𝟏𝟐

𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐝𝐨𝐜𝐞

La varita por las coronas
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                                        EN AQUEL MOMENTO, Will sentía muchas cosas. Sentía ira, decepción y era un sin fin de emociones difusas. La pelea ya se estaba empezando a desarrollar, pero su cabeza había bloqueado todo sonido.

¿Nunca les a pasado que están en una situación tan irreal, donde la persona a la cual más confiaron termina demostrando que es igual al resto, por lo que su cabeza decide desconectarlos de la realidad para evitar aún más daños?

Bueno, eso justo le estaba pasando, aún no podía procesar cómo el día antes estaba con Harry, mirando las estrellas y jurando llevarlo a Auradon, y ahora, estaba atado en un barco, donde su cabeza y la de su hermano tenía un solo valor: la varita.

Esto era una situación tan retórica, por un momento había pesando que el villano realmente cambiaría por amor. Esas cosas no pasaban, esto no era una novela cursi para adolescentes tristes, esto era su vida real.

Era estúpido como había caído tan rápido en los encantos del pirata, sin pensar en que esa era su especialidad, engañar, robar y traicionar, porque eso hizo Harry Hook con él, lo enredó, le robó su corazón y luego lo desechó cuando obtuvo lo que quiso.

Es curioso como el corazón nos ciega a veces, como a veces amar a alguien nos pone una venda y no nos deja ver más allá de la nariz de la otra persona.

Pero no podía seguir lamentándose más, debía afrontar y volver a su realidad. Una realidad donde justo ahora, el que considero el amor de su vida estaba empujando a su hermano hacia la borda, mientras que a él, lo mantenía atado a su lado.

Parpadeó varias veces y observó a su al rededor, se había perdido tanto en su crisis de adolescente que no notó su al rededor ¿Qué diablos estaba pasando? ¿Por qué todos cantan?

Se giró a ver a su hermano ¿Por qué demonios canta sobre darle una oportunidad a Uma? ¿Qué el idiota no veía que la loca esta los tenía secuestrados? ¿Acaso él era el único que estaba realmente dándole importancia al asunto?

Suspiró y por fin se dignó a mirar a su al rededor. Casi todos sus amigos estaban peleando contra los piratas, todos, ¡Incluso Millar! ¿Qué hacía Millar ahí?

—¿Millar? —Dijo más para sí mismo.

Harry, al escucharlo gruño bajamente y lo pegó más a su cuerpo, esta reacción no pasó desapercibida del rubio, más aún así no se alejó.

Inhaló, Harry siempre olía a su perfume barato que de alguna forma lo hacía oler bien. Cerró sus ojos, ¿Qué tan humillante lo hacía actuar estar enamorado?

Abrió sus ojos nuevamente y volvió a mirar a su al rededor, encontrando a Millar, quien había dejado de pelear con los piratas al verle. Conocía esa mirada, era de esas que le daba cuando le suplicaba que hiciera algo por él.

Sabía que quería, sabía lo que le estaba pidiendo, más aún así no lo hizo. Aparto la mirada de su amigo para mirar a Harry, este aún sostenía a su hermano en la plancha del barco, también observaba a Millar, pero había odio en sus ojos azules.

Bajo la mirada para ver a William, este de inmediato quitó la mirada con dolor y giró para ver cómo Mal estaba con la varita en sus manos y había 'hechizado' a Chico.

—Este chaleco me hace ver mal. —Dijo el perro.

El rubio arrugó la nariz con diversión y bufó con risa.

—Bien. ¡Ahora dame la varita! —Exigió Uma.

—¡Ellos primero! —La de cabellera morada los señaló.

Uma gruño y se giró para ver a Harry, haciéndole señas. El pirata refunfuñó y encaminó a ambos hermanos hasta donde estaban ambas mujeres.
Ambas extendieron la mano, Mal agarró a Ben y Uma estuvo a nada de agarrar la varita, pero la chica lo detuvo.

—Falta William. —Exigió ella, señalando al rubio que estaba atado al lado de Harry. —Dámelo.

—Harry. —La morena se giró a verlo, en su voz había advertencia, haciendo que Hook chasqueara la lengua.

Miro una vez más al rubio y con su garfio tomo el mentón del chico. Ambos se miraron y Will sintió de nuevo su corazón latiendo tan dolorosamente en su pecho.

El pirata sin decir nada, se inclinó y dejó un beso en la comisura del labio de William para luego susurrarle al oído.

—No me olvides, por favor. —Le dijo el pelinegro con súplica. —Iré por ti, así que espérame.

Dicho eso, y dejando helado al rubio, lo entrego a Mal, quien rápidamente le dio la varita a Uma y empujo a William a los brazos de su hermano mayor.

—¿Estás bien? —Le preguntó Ben.

Él simplemente asintió, mientras veía fijamente a Harry. Rápidamente todos empezaron a huir, fue entonces cuando Uma notó la varita falsa y el caos se desató de nuevo.

—¡Millar llévate a Will! —Le ordenó Ben, mientras lanzaba a su hermano a los brazos del otro rubio.

El hijo de Pan sin preguntar, tomó al menor de los Bestia del brazo y lo empezó a arrastrar hacia un túnel.

William por su lado, por más que deseara kk hacerlo, su corazón le impedía seguirle, por lo que, estaba siendo literalmente llevado a rastras por su amigo, mientras él buscaba con desespero la mirada de Harry.

Antes de poder lograr entrar al túnel, presenció como Harry y Jay peleaban con las espadas. Entro en pánico al ver a su hombre perder la pelea.

—¡Jay no lo lastimes! —Le gritó mientras se intentaba soltar del agarre de Millar.

Aquel grito desorientó a ambos jóvenes y tensó el corazón de Millar, quien apretó su agarre y terminó por arrastrar a William dentro de túnel. Esa fue la última vez que Bastian vio los hermosos ojos azules de Harry.

—¡Millar suéltame! —Le suplico, mientras su amigo lo arrastraba por el túnel.

Este no hizo caso, y continuó llevándolo hasta llegar a la limusina, fue entonces cuando Pan lo empujó contra el automóvil, mirándolo con dolor en sus ojos.

—Debo volver. —Intentó acercarse de nuevo al túnel pero Millar lo detuvo y lo empujó de nuevo hacia la limusina. —¡Millar déjame ir, lo van a lastimar!

—¡William ya basta! —Le gritó él, tomándolo por los hombros y sacudiéndolo. —¿Qué no lo ves? ¡Él te traicionó! ¡Es igual a su padre, te vendió por la varita!

Le gritó el rubio más alto, sacudiendo al menor cual muñeco de trapo, intentando desesperado que el chico al que amaba, entrara en razón.

—¡Suéltame idiota! —Le gritó de vuelta, empujando a su amigo lejos de su cuerpo. —¡Tú no sabes absolutamente nada de él!

—¿Y tú si? —Cuestionó al borde de la crisis. —Te estas volviendo igual a ellos William. —Añadió, llevándose las manos al cabello con desespero. —Y todo gracias a ese maldito pirata, el muy...

—¿El muy qué, Millar? —Dio un paso al frente. —Dilo, y juro por Dios que seré yo quien te rompa la cara.

El de apellido Pan no dijo nada por la impresión, Will jamás lo había confrontado, y menos por alguien más.

—Veo que ya escogiste. —Murmuró, intentando que la voz no se quebrara.

—Sí, y lo escogí a él. —Le respondió con firmeza.

Fue entonces cuando los demás llegaron, y todos se subieron rápidamente a la limusina.

—¡Arranca, arranca! —Insistió Mal, mientras el transporte empezaba a andar.

La limusina arrancó y con rapidez se empezaron a alejar a ahí. William volvió a desconectarse del mundo nada más sentarse, y simplemente se dedicó a mirar por la ventana en silencio.

Todo había pasado tan rápido y en solo cuestión de días, le habían enamorado y roto el corazón el un periodo de tiempo tan corto, que su cabeza apenas podía canalizar sus emociones.

Cerró sus ojos cuando los sintió aguarse, se llevó una mano al pecho, le dolía tanto que sentía que le reventaría el corazón de tristeza. ¿Así se sentía el desamor el primer amor? Vaya mierda.

Abrió sus ojos al sentir una mano apretar la suya, se giró a verle, su hermano lo miraba con esa mirada paternal que siempre le daba cuando algo lo hería. Le devolvió el agarre y simplemente miró por la ventana otra vez.

Cuando la limusina llegó, y todos bajaron, William fue el primero en prácticamente salir corriendo directo al castillo. Sentía que iba a llorar en cualquier segundo y no dejaría que nadie lo viera en ese estado tan deplorable.

Millar intentó seguirle, pero Ben lo detuvo, negando.

—Yo hablaré con él. —Le dijo el mayor de los hermanos, antes de disculparse con Mal.

Ella lo entendió, de toda formas, Mal tampoco tenía muchas ganas de hablar en ese momento.

⋆⁺₊⋆ ☾ ⋆⁺₊⋆ ☁︎

La puerta de la habitación de William sonó, más este no se levantó a abrir y simplemente gritó un: "¡Largo!"

—¿Willy? Soy yo. —Dijo Ben, tocando de nuevo la puerta. —Enano, ábreme por favor.

El rubio más joven dudo un poco, pero luego de unos cuantos segundos de silencio, a paso pesado abrió la puerta para dejar entrar a su hermano. William no se veía en sus mejores fachas, tenía los ojos hinchados y su rostro enrojecido por el llanto.

Ben suspiró y con delicadeza, tomó la mano de su hermano menor para guiarlo a la cama, ahí, ambos se sentaron y el mayor lo fundió en un abrazo.

—Hazlo, sabes que jamás te juzgaría Will. —Le dijo con voz paternal, acariciando su cabello con el amor más grande.

No tuvo que decir más cuando William empezó a llorar como un bebé en su pecho, se sentía tan mal, llámenlo dramático o lo que ustedes quieran, pero nadie negara que el primer amor duele como ningún otro.

—¿Por qué tuvo que pasarme esto a mí? —Cuestionó entre vulnerables sollozos. —Solo quiero olvidar.

Ben no dijo nada en su momento, simplemente lo abrazó con más fuerza. Nunca en todos sus años de vida, vio a su hermano tan débil, William no era de llorar, era de tragarse sus sentimientos y seguir adelante. Pero ahora...

—Ya no quiero amarlo más. —Se aferró a su camiseta. —Ya no quiero estar sufriendo, me duele.

El menor se alejó del pecho de su hermano y lo miró a la cara, observando sus ojos con súplica.

—¿Puedes hacerme olvidar? Por favor. —Suplicó. —Por favor.

El mayor de ambos se tragó su propio llanto al ver a su hermano en aquel estado, y con la misma delicadeza que tuvo su madre la primera vez que le rompieron el corazón, le tomó el rostro a Will, limpiando sus lágrimas.

—Lo sé Will, y no está mal que aún lo quieras. —Le dijo con suavidad. —Y va a doler, dolerá mucho, y dolerá un tiempo muy largo.

Ben suspiro, y junto sus frentes mientras seguía hablando.

—Pero ese dolor se irá algún día, y podrás seguir adelantar con tu vida. —Acarició con calidez su mejilla. —Por hoy, tienes permiso de quedarte aquí, y llorar todo lo que quieras

Se separó de él.

—Por hoy, tienes permitido incluso no ir al baile de esta noche, le mentiré a nuestros padres, me inventaré alguna excusa para que te dejen quedarte aquí. —Añadió. —Pero mañana, quiero que salgas con la frente en alto.

Le tomo las manos a su hermano, juntándolas y dejando un suave beso en ellas.

—Eres William Bastian Bestia, el chico más obstinado, orgulloso y el más valiente que conozco. —Le sonrió. —Y ese chico jamás, dejaría que algo como esto apagara su esencia.

Ben le abrazó de nuevo y besó su cabeza, consolando un rato más. Ambos hermanos pasaron tal vez una hora abrazados en la cama del menor, William acurrucado en su pecho cual bebé, y Ben tarareando alguna canción de cuna que su madre les enseñó.

Pasada esa hora, Ben tuvo que irse a arreglar para el baile, y William se quedó allí, acostado en su cama mirando el techo. Suspiro cerrando sus ojos, iba a ser una noche, muy larga.



























HOLA ¿me extrañaron? Yo sé que si. Perdón bebés, el estudio me consume, esto de ser adulto no es funny funny.

¿Les gustó? A mí en lo personal sí, siento que logré desarrollar bien la hermandad que tienen Will y Ben.

Gracias por leer 💋

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