V

¿SUEÑO?

                        ASTARTE COMENZÓ a removerse incómoda, sus manos se aferraron a las sábanas de su cama, su pecho subía y bajaba con gran fuerza e intensidad, sus párpados cerrados se apretaron con fuerza y la pesadilla que estaba teniendo comenzaba a empeorar.

Edward estaba sentado en el sofá de su habitación, la miró al segundo tratando de indagar en su mente, allí solo pudo ver qué tenía un mal sueño. En si, los sueños de Astarte solían ser cambiantes y bastantes abiertos, podían tratar de cualquier cosa sin sentido pero aterraba lo reales que llegaban a parecer.

Para colmo, Princesa estaba del otro lado de la puerta rasqueteando con sus patitas, intentando entrar, algo que lo ponía nervioso y hacía bastante ruido.

Se quiso acercar preocupado, pero ella respiro una bocanada de aire y quedó mirando el techo unos segundos en blanco, parecía realmente asustada. La profesora se sentó en la cama y removió sus cabellos de su rostro, miró delante y dió un salto cuando notó su silueta.

Edward tragó en seco al notar su mirada, Astarte entrecerró sus ojos totalmente concentrada en notar quién era... Pero ella al segundo pensó en él mismo, en su alumno, se tapó con las mantas queriendo cubrir un poco más su cuerpo y se giró a prender la luz de su mesita de noche, al volver la vista el cobrizo no estaba.

Se sintió asustada, se levantó rápido para abrirle a Princesa que comenzó a ladrar yendo directo a la ventana, cerró la puerta y tomó a la cachorra que estaba alerta.

—No me dejes sola, no estoy teniendo una buena noche —Le pidió a la perrita antes de acostarse, dejándola a su lado.

El pequeño animal se recostó a su lado, Astarte abrazó a Princesa y trato de conciliar su sueño, en verdad su corazón latía demasiado rápido, entre la pesadilla y la imagen de su alumno en su habitación, creyó que estaba perdiendo la cabeza.

¿Había soñado con su alumno? ¡No, por Dios! Eso no podía ser.

—Duermete, Astarte —Se rogó a si misma queriendo no pensar en Edward Cullen, el adolescente al que le daba clases.

Mas se durmió pensando en él con Princesa a su lado que observaba la ventana tensa, la pequeña cachorra sentía el aroma del intruso.

Sin embargo, aún que haya querido pensar que era malo, sus ojos se cerraron pensando en los dorados de él, en su cabello cobrizo, en su piel pálida y labios rosados. Edward era la persona más atractiva que sus ojos hayan visto jamás. Un dulce chico de sonrisa encantadora.






























































                           —AQUI TIENE, profesora.

Astarte levanto la vista para tomar las hojas que le entregaba un joven muchacho castaño con una sonrisa, había tomado un pequeño trabajo para ver en qué temas les iba mejor y cuál comenzar a dar.

Todos parecían dispuestos a hacerlo, ya que la mayoría era competitivo y querían tener una estrella de Astarte. Esas pegatinas no eran nada, pero parecían premios Nobel para todos. Los incentivaba y ella se reía de su obsesión por tener una y presumirla.

Empezar a mitad de año porque el antiguo profesor se había jubilado fue difícil, pero agradecía que los alumnos eran bastante considerados con su primera semana laboral y la ayudaban un poco. Con ese día, ya había completado una semana exacta de trabajo.

Tomó su bolígrafo rojo, leyendo las respuestas que ella ya se sabía de memoria por mismos exámenes que tuvo en la universidad y ponía una tilde en las cuales estaba correcta, sin guardar el impulso de corregir las faltas de ortografía.

Era bastante exigente con la ortografía.

Al ver que era el mejor trabajo hasta el momento, puso una estrellita.

Tocaron la puerta e hizo una seña para dejar pasar a la persona, notó al profesor Emilio que entró disculpándose con una pequeña sonrisa.

—Astarte, quería pedirte un favor —Ella le sonrió incentivandolo a hablar —en dos días teníamos excursión con el anteultimo año, ¿Crees que podrías acompañarnos?

—Claro que si, prefiero tener un paseo que corregir tarea —Aceptó riendo ligeramente, gesto que él respondió —¿Debo venir a horario normal, una hora antes, o después?

—Una hora antes si es posible, iremos en dos autobuses —Le contesto con su usual amabilidad —Tú puedes ir en unos y yo en el otro.

—No hay problema, ¿Pero a dónde vamos? —Miró su reloj, comenzando a guardar sus cosas con calma porque el timbre estaba por sonar.

—A una huerta, también unas posibles paradas demás, ya sabes ¡Biología! —Festejó emocionado con su materia. Astarte sonrió con ternura.

—Bien, me encanta la idea —Aceptó justo cuando el timbre sonaba, miró a los alumnos —¡Dejen sus hojas aquí! Nombre y apellido, se los suplico, hasta que los aprenda —Hizo una mueca que hizo reír a los chicos.

—Hasta luego, profesora.

—Adios, profe Astarte.

—Nos vemos, maestra... la estrellita es mía ¿No? —murmuró en dirección a Astarte que resopló sonriente.

—es de Jessie y Jeremy hoy —señaló a los dos hermanos que salieron chillando.

—¡En sus caras! ¡tenemos estrella!

Ella los saludaba amablemente de vuelta y tomaba las hojas, el profesor Molina la espero para juntos ir a la cafetería. Puso todos los papeles en un foleo que guardo en su bolso, termino de juntar sus cosas y el otro profesor la ayudo.

—Gracias —Le sonrió agradecida y él le sonrió de misma manera. El profesor Molina era demasiado amable, incluso la había invitado a cenar con su esposa —¿Iremos solo nosotros?

—Si, los demás no pueden, en realidad no quería ponerte gran carga en tú primer mes, pero notamos que vas muy bien, mejor que muchos de nosotros —Alagó divertido, pasando entre medio de los alumnos.

—Bueno, cuando ya iba en medio de la carrera entre como preceptora en una escuela, allí aprendí a trabajar con jóvenes antes de entrar como maestra —Admitió viendo a los alumnos, tratando de ver que no haya algo fuera del reglamento.

Astarte abrió las puertas de la cafetería, algunos alumnos se callaron al verla entrar, entre ellos los Cullen que la miraron al segundo. Edward no podía esperar a tener clases con ella al día siguiente, estaba demasiado ansioso por tener su atención, por responder cada pregunta que ella haga y por ser el mejor alumno de su clase.

—Yo opino, que el profesor Phil le echó el ojo.

Los vampiros miraron a Jessica que habló señalando a la compañera de Edward, el cobrizo frunció el entrecejo mirando al profesor de música que había ayudado a Astarte a dejar sus cosas en la mesa.

—Oh, ohu —Emmett se burló —Yo que tú me apuro, Edd —Comenzó a reír pícaro, solo lo hacía para molestar a su hermano.

—No puede apurarse, tampoco es como si pudiera crecer, ya quedó así chiquito y Astarte no le da más que la tarea —Continuó burlón Jasper.

—Ya callense —Se quejó el vampiro, si veía a ese profesor más cerca de Astarte no le importaría romper la dieta para clavar sus dientes en su cuello.

—hey, respeta a tus mayores —Alice lo señaló fingiendo autoridad.

—si, comportate niño —Rosalie movió un mechón de su cabello y aguantó su sonrisa burlesca.

Mientras Astarte le agradecía a su compañero de trabajo sacando su almuerzo, nuevamente agradecía los dotes de Esme en la cocina que amablemente la había servido el almuerzo.

—¿Irás a la excursión? —Preguntó Phil curioso.

—Si, acepte. Así él tiene más tiempo si le doy mis dos horas de clase y yo no tengo que dar tarea —Admitio riendo suavemente.

—¿Ya dando tarea en tú primera semana? Vaya, sin miedo al éxito —Devolvio el chiste, Astarte negó divertida y miró a los alumnos de la cafetería.

Sus ojos observaron a la mayoría, hasta que frenó en la mesa de los vampiros que fingieron ver a otro lado o conversar entre ellos, excepto por Edward que la miró con su usual intensidad, tratando de buscar en sus pensamientos algo positivo.

Lo único que escuchó por parte de Astarte fue “es muy lindo”.

La maestra se mordió el labio de manera inconciente, el cobrizo le guiño el ojo con una pequeña sonrisa victoriosa y ella desvió la mirada, no podía seguir viéndolo y aceptar esos gestos de su alumno... Pero desde que esa noche "soñó" con él no podía pensar en otra cosa.

“es tú alumno, basta” se recriminó volviendo la vista al profesor de biología que le saco un tema de conversación sobre su viaje al día siguiente.

Tal vez solo confundía la amabilidad y confianza de Edward con algo más. No era la primera vez que le tocaba un alumno que bromeaba con amarla. Siempre había un bufón que la alagaba y ella se burlaba de eso. Era profesora pero no una vieja amargada. Era joven y también le gustaba bromear con sus alumnos. Le gustaba que la vean como una amiga y no como una autoridad.

Sin embargo, Edward le provocaba sensaciones diferentes.

—Esta nerviosa y confundida —Delató Jasper, poniéndole un poco de seriedad al asunto —Fuera de chistes, Edward, lo tienes complicado.

—Ya lo sé —Suspiró cruzandose de brazos —Debo aprovechar este tonto viaje pasado mañana.

—pues hazlo rápido, mientras, tú tienes en la mira a la profesora Robert, Isabella te tiene en la mira a ti —Recriminó Rosalie.

Edward miró a la castaña humana y notó que lo estaba viendo, tragó completamente nervioso ¿Bella sería un obstáculo? Si era sincero, necesitaba primero indagar más en ese bloqueo de pensamientos y ese aroma de su sangre, luego tal vez podría drenarla y enfocarse en Astarte...tal vez.

Pero las visiones de Alice decían otras cosas.

—¿Ya decidiste a qué clase vas a entrar?

Bella dejó de ver al de cabello cobrizo que tanta curiosidad le daba para girarse a Eric, ya habían dejado por terminado el tema de el evidente flechazo del profesor de música con Astarte, así ahora hablar sobre las dos clases vacías que tenía Bella en su horario.

—Ahm, Charlie quiere que me anote en historia por la profesora Robert, dice que ella me mantendrá más cuidada por lo del accidente, no lo sé —Dijo con desinteres revolviendo su ensalada.

—¡Amarás clase con la maestra Robert! —Aseguro Angela emocionada —Es súper amable y divertida.

—Es porque es joven —Alagó Jessica.

—Mejor para nosotros —Se burló Mike golpeando el hombro de Tyler, riendo ambos cómplices.

—Si quieres puedo acompañarte a secretaría —Ofreció Eric —Debo hablar sobre el periódico, ¿Creen que la maestra Robert acepte hacer un comentario o salir en una fotografía?

—Yo digo que si —Asintio Angela.

—Tal vez —Secundo Tyler.

—Bien, vamos, yo los acompaño, debo ver algo con el entrenador para el partido de fin de temporada —Mike se levantó de misma manera.

Bella algo incómoda por las miradas del pelinegro y el rubio solo se levantó tomando su mochila, miró a Edward buscando alguna señal de su atención, pero él estaba concentrado en Astarte. Frunció el entrecejo confusa por las miradas que ambos se daban, pensando en la posibilidad de que solo se conocían fuera de la escuela o algo por el estilo.

—Vamonos —Les pidió a sus dos amigos.

Supo que le interesaba Edward cuando lo vio entrar a la cafetería, le causó curiosidad cuando él se fue corriendo de biología y desapareció una semana, pero lo que logró que toda su atención vaya a él y no desaparezca de su mente fue cuando frenó una camioneta para que no la chocara.

¿Qué ocultaba Edward Cullen?

Claro, además de querer intentar conquistar a su profesora.

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