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CAPITULO CINCO
MALDITO COLOMBIANO
꥟
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tu maldito colombiano
sabía que me ibas a elegir 😉es solo un juego, mi amor
no tenés por qué enojarte
eres un idiota
—¿CÓMO DEJÉ QUE ME VIERA la cara de pendeja?—le dijo Cassandra a Alexandra, que estaba recostada sobre su brazo en la cama, mientras la veía pasearse de un lado a otro.
—¿Pero de qué hablaron?—le preguntó Alex.—Mi mamá me mandó unos audios justo en ese momento.
—Bueno, básicamente, no hablamos durante unos minutos. Después, él fue el que habló. Y me preguntó: '¿Recordás la primera vez que viniste?'. Sabía que yo tenía debilidad por esos recuerdos porque, obviamente, fue el primero que me gustó de verdad. Agh.—explicó la castaña, para después dejarse caer de espaldas sobre su cama.
—Entonces, ¿lo elegiste porque técnicamente se ganó tu corazón?—se burló Alexandra, jugando con uno de los mechones de cabello de su amiga.
—Algo así.
—Voy a decir esto de la forma más amable posible... eres una pendeja.—le dijo Alex, con una sonrisa burlona.
—No mames, gracias, para qué quiero enemigas si te tengo a ti.—le dijo Cass sarcásticamente, mientras se levantaba y se dirigía al vestidor.
—¿Estás emocionada por ir a España?
—Algo, lo malo es que no he conseguido hotel.—la castaña hizo una mueca, mientras se cambiaba su ropa por una camiseta y unos shorts de pijama.
—Cassandra.—le dijo en modo de advertencia.
—No me voy a quedar en el mismo hotel que él.—replicó Cass, parándose bajo el marco de la puerta y recargándose en él.
—Oh, vamos. No es como que vayan a compartir habitación.—bromeó Alex, sabiendo que broma no era broma.
—Pero ya bastante tengo con su mamada de hoy, como para tener que soportarlo tres días.—Cassandra entrecerró los ojos mientras miraba fijamente a su amiga.—Además, cuando lleguemos al hotel vas a salir con que 'yo compartiré habitación con Pablots'.—la castaña imitó la voz de Alex, haciendo que esta se sonrojara más que ofenderse.—y me dejarás sola con Peli.
—Cállate, yo no hablo así.—Alex le aventó la primera almohada que encontró.—Y me conoces, hemos sido amigas durante... ¿cuánto?
—Desde la secundaria.
—No nos hablamos durante cuatro años seguidos.—recordó Alexandra.
—Fue porque mis papás me enviaron a ese internado por quién sabe qué pendejada.—Cassandra se alejó de donde estaba y se dejó caer en su cama.
—Y ahora estás aquí.
—Y ahora estoy aquí.
—Y...—Alex alargó la vocal mientras se levantaba.—en una semana estaremos en España. Así que, levántate y haz tu maleta.—tomó las muñecas de su amiga y la jaló, intentando hacer que se levantara.
—Nooo.—se quejó la castaña, mientras se sentaba en la orilla.—Mañana con más calma.
—Eso me dices siempre y nunca lo haces.—la regañó, haciendo que Cassandra bufara.
—Bien.—soltó resignada.—Pero me vas a ayudar y después veremos la película que yo quiera.
—Agh, okay. Pero no vamos a ver 'Diez cosas que odio de ti'.—señaló Alex.
—Hecho.
A la mañana siguiente, Alexandra y Cassandra se habían quedado dormidas cada una en un extremo del sofá de la sala, mientras veían 'La Huérfana'.
Alexandra se despertó primero, ya que tenía el mismo horario de sueño que cierto colombiano... o bueno, más o menos.
La joven miró a su lado y sonrió levemente al ver a su amiga dormir tan plácidamente. Tenía una pierna fuera de la cobija, su pelo desordenado y la boca ligeramente abierta.
Y se le ocurrió una idea.
Comenzó a buscar su teléfono, palpando el área que ocupaba la cobija, antes de levantarla y tomarlo. Se quitó la cobija de encima, mientras abría la aplicación de cámara y comenzaba a grabar con la cámara trasera.
Se llevó los dedos a los labios, antes de enfocar a su mejor amiga por unos segundos. Se levantó del sofá y se dirigió a la cocina, para tomar un vaso de cristal. Dejó su teléfono grabando contra la cafetera junto al lavaplatos, antes de llenar el vaso por la mitad.
Sabía que Cassandra se enojaría con ella. Pero era su venganza por chantajearla.
Volvió a tomar su teléfono y se dirigió hacia el sofá, poniéndose detrás de donde su amiga se encontraba durmiendo. Enfocó momentáneamente su rostro, antes de regresar la cámara hacia Cassandra y verterle un cuarto del agua sobre la cara.
La castaña dio un salto, dando a entender que estaba despierta, mientras Alexandra empezaba a reírse histéricamente.
—¡¿Por qué hiciste eso?!—le gritó Cassandra, mientras se limpiaba la cara con la manga de su hoodie gris.
—¡Debiste haber visto tu cara!—se carcajeó su amiga.
—¡Cállate! ¡O te saco de mi casa!
—¡No te atreverías, Cassie!
—¡Por tu culpa, no podré saber si me besé con Bellamy Blake!
—¡No me eches la culpa, señorita 'me despierto todos los días temprano'!
—¡¿Y por qué me gritas?!
—¡Tú me gritaste primero!
—¡Tú me tiraste un vaso de agua en la cara!
—Ya en serio, ¿por qué estamos gritando?
—Yo te pregunté primero.
Ahora que ambas amigas dejaron su drama, Alex regresó a la cocina, con la castaña siguiéndola, y tiró lo que quedaba del agua.
—Como sea, ¿qué harás ahora?—le preguntó Alex, mientras se recargaba en la encimera.
—Bianca quiere que la acompañe a ella y a su amigo Adrien a comprar unas cosas.—le dijo Cassandra, mientras se quitaba la liga del pelo y se arreglaba el cabello con los dedos—. ¿Y tú, qué vas a hacer?
—Tengo que llevar a mi gato al veterinario, le van a poner algunas vacunas.
—¿No vas a hablar con el amor de tu vida?—Cassandra hizo un puchero falso, mientras miraba a su amiga sonrojarse.
—Cállate.
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