𝟎𝟐
𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐝𝐨𝐬
Mi chica es la razón
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COMO ERA COSTUMBRE, Will caminaba por los pasillos junto a Mal, escuchándola quejarse sobre la carga que sentía al intentar encajar.
Sin embargo, algo inquietaba a su cuñado. Cuando ella mencionó sentirse libre en la Isla, la curiosidad se despertó en él y creció aún más.
—¿Cómo es la Isla? -
—Preguntó de repente.
—Es... un lugar sin reglas ni restricciones, donde todos se conocen y nadie te dice qué hacer. —Respondió ella, girándose hacia él. — ¿Por qué lo preguntas?
—Por simple curiosidad —Asintió levemente.
Mal pareció satisfecha con la respuesta y continuaron su camino, hablando de cualquier cosa para distraer a la rubia de sus obligaciones. Sin embargo, esto no impedía que William reflexionara. Desde que habló con Millar sobre las batallas que su padre había tenido con el Capitán Garfio, y lo agradecido que estaba de que ahora estuviera en la Isla, su curiosidad había crecido. ¿Qué había más allá de la barrera? Esa era su mayor incógnita.
Se despidió de Mal cuando llegaron al cruce de los pasillos, sabiendo que debían ir a clases diferentes. A él le tocaba Matemáticas y refunfuñó, no porque fuera malo en eso, pero realmente detestaba la materia.
Desde que mezclaron el abecedario con los números, empezó a odiarla. No pasaba un día sin que culpara a la "x" en las ecuaciones por sus desgracias.
—¡Will! —Llamó alguien.
Se giró sobre su eje y le sonrió a Millar, quien corría hacia él con una radiante sonrisa.
—¿Cómo estuvo ayer? —preguntó, entrando al salón junto a él.
—Horrible, me sentí humillado en todos los aspectos posibles.
Millar se rió ante la expresión de frustración de su amigo y se sentó a su lado en los bancos.
—Will, lo que quería decirte ayer...
—Después, el profesor está llegando. —Interrumpió, señalando al hombre que entraba.
Su amigo asintió incómodo, dejando el tema morir una vez más. William se mordió el interior de la mejilla, deseando postergar esa conversación tanto como fuera posible. No sabía cómo rechazarlo y tampoco quería lastimarlo.
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Luego de las clases, Will y Millar salieron juntos para buscar sus cosas en los casilleros. Ambos iban en silencio, sintiéndose incómodos. La verdad era que el joven Pan quería confesarse, pero cada vez que intentaba hacerlo, su rubio amigo lo interrumpía, justo como ahora.
—Will, necesitamos hablar —pidió Millar con seriedad en su voz.
—¿Tú crees que el Capitán Garfio tenga un hijo? —preguntó Will, evitando por completo el tema anterior.
Eso desconcertó a Millar. ¿Por qué le importaría eso?
—No lo sé, y si es así, no me interesa —respondió mientras abría su casillero para guardar sus cosas. —¿Por qué lo preguntas?
William, quien imitó la acción de su amigo, carraspeó un poco antes de contestar.
—Me da curiosidad... ya sabes, la Isla.
Su amigo frunció el ceño. La Isla no era un tema de conversación bienvenido en Auradon. La mayoría prefería ignorar el hecho de que existían personas allí, hijos que no tenían ninguna culpa. Todos, excepto Ben. Y ahora parecía que su hermano seguía el mismo camino.
A Millar nunca le pareció una buena idea traer hijos de villanos a Auradon. De hecho, estuvo de acuerdo con Chad y Audrey en que era una mala idea, pero no lo decía en voz alta para evitar ganarse el odio de su amigo. William, por su parte, estuvo más que feliz con su llegada el año anterior, al punto de pasar la mayor parte del día con Mal. ¿Celos? Sí, y muchos.
—Pues que Jane no te escuche, o harás que le dé un infarto —bromeó Millar sin gracia, cerrando con fuerza el casillero.
—Pero en serio, Millar, ¿no te causa curiosidad saber cómo viven allá? —insistió Will, haciendo que su amigo rodara los ojos.
—No, Will, no me interesa sinceramente —respondió tajante, comenzando a caminar hacia su siguiente clase sin su amigo.
Will se quedó sorprendido por la actitud de su amigo y luego frunció el ceño con molestia. Cerró su casillero y decidió tomar otro camino. ¿Dramático? Un poco, pero quería que alguien satisfaciera su curiosidad y nadie parecía estar dispuesto a hacerlo aquí.
Hablaría con Jane después. Sabía que tal vez le causaría un ataque de nervios, pero era la única persona con quien podía hablar. Evie había evitado completamente el tema cuando le preguntó y jamás había cruzado más que un simple "buenos días" con Carlos y Jay. Pero esa conversación tendría que posponerse hasta después del entrenamiento de Tourney esa tarde.
Will no era muy fanático de los deportes, pero era eso o unirse a la banda, y la verdad es que no le gustaban los trajes que usaban.
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Llegaban tal vez una media hora corriendo al rededor de la cancha y sus piernas ya dolían demasiado. El entrenador les gritaba para alentarlos, pero estando bajo el sol de medio día, era imposible querer seguir.
—¡Vamos muchachos! —Les volvió a gritar.
Iba al mismo ritmo de Carlos, ambos eran igual de lentos y jadeaban cual perro sin agua.
—A entrenar mucho hemos ya marchado. —Comenzó Carlos, quien seguía jadeando.
—El estruendo es tal, sonamos cual ganado. —Refunfuñó de mala gana William, y los demás empezaron a corear con ellos.
Estos pobre pies
Que al ritmo ves
Inútiles ya son
—¡Hey! Hay que pensar, mi chica es la razón. —Chad interrumpió, ganándose la atención de todos.
—¿Qué? —William se detuvo, frunciendo el ceño.
—Lo he dicho ya, mi chica es la razón. —Repitió, abrazándole por los hombros, poniéndolo incómodo. —Que tenga pálido color, y brillo en su mirar.
—Mi chica debe de admirar, mi fuerza y mi valor. —Continuó Jay, flexionando los brazos.
—No importará que se pondrá, o si es muy fina, dependerá de qué cocina. —Carlos cantó con ilusión. —Res, puerco, pollo, Mm~ —Se froto la panza con hambre, haciendo reír a los demás.
—Muchas chicas te creyeron el más hombre. —Canto Jay, esperando a que lo siguieran.
—Les apuesto a que aman solo el uniforme. —Continúa William, recibiendo malas miradas por su pesimismo.
Adivinen que
Extrañamos más
Estando en acción
Si hay que luchar
Mi chica es la razón
Corearon los demás que entrenaban con ellos.
—Mi modo varonil de hablar, va ha emocionarla. —Desafinó Chad.
—Se cree un galán que va a matarla, bah. —Se burló Jay, haciendo reír a los demás.
Hay que gritar
Mi chica es la razón
Volvieron a corear todos al unísono.
No hay que olvidar
Mi chica es la-
_¿Pero que creen que están haciendo? _Los interrumpió el entrenador. —¿Esto es un club de canto? ¡Pónganse a jugar!
Y con ese grito, todos salieron corriendo en busca de su palo de torneo.
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Luego de haber entrenado y pasar unos largos 20 minutos de las duchas, salió fresco nuevamente. Ahora debía buscar a Jane.
Salió de los vestidores con su bolsa donde estaba el uniforme, y se encaminó en busca de su amiga. Cuando la encontró estaba de espaldas hablando con Carlos, ambos se veían igual de tensos por lo que interrumpir no parecía mala opción.
Camino hacia ellos y abrazó a su amiga por los hombros, sin ninguna mala intención.
—Jane, necesito hablar contigo. —Se giró a ver al contrario. —¿Me la prestas un momento Carlos?
—S-seguro. —Tartamudeó y no dijo nada cuando los vio alejarse.
Jane se despidió tímida del hijo de Cruella y siguió a su amigo, sin quejarse por el brazo en sus hombros.
—¿Que necesitas Will? —Preguntó ella.
El rubio se mordió el labio con nervios, sabía que le esperaba una riña por parte de Jane, pero ya no sabía con quien más hablar, su hermano estaba demasiado ocupado y no quería molestarlo más.
—¿No te da curiosidad la Isla?
Ella frenó de golpe.
—No, lo que sea que estes pensando, no. —Sentenció.
—Pero..
—Soy una de tus mejores amigas, y como una de tus mejores amigas, ¡Digo que esto es muy mala idea! —Lo señaló con un dedo de forma acusadora. —Se a donde van esas curiosidades, y no, no haremos eso.
—Vamos Jan, no es que estuviera pensando en irme a la Isla. —Hizo un ademán restándole importancia.
La mala mirada de su amiga lo hizo callar, para después sonreírle con nervios.
—Cambiando de tema, ¿Crees que Carlos me invite al baile?
—¿Quieres ir con Carlos al baile? —Cuestionó con una ceja alzada, para luego reírse al ver las mejillas rojas de Jane. —No tienes que esperar a que te invite, hazlo tú.
Ella le sonrió y asintió con decisión, sacándole una carcajada sonora a su amigo.
Perdónenme por el momento Disney que les di, no me resistí /Cry
Soy un asco para los musicales, no me juzguen. Gracias por leer ☀️
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