━SOMETHING ELSE?


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DESPUÉS DE HABERLE DEMOSTRADO A SUS AMIGOS que no tenían de que preocuparse de ahora en adelante con respecto al fuego en ella, Astrid se puso el brazalete con la intención de no quitárselo, rogando que nada la obligara a hacerlo.

El resto del día lo usó para descansar, ya que el entrenamiento y el uso recurrente del fuego la agotó por completo, así que durmió el resto de la tarde.

No había visto a su tía Sarah desde que la vistió ese día que vino la doctora Cho. No le agradaba, pero eso también le daría tiempo de pensar como le diría todo lo sucedido en tan escaso tiempo.

Cuando Astrid despertó sintió un malestar en su organismo que la obligó a recurrir a unas pastillas, además de las que se tomaba todas las mañanas y que le fueron traídas por las enfermeras. Las recibió con un vaso de agua que se tomó por completo y bastante rápido, cosa que sorprendió a las enfermeras, pero lo que ocurría era que una molesta sed empezó a atacar a la joven desde el día anterior.

Se vistió normalmente y se preparó para ir a la cocina a desayudar sin antes echarle un vistazo al brazalete en su mano y sonreír.

Se sentía segura.

Caminó fuera de su habitación para ir a la cocina del ala Vengadores ya que su estómago no resistía más.

Al entrar se encontró con el equipo de Vengadores que ya se le había adelantado para desayunar.

—Hola— saludó ella al equipo mientras se dirigía hacia el refrigerador. Su saludo fue respondido por algunos de los presentes que no tenían la boca llena.

Astrid sacó del refrigerador lo que necesitaba para alimentarse y lo puso todo en una mesa para prepararlo, pero paro en seco por una molestia en su garganta, intentó pasarla con saliva, pero no era eso lo que necesitaba.

Era agua.

Corrió hacia el lavaplatos, tomó el vaso más grande que encontró y se sirvió un vaso lleno de agua que desapareció en un segundo en su boca.

Al satisfacer su necesidad sintió como que algo se apagaba o se calmaba en su interior, y eso la hizo sentirse mejor.

Con su sándwich y su café preparados se fue a sentar junto a los Vengadores en una silla libre junto a Natasha.

—Buenos días llamita— le saludó su hermano haciendo que ella bufara— ¿Cómo amaneciste?

—Bien— dijo ella sin mucha importancia y sin mencionar sus pequeños malestares

El desayuno fue tranquilo, la charla fue alegre y animada, hasta que el dios del trueno se decidió a hablar:

—Sobre lo pendiente de ayer...No es mucha la información que yo tengo sobre el hacha...

Al notar que la conversación se estaba volviendo Tema Vengadores la joven Stark se puso de pie con la intención de irse por su cuenta y que no la echaran como la última vez.

—Astrid ¿A dónde vas?—  cuestionó el Capitán.

Ella se volteó

—Yo...Bueno, iba a dejarlos solos para que conversen sus "Asuntos de Vengadores"— respondió la chica haciendo unas comillas con sus dedos.

—No— dijo Tony— Quédate...Ahora este problema se ha vuelto tanto nuestro como tuyo...

La joven sonrió

—Como quieran

Astrid se volvió a sentar para ponerle atención al asgardiano que se disponía a hablar.

—Bueno...Como les dije hace unos días el hacha de Surt está aquí, oculta en la tierra junto con el colgante, ambos, desterrados...Pero yo no sé en qué lugar están.

Hubo un silencio de meditación de parte de los presentes.

—¿Y quién podría saberlo?

—Los Padres de Todo— respondió Thor a la agente Romanoff— Mi Padre, los reyes de los mundos...Toda esa clase de cosas están resguardadas en El libro de los Secretos, pero yo no sé dónde está

—¿Y por qué no le preguntas a tu Padre?— cuestionó el arquero.

El dios hizo una mueca.

—No es tan sencillo, la ubicación del Libro junto con otras cosas son sólo para seres superiores.

—¿Te estás bajando de rango?— bromeó Tony, pero Thor lo ignoró:

—Quizás yo...Yo podría volver a Asgard— analizó rascando su barbilla— Tal vez hacer alguna penitencia...Intentar que me diga algo sobre el libro.

—Es una buena idea— dijo el Capitán— ¿Estás seguro?

—Sí...No es la primera vez que hago el ridículo para salvar al mundo— alardeó el asgardiano comiendo una manzana.

—Perfecto pero...¿Tardarás?— las miradas se fueron hacia la joven Stark cuando esta habló— Quiero decir, si Kurse también está en busca de sus armas, deberíamos hacerlo primero que él.

—Estoy de acuerdo—la apoyó la rusa— ¿Crees que tardarían demasiado?

—Intentaré que sea lo más rápido posible...Es la única solución que tenemos...Partiré lo más rápido posible a casa— Thor se puso de pie

—Mientras antes mejor— dijo el millonario imitándolo

Luego de las palabras del asgardiano el equipo, ahora incluida Astrid, se puso de pie para empezar a planear el viaje de Thor a Asgard, que como ellos decían debía ser lo antes posible.

Mientras ellos planificaban una nueva presencia de sintió entrar a la sala captando la atención de todos.

—Oh, oh...—susurró Astrid.

No era nada más ni nada menos que Sarah Woods entrando como si de desfile de modas se tratara.

La joven Stark tragó saliva estruendosamente preparándose a lo que venía.

Cuando la mujer estuvo enfrente de ella puso sus brazos en jarra con una sería expresión.

—Hola...— susurró Astrid con una sonrisa cómplice esperando que su tía no la regañara

—¡Tres días!— exclamó enseñando sus tres dedos de la mano derecha. La voz de la pelirroja logró hasta tensar a los Vengadores presentes— Sólo pasaron tres días sin mi y me entero que te salvaste de un incendio, ¿Es en serio? ¡Eso es importante!

Astrid guardó silencio un segundo apretando los labios.

—Tía...¿Por qué no hablamos de esto en otro lado? ¿Sí?— la joven tomó a su tía por los hombros y la encaminó fuera del lugar con la mirada de los Vengadores a sus espaldas.

Al salir del comedor Astrid decidió llevarla a su habitación y que charlaran allí.

—Ella es difícil— comentó la risa haciendo referencia a Woods.

—Ni me lo digas— le respondió Tony

Una vez en el cuarto de la castaña, Sarah entró velozmente y empezó a hablar otra vez.

—¿Y bien? ¿Me dirás que te sucedió? ¿Estás bien, estás herida? ¿Qué fue lo...?

—¡Basta!— el grito de su sobrina hizo que Woods de tensara— Basta...— dijo en un tono más calmado intentando no ser grosera— Déjame explicarte— ella asintió— Hablo en serio, déjame explicarte, pero yo— recalcó— ¿De acuerdo? Déjame hablar a mi.

La pelirroja asintió.

—Bien...Ese día Natasha y yo fuimos a tomar un café por la mañana y hubo un incendio en la cafetería. ¿Okey? Yo estoy bien, Natasha está bien, no sufrimos quemaduras o daños...

Astrid dejó de hablar de repente al recordar un pequeño detalle.

Fuego

—¿Qué?— habló Sarah intrigada—¿Qué más?

En su cabeza intentaba formular como decirle a su tía lo que había ocurrido con ella, estaba aterrada, y tampoco quería que ella se enfadara o tuviera problemas con Tony.

Pero era mejor decir la verdad.

—Yo...— Sarah levantó una ceja intimidante— Te diré esto pero me debes jugar algo...— Astrid tomó aire— QUE NO ME MATARÁS Y QUE NO IRÁS A SACARLE LA CABEZA A TONY.

La chica habló tan rápido y fuerte que Woods no tuvo mucho tiempo para procesar todo, pero igualmente asintió.

—El incendio causado en la cafetería...Lo causé yo

La castaña de tapó los oídos por instinto, esperándolo.

—¿QUÉ?

La pálida piel de la mujer ahora era coloreada por un tono rojizo en sus mejillas.

—¡Pero cariño! ¡¿Que hiciste qué?! ¡Que demonios! ¡No lo puedo creer! ¡Debes ser más cuidadosa con las cosas!

Cuando Astrid vio que su tía no entendía se dispuso a seguir con la historia.

—Tía...— dijo en un tono más suave, incluso, temeroso— No es como tú lo crees— la pelirroja guardó silencio— Yo no provoqué un incendio por algún descuido con el inmobiliario...Fue otra cosa.

Stark retrocedió unos cuantos pasos antes de quitar su brazalete y dejarlo en la mesita de noche, Woods miraba atenta cada uno de sus movimientos, intrigada.

Astrid levantó el dedo índice de su mano derecha y cerró sus ojos con la mirada punzante de su tía en ella. Y cuando lo ordenó en su dedo apareció una pequeña llamtita.

Sarah se había quedado sin aire, sin saber que decir o hacer ante tal magnitud de sorpresa. Se llevó las manos al rostro masajeándolo.

—No...—dijo de tal manera que Astrid no oyera— No es verdad

Volvió la su vista hacia la castaña que ya había deshecho la llama de su dedo y corrió a abrazarla.

Astrid tardó en responder, estaba demasiado confundida. Al principio pensó que Sarah la regañaría, la recriminaría pidiendo respuestas o algo peor, pero nunca espero aquello. Luego de unos segundos le correspondió el abrazo.

—No sabemos como sucedió— dijo la joven intentando nerviosa— Banner y Tony hacen lo posible para averiguarlo— ambas mujeres se separaron y con rapidez Astrid se puso el brazalete de vuelta— Lo lamento.

—Ay mi niña— Woods acarició la mejilla de su sobrina— No pidas disculpas por algo que...No comprendes...Todo se resolverá, ya verás.

Ambas se volvieron a abrazar y la pelirroja se dispuso a irse.

—Bien corazón, debo...Debo irme, ya...Ya se me está haciendo tarde— Astrid asintió confundida, pero antes de que Sarah cruzara la puerta, la tomó del brazo

—Tía...Por favor no hables con Tony— la mayor suspiró— Me refiero a que no lo recrimines por este tema, a él igual le tomó por sorpresa

Woods asintió lentamente antes de irse cerrando la puerta a sus espaldas.

Astrid se quedó mirando la puerta color blanco, totalmente confundida.

¿Por qué su tía no la regañó?

¿Por qué no puso oposición al hecho de no hablar con Tony?

El simple hecho de pensar que algo sucedía le revolvió el estómago a Stark.

Luego del momento con su tía la joven consultó con Jarvis donde se encontraba el equipo, ellos estaban en las afueras del complejo en donde ya estaban reunidos en torno a Thor, el cual preparaba su partida.

Cuando Astrid llegó de acercó al grupo de personas que le recibieron con una sonrisa.

—¿Cómo te fue?— le preguntó su hermano, la castaña se limitó a encogerse de hombros

—Supongo que bien

Por su puesto que omitió el detalle de la actitud de su tía, pero en ese momento no le fue tan relevante.

Cuando volteó su vista el asgardiano ya tenía su ropa típica puesta, con su martillo en mano y las debidas instrucciones.

—Muy bien Thor...— le habló Tony— Ya sabes que hacer, busca toda la información posible de como encontrar las armas, y vuelve lo más pronto posible.

El rubio asintió tomando firme el mango de su martillo.

—Así será— dejó de mirar al millonario y fijó su vista a todos en general— Amigos, deséenme suerte.

—Suerte— susurraron unos pocos.

Thor alzó su mano derecha en donde tenía su martillo y como si fuera magia aparecieron unas luces radiantes que rodearon al Dios hasta hacerlo desaparecer.

Cuando ya no hubo más luz los Vengadores se acercaron a ver el suelo donde habían quedado unas raras marcas que antes no estaban allí.

—Que loco— decía Astrid viendo aquello por primera vez.

El equipo volvió a las instalaciones donde tuvieron un cierto tiempo de relajo.

El doctor Banner seguía trabajando en los análisis de la situación de Astrid, y a raíz de eso le hizo una llamada —nuevamente— a la doctora Helen Cho.

Por su parte la chica Stark seguía con su sed incontrolable.

Todos esperaban que el plan funcionara y que Odín accediera a dar información a cerca del problema en que se habían metido.

Más tarde Natasha se dispuso a cocinar algo, todos tenían hambre así que la rusa se ofreció para ser la chef mientras el resto del equipo seguía trabajando.

—Oh rayos, no hay fósforos

La voz de la rusa interrumpió todos los quehaceres, ella se quedó mirando la cocinilla con la olla de spaghetti puesta.

—Podemos ir a la tienda por unos— sugirió Barton, y en sincronía todos lanzaron un quejido en desaprobación.

—Honestamente no quiero tener que ponerme de pie— contestó Tony echado en el sofá.

Y como si fuera una bombilla en su cabeza, Astrid tuvo una idea:

—Yo lo hago— dijo con simpleza.

Las miradas de todos se fueron hacia ella que sólo se levantó de su silla y camino hacia Romanoff con normalidad.

—Astrid, no— se levantó su hermano con rapidez.

—Astrid, sí— respondió ella mirándole mal— Es algo pequeño, no voy a quemar todo el edificio.

Omitiendo el resto de murmuraciones hizo a un lado a su amiga y se quitó el brazalete dejándolo a un lado.

Sintió el cosquilleo subir por su brazo y suspiró antes de actuar.

Tomó la perilla de el horno y la encendió al mismo tiempo que la punta de su dedo se encendía, lo acercó y el gas se encendió y empezó a funcionar con normalidad.

—Como un fósforo— dijo Astrid apagando su dedo. El equipo la miraba sorprendido sin hablar.

Pero no era por lo que recién había hecho.

—Astrid...Mantén la calma— le dijo su hermano acercándose lentamente a ella.

La castaña comenzó a sudar sin entender lo que ocurría, miró su cuerpo en busca de algo, pero nada, no había nada fuera de lo común lo que la hizo preocuparse aún más.

—Tony...—susurraba esta sin moverse, incluso aguantando la respiración.

Con cuidado el resto de los Vengadores de acercó a ella también. El millonario alcanzó una bandeja de metal y se la extendió a su hermana para que ella lo usara como un espejo.

Dudosa la recibió, sus dedos bailoteaban sobre los bordes de la charola sin querer mirarla. Lo pensó unos segundos hasta que lo hizo.

Un suspiro pesado salió de su boca al ver su rostro...Sus ojos.

Los orbes color marrón de la chica habían sido reemplazados por un color rojo que brillaba a cada
parpadeo.

Por el susto la joven dejó caer la bandeja al piso y sus manos de fueron a su boca. Por instinto empezó a parpadear rápidamente rogándole a su mente que le obedeciera y que el color se fuera.

Cerró los ojos con fuerza pidiendo en susurros junto con la mirada preocupada de todos.

Después de unos segundos los volvió a abrir y el suspiro de sus compañeros la hizo sentirse aliviada.

Volvió a tomar la bandeja que estaba en el suelo y se observó.

Marrón.

El color rojo se había desvanecido y todo había vuelto a la normalidad. Astrid tomó el brazalete y se lo puso con rapidez.

Observó a sus compañeros que estaban guardando silencio y las regaló una sonrisa cansada.

—Al laboratorio— ordenó su hermano antes de dejarla hablar. La tomó del brazo y todos comenzaron a caminar hacia allá.

Una vez allí sentaron a la castaña en una camilla y el doctor Banner encendió las computadoras para comenzar el análisis.

Esta vez usó otro instrumento: Consistía en una cámara* de pilicarbonato en donde ella tuvo que entrar. Steve la ayudó arrastrando la camilla hasta adentro, y una vez allí la cerraron dejado a la joven sola.

El resto del equipo se mantuvo fuera junto al científico y sus computadoras. Este encendió la cámara y unas luces anaranjadas aparecieron como si estuvieran rodeando a la chica Stark.

Ella se mantuvo inmóvil dentro, con la mirada en sus manos y jugueteando con la pulsera de vez en cuando.

Rápidamente los resultados fueron arrojados por la maquinaria, y los presentes se lanzaban miradas furtivas como si estuvieran hablando telepáticamente.

Bruce le hizo un movimiento con la cabeza a Tony y este entendió. Apagaron la cámara y el millonario fue a buscar a su hermana. Abrió la puerta y ella lo miró nerviosa, se bajó de la camilla y caminó junto a su hermano hasta donde estaba el doctor.

—Y pues...— habló con la voz titubeante la castaña— ¿Qué ocurre?

El científico hizo una mueca mientras chasqueaba la lengua. Movió la pantalla de la computadora y se la enseñó. Obviamente la joven no entendía lo que sucedía así que pidió explicación.

—¿Recuerdas que te habíamos contado que tu AND estaba sufriendo modificaciones?— Astrid asintió levemente— Pues, pareciera que todos los cambios...Están evolucionando.

La chica abrió los ojos como platos, casi se atraganta con su propia saliva.

—¿Qué?— preguntó atónita.

—La fase de movimiento de los nucleótidos ha cambiado y pareciera que...Las "modificaciones"—hizo comillas con los dedos— Se estuvieran adaptando a tu cuerpo...Como su nuevo hogar.

—Como un gatito callejero llegando a una mansión

—No es gracioso Tony— la voz seria de su hermana hizo temblar al millonario en su lugar, luego se volteó al doctor— ¿Eso explica el color de ojos?— Banner asintió.

—Sí...Es extraño pero tiene que tener una explicación...Pero no te preocupes, por lo que veo esto no te hará ningún daño o causará algún problema.

Las palabras de Bruce hicieron que Astrid de cierta manera se sintiera más calmada, de todo lo malo que estaba pasando si había algo bueno, poco, pero bueno.

La charla se vio interrumpida por unas alarmas que asustaron a todo el equipo. Las pantallas fueron desplegadas con la señal de alerta y un mapa de la ciudad.

—¿Qué ocurre Jarvis?

—Central Park está siendo atacado, señor, son los tres individuos identificados como los elegidos, tienen rehenes y no dejan pasar a la Policía.

—Maldición— se quejó Tony.

—¿Con que no querías ponerte de pie?— comentó sarcásticamente el Capitán mientras todos empezaban a prepararse.

Se enfundaron rápidamente en sus trajes y abordaron el jet.

Lo que le llamó la atención a Astrid fue que el doctor Banner iba con ellos. Intentó reprimir su risa antes de preguntar:

—¿Tú también vas?— el doctor se volteó antes de subir al transporte.

—Querías saber quien soy, lo vas a averiguar— la respuesta del científico dejó a la castaña confundida en su lugar.

—¡No hagas nada estúpido hasta que volvamos!— la amenazó su hermano desde el interior del jet— ¡Es una advertencia!

Astrid se limitó a bufar y llevar su mano derecha a su cabeza imitando el saludo militar.

Vio como el avión desaparecía de su vista y se adentró nuevamente al laboratorio en donde desplegó las pantallas del noticiero para mantenerse informada de la situación.

Sus amigos no tardaron de llegar al lugar. Central Park se encontraba en caos, había gente corriendo por todas partes, escondiéndose.

Lograron localizar en donde se encontraban los rehenes y era una una heladería una cuadra más allá de donde estaban.

Mientras se acercaban vieron como una especie de aura color rojo flotaba en el aire y formaba una barrera de escombros para los policías.

Cuando estuvieron a una distancia más considerable lograron ver que el aura rojiza era producida por una chica castaña, pálida que estaba de pie moviendo sus manos.

Cuando ella detectó la presencia de los Vengadores la pelea comenzó.

Los otros dos elegidos salieron de su escondite dejando ver al Soldado del Invierno atacándolos con un arma y el otro chico corría a una velocidad sin precedentes haciendo que el equipo empezara a desesperarse.

Astrid estaba en el laboratorio observando toda la tragedia, le ordenó a Jarvis a hacer un reconocimiento facial de los elegidos para tenerlo listo cuando los chicos volvieran.

Mientras observaba la pantalla vio algo que le pareció fuera de lugar.

Enumeró a sus amigos con la palma de la mano, estaban todos menos uno.

Banner

Un gruñido brotó de la pantalla inundando sus oídos. Una criatura gigantesca apareció derribando todo a su paso.

Y ahí algo le hizo clic.

—¿Banner?— preguntó como si este la escuchara— Wow, eso es intenso.

Se sintió mal por un segundo al burlarse del doctor y de sus capacidades, aquello la había dejado sorprendida.

Ella pensaba que toda esa caballería sería suficiente para luchar con tres personas, pero no estaba funcionando.

Los elegidos además de sus propias capacidades habían sido dotados por Kurse para cumplir sus objetivos, y eso no le facilitaba el trabajo a los Vengadores.

Ella quería ayudar, quería ir a patear traseros, pero no quería ser regañada.

Pero cada vez que observaba la pantalla su corazón se apretaba temiendo por la vida de sus amigos.

Se levantó de su silla y caminó por todo el laboratoro pensando y debatiendo con ella misma en que era lo que debía hacer. No sabía si estaría bien ir allí y ayudarles, necesitaban ayuda, sí, pero quizás no la suya.

También pensó si eso sería peligroso para ella, no lo sabía, pero una idea pasó por su mente, como si una voz le estuviera hablando y golpeado con una tabla haciéndola reaccionar:

No es lo que quieras hacer, es lo
que es correcto

Eso fue suficiente para Astrid.

—Muy bien voz en mi cabeza...Hagamos esto

Decidida caminó hacia el estacionamiento, tenía una leve idea de como ir al lugar, ya que tampoco se iba a dar el gusto de que la gente la viera, las noticias explotarían.

Tomó una de las motocicletas que estaban en el estacionamiento y se puso un traje de cuero que usaban los agentes especiales. Lo tomó con nostalgia ya que ella lo usó alguna vez.

Además se puso uno de los cascos que estaban allí, uno con el visor polarizado para que nadie pudiera ver su rostro.

Cuando ya estuvo lista echó a andar la motocicleta y se fue camino a Central Park.

Su corazón latía frenético, estaba asustada de lo que podía ocurrir allí. No había salido al campo como agente desde que despertó, bueno, si es que esto contaba como el salir como agente.

Cuando empezó a divisar el caos no vio a sus amigos ni a su hermano y eso la hizo querer morirse. Su preocupación estaba traspasando los límites.

Estacionó la moto junto a unos autos que estaban allí y empezó a caminar y mientras lo hacía se quitó el brazalete guardándolo en su bolsillo.

A lo lejos divisó a Natasha en el piso, junto a Clint e incluso junto a la bestia verde del doctor Banner.

Pareció que su corazón había dejado de latir unos segundos por la preocupación, pero a lo lejos logró ver como se movían, dándole a entender que estaban vivos.

Más allá estaban Tony y Steve siendo atacados por los elegidos, estaban bastante agotados. Los poderes de aquellas personas estaban literalmente moliéndolos a golpes. El aura roja de la mujer levantaba a Stark dentro de su armadura y lo tiraba al piso.

A ese extremo.

Empezó a suspirar intentando concentrarse y extendió sus manos al frente mirando fijamente a la chica: Su primer objetivo.

Al principio se negó, no quería hacerlo, pero si hermano y el equipo estaba en apuros.

Era lo correcto.

Cerró los ojos y su cerebro dio la orden.

Las llamas de fuego se encendieron y Astrid le lanzó una esfera hacia la mujer del aura roja. Esta cayó al pavimento ganándose varias quemaduras en el abdomen.

Rápidamente todas las miradas se fueron hacia la chica con el casco negro. Los únicos que sabían quien era la dueña de las llamas eran los Vengadores.

Tony por su parte estaba totalmente asombrado, y a la vez desesperado al ver a su hermana allí.

Los otros dos elegidos no tardaron en notar la presencia de la chica y empezaron a correr hacia ella.

Astrid empezó a lanzarles más bolas de fuego, pero el chico veloz logró esquivarlas fácilmente. Sin embargo el Soldado del Invierno se vio afectado por quemaduras también.

La chica Stark intentaba encontrar al tercer elegido pero este desaparecía rápidamente debido su velocidad.

Este logró tirarla al piso y justo cuando estaba a punto de dañarla, estando en el suelo la castaña estiró su brazo en señal de defensa y sintió que algo pesado salió de ella.

Al sentirlo se puso de pie rápidamente en busca del muchacho, pero este no estaba. Alzó su mirada y el velocista estaba a bastantes metros de distancia de ella, junto a los otros dos elegidos que lo estaban revisando mientras este se estaba quejando en el suelo.

No encontró quemaduras en él , al contrario

Estaba empapado.

La castaña no entendía nada ante la poca visión que el casco le otorgaba.

Pero algo andaba mal.

La mujer del aura roja miró a Astrid con furia e hizo un movimiento con su mano provocando que una especie de portal color rojo los absorbiera hasta desaparecer.

Cuando solo estaban los Vengadores en el lugar, Stark alzó la visera de su casco para mirar con mejor claridad.

Sus amigos ya se encontraban caminando hacia ella, especialmente su hermano, que a pesar de que la máscara cubriera su rostro, su hermana sabía que estaba molesto.

Astrid seguía aterrada y preocupada por lo que había sucedido así que antes de que alguno hablara corrió lejos de ellos en dirección a la motocicleta, se subió y arrancó para irse a la Torre.

Tony iba a volar detrás de ella pero Natasha lo detuvo.

—Espera...Acabas de ver lo que sucedió— el millonario quería soltarse del agarre de la rusa, pero Steve también lo sujetó— Sé que no lo entiendes pero ella tampoco.

Aquello hizo a Tony calmarse un poco, no quería ser rudo con ella o tratarla mal, pero lo que acababa de ver lo sacaba de quicio.

Pero algo era seguro, él tenía derecho a quejarse por que ella hubiera ido allí sin autorización y usando sus habilidades.

La joven Stark ya había llegado a la Torre mientras el jet de los Vengadores —que era más rápido— le pisaba los talones.

Las lágrimas habían coloreado levemente su rostro debido a la desesperación e incertidumbre de lo que había pasado.

No sabía que estaba sucediendo

Aún con el casco puesto corrió al interior de las instalaciones para irse rápido al laboratorio y hacerse un chequeo ella misma.

Cuando llegó aventó el casco al piso y limpió sus lágrimas, pero antes de seguir volvió a sentir ese malestar en su garganta que se reducía a una sola cosa:

Sed

Corrió al lavabo que allí había y sin necesidad de un vaso empezó a tomar agua como una desquiciada directamente de la llave. La necesidad de satisfacer a su cuerpo estaba pasando sobre ella.

Sintió unos pasos acelerados entrar al laboratorio y al levantar su vista encontró al equipo mirándola fijamente. Cerró la llave y limpió limpió boca con su manga.

Su hermano fue el primero en acercarse lentamente. Ninguno tenía ya sus trajes, sólo Astrid.

La castaña tomó un vaso con su mano temblorosa y se sirvió agua para luego dejarla en la mesa a su lado.

—Hermana...

—Perdón— le interrumpió Astrid— Sé que no querías que fuera pero de verdad yo...De verdad yo los vi en apuros y tenía que ayudarlos, no los iba a dejar morir— sorbió su nariz— En verdad lo siento.

Tony se acercó más a ella y la rodeó con sus brazos sin decir nada, la castaña le correspondió sintiéndose segura y más tranquila.

Se sentía en casa

—Eso ya es lo de menos. No te niego que me molestó pero...Nos ayudaste— el millonario se separó un poco para mirarla— Pero hay otra cosa que me preocupa ahora.

Astrid se separó completamente de su hermano para evitar el contacto.

Si fuera por ella omitiría el tema por completo.

—No quiero hablar de eso— dijo sin más.

—Astrid— habló el doctor Banner acercándose. Recién allí pudo la chica notar su presencia y no la de Hulk Esto es importante ¿Eres consiente de lo que hiciste?

Ella bufó

—¿Qué? ¿Qué en vez de salir fuego de mi salió agua?— rió sarcásticamente— Creo que si lo noté gracias.

—No es un chiste— habló el Capitán— Algo más se agregó a ti además del fuego, es preocupante.

—Sí que lo es— apoyó Bruce— Tus cadenas de ADN tienen que haberse vuelto locas...Algo...Algo no anda bien.

—No necesito revisión— dijo Astrid encogiéndose de hombros— No me duele nada me siento a la perfección, gracias.

En ese momento Astrid hizo un alto en su mente.

La sed que estaba teniendo era causada por eso. Por que su ADN y su cuerpo se estaban preparando para...Esto.

Wow, que lenta soypensó la chica en sus adentros.

—Vuelvo a repetir: Estoy perfectamente bien— la castaña empezó a dar golpecitos en la mesa— Sea lo que sea que esté ocurriéndome no debe ser malo, así que por favor quiero que se calmen

El tono de voz de la chica empezó empezó subir poco a poco.

No es que estuviera exagerando al reclamar por una revisión, ella sólo quería estar en paz.

Y ahora...

—Sé que es tonto e inmaduro pero por favor pónganse en mi lugar— Se señaló— Han pasado muchas cosas en mi cuerpo que no entiendo pero que no sé si estoy dispuesta a averiguar. ¿Lo entienden?— nadie respondió— ¿¡Lo entienden!?

Cuando Astrid terminó esa oración dejó caer su puño sobre la mesa, junto al caso de agua. Este se tambaleó y el agua que estaba dentro de este se congeló.

Todos retrocedieron ante aquello, espantados.

—¿Algo más que quieras mostrarnos?

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(**)

HOLA

VOLVÍ

AMENME

Ya en fin no tengo mucho tiempo para escribir un final pero quiero agradecerles por leer ❤

Yyyyyy

Darles un datazo.

xdylanmendesx esta haciendo portadas DIVINAS

Vayan todos a mirar! Y si necesitan, allí encontrarán!

Ah y otro datazo.

Si aquí hay alguien que le guste shawn mendes

Quien no

Acabo de publicar una historia de esa bella criatura😻

Vayan a verla❤❤❤❤

Nat x

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