Vader, fue un honor recibir su invitación—. Un señor mayor se adelantó primero y estrechó la mano enguantada de mi maestro.

Vader asintió, —Me alegro de verle, almirante Tarkin—. Se volvió y llevó su mano a mi hombro, —Esta es mi aprendiz.

Tarkin se giró y me dio una pequeña sonrisa con un movimiento de cabeza, —Es un placer conocerte, aprendiz—. Me tendió la mano. Me tomó un segundo, pero finalmente me acerqué y le di un apretón de manos.

Me presentó al resto de las personas que entraron; General Piett, General Kit y Almirante Ozzel. Todos parecían bastante agradables, el General Piett incluso intentó hacer una broma para hacerme reír. Falló, pero aun así me reí de su esfuerzo.

Vader gruñó molesto: —¿Dónde está el almirante Thrawn? También lo llamé aquí. Si llega tarde una vez más, le arrancaré el cuello—. Amenazó en un tono severo.

Tarkin puso los ojos en blanco mientras cruzaba los brazos sobre el pecho. —Tal vez llegaría a tiempo si no pasara gran parte de su tiempo en la cantina con mujeres.

—Estoy aquí, Emperador—, apareció un hombre azul desde la entrada y mi corazón se detuvo en el momento en que mis ojos se posaron en él, —Mis disculpas por llegar tarde, mi tripulación estaba siendo incompetente como de costumbre—. Rodó los ojos.

Mi maestro suspiró con frustración, —No llegue tarde la próxima vez, me estoy cansando mucho de su irresponsabilidad, almirante—, le espetó y respiró hondo para calmar su temperamento, —Traje a todos aquí para conocer a mi aprendiz.— Me hizo un gesto con orgullo.

Thrawn me tendió la mano, —Encantado de conocerla, señorita—. sonrió y mi estómago se revolvió incómodamente. Este hombre... lo conozco, lo he visto.

En lugar de aceptar su mano, agarré la de Vader y lo apreté con fuerza en un esfuerzo por sentirme más segura. Él me miró confundido, —¿Qué pasa?— Me preguntó en voz baja, pero no pude pronunciar ninguna palabra. Mantuve mis ojos en la mano del hombre que me tendía.

—Tal vez es tímida, tengo ese efecto en las mujeres—. El hombre azul se rió, una risa que he escuchado antes. El sonido hizo que mi estómago se revolviera peor que antes y solté a mi maestro para huir.

—¿A dónde vas-? —Escuché su voz detrás de mí, pero subí corriendo las escaleras para llegar a mi habitación. Atravesé mi puerta e inmediatamente corrí al baño donde me quité la máscara para vomitar en el inodoro. Las lágrimas brotaron de mis ojos mientras continuaba vaciando el contenido de mi estómago. De repente sentí un par de manos tirar de mi cabello hacia atrás, —¿Qué diablos acaba de pasar?— Vader preguntó mientras escupía lo último de lo que tenía en la boca en el inodoro. Levanté la mano y tiré de la cadena antes de sentarme en el suelo y apoyar la cabeza en la pared.

Abrí los ojos para verlo arrodillado frente a mí con una mirada de preocupación, —Ese hombre, Thrawn, lo conozco.

Se quitó la máscara y me miró confundido, —¿Cómo?

Negué con la cabeza, —No me hagas decirlo. Ha estado en Tatoonie antes—. Le di una mirada que espero le diga a qué me estaba refiriendo.

Su expresión cambió de inmediato y sus ojos se oscurecieron. Demostrandome que entendía. Se puso de pie y se volvió a poner la máscara, —Lávate y encuentra a Rex cuando hayas terminado. Él te llevará—. Antes de que pudiera responderle, se dio la vuelta y salió corriendo de la habitación.

[...]

—No creo que haya estado aquí antes—. Le hablé a Rex mientras me guiaba por unas escaleras, —¿Qué es esto?

—Solía ​​ser un centro de detención para los Jedi, pero el Emperador lo ha convertido en algo más—. Se estremeció levemente ante sus propias palabras.

Me giré para mirarlo con el ceño fruncido, —¿Y qué podría ser?

Soltó una risa seca, —Es donde trae a la gente para torturarlos—. Mis ojos se abrieron un poco, bueno, no puedo decir exactamente que estoy sorprendida de que tenga una cámara de tortura.

Me condujo a una pequeña habitación donde vi a mi maestro parado allí esperándome y detrás de él; estaba el almirante Thrawn, —Gracias, Rex, puedes salir, pero no te vayas.

Rex asintió y salió al pasillo, cerrando la puerta detrás de él, —¿Qué estamos haciendo aquí?— Thrawn preguntó con un poco de molestia en su tono.

Vader levantó una mano y empujó al hombre contra la pared con fuerza, todo sin romper el contacto visual conmigo, —Quítatela—. Me indicó que me quitara la máscara. Una vez que me la quité, se volvió hacia el hombre que parecía estar asustado y confundido, —Mírala, ¿te parece familiar?— Preguntó en un tono amenazante mientras se acercaba al hombre azul.

Los ojos de Thrawn se movieron hacia mí, pero negó con la cabeza. Le entrecerré los ojos; él no puede estar hablando en serio, —No, no lo es—. respondió; mirando hacia atrás a Vader, quien solo parecía haberse enfadado más por su respuesta.

Dio un paso adelante y agarró la mandíbula del hombre con dureza; girando la cabeza para mirarme, —Echa otro vistazo—. Le escupió al oído: —Quiero que sepas la razón por la que vas a morir hoy—. Susurró haciendo que los ojos rojos de Thrawn se abrieran de miedo y me encantó verlo; me dio alegría verlo tan asustado, —Adelante, descúbrelo—. Después de unos momentos, la realización cruzó su rostro y sus ojos se abrieron más. Vader se rió sombríamente, —Veo que lo entendiste—. Soltó al hombre y cayó al suelo.

Thrawn respiraba con dificultad cuando Vader se volvió y caminó hacia mí; parado justo detrás de mí mientras colocaba sus manos sobre mis hombros, —Lo siento mucho, eso fue hace mucho tiempo y bebí mucho—. Intentó defenderse y solo me hizo enfadar más. ¿Cómo se atreve a intentar defenderse?

—Cierra la puta boca—. Vader le espetó y luego se inclinó para susurrarme al oído: —Vamos a tener una pequeña lección—. Suavemente apartó mi cabello de mi cuello y colocó su mano enguantada allí suavemente. —Levanta la mano hacia él—, me instruyó e hice lo que me dijo, —Buena chica, ahora usa lo que te he enseñado y envuelve la fuerza alrededor de su cuello. Recuerda usar tu odio por él, lo odias, ¿no?— Continuó susurrando como si fuera el diablo en mi oído.

—Sí.— Gruñí mientras me concentraba en mi entrenamiento. El hombre comenzó a ahogarse y lo levanté de manera que sus piernas quedaron colgando en el aire. Estaba sufriendo, sus ojos estaban llorosos y estaba tratando de hablarme. Pero mientras las imágenes de todo destellaban en mi mente, apreté mi agarre. Me trajo dolor, me trajo sufrimiento; se merece esto.

—Por favor- — El hombre se atragantó mientras se agarraba el cuello para tratar de sacar la fuerza invisible.

Negué con la cabeza al recordar el momento en que Vader mató al Capitán Needa, —No ruegues, es patético—. Las palabras escaparon de mis labios y sonaron tan amenazantes como las suyas ese día.

Vader se rió entre dientes con orgullo, —Lo estás haciendo muy bien Athena—, se quitó la máscara y besó suavemente el costado de mi cuello, —Quiero que lo mates—. Murmuró contra mi piel y mis ojos se cerraron en éxtasis por su toque, pero nunca dejé que mi agarre se aflojara por la lamentable excusa de un hombre, —¿Puedes hacer eso?— Preguntó en un tono dulce mientras me acariciaba el cabello con la punta de los dedos.

—Sí, señor.— Abrí los ojos y miré al hombre frente a mí. Sentí una oleada de ira cuando apreté mi puño tan fuerte como pude, era como si su garganta estuviera realmente a mi alcance. Podía sentir que la vida en él se escapaba y estaba disfrutando cada momento. Sus piernas temblaron violentamente debajo de él hasta que se detuvieron abruptamente. Abrí mi mano y su cuerpo sin vida cayó al suelo.

Vader agarró mis hombros y me dio la vuelta para mirarme con una mirada orgullosa en su rostro, —Lo hiciste bien—. Presionó su mano enguantada en mi mejilla, —¿Cómo te sientes?

Nunca en mi vida pensé que le quitaría la vida a otro; pero lo hice y no me sentía culpable, no por él, —Bien, se lo merecía—. Me giré para mirar el cuerpo sobre mi hombro, solo para sentir nada más que satisfacción por mi venganza.

Vader agarró mi barbilla y giró mi cabeza hacia atrás para mirarlo con una sonrisa en los labios. Caminó hacia adelante hasta que estuve contra una pared; lujuria en sus ojos, —Me encantó verlo—, bajó su rostro y presionó sus labios contra los míos mientras empujaba su cuerpo contra el mío, un objeto familiar se estaba clavando contra mí a través de sus pantalones, —Y ese color de ojos en ti me pone tan duro.

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¿Alguien querría dedicación en el próximo capítulo?