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17 años antes
Ciudad de Nueva York
LA CASA ESTABA TRANQUILA y la familia Stark trabajaba con total normalidad.
Hasta que unos pequeños y efusivos golpes en la puerta hicieron que María Strak dejara de preparar la cena y saliera a abrir.
Al abrir la puerta lo que encontró le encogió el corazón: Ver a su pequeña hija llegar con una triste expresión.
La menor de los Stark llevaba su camisa de rayas mojada y su cabello un poco desordenado, sin contar las débiles lágrimas que caían de sus ojos.
—Cielo...—susurraba la Señora Stark— ¿Qué fue lo que pasó?¿Qué no estabas jugando con tus amigos?—decía ella mientras abrazaba a su hija.
Ella se separó y asintió.
—¿Entonces? ¿Por qué estás sucia amor?— la pequeña era incapaz de articular alguna palabra, sus pequeños labios titubeaban por el llanto y las palabras que quería emitir salían temblorosas.
—Es que...Yo...Estaba...— la voz entrecortada de la pequeña Astrid llamó la atención de su padre que también empezó a acercars— Estábamos jugando y ellos...Ellos se rieron de mí y...Y me mojaron con el...Con el jugo de piña.
La niña secó sus delicados ojos marrones con la mano mientras lloraba.
Howard Stark se inclinó a la altura de su hija y acarició su cabello.
—¿Pero por qué te molestaban pulguita?— ella soltó un débil suspiro.
—Estábamos en...En los columpios y había...Había una mariposita en una flor y ellos...Ellos— soltó un sollozo— La pisaron.
El llanto de la pequeña inundó la sala nuevamente y su madre la abrazó.
—Y yo...Yo empecé a llorar y ellos se burlaron de mí— decía la niña con la voz apretada sobre el hombro de María.
—Pero cielo...—decía su padre— No es la gran cosa.
Entonces la esposa de Howard se volteó con una mirada asesina hacia éste diciéndole que guardara silencio.
—Era muy bonita— siguió hablando Astrid ahora con la mirada baja, separada de su madre— Ella tenía una vida por delante.
Los corazones de ambos padres se sintieron enternecidos ante la respuesta de su hija.
—¿Y tu defendiste a la mariposita?— Astrid asintió mirando al piso
—Ellos me lanzaron la caja de jugo mientras se reían— siguió la castaña con la mirada perdida.
—Oh bombón— susurró su padre— Quiero decirte que estamos orgullosos— la pequeña levantó su vista sorprendida— Defendiste a algo inocente, una buena causa sin importar lo que esos mocosos hicieran.
—Howard— reclamó María ante la palabra que usó su esposo. Astrid rió tiernamente.
—Mocoso— repitió y María rodó los ojos.
—Lo que tu padre intenta decir es que estamos orgullosos de tu valentía, eres una niña con un corazón inmenso. Y eso no lo tiene cualquier persona.
La pequeña cambió totalmente su expresión triste a una de alegría sincera.
—Te amamos princesa Astrid— sus padres la abrazaron levantándola del suelo.
—Ay no, aquí vamos otra vez, ahora sólo falta que le vuelvan a contra la historia de por que le pusieron Astrid.
Una voz más lejana los hizo voltear. El joven Anthony Stark trabajaba sobre la mesa con una batería de auto.
—Lo elegimos porque era el nombre de las princesas— decía el joven imitando la voz de su madre y ganándose unas miradas de ambos.
—No seas así hijo— le reclamó su madre.
—Tony está celoso— decía la pequeña burlándose de su hermano.
—Además estás poniendo mal esos electrodos.
Las palabras de la pequeña hicieron que Tony soltara una risa.
—Eso no es cierto— dijo el joven con superioridad.
Howard se acercó a él y se encogió de hombros.
—Están al revés— dijo él.
Al darse cuenta de esto, el joven Stark arregló rápidamente su error tratando de ignorar la inteligencia de su hermana menor.
Los señores Stark conocían a la perfección la inteligencia de su hija, que a pesar de sus cortos nueve años entendía bastantes cosas que otros no. Incluso gente mayor. Pero sus padres nunca quisieron insistir en potenciar del todo sus conocimientos, no por egoísmo si no que por miedo.
Habían muchas cosas que quizás la joven Stark no debería descubrir.
María bajó de sus brazos a la castaña y le sacudió el cabello
—Ve a cambiarte cielo, ya vamos a cenar— ella asintió y corrió por las escaleras de la gran casa hasta su habitación.
Pero en la mente de ambos padres aún estaba presente la situación que había vivido su hija y lo que hizo para enfrentarla.
—Nuestra hija va a cambiar al país— susurró Howard tomando a su esposa por la cintura.
—No— dijo ella— Va a cambiar al mundo.
●●
En la actualidad.
Sede de SHIELD
Ciudad de Nueva York.
Los pasos fuertes y pesados del millonario se oían por todo el pasillo.
Tony Stark había decidido salir de su silla y comenzar a actuar.
Había pasado más de un mes desde que su hermana había desaparecido, sentía como si le hubieran sacado un pedazo de corazón y lo hubieran lanzado al otro extremo del mundo.
Así que dispuesto, se dirigió a hablar con Nick Fury a exigir respuestas, y más importante aún, soluciones.
Los golpes en la puerta color negro resonaron tres veces. Pero al no haber respuesta alguna, el ingeniero sólo entró.
—Nick— éste levantó su mirada al notar la presencia de Stark— Tenemos que hablar— el director de SHIELD estaba con una agente, y con un movimiento de la cabeza, le ordenó que se retirara para luego echarle una mirada a su invitado.
—Sé de que quieres hablar— dijo sin expresión alguna.
—Pues si es así mejor— Tony se cruzó de brazos tratando de no mostrar temor— Ha pasado más de un mes, y aún no han podido encontrar a mi hermana.
—Tony, por favor, cálmate, ésto es...
—¿Qué me calme?— interrumpió— Es mi hermana, quién sabe dónde puede estar, o que le habrá sucedido, pero no me quedaré más de brazos cruzados— dijo señalando su actual posición.
Para Tony era el colmo tener que estar en esta discusión. Astrid podría estar necesitando ayuda y nadie hace nada para cambiarlo.
—Stark— Fury se levantó de su silla y caminó hacia el millonario— Ya hay un equipo tratando de encontrarla.
—¿Han ido a terreno?— preguntó éste y al parecer a Nick lo tomó por sorpresa la pregunta.
—No pero...— Stark bufó— Han estado siguiendo cada paso que el equipo de Astrid y la misma han seguido, han tratado de averiguar donde está, pero aún no hay nada
—Aún así, deberían enviar otro equipo— dijo el creador de Iron Man desesperado por no tener respuesta.
—He estado ocupado, con otro equipo— hizo énfasis refiriéndose a Los Vengadores— Desde que el hermano malvado de Thor vino a invadir la Tierra, las amenazas no han parado y eso nos ha dado bastante trabajo.
—No me repitas lo que ya sé— contestó Tony molesto— Mi hermana sigue afuera...Quizás...Puede estar, en el peor caso...Muerta, o herida— al millonario se le hacía dificil pensar cosas así— Envía un equipo de rescate, yo mismo iré si eso te apetece, pero debemos...
Un sonido de una puerta abrirse detuvo la discusión, ambos voltearon la vista hacia la puerta, en dónde una agente junto a la misma Black Widow entraban.
—Tony...— pronunció Natasha corriendo hacia éste con un folder en las manos— Hay algo...— decía apenas con aire— Hay algo que debes ver.
La pelirroja extendió la carpeta hacia Stark el cual muy dudoso la tomó.
Ella le hizo una seña con la cabeza en sentido de que la abriera. Lo cual hizo.
Dentro de la carpeta habían unos cuantos papeles, solo tenían unos garabatos, y unos números que a Tony le costaba entender y miró a Romanoff en busca de una respuesta.
—¿Qué es ésto?— señaló la carpeta. Ella iba a hablar ero fue interrumpida.
—Señor Stark— habló la chica que venía con Natasha, que hasta el momento nadie había notado— Soy la agente Isabelle Miller, estoy dentro del equipo de búsqueda de su hermana. Lo que ocurre es...— lo pensó un segundo— Miren.
Ella caminó hacia la pantalla de la sala de reuniones, y en la computadora puso un USB, de el cual abrió un archivo, que a la vista de todos parecía una especie de radar.
—Mi equipo y yo creamos un sistema— explicó la muchacha— Una especie de rastreador de señales electromagnéticas
—¿Y eso que tiene que ver con mi hermana?— preguntó Tony, ella señaló la carpeta que enseguida el millonario abrió
—Hace unas semanas encontramos una señal— cuando el ingeniero escuchó esas palabras su corazón se revolvió— Era una señal muy débil, pero la encontramos— Stark siguió buscando en el folder donde encontró una foto de un bosque
—¿Y ésto?— preguntó señalando la foto.
—La señal provino de allí, un bosque cercano a la ciudad de Norilsk, Rusia— habló ella, y en la pantalla se hizo un acercamiento a la señal— Logramos detectar que esa señal provenía de una cámara de grabación— todos los presentes abrieron los ojos de par en par. Completamente asombrados.
—¿Quieres decir que mi hermana está en este bosque?— la chica torció la boca.
—No— pronunció— Mire la siguiente foto.
Tony obedeció.
—¿Y qué con eso?— preguntó.
—Estás haciendo muchas preguntas, Tony— susurró Natasha hacia su amigo notoriamente estresado.
—La señal electromagnética se trasladó hasta allí— apuntó la pantalla, la cual también tenía la foto proyectada— Es un lugar llamado Valyok, Rusia también. Es...El último lugar en donde hemos captado la señal.
—Eso significa una cosa— dijo Natasha mirando al millonario.
—Ahí podría estar...
—Astrid— interrumpió Tony a la agente— Tenemos que ir por ella— las palabras de Stark eran como súplicas hacia el director el cual pensó un momento hasta que suspiró.
—Organicen un equipo de rescate, y salgan de inmediato a Rusia— el hermano de Astrid se sintió demasiado aliviado al oír esas palabras.
—Yo iré— dijo siguiéndolo— Debo hacerlo, es...Mi familia
—Yo te acompaño— dijo Natasha a sus espaldas.
—De acuerdo— habló Nick— Vayan con los Delta Eco 45, ellos los apoyarán, avísenle al resto de Los Vengadores, y partan en seguida—
Tony miró a Natasha y ambos asintieron para retirarse en busca del equipo.
No fue mucho lo que tardaron en hallarlos, ya que todos estaban en los comedores reunidos. Al verlos entrar dirigieron su vista en sincronía.
Tony Stark no podía encontrar las palabras para decir la gran noticia, aún estaba en shock y aunque no se notara, una alegría rebosaba en su pecho.
—Oye amigo, pareciera que hubieras visto un fantasma— dijo Clint hacia éste, todos se levantaron hacia los recién llegados con ganas de saber que ocurría.
Tony seguía sin poder explicarlo, las palabras estaban estancadas en su boca.
—La encontraron— fue lo único que alcanzó a decir y todos parecieron confundidos.
—¿A quién?— preguntó Thor.
Stark volteó los ojos.
—A...— apenas pudo hablar— A...A Astrid
Ellos se repartieron miradas entre sí, como si estuvieran analizando lo sucedido.
—¿Cómo lo sabes?— preguntó el Doctor Banner.
Tony se preparó a contar la historia.
—El equipo de búsqueda que Fury organizó....Encontró una señal...En Rusia. Están muy seguros de que la señal es de Astrid.
—¿Y qué harán ahora?— preguntó el Capitán.
—Ir por ella— Stark tomó aire— Fury ha formado un equipo. Nat y yo estamos en él. Iremos de inmediato
El equipo asintió.
—¿No necesitan ayuda?— preguntó el arquero con buena disposición.
—No, gracias— dijo el ingeniero— Estamos bien.
Clint se acercó y posó una mano sobre el hombro de éste.
—Entonces buena suerte
Iron Man y Balck Widow fueron a alistarse con sus debidos implementos para la misión, quien sabe que se podrían encontrar en la búsqueda de la joven Stark. Natasha Romanoff reunió al equipo que Fury había recomendado y les explicó que serían un respaldo en caso de que las cosas se pusieran pesadas. Una vez que todo estuvo listo prepararon el quinjet y subieron a bordo rumbo a Rusia.
Tony Stark no dejaba de preguntarle a Jarvis, su asistente, cuando tiempo faltaba para llegar al destino. Su nerviosismo estaba por los cielos, a pesar de ser el líder del equipo y que pretendiera ser fuerte, por dentro se derretía como hielo. El creador de Iron Man miraba por la ventana viendo las nubes quedar atrás y dar paso a frondosos árboles de distintas tonalidades debido a la temporada otoñal en el continente.
—Tony, 3 minutos, encontramos un claro para aterrizar
Stark se volteó hacia Natasha y asintió ante sus palabras.
El multimillonario empresario estaba con los nervios de punta, habían llegado al lugar en donde la señal de Astrid se había encontrado y Tony estaba con muchas ansias de encontrar a su hermana por fin, abrazarla, besarla y estar con ella. Cosas que por mucho tiempo estuvieron limitadas para él, pero hoy era el fin de esa línea.
O...Tal vez no.
—Basta Tony— pensó éste— Deja ese estúpido pensamiento de lado, ella esta bien, ella esta viva.
Stark tenía toda la seguridad de eso. Iba a ignorar todos esos pensamientos y a enfocarse en hallar a su hermana, llevarla a casa de vuelta...Con él.
—Nat, es hora— dijo ya Iron Man mientras se juntaba con los Delta, les dio un par de instrucciones y bajaron del jet.
La máscara de la armadura se adhirió a la cara del ingeniero y comenzó a caminar.
Una vez fuera el silencio reinó en el lugar, era un día nublado en el pueblo ruso, pero algunos rayos de sol se veían aparecer.
—Okey equipo— habló en un susurro, ya que el silencio del lugar se lo pedía— El pueblo no es grande, nos dividiremos para recorrer terreno, cualquier cosa que vean, lo que sea, me avisan.
Al ver que los cadetes asentían cada uno tomó su posición para separarse y comenzar la búsqueda.
Natasha Romanoff iba con un equipo hacia el norte y Iron Man con otro al oeste. El traje metálico resonaba en el piso haciendo una gran diferencia entre los demás entre el crujido de ramas, hasta que llegaron a la zona pavimentada.
La gente de la ciudad comenzaba a salir de sus casas para ver que ocurría quedando asombrados al ver como el mismísimo Iron Man pasaba cerca de ellos.
El grupo de Widow se quedó en la ciudad y el de Stark comenzó a ir un poco más alejados de ésta.
Una vez llegando a la parte aislada, el traje de Tony empezó a hacer un sobre vuelo sin alejarse demasiado del equipo.
A simple vista ni Tony Stark ni ninguno de los agentes podía divisar algo con certeza, el clima nublado hacia que la búsqueda fuera más complicada, además de contar con altos pastizales a su al rededor.
Ya cansado de no encontrar nada el hombre dentro del traje cambió la estrategia de búsqueda.
—De acuerdo equipo, sepárense en parejas para buscar, y nuevamente repito: Si ven algo, me lo hacen saber de inmediato.
Los cadetes entendieron y se dividieron. Tony Stark comenzó a volar sobre el pueblo buscando alguna señal que le indicara algo sobre su hermana.
—Jarvis busca firmas de calor acordes a las entregadas por la agente Miller— indicó el ingeniero a su fiel asistente.
—Buscando...
El sobre vuelo de Iron Man continuó sin ninguna novedad, cosa que empezaba a entristecer su corazón y que sus esperanzas comenzaran desvanecerse.
—Tony...— la voz de la agente Romanoff en el comunicador hizo que su corazón volviera a acelerarse emocionado— Lo lamento, pero no hay nada en éste lado de la ciudad. En verdad lo siento.
El sonido de la armadura aterrizar bruscamente resonó en el suelo. Tony Stark comenzaba a desesperarse, la ventana de esperanza que había creído abierta se acababa de cerrar en sus narices. Astrid no estaba.
—Señor Stark— habló otro de los agentes por el comunicador— Tampoco encontramos nada de nuestro lado...Está...Vacío.
La voz de el muchacho hizo que su corazón se detuviera y que la desesperación llegara. No podía creer que todo su esfuerzo había sido en vano. Su hermana no estaba y se lamentaba cada segundo que no pudiera llevarla a casa con él.
—Señor...— la voz de Jarvis interrumpió su llanto— Encontré una firma de calor muy similar a la señalada por la agente Isabelle Miller-
Tony se levantó de un salto mientras la ubicación era proyectada en su visor de la máscara.
—Llévame allí— ordenó Stark y de inmediato el traje se dirigió a ese sitio. Los agentes y Black Widow al percatarse de el repentino vuelo de su líder corrieron tratando de seguirle el paso.
El traje aterrizó en un pastizal que parecía un basurero. Había cualquier clase de basura con un olor indescriptible.
—En 200 metros Señor...— señaló Jarvis apuntando en el visor de la armadura una vieja camioneta abandonada.
El aire comenzó a faltar en los pulmones de Tony, sus latidos aceleraban y la cara le sudaba. Estaba muy seguro de que su hermana estaba ahí y le partía el corazón ver la situación precaria en la que se encontró todo ese tiempo.
Sus pasos comenzaron lentos hacia la camioneta, el equipo llegó después de una acelerada carrera y al ver la situación decidieron quedarse atrás en silencio, pero alertas con sus armas en mano. Stark llegó a la camioneta y vio lo mal tratada que estaba, pero fuera de eso no vio nada. Abrió una de las puertas y lo que encontró hizo su corazón saltar de alegría.
—No puede ser...
Astrid Stark se encontraba recostada en uno de los asientos mal gastados de la camioneta con su rostro pálido y rasguñado, su contextura física se encontraba mucho más delgada de lo que su hermano la recordaba. De verdad Tony creyó que ella estaba muerta.
Se acercó al cuerpo de su hermana completamente asustado.
—Jarvis, signos vitales— habló Stark esperando una respuesta de su fiel amigo. La demora de la contestación hacía que su desesperación aumentara y que las esperanzas nuevamente flaquearan— ¿Jarvis?
—Hay pulsaciones señor, pero son leves
La alegría del moreno fue imposible de contener. Se abrazó con fuerza al débil cuerpo de su hermana mientras lloraba y reía de alegría. Al oír dicha celebración el equipo corrió a su dirección encontrándose con la tierna escena. Incluso Natasha se vio conmovida.
—¡Está viva Nat!— gritó Stark— ¡Mi hermana está viva!
Los agentes llegaron y con cuidado pusieron a Astrid en la camilla plegable que habían traído. Tony no dejaba de ver emocionado el cuerpo de la joven, al cuerpo de la chica que por tanto tiempo estuvo buscando.
Tony antes de irse revisó el lugar, pero sólo encontró basura y algo que le llamó la atención.
Una cámara.
La tomó en sus metálicas manos mientras Jarvis la analizaba, no había nada extraño, sólo era una cámara de grabación común y corriente.
Rápidamente se encaminaron al quinjet en donde la chica fue atendida con lo poco que llevaban, eso quería decir que sólo tenía una bolsa con suero conectada al brazo y unos parches especiales para regular su presión arterial.
Cuando Iron Man entró en la nave se deshizo de su traje despegándolo de él, luego se dirigió donde estaba su hermana recostada, pasó una mano sobre su pálido y frío rostro mientras sonreía.
—Ya estás aquí Tris— susurraba al borde de las lágrimas— Te llevaremos a la base y te pondrás bien...Te lo prometo— dijo besando la delgada mano de su hermana.
El viaje fue prácticamente a velocidad luz. El ingeniero avisó a la base las buenas noticias haciendo que la alegría abordara el cuartel, incluso el director Fury se alegró por la novedad. Stark se encargó de pedirle a un equipo de emergencia, incluyendo a su buen amigo Bruce Banner, que esperaran en el hangar para llevar a Astrid a revisión inmediata.
Tony le agradeció a Romanoff y al resto del equipo por su ayuda y apoyo en la misión, sin dejar de celebrar que había sido un éxito rotundo.
Aunque en la cabeza del millonario rebotaba la incierta pregunta de qué es lo que había en esa cámara.
Cuando el quinjet llegó a suelo norteamericano las rampas de este bajaron fugazmente mientras el equipo y el mismo Tony Stark bajaban al cuerpo de su hermana en la camilla. Divisaron a unos metros al doctor Banner enfundado en su bata blanca con un grupo de enfermeras.
Pero antes de cualquier protocolo, Banner de acercó a su amigo para abrazarlo con efusividad.
—Felicidades Tony— decía palmeando su espalda— La trajiste de vuelta.
Luego de las lindas y conmovedoras palabras corrieron con Astrid al box de emergencia para ver que sucedería con ella. Cuando llegaron las enfermeras le impidieron el paso al mayor de los Stark, el cual entendió y se limitó a esperar en los asientos de espera ubicados en el pasillo.
La demora de Bruce Banner hacía que el se preocupara un poco, pero el recordar que su hermana estaba viva hacía que toda su angustia se esfumara.
Usó su holopad para avisarle a sus compañeros que su hermana ya estaba en emergencias y ellos se dispusieron a acompañar a su amigo en la espera.
La primera en llegar fue Natasha Romanoff la cual al ver a Tony corrió en su dirección con una sonrisa.
—Hola...¿Y qué tal todo?— preguntó. Tony se puso de pie.
—Pues...Entró al box hace un rato pero no han salido para avisarme que sucede— hizo una mueca. Su amiga sonrió poniendo una mano en su hombro.
—Tranquilo Tony, ya verás que estará bien— Stark sonrió hacia las cálidas palabras de la rusa.
Segundos más tarde el Capitán, Thor y Clint Barton llegaron a la sala de espera expectantes.
—¿Qué sucede? ¿Cómo está Astrid?— preguntó Clint primero. Tony suspiró pesadamente.
—Ya están atendiéndola pero no han salido para dar noticias— sonrió a pesar de su incertidumbre
Pasaron diez minutos, que para Tony fueron eternos, antes de que la puerta de la sala de enfermería se abriera dejando ver al doctor Banner. Todos voltearon alertas y emocionados con grandes sonrisas en el rostro esperando la respuesta.
El único que no tenía una sonrisa en su rostro era Bruce Banner.
La cara de Tony Stark se desfiguró completamente al ver la expresión de su amigo. Le dolía en su corazón pensar que algo andaba mal.
—¿Bruce...? ¿Hay algún problema?— la voz de el millonario a penas alcanzó a ser un tembloroso susurro— ¡Qué si pasó algo Bruce!— el silencio del doctor hacía más tenso el momento, haciendo que Tony comenzar a a perder los estribos.
—Le hicimos un chequeo general— comenzó explicando— Su pulso mejoró con la aplicación del suero, la fiebre que comenzó a tener disminuyó...Pero...Hay algo que nos preocupa.
El científico extendió un holopad y agrandó una imagen haciéndola visible para todos.
—Éste es el cerebro de Astrid— señaló— Nos dimos cuenta que a pesar de todos los tratamientos que le apicamos ella no...Despertaba
—Investigamos a fondo y encontramos algo que...No esperábamos.
El doctor amplió la imagen que se encontraba proyectada haciendo enfoque en una parte específica.
—Éste es el lóbulo temporal de Astrid— dijo señalando dicha parte del cerebro.
—¿Qué es eso?— apuntó la agente Romanoff una cierta parte de dicho lóbulo.
—Ese es el problema— suspiró— Encontramos algo en el lóbulo temporal. Es una especie de...Micro-implante.
El silencio inundó el pasillo completamente. El dolor en el pecho de Tony Stark volvió y sintió el peso del mundo nuevamente sobre él.
—Explícate— ordenó el Capitán Rogers en tono serio
—El micro-implante que Astrid tiene en su cerebro contiene la sustancia que ella fue a buscar...El Neuranio.
El ingeniero junto a su equipo comenzó a desesperarse y a temer por las siguientes palabras de el doctor.
—¿Quieres decir que en donde la capturaron le aplicaron la dosis de Neuranio?— preguntó Stark al borde de la desesperación.
—La verdad es que sí...Pareciera que su sistema nervioso estuviera detenido, es como si el Neuranio se hubiera apoderado de ella...
—¿Pero cómo resistió todo éste tiempo?— preguntó el dios del trueno rascando su barbilla.
—Eso se debe a su estado físico. Durante todo el tiempo que Astrid estuvo perdida su salud fue empeorando poco a poco hasta dejarla...Así.
—El Neuranio hacía que se debilitara...— susurró Barton acorde a los pensamientos de Bruce.
Tony no lo lograba entender. El Neuranio fue robado y utilizado para crear soldados mejorados y totalmente caóticos ¿Por qué a Astrid no le pasó eso? ¿Por qué le había pasado todo lo contrario?
—¿Y cuál es el plan de acción?— preguntó Tony casi en una súplica.
Banner suspiró guardando el holopad en su bolsillo.
—La verdad hay una sola solución...Debemos quitarle el implante de Neuranio.
Stark se llevó las manos a la cabeza con desesperación.
—¿Estás diciendo que quieres abrir el cráneo de mi hermana y revólver su cerebro? ¿¡Es eso!? ¡Estás loco! ¡La vas a matar!
Steve Rogers se vio obligado a sujetar a su amigo por los hombros e intentar calmarle.
—Tony se que suena peligroso, pero es la única opción. Si dejamos el implante en su cerebro el Neuranio se la comerá viva. Al menos podemos intentarlo...
—¿Intentar? ¿¡Intentar!?— Lo interrumpió Tony gritando— ¿¡Crees que mi hermana es un maldito experimento!?
Ahora Thor tuvo que ayudar al Capitán para sostener al millonario que se encontraba desesperado.
Bruce Banner se limitó a suspirar pesadamente.
—Lo siento Tony, es la única opción que tenemos— le dijo suavemente.
—Tony— le llamó Romanoff— Cada segundo que pierdes discutiendo es un segundo menos de vida para Astrid.
Las palabras de la rusa hiceron que algo se revolviera dentro de Stark. Ella tenía razón, pero su corazón le dolía el sólo pensar que toda su misión sería en vano si no intentaban salvarla, después de todo Banner era su amigo de confianza y sabía que si le decía que había una posibilidad, de verdad la había.
Stark al final sólo se limitó a asentir.
Bruce le extendió unos papeles que tenía previamente preparados para que Tony firmara.
—Vamos a operar en su cerebro...Necesito tu autorización— explicó.
El hermano de Astrid tomó dudoso la tableta con los papeles, leyó unas cuantas líneas con el corazón en la mano, hasta que con dedos temblorosos firmó. Posteriormente le entregó las hojas a su amigo el cual se retiró para comenzar la operación.
Banner aseguró que la operación era bastante larga y que iban a demorar, cosa que a Tony le importó muy poco. Dentro de todo el tiempo de espera sólo pudo ver a su hermana una vez, y eso fue cuando la llevaron al quirófano. Con los nervios de punta se dejó caer en la silla de espera, su corazón no dejaba de palpitarle aceleradamente, como si se fuera a salir, era un dolor indescriptible que a pesar que sus amigos estaban ahí, sólo él lo lograba entender, estaba dispuesto a darlo todo por que se salvara y prefería ser él quien estuviera en la camilla y no ella.
Las horas pasaron de indudable suplico. Los Vengadores se quedaron la mayoría del tiempo con su amigo, regalándole palabras de ánimo y de aliento. También llegó Pepper Potts a la situación, la cual al ver a Tony en ese estado se le partió el corazón.
—Tony— susurraba para calmarle mientras acariciaba su rostro— Va a estar bien...Astrid va a volver con nosotros.
—Es lo único que quiero...— decía él reteniendo sus lágrimas.
Dentro de todo ese tiempo llegó alguien a la sala que nadie, menos Tony, esperaba ver.
Su alta contextura, su tez blanca y ojos redondeados hicieron la diferencia con el resto de las personas haciendo sobresaltar a Stark.
—¿Dónde está ella?— dijo con voz firme mientras agitaba su cabello.
Tony se puso de pie consiente de lo que iba a enfrentar.
—Sarah, te lo puedo explicar yo...
—No— Lo detuvo cortante poniendo un dedo frente a él— Sólo dime dónde está— Stark suspiró rendido.
—En el quirófano— la mujer bufó- Tiene un problema en el cerebro...Pero ya está en proceso...
—Lo sabía— decía ella con voz quebrada mientras caminaba de un lado a otro nerviosa— Supe desde un principio que dejarla contigo era un error, ¡Un error!
El equipo junto con Pepper Potts se vieron muy incómodos y fuera de lugar ante la situación que decidieron retirarse y volver después.
La mujer, mejor dicho Sarah Woods, había sido una muy buena amiga de la difunta María Stark, eran como hermanas y habían tenido mucha participación en la crianza de la menor de ellos, había sido como una tía más. Cuando sus amigos fallecieron Woods estuvo dispuesta a hacerse cargo de ambos jóvenes, cosa que Tony Stark no aceptó y eligió valerse por sí mismo. Por otro lado, Astrid escogió quedarse con su tía Sarah, la cual se convirtió en su segunda mamá.
Pero el tiempo pasó y la joven Stark iba creciendo, conoció la soledad de la casa muchas veces por la falta de su hermano, así que cuando cumplió su mayoría de edad viajó a DC y entró a la Academia de cadetes de S.H.I.E.L.D de cual salió bastante reconocida ganándose un puesto en las filas de los mejores agentes en Nueva York. Pero toda esta aventura siempre fue rechazada por Woods, no porque no quisiera dejar a Astrid, si no porque tenía miedo de que su hermano no supiera cuidarla. Se había perdido gran parte de su crecimiento pasando a ser casi un desconocido. Aunque al final la decisión la tomó la joven, eligiendo vivir con su hermano.
A pesar de esto, Astrid nunca llegó a separarse de su tía, siempre la visitaba y la llamaba. Ella nunca dejó de quererla.
—Perdóname por favor— rogó Tony haciendo que Sarah se sorprendiera— Se que sienpre tengo buenos argumentos para atacarte pero hoy no...Me equivoqué lo reconozco.
—Eso es bueno— señaló la mujer sin expresión.
—Le quité el ojo de encima un segundo y...Y se me perdió. Se que la quieres mucho, yo también, pero pase lo que pase quiero que sepas que reconozco mi error y...Sí, tú la cuidaste mejor que yo.
La sinceridad de el moreno hizo que Sarah meditara unos segundos.
—Quiero que me des un lugar aquí— dijo Woods sin más.
—¿Qué cosa?— cuestionó Stark totalmente confundido.
—Lo que oyes. Cuando Astrid salga de ese maldito quirófano en que la metiste, por que confío en que saldrá de allí, seré yo quien la cuide. No quiero que tus enfermeras bien pagadas rodeándola de mimos y cosas, será su tía Sarah quien la atienda.
El creador de Iron Man no tuvo más opción que aceptar, ya que quien mejor que ella para cuidar a su hermana. Además, si le decía que no, quizás Sarah lo patearía.
—De acuerdo, puedes quedarte en el ala Vengadores que es privada y exclusiva para nosotros, no hay gente paseando por ahí— la mujer asintió complacida.
—Correcto Stark— ella señaló a sus espaldas— Iré por mis cosas. Cualquier cosa que pase me la harás saber de inmediato— dijo más como una orden que una petición. Dicho eso se retiró.
Tony dejó salir el aire de sus pulmones que había estado reteniendo una vez que la imponente mujer se fue. Cada vez que Tony la veía le producía escalofríos.
Unos minutos más tarde el equipo volvió a reunirse en la sala de espera. Habían pasado cerca de cinco horas desde que Astrid había entrado al quirófano con Banner. Clint Barton le trajo unas papas fritas a Tony junto con un refresco, ya que desde que volvieron de la misión no había ingerido alimento alguno.
El hambriento ingeniero se devoró la chatarra en cuestión de segundos haciendo que a sus compañeros y que a su novia le salieran unas risas. Por lo menos algo lo tranquilizó un momento.
Entonces llegó la hora.
La blanca puerta del quirófano se abrió lentamente mientras dejaba ver al doctor Banner mientras se secaba las manos recién lavadas en su delantal. Todo el equipo se puso de pie en sincronía acercándose al doctor que miraba a la nada sin expresar algo específico.
—Bruce...— susurró Tony— ¿Cómo fue la operación? ¿Salió bien? ¿Cómo está Astrid?
El pesado y lento suspiro del experto hizo que Tony comenzara a desesperarse. El silencio de la sala hacia que sólo se pudieran oír los fuertes latidos de los presentes.
—En todos mis años de trabajo nunca creí que diría esto pero...Tengo una buena y una mala noticia.
Stark cerró los ojos con fuerza ante esas palabras, quería volver el tiempo atrás y no haber dejado a Astrid salir, si lo hubiera hecho no estarían en ésta situación de vida o muerte.
—De acuerdo...Dinos la buena primero— dijo Tony con la voz apagada, con pocas esperanzas otra vez.
—La buena noticia es que logramos sacar el implante, fue algo difícil y peligroso, pero lo logramos.
Los suspiros de alivio de los Vengadores se escucharon, menos el de el millonario que permaneció en silencio consciente de que tambien había algo malo que decir.
—Okey...¿Y...Y la mala?— la voz de Tony tembló en todas las palabras que pronunció dándole paso a Bruce Banner.
—Cuando quitamos el implante el cuerpo de Astrid entró en una especie de shock; su pulso aceleró y la presión saltó por los aires. Estaba al borde del ataque cardíaco...Fue como si su cuerpo ya se hubiera acostumbrando al Neuranio y al quitarlo...Estábamos arrancando una parte de ella.
—Estoy confundido— habló el Capitán sacudiendo la cabeza— ¿A qué quieres llegar con todo esto?— Banner suspiró.
—Ella se debilitó demasiado al punto en que...Tuvimos que inducirla a un coma.
Otra vez y dolorosamente la sala volvió a quedar en silencio. Tony Stark comenzó a tener un ataque de ansiedad, su respiración era agitada y su corazón palpitaba a mil por hora. Tuvo que dejarse caer por la pared hasta llegar al suelo donde comenzó a llorar.
—No...-susurraba en sollozos— No...¡No es cierto! ¡Esto no puede pasarme! ¡Mi hermana...Mi...Mi hermana!
Pepper Potts tuvo que agacharse a su altura para consolarle mientras él apagaba sus llantos contra el pecho de la colorina.
—Lo siento Tony...— decía Bruce apenado— Pero era eso o que muriera en un ataque cardíaco.
Natasha se acercó a Banner y posó una mano en su hombro, sabía que a él también le dolía el hecho de no poder hacer más por su amigo.
—Tranquilo Bruce, lo entendemos...— decía ella con calma.
Cuando Stark hubo calmado un poco sus llantos se puso de pie secando su rostro, como si nada hubiera sucedido antes.
—De acuerdo...Vamos a enfrentar esta situación— dijo intentando hacer firme su voz nuevamente— No les niego que me parte el alma...Pero...Astrid haría lo mismo en mi lugar.
Nadie respondió ante esas palabras, pero en los pensamientos del equipo, todos estaban de acuerdo con Tony.
—¿Puedo...Puedo pasar a verla?— preguntó temeroso el hermano mayor de Astrid. Bruce asintió lentamente.
—Claro
Tony siguió al doctor hacia la sala en donde su hermana estaba, una cortina tapaba la camilla de ella así que no podía distinguirla. Banner le dio una mascarilla por seguridad y corrió la cortina. A pesar de eso, Tony no vio nada debido a que el rostro de su hermana también estaba cubierto. Bruce tomó con cuidado la sábana y lo descubrió.
—Tris...— susurró su hermano apunto de llorar.
Al ver el cuerpo pálido e inmóvil de ella cayó de rodillas al suelo mientras lloraba apoyado en una esquina de la cama. Tomó la mano de la joven con sus temblorosos dedos mientras la acariciaba lentamente.
—Perdón hermana— susurró tocando la mano con intravenosas conectadas— Soy un pésimo hermano mayor...Te descuidé demasiado...Y teníamos que llegar a esto para darme cuenta— sorbió su nariz.
Tony miró a sus espaldas donde sus amigos observaban afuera de la sala.
—Pero confío que quizás con dificultad logras oírme, y quiero decirte, bueno, más bien pedirte que...Que luches. Lucha hermana, como siempre lo has hecho, sé que te vas a levantar y saldrás de ésta maldita cama a patearle el trasero a esos desgraciados...—secó sus lágrimas con la palma de su mano— Estaré para ti, el equipo estará para ti, incluso Sarah...Tu tía Sarah— él rió inconsistentemente— Te amo hermana...Te amo.
Tony se levantó soltando con mucha dificultad la mano de su hermana, no quería separarse de ella, pero debía hacerlo. Aún habían cosas que investigar sobre el caso de Astrid.
Y por ella iba a hacerlo, iba a averiguar que le sucedió y a asegurarse de que pagaran.
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WOOOOOOW
MIREN QUIEN LLEGÓ
Primer capitulo completo!
Perdón si los aburrí con los cortitos jeje, pero había que hacerlo.
Bueno dejenme saber en los comentarios que creen que suceda con Astrid o que esperan que suceda 😱
Perdón si hay faltas ortográficas xd igual soy humana.
Así que...Que comience el juego...
Natalia x
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