𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐨𝐜𝐡𝐨

Un chico y un pirata
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                                         HARRY ERA CONOCIDO por haber heredado el mal carácter de su padre, siendo despótico, arrogante y frío con los demás, incluyendo a su progenitor. Pero, ¿quién creería que justo ahora estaría robando la comida que había hecho el capitán Garfio esa mañana para alguien más? Ni él mismo se lo terminaba de creer.

Su padre no es que cocinara del todo bien, pero era lo que había y si quería que su rubio no muriera de inanición mientras lo tenía en su guarida, debía hacerlo. Antes de ser atrapado, robó un par de sándwiches y unas manzanas para luego salir corriendo.

El Señor Smee claramente se percató de aquella situación, y no era el único. El propio Garfio lo había notado, pero lo dejaría pasar. Desde la noche anterior, el chico había llegado con la cara más boba posible, así que por ahora no diría nada al respecto. Ya habría tiempo para la charla entre padre e hijo.

Por otro lado, Harry corrió hacia su escondite, entrando en silencio para no despertar al rubio que aún dormía en el sofá. Había pensado en llevárselo al barco de su padre y mantenerlo oculto en su alcoba, pero era demasiado arriesgado. No solo alguno de los marineros podría entrar, sino que también había dejado su puesto desde ayer por la noche y Uma estaba buscándolo como desquiciada. Quería que le diera a su chico y Harry Hook no devolvía sus tesoros, no señor.

Esperó pacientemente a que el chico despertara, limpió su garfio, ordenó un poco el lugar y, luego de un buen rato, el rubio se dignó a abrir los ojos para que lo primero que se topara fuera la mirada azul de Harry frente a él, demasiado cerca. Aunque no le disgustara, debía mantener la compostura.

—Buenos días, bello durmiente. —Saludó el pirata—. ¿Tienes hambre?

William asintió en silencio, sentándose en el sofá y estirándose un poco. Hook le entregó el sándwich y la manzana, él ya se había comido los otros que trajo.

—Disculpa si no está bueno, mi padre no es lo mejor en la cocina.

—¿El Capitán Garfio cocina? —Preguntó burlón, dándole un mordisco a la manzana.

—Sí, aunque suene ilógico. —Meneó un poco la cabeza.

William se rió levemente ante aquello mientras se comía lo que le habían traído. Harry solo se quedó observando al vacío unos segundos, tenía que buscar alguna manera de no aburrir al chico y hacer que quisiera irse.

No dejaría que se fuera, no teniendo a Uma buscándolo, y mucho menos dejaría que ese rubio insoportable se lo llevara. Era suyo desde que lo vio en la peluquería y si tenía que ir en contra de su propia gente, lo haría. Pensó un poco, tal vez podría llevarlo a dar una vuelta por el otro extremo de la Isla. Si alguien los veía, les daría el suficiente tiempo para esconder de nuevo al rubio de Uma y los demás.

—Sígueme. —Ordenó, tomando al rubio del brazo y jalándolo hacia el exterior.

—¿Qué haces?

—Tranquilo, ricitos, no haré nada que tú no quieras.—Lo abrazó por los hombros, empezando a caminar.

Harry se rió ante el claro sonrojo que adornó las mejillas del rubio, quien de inmediato bajó la cabeza avergonzado. Esta vez no quería intentar huir, se sentía extrañamente cómodo en los brazos del pirata.

Alzó la mirada y se encontró con unos hermosos ojos azules que brillaban de emoción al verlo. Sintió cómo se le revolvía el estómago y juró que se había puesto más rojo que una fresa. Hook se burló de ello y le colocó su tricornio en la cabeza, riéndose aún más ante la mueca de disgusto.

—¿Acaso no lo lavas? —cuestionó al quitárselo y haciendo una mueca—. Huele a pescado.

—Disculpe, alteza. La huelga de basura ha durado más de un año y el agua no es la mejor.

William rodó los ojos con diversión. Ni siquiera sabía hacia dónde lo estaban llevando, pero se sentía seguro. Harry estaba siendo especialmente dulce a pesar de haberlo secuestrado dos veces el día anterior.

Ahora que lo pensaba, el pirata lo había raptado y él se sentía más tranquilo de lo habitual. Encogió los hombros, restándole importancia. Tampoco es como si se estuviera perdiendo algo muy importante, ¿verdad? La gente pasaba a su lado, mirándolos con impresión o desagrado, pero eso no parecía molestar a Harry. Más bien, parecía orgulloso de pasear con su "monedita" por las calles.

—Harry, ¿hacia dónde nos dirigimos exactamente? —Entrecerró los ojos.

El pirata señaló una torre de piedra en mal estado pero que no se estaba cayendo (milagrosamente)

—Parece la torre donde encerraron a Rapunzel. —Bromeó el rubio.

Harry movió la cabeza con diversión y tomó la mano de William para guiarlo hacia la entrada. Subieron las escaleras de caracol hasta llegar a la punta de la torre. Si bien William había observado vistas impresionantes, como cuando visitó a Aladdín y Jazmín en su palacio, lo que veía ahora tenía algo especial. Aunque la Isla no fuera el mejor lugar del mundo, no podía negar que en ese momento tenía un encanto único.

—Vaya vista. —Dijo asombrado—¿Cómo descubriste este lugar?

—Hace un tiempo. Es uno de los lugares donde puedo escapar de Uma.

—¿Te sofoca tanto?

Hook bufó, lo que hizo reír a William. El rubio se apoyó en la barandilla algo oxidada, observando las chozas y demás construcciones de la Isla.

—La vista es hermosa.

—Sí, lo es.

Pero no era solo la vista lo que Harry apreciaba, él observaba al rubio y cómo los primeros rayos del sol se reflejaban en su cabellera. Sonrió con ternura y se acercó hasta quedar a su lado, apoyándose también en la barandilla.

—¿No extrañas Auradon? —cuestionó, mirando al frente.

William lo pensó un poco. ¿Extrañaba Auradon? No, realmente no. Extrañaba a su madre y a su hermano, a Millar y a sus otros amigos.

—Extraño a mi familia... Tal vez no tanto a mi padre —meneó la cabeza negando.

El pirata se giró para mirarlo. Ahora que lo pensaba, jamás le había preguntado al rubio acerca de la vida que tenía en Auradon.

—¿Cómo es Auradon?

William también se giró para mirarlo. Ambos se quedaron en silencio, sumidos en sus propios pensamientos. Harry pensaba en cómo hacer que el rubio se quedara a su lado para siempre, mientras que Will pensaba en lo egoísta que se sentía al haber olvidado su plan de traer a más chicos de la Isla a Auradon.

—Bueno, para empezar, hay agua potable. —Bromeó, provocando la risa de Harry. —Es un lugar bastante bonito, aunque tiene sus defectos, por supuesto.

Harry levantó una ceja.

—Todos son... demasiado políticamente correctos. —dijo, mirando al frente de nuevo. —A veces, me agobia.

—Eres un príncipe. ¿Cuál es tu mayor preocupación? ¿Decidir qué tipo de filete cenarás hoy? —William frunció el ceño con molestia, miró de reojo al pirata y luego apartó la mirada hacia otro lado. Harry se dio cuenta de su error y empujó suavemente al rubio, intentando aligerar el ambiente.

—Jamás he estado a la altura de las expectativas de los demás. —Continuó Will. —Supongo que no soy tan perfecto como Ben. Soy lo que se considera un desastre.

El pirata frunció el ceño y, con su garfio, tomó el mentón del rubio obligándolo a mirarlo.

—Entonces eres desastrosamente perfecto para mí.

Las mejillas del chico se pusieron rojas. La cercanía de Harry lo hacía temblar como un conejo. El pirata se había acercado lo suficiente como para que sus respiraciones se mezclaran, quedando bastante juntos. William puso su mano en la boca de Harry cuando este tuvo la intención de besarle, riéndose al escuchar su gruñido.

—Tendrás que hacer más que eso si quieres un beso, pirata.

Se separó del pirata y salió corriendo, bajando las escaleras. Su contrario se rió y lo siguió.

—I know it might be crazy. —Comenzó Harry cuando bajaron de la torre, buscando al rubio. — But ¿did you hear the story?

—I think I heard it vaguely. —Respondió William, saliendo por detrás y asustándolo.

—A Boy and a Pirate. —Dijo Harry, quitándose su tricornio.

—Oh, tell me more, boy.—Respondió William, subiéndose a un muro de piedra. —Sounds like a fantasy.

—¿Oh, what could go so wrong, with a Boy and a Pirate? —Corearon los dos, mientras Harry bajaba al chico del muro, tomándolo de la cintura y dándole una pequeña vuelta.

—You're from the perfect paradise. —Señaló el pirata hacia Auradon. —And I'm living on the darker side.

—Ooh, I've got a feeling, if you get to know me. —Dijo el rubio, cruzándose de brazos con diversión.

—Right from the start you caught my eye —Harry le guiño el ojo. —And something inside me came to life.

—Someday. —Corearon.

—This could be, this could be ordinary. —Tomó la mano de Harry y empezó a correr con él.

—Someday. —Volvieron a corear juntos, sin importarles si empujaban a los demás transeúntes.

—¿Could we be something extraordinary? —Ambos se metieron en un pasillo, quedando frente a frente.

—You and me side by side (yeah, yeah) —Continuó el pirata, mirándolo embobado.

—Out in the broad daylight. —Corearon.

—If they laugh, we'll say. —Ambos volvieron a salir corriendo cuando vieron a los piratas de Uma.

—We're gonna be someday. —Harry cargó al rubio como un saco de papas para que no los atraparan.

William se rió, dejándose llevar por el pirata y sacándole la lengua a los otros marineros. Hook corrió lo suficiente como para perderlos, ocultándose en un callejón y bajando al rubio.

Ambos se miraron y soltaron una risa. Harry abrazó al rubio por los hombros y este apoyó la cabeza en su pecho. Por primera vez en mucho tiempo, William se sentía plenamente seguro con alguien.

Ame este capítulo 😭
Gracias por leer 🫶🏻