━THIS IS WORST
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DECIR QUE ESTABAN DECEPCIONADOS era poco en comparación a la realidad. Derrotados sería una mejor definición de la actual situación del equipo.
No tenía idea de a donde había ido Kurse al desaparecer por ese portal. Pero a partir de eso tenían una cosa clara:
Estaban en problemas.
El viaje de vuelta había sido en total silencio, nadie estaba de humor para hablar de lo sucedido.
Estuvieron tan cerca de lograrlo que les dolía.
Además de contar con que AstridStark casi se desmaya al usar de esa manera sus habilidades.
Pero lo que no entendían era como Kurse los había encontrado. Y era que lamentablemente él había sido más astuto.
Kurse había logrado enviar Ratiers a espiar al equipo y averiguar donde podían encontrar sus armas. Por su propia capacidad la bestia no logró encontrar respuestas así que tuvo la idea de esperar que Los Vengadores las encontraran primero y el sólo los seguiría.
Y le funcionó.
Pero existía también otra disyuntiva.
—¡La dejaste ir nuevamente!— exclamó uno de los elegidos.
—Seguiremos caminando en círculos si sigues dejándola escapar— murmuró la chica.
Kurse se volteó a ellos y un gruñido atemorizador salió de su boca asustando a los elegidos.
Estaba harto que dudaran y subordinaran su autoridad.
—Ya les dije que tenemos que esperar— escupió— Aún no sabemos si el proceso se ha completado.
—¿Y cuando lo estará?— preguntó el Soldado del Invierno a la distancia.
—Pronto— se adelantó el doctor Herczog— No se impacienten, ella es magnífica, un arma sin igual y tarde o temprano lo presenciaremos...
El equipo no tardó mucho en regresar a Nueva York con las malas noticias, pero decidieron esperar y dar el reporte a Nick Fury más tarde.
—Nos descubrió...Descubrió nuestro plan y nos siguió.
La voz de Steve resonó perdida en aquella oficina ocupada simplemente por ellos; nadie más.
—¿Qué haremos ahora?— preguntó Romanoff.
—¿Además de tomarnos una siesta? No lo sé— intentó bromear el millonario ganándose un golpe de parte de su hermana que estaba con una bolsa de hielo en su cabeza.
—Debemos seguir— todos observaron a Thor cuando habló— No es lo último que nos queda. El colgante de Sinmara aún se encuentra perdido.
Todos mantuvieron silencio unos segundos meditando sus opciones.
—Dijiste que ese colgante oculta la manera de destruir a Kurse— señaló el Capitán— ¿Por qué no fuimos por el primero?—Thor dejó escapar una risa apagada
—Porque necesitábamos el hacha para encontrarlo.
Quejidos y maldiciones salieron al aire. Por una fracción de segundo creyeron tener una puerta de escape, pero se les había vuelto a cerrar.
—No puedo creer que perdiéramos...— habló Tony de la nada— Se supone que no lo hacíamos.
—Hablas como si esto hubiera terminado— dijo el asgardiano— Y no es así.
—Lo sé, lo sé— se quejó— Pero nada de esto me trae buena espina...Nada.
El pequeño sonido de una alarma llamó sus atenciones, pero era una distinta, no como la gran y potente alarma que sonaba cuando habían problemas.
—Jarvis ¿Qué ocurre?— preguntó Stark a su asistente.
—El reconocimiento facial que la señorita Stark me ordenó hacer hace unos días está listo. Fue muy difícil completarlo debido a que las identidades de los elegidos han sido alteradas por la amenaza denominada Kurse.
Una pantalla se desplegó dejando ver a los tres elegidos con sus identidades al descubierto.
—Al menos ya conocíamos a uno— señaló Clint apuntando al Soldado. Steve asintió en silencio.
—Los otros dos individuos han sido identificados como Wanda y Pietro Maximoff; alterados, ambos huérfanos. Su familia murió cuando un misil voló su edificio.
A pesar de ser una trágica historia el equipo no se dio el gusto de sentir lastima por ellos en ese momento.
—Buen trabajo J— Tony apagó las pantallas— Esa información será importante.
—Asimismo la información que mi querida sobrina me acaba de ocultar.
Astrid —que se encontraba de espaldas— quiso correr y maldecir al oír aquella voz. Apretó los puños con fuerza y volteó para encarar a su tía.
—No puedo creer que hayas hecho la única cosa que te pedí que no hicieras— habló la pelirroja— ¿Una misión? ¿En serio?
—Tía...
—Y además— interrumpió la mayor— ¿Acabas de librarte de ser atropellada? Tú tienes que aprender a decirme las cosas jovencita.
—Está bien, te voy a detener ahí— Astrid caminó hacia ella— Te recuerdo que ya soy una adulta que puede tomar sus decisiones— ella miró acusadoramente a Tony— Y no, no fue idea de mi hermano, fue totalmente mía.
La mujer suspiró dispuesta a hablar pero fue interrumpida.
—¿Y cómo querías que te avisara sobre el accidente? ¡Ni siquiera sé a donde te metiste! No contestabas mis mensajes o llamadas.
Sarah tragó saliva y guardó silencio al darse cuenta que su sobrina tenía razón. Tampoco iba darle explicaciones sobre que le había pasado.
Justo allí Astrid recordó que quería contarle a su tía sobre aquel otro asunto de sus habilidades. Pero la oficina no era el mejor lugar.
—Ven conmigo, debemos hablar— Woods asintió lentamente y siguió a su sobrina hacia la salida.
Cuando la oficina quedó sola todos soltaron el aire que estaban conteniendo.
—Sigo sin entender porque no sacas a esa mujer de aquí— se quejó Barton en dirección al millonario.
—No puedo...Ella lo pidió cuando Astrid despertó.
—Pero ya pasó tiempo de eso— dijo Banner— Ella ya salió del coma.
—Lo sé— Stark miró hacia la puerta vigilando que no viniera nadie— Y esa es otra cosa que les quiero mencionar.
Todo el equipo rodeó la mesa con la atención en el hombre.
—La doctora Cho llamó ayer y quiere volver a revisar a Astrid.
—¿Por qué?— preguntó Nat
—Porque sigue sin entender como ella puede seguir viva— se apresuró a decir Banner— No entiende como es que el proceso de coma duró tan poco o como es que no hubo ninguna represalia cuando Astrid despertó, no hubo traumatismo, no hubo desgaste físico...Nada.
El equipo se repartió miradas estando en la misma situación que Cho: Sin entender.
—Entonces es una buena noticia— habló Steve— Así quedará al descubierto que es lo que le está sucediendo.
Tony observó a su amigo y contuvo en su mente esas palabras.
—Pero por el momento...— habló el doctor— Ya terminé algo.
Urgeteó en su bolsillo —ya con ropa limpia puesta— Y sacó el brazalete Efín mosntrándoselo al equipo.
—El recubrimiento de material está listo, Astrid ya lo puede volver a usar
Tony sonrió y lo tomó en sus manos sintiéndose más tranquilo en medio de toda esa situación.
Unas pesadas y rápidas pisadas se hicieron presentes y todos voltearon a ver como Astrid volvía a entrar a la oficina con un rostro algo molesto.
—Y el soldado volvió de la batalla...— se burló su hermano haciéndola bufar
— ¿Cómo te fue hermanita?
—Raro— respondió ella— Le conté sobre las nuevas habilidades— hizo comillas— Pero al igual que la última vez no se enojó o explotó en ira...Si no que estuvo más calmada— el millonario suspiró
—Bueno quizás ya se encuentra en la misma situación que nosotros: Asumiendo tu realidad
La joven guardó silencio unos segundos— Sí...Tienes razón. Aunque lo bueno es que por fin entendió que ya me siento bien y no tengo problemas de volver al campo— ella sonrió ampliamente.
—¿Y eso te hace feliz?— le preguntó Barton.
—Completamente.
Tony tosió un par de veces para obtener la atención de los presentes y le extendió el brazalete a la chica.
—Bueno pero por ahora...Debes volver a usarlo— le dijo, ella torció la boca en una mueca y lo tomó para ponérselo.
Otra vez.
El ciclo continuaba.
A pesar de que en un principio tomaron el comentario de Tony en broma, si fueron a descansar, ya que nadie tenía ánimos o fuerzas para seguir hablando sobre la misión.
Al día siguiente cada uno se levantó por su cuenta sin necesidad de una reunión o una misión que los obligara a despertarse.
Astrid había quedado con su tía en desayunar juntas para intentar calmar las malas aguas que hubieron entre ellas el día de ayer. Y sí funcionó. Lograron tener un desayuno en paz y armonía donde ninguna discutió con la otra.
Habían vuelto a aquellos viejos tiempos en donde eran sólo ellas dos divirtiéndose.
—Y entonces dejé que bajara mi maleta— decía Sarah riendo— Y no sabía cómo agradecerle...¡Por qué no sabía alemán!
Ambas mujeres estallaron en risas ante aquella historia de la pelirroja.
—Por Dios tía, tienes las peores experiencias amorosas— se burló la castaña secando algunas lágrimas que corrían en su rostro por tanto reír.
—Lo sé, lo sé, pero a esta edad todo es más difícil— ambas rieron— Oh cielos, mira la hora— dijo mirando su reloj— Debo irme a trabajar— comenzó a levantarse.
—¿Tan pronto?— murmuró la menor
—Sí, lo lamento— se detuvo— Pero antes de irme quería darte algo— Sarah empezó a revisar su bolso— Ayer estaba revisando cosas viejas que tenía y encontré esto.
Le tendió un pequeño papel blanco con algunas manchas cafés en las esquinas. La chica no entendió pero la tomó de todas maneras, la observó y la volteó.
—Oh...
Aquello no era un simple papel, era un fotografía antigua de Howard y María Stark.
La castaña ahogó un quejido en su garganta al ver el rostro de sus padres sonriendo a la cámara. Recordaba ese día ya que siempre fue una historia que frecuentaba a la hora de comer, fue el día en que su padre junto con otros agentes fundaron la institución que ahora era SHIELD.
—Creí que querrías tenerla— murmuró su tía.
Astrid acarició sus rostros en el papel, deseando con todo su corazón que fueran reales.
—Sí...— la chica la observó— Muchas gracias.
Woods sonrió y besó la cabeza de Stark para luego retirarse de las instalaciones.
Cuando Astrid se encontró sola se levantó y caminó a los ventanales con una taza de café en la mano y la foto en la otra.
Disfrutó de aquella vista panorámica y pensó en como le gustaría a su padre y a su madre estar aquí. Volvió a mirar aquella foto y sonrió, pero está vez no con tanta nostalgia, si no con orgullo.
Estaba tan concentrada en la vista, la imagen y su café que no notó cuando unas pisadas se acercaban a ella.
—Buenos días— dijo la voz a lo lejos.
—Hola Steve— el rubio caminó hacia ella hasta quedar en su misma posición— ¿También tuviste que levantarte a las 8 sin saber por qué?— el rió
—Es la rutina.
Y así era, ya que en efecto ellos dos eran los únicos que estaban despiertos a esa hora.
Astrid se removió un poco incómoda y trató de ocultar la fotografía que tenía en sus manos. Pero no pudo.
—¿Qué traes ahí?— le preguntó el Capitán.
Ella suspiró rendida y le enseñó la foto— Mi tía Sarah la encontró y me la dio— Steve observó la imagen y sonrió.
—El día de la fundación de SHIELD ¿No?— dijo reconociendo el distintivo logo que se encontraba al fondo de la imagen.
—Era una de las historias favoritas de papá— respondió— Le gustaba hablar de sus días en la guerra, trabajando en contra de los nazis, defendiendo al mundo de amenazas y ¡Oh claro! Sobre ti.
El rubio quitó la mirada de la foto y la dirigió a la castaña que estaba mirando por el ventanal. No lo decía, pero sabía que aún le molestaba la conexión de su padre y él.
—No trates de negarlo, se que aún te molesta— habló el Primer Vengador con voz calmada— Y lo siento, sabes que si hubiera estado allí...
—¿Le hubieras dicho a mi padre que pasara tiempo con sus hijos?— interrumpió la chica volviéndolo a mirar— Ya me lo dijiste, no hay cuidado.
Estiró su mano y tomó la foto que Steve aún tenía y con cuidado la guardó en su bolsillo, no sin antes acariciarla una última vez.
—Sólo siéntete orgullosa de los padres que tuviste— volvió a hablar Steve— Nada se compara al recuerdo que guardes de ellos.
Esas palabras habían tocado cierta parte del corazón de Astrid. No quería admitirlo pero eso le llegó.
Y por primera vez ella se dignó a mirar a Steve a los ojos profundamente, con total sinceridad. Pudo observar aquellos ojos color azul con tonos verdosos aquellos que si los seguía mirando fijamente la consumirían.
Apartó la mirada lo antes posible y suspiró.
—Como digas Capipaleta— pudo oír quejidos de parte del rubio.
—¿Es enserio?— ella rió— ¿Tú también? Ya tenía suficiente con tu hermano— ambos rieron
Astrid apartó la vista del hombre y la dirigió al reloj de la pared.
—Bien, mejor me retiro— dijo mientras caminaba al fregadero para dejar su taza— Iré a la tienda a comprar cosas para el almuerzo.
—Sí quieres te acompaño— se ofreció el Capitán causando risas en la castaña.
—Déjame adivinar— se volteó ella— ¿Petición de mi hermano?— Steve hizo una mueca al notar como Astrid ya sabía que Tony quería protegerla a toda costa.
—Me gustaría negarlo.
Stark movió la cabeza con gracia para comenzar a salir del comedor.
—Entonces sígame Capipaleta, hoy conduzco yo.
El viaje al supermercado no había sido tan desastrozo como Steve había pensado, a Astrid le gustaba sobrepasar los límites de velocidad, sí, pero al menos no murieron en el trayecto
No tardaron más de 10 minutos en llegar al lugar y buscar las cosas que necesitaban.
—Oye Capipaleta, ¿Sabes si alguno de los chicos es alérgico a las nueces?— Steve al oírla bufó.
—Primero, en serio deja de llamarme así— la castaña rió— Y dos, no, la verdad es que nadie es alérgico a las nueces.
—Genial, prepararé un delicioso postre de nuez que les encantará— dijo ella mientras caminaba por los pasillos en busca de su objetivo.
Pero al doblar una esquina se arrepintió de inmediato.
—¡Maldición!— gritó tomando el brazo del Capitán y ocultándolo junto a ella en el extremo del pasillo.
—Oye, cuida esa boca...
—¡Cállate, no es el momento!— exclamó en un susurro golpeando el hombro del rubio.
Con cuidado se asomó a ver al otro pasillo con cuidado y vio aquello a lo que temía.
—¿Qué? ¿Qué ocurre? ¿Quién está ahí?— preguntó Steve, la castaña se volteó hacia a él con una sonrisa cómplice.
—Mi ex
Y así era.
Nada más y nada menos que Kyle Robinson estaba realizando sus compras matutinas en el pasillo continuo al de Astrid. Pero no estaba sólo, el chico era acompañado por una pelirroja que a la castaña se le hizo muy familiar, y sí, la chica era la mujer con la que Kyle engañó a Astrid el día que ella salió del coma.
—¿Cuál de todos?— preguntó sarcásticamente el rubio ganándose un golpe de parte de su acompañante.
—¿Tú que crees? El último Steve— le regañó— A los otros los olvido.
El Capitán rió— Que ruda.
—¡Ay no! ¡Ay no! ¡Ahí vienen!— Stark empezó a desesperarse— ¿Qué hago? ¿Qué hago?
—Eh...¿Ignorarlo?
—¡No! Steve como crees...
Y una idea destelló en la mente de la chica.
—Ayúdame— la petición y los ojos de cachorro de Astrid sorprendieron al Capitán.
—¿Qué...?
—Una parte muy importante después de terminar una relación es demostrar que lo haz superado— se defendió.
—¿Es en serio?— la burla de Steve hizo que la chica se desesperara aún más.
—Sí, muy en serio— Astrid volvió a mirar por el pasillo y notó como se acercaban— Por favor, por favor, te lo ruego Capipaleta, es sólo fingir, nada más, ayúdame— seguía suplicando.
—Astrid esto...
—¡Por favor! ¡No tienes idea de cómo me ayudarías!
Steve guardó silencio y apretó los labios hasta que dejó salir un suspiro.
—Bien— Stark celebró— Pero con una condición— la alegría de la chica se fue.
—¿Cuál?
—Que dejarás de llamarme Capipaleta— la chica quiso rebatirle pero fue interrumpida— Tómalo o déjalo.
Al sentir que las voces se hacían más cercanas Astrid se vio en la obligación de aceptar.
—De acuerdo, tú ganas— murmuró no de acuerdo del todo, pero aquello era su única opción— Tú tranquilo, sólo sigue la farsa.
Y sin más que decir Astrid entrelazó su brazo con el del rubio.
Y aquello removió a Steve en su lugar.
Comenzaron a caminar hacia el pasillo continuo quedando de frente con la otra pareja que inmediatamente notó sus presencias.
Kyle se removió nervioso mientras caminaba y por instinto sus palmas empezaron a sudar al ver a su ex novia riendo del brazo de otro hombre.
La chica a su lado lo notó y entrelazó su mano con la suya.
Pero Kyle no dejaría la situación como una simple pasada.
—Oh Astrid— llamó el chico la atención de la joven. Ella dejó de reír y se detuvo quedando ambas parejas en el centro del pasillo— Tanto tiempo.
Stark quiso aguantar una risa pero se mantuvo seria.
—Así es, ¿Qué tal todo?— preguntó amablemente la castaña.
—Bien...Bien, pero veo que tu igual— respondió él apuntando a Steve.
Y comenzó la hora de actuar.
Astrid dejó salir una pequeña risa— Sí, cuanto lo siento no los he presentado, Steve él es Kyle y Kyle él es Steve...Mi novio.
Steve tragó duro.
—¿Tu...Tu novio?— la voz del moreno sonó apagada.
Con todo el nerviosismo del mundo el Capitán estrechó su mano hacia el muchacho el cual la tomó con los mismos nervios que él. A diferencia de que el apretón de manos de Steve fue más fuerte.
—Así que tu eres el idiota que le rompió el corazón a Astrid— Kyle palideció.
Stark en su interior intentaba retener las ganas de echarse a reír. Ese había sido un buen movimiento de su novio.
—Yo eh...— los nervios del chico se podían notar a kilómetros— Es un placer.
La mujer a su lado estaba totalmente confundida pero de todas maneras saltó al baile.
—Yo soy Ruby por cierto— dijo extendiendo su mano hacia la castaña.
—No me importa— contestó a secas la neoyorquina sin siquiera mirarla a los ojos. La pelirroja avergonzada retiró su mano y movió a Kyle a su lado—
— ¿No crees que es hora de irnos? Hay que dejar a la feliz pareja continuar su camino— murmuró entre dientes la tal Ruby.
Aquellas palabras sacaron al chico de su transe— Sí...Sí...Tienes razón— volvió a mirar a Astrid— Ha sido un gusto verte de nuevo— habló directamente a la joven, está alzó una ceja.
—Sí...Como tu digas— observó a Steve— ¿Nos vamos, cariño?
—Por supuesto— y sin más que decir la pareja se retiró del pasillo para cruzar al siguiente.
Cuando estuvieron solos Astrid se soltó del brazo de Steve y celebró su victoria.
—¡Eso es!— agitó su brazo— Ahora ese idiota entenderá que nadie se mete con Astrid Stark.
El rubio rió— Sí, de nada por cierto
La chica se volteó— Oh sí...Lo siento...Gracias, que buen actor eres.
—Lo sé— alardeó— Ahora compra todo lo necesario si es que quieres llegar a la hora de almuerzo.
Ambos decidieron —para sus adentros claro— en no hablar de nuevo sobre el tema de su actuación. No lo decían en voz alta pero de cierta manera eso les incomodaba.
Compraron todo lo que necesitaban y emprendieron su camino a la Torre nuevamente.
Cuando llegaron el resto del equipo ya estaba despierto y realizando sus tareas diarias. Astrid y Steve se despidieron y cada uno fue a hacer sus cosas respectivamente.
El Capitán se fue en busca de Tony Stark para informarle sobre algunas cosas que le había comentado Thor sobre el libro, pero le fue muy difícil encontrarlo, al parecer el millonario se había encerrado y no quería que lo molestaran.
Y así era.
Stark se había encerrado en su oficina a meditar sobre unas cosas sobre las cuales no había dado suficiente importancia.
Y una de ellas era la existencia de una segunda cámara que no había revisado aún.
Las dudas de verla o guardarla lo consumían mientras observaba el micro-implante desde la silla de su escritorio.
Quería saber que tenía, sí, pero le aterraba encontrar algo que no le iba a gustar.
Unos golpes en la puerta llamaron su atención y alzó su voz en un pase para dejar entrar al Capitán que esperaba afuera.
—¿Interrumpo?— preguntó adentrándose en la oficina.
Stark bufó— No, no...Sólo pasa.
—¿Qué ocurre?— Steve tomó asiento en una silla continua al notar aquella expresión de su amigo. El millonario lo observó unos segundos y arrastró el micro-implante para que él lo viera— ¿Y esto?
—Es lo que estaba en la cabeza de mi hermana— el rubio abrió los ojos como platos— Y no es cualquier cosa...Tiene una función vigía...Así como una cámara.
No era mucho lo que el Capitán lograba entender de ese tipo de tecnología pero al oír la palabra cámara todo le quedó un poco más claro.
—¿Qué crea que contenga?— Tony suspiró.
—No lo sé...Pero de sólo pensarlo me aterra.
Hubieron unos segundos de silencio en el que los dos hombres pensaron sus opciones.
—Tienes que verla— habló el rubio.
—No creo poder.
—¿Y si contiene algo importante?— el millonario calló— ¿Y si encuentras otra pista sobre el caso de Astrid? ¿Sobre lo que le sucedió? No puedes dejar pasar eso.
Stark sabía que su amigo tenía razón. Todos estaban completamente confundidos y quizás allí podrían encontrar alguna claridad para su confusión.
—Me asusta...— confesó— Me asusta encontrar algo que tendré que saber...Y ella no.
—Pero no hagas juicios tan rápido, aún no sabes que hay allí— le dijo el Capitán.
Tony tomó el pequeño aparato en sus manos y lo analizó, su vista viajó de Steve al implante y viceversa.
Revisar aquella cámara era algo que tenía que hacer.
—Jarvis...— habló el castaño extendiendo su mano con el micro-implante— Analiza el objeto y descarga cualquier tipo de archivo que contenga.
—Entendido...—
La sala quedó en silencio mientras esperaban que el asistente de Tony analizara el aparato. A cada segundo de espera que pasaba era un segundo más que el millonario se alteraba.
De repente una pantalla se desplegó mientras indicaba que un archivo se estaba proyectando.
—Se ha encontrado un archivo señor— indicó Jarvis— El archivo está denominado como Experimento Tetra y es un archivo de vídeo.
Algo en el corazón de Stark se quebró al oír la palabra experimento. Era un sentimiento horrible de inseguridad y temor. El simple hecho de pensar en las infinitas posibilidades le producía escalofríos.
—Ex...¿Experimento?
—Así es señor— la voz de Jarvis afirmó sus sospechas— Busqué resultados referentes acerca del Experimento Tetra pero cada vez que lo intento la información se bloquea y es imposible acceder a ella.
Tony apretó con fuerza el vaso que tenía en la mano y lleno de impotencia lo lanzó contra la pared.
—Tony...— intentó detenerlo el rubio sujetándolo por los hombros— Calma, calma.
Debido a la obligación del Capitán, el millonario tomó asiento de mala gana.
—No lo puedo creer— se quejó dando un puñetazo en la mesa.
—El archivo de vídeo ya ha sido descargado— la voz de su asistente lo sacó de su transe— ¿Quiere proceder a abrir este archivo?
Tony pareció no oír aquello ya que su vista permaneció fija en el escritorio en donde sus puños eran apretados con impotencia.
Pero fuera de eso, con miedo.
—¿Quiere proceder a abrir este archivo?— volvió a preguntar Jarvis.
Pero el no respondía, a penas se oía su respiración y su corazón latiendo a más no poder.
En su cabeza la palabra experimento lo dañaba una y otra vez.
Sin parar.
—Señor ¿Quiere abrir este archivo?
—Tony...— lo movió su amigo.
El hombre levantó su vista y una débil lágrima resbaló por su mejilla. No tenía porque mostrarse fuerte ante un tema que ya todos sabían que le afectaba horriblemente.
Estaba en la línea de fuego y no le quedaban muchas municiones.
—Sí
Y sin nada más que decir Jarvis obedeció a su creador y se dispuso a reproducir aquel vídeo en la pantalla antes desplegada.
Tony estaba completamente aterrado de lo que podía venir y tuvo que tomar mucho coraje para dirigir su cabeza a la pantalla.
No estaba en sus cinco sentidos, todo le daba vueltas y la cabeza le palpitaba. Su corazón ya no daba más con tantas malas emociones que ya tenía miedo de sufrir algún ataque de pánico.
Sentía que todo lo bueno que le quedaba en su vida iba a intentar venirse abajo de nuevo.
—¿Qué es esto?
Una voz.
Esa voz.
Ambos hombres se enfocaron en la pantalla donde una voz femenina llamó sus atenciones.
—Astrid...— susurró al borde del pánico el millonario.
La proyección mostraba todo a través de la vista de la chica, era por eso que ella no se veía...Pero al resto sí.
—¿Hay alguien aquí? ¿Chicos? ¿Tony?
El hombre cerró sus ojos con fuerza al oír su nombre salir de los labios de su hermana.
—¿Dónde estoy?
Una puerta se abrió frente a ella y dos personas ingresaron a lo que era aquella sala de laboratorio.
Pero podían notar como una tercera presencia permanecía en la penumbra de aquel pasillo, fuera de la sala en donde la joven estaba.
Allí también se dieron cuenta que Astrid estaba acostada en una camilla y sus manos apretadas por esposas.
—¿Quiénes son ustedes?— preguntaba confundida y asustada— ¿Qué es este lugar?
La primera persona se acercó a ella y se les hizo totalmente conocida.
—Buenos días señorita— saludó, pero aquello hizo asustar aún más a la chica.
—¿Qué demonios...? ¿Quién es usted?
— inquirió Astrid moviéndose incómoda.
—Mi nombre es Vladimir Herczog, y le pido que por favor se quede tranquila, así haremos todo esto más rápido.
Y allí sus sospechas habían sido aclaradas.
El doctor Herczog sí había estado en Rusia mientras la joven se encontraba perdida.
Y eso empeoraba todo.
—No lo puedo creer...— susurraba Tony.
—Esperen ¿Qué? ¿Hacer qué? ¿Qué quieren conmigo?— el doctor y la segunda persona, que parecía ser un asistente empezaron a caminar hacia ella— No, no...¡Aléjense de mi!
—Señorita por favor, esto no le dolerá.
Vladimir se acercó a ella con una aguja enorme y otros aparatos. Los gritos de Astrid comenzaron a oírse y ella a sacudirse.
—¡No! ¡No! ¿Qué están haciendo? ¡No me toquen!— intentaba esquivar la aguja— ¿Por qué? ¿Por qué hacen esto?
De repente toda la sala quedó en silencio ya que la tercera presencia inició su entrada al lugar.
—¿Por qué hacemos esto?— habló la voz— Porque no puede haber nadie más poderoso que yo.
La figura se dejó exponer a la luz y al ver quien era Tony y Steve quedaron perplejos.
—¿Kurse...?
Así era.
Nada más ni nada menos que la bestia Kurse se encontraba en aquella sala junto al doctor y Astrid
La castaña dejó de moverse, como si esa voz la hubiera hipnotizado o simplemente asustado.
La bestia no dijo nada más, sólo le hizo un movimiento con la cabeza al doctor indicándole que prosiguiera.
Herczog se acercó totalmente a Astrid para inyectar lo que sea que esa aguja tenía y la joven entró en desesperación.
Lo último que oyeron los dos Vengadores fueron los gritos más desgarradores que habían escuchado en sus vidas.
Los gritos de Astrid.
Tony se levantó bruscamente, no estaba dispuesto a seguir oyendo así que pausó aquel vídeo y con toda su ira tomó el escritorio de los bordes y lo volteó.
—Tony...— el rubio intentó detenerlo nuevamente— Cálmate por favor, basta.
—No es verdad— susurraba— Esto...Esto es peor de lo que pensé.
Siguió pateando el mueble que había volteado con la preocupada mirada de su amigo.
—Rogers...Júrame que no le dirás a nadie lo que acabas de ver— habló el millonario con impotencia— Menos...Menos a mi hermana.
—Pero Stark...
—¡Stark nada!— lo interrumpió— ¡Nadie debe enterarse de esto! ¡NADIE!
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BUENAAAAAAS
QUE TAL GENTE
ESTE CAPÍTULO ES UN ESPECIAL DE CELEBRACIÓN. ESTOY SUPER EMOCIONADA.
AYER ESTÁBAMOS EN 568 EN AVENGERS
HOY ESTAMOS EN 248
NO SE QUE PASOOOOOOO PERO ES GENIAL
gracias a ustedes 😢😢😢😢😢
GRACIAS GRACIAS GRACIAS
me alegra volver tempranoooo y sin demorarme tanto nuevamente en actualizar.
btw he dejado mis otras novelas de lado para actualizar está KSKDKSKDKF
YA PERO IGUAL ME VOY A PONER AL DÍA ALLÍ.
also, vieRON NUESTRA NUEVA PORTADAAAAAA?????
ESTA BELLÍSIMA
y quiero agradecer a -vaalkirya por hacerla. TE QUEDÓ PRECIOSA ERES UNA GENIO
y sin nada más que agregar este rayito de sol se retira muY FELIZ y espera que hayan disfrutado este capítulo. all the love x
nat x
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