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3 de Junio 2021

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Londres, Inglaterra.








Un día más de terapia había terminado, Daniel había aprovechado que esta semana la mayoría de su agenda se llevaría a cabo en esta ciudad para agendar una sesión con Oliver, este último había resultado bastante sorprendido al escuchar de viva voz del australiano los grandes avances que había tenido.

Cooper llegó a pensar que el incidente en Mónaco sería un gran retroceso para Daniel, pero fue todo lo contrarío, al ser el primer tema que trataron en la consulta, Riccardo expreso por completo su sentir y acepto la culpa que le correspondía, comprendiendo por completo el actuar de Charles y confesándole que había tratado de acercarse al monegasco para disculparse y solucionar la situación, pero este se negó a atenderlo. Oliver le explico que debía darle su tiempo al chico para que él también pudiera sopesar las emociones por las cuales paso en el episodio, así ambos podrían dar un cierre al tema de forma tranquila, el moreno comprendió de inmediato y le pareció lo mejor.

Además, Daniel por fin sé confeso ante el mayor, notificándole acerca de la llegada de los Navarro Marshall a su vida, y compartiendo su interés en Valentina, Oliver lo escucho con atención para terminar aconsejándole que debería ir con cautela para evitar así sobre exasperar sus emociones y estado de ánimo, por último, al salir Daniel de la consulta Cooper lo felicito por sus avances y porque al fin decidió eliminar la barrera del amor por la que el mayor tanto estaba preocupado, luego de compartirle varias palabras de ánimo que lograron que un buen humor prevaleciera en el australiano Daniel salió de ahí.

Al terminar su consulta, con prisa se dirigió hacia el lugar donde sabía encontraría a su nueva amiga, fue cuestión de minutos de caminata que por fin llego hacia la puerta del lugar que buscaba, logrando que sus fosas nasales se inundaran del delicioso aroma a mantequilla, vainilla y canela que siempre emanaba el sitio.

Sin pensarlo dos veces ingreso, encontrándose con un par de mesas llenas al interior, afortunadamente portaba una gorra y sus lentes de sol, esperaba que fuera lo suficiente para lograr pasar desapercibido, con prisa se acercó al mostrador, tocando sus dedos sobre la madera del mismo como si de una puerta se tratara, unos minutos después la chica que buscaba salió de la trastienda.

— ¡Angie! — exclamo Daniel con felicidad llevándose una mirada de sorpresa por parte de ella, para ser sincera no esperaba la visita del moreno, pero claro que le dio gusto verlo.

— ¿Pero qué haces aquí? — la chica cruzo el mostrador con prisa para abrazar a su amigo.

Desde aquel diez de mayo en que se conocieron, Daniel había decidido regresar en varias ocasiones a la cafetería, gracias a la simpatía y encanto de ambos, entablaron una linda amistad que consistía en charlar de cualquier tema que viniera a su mente, de vez en cuando también compartían detalles de su vida personal, llevando su conexión personal más allá y desarrollando una amistad tan especial como una estrella fugaz.

— Tengo un par de pendientes en la ciudad, y pensé '¿Por qué no ir a visitar mi cafetería de confianza?' — Evie río ante las palabras de su amigo — Además de que me muero por una rebanada de cualquiera de tus delicias, como ese de ahí — Daniel señalo con emoción la deliciosa Tarta Sacher* que reposaba en uno de los estantes de la vitrina, al instante Evie lo miró con desaprobación — Oh vamos, solo un pequeño trozo, nada pasara — la chica negó.

En una de sus tantas conversaciones, Daniel fue completamente sincero con Evie acerca de su padecimiento así como del tratamiento que estaba llevando, confesándole las restricciones que tenía en los alimentos gracias a sus medicamentos, uno de ellos era el chocolate, sabía que podía consumirlo de poco, pero ella no estaba dispuesta a complicar la salud de su amigo, desde esa vez, no había permitido que Daniel probaba ninguno de los postres que podían contener dicho ingrediente con el fin de cuidarlo.

— El día de hoy, algo me decía que tenía que preparar esto — Evie se acercó al mostrador para tomar de la parte de abajo un platón que contenía una deliciosa Tarta Saint Honoré*, al instante que Daniel la observo comenzó a salivar.

— Definitivamente, necesito una rebanada — Evie rio — Y por supuesto una taza de Café de... — ella lo interrumpió.

— Descafeinado, con un toque de crema batida y un cuarto de cucharada de edulcorante, trabajando — el moreno sonrió.

Al ver que la chica se retiraba para preparar su pedido, decidió tomar asiento en una de las mesas de la cafetería, para su buena suerte esta daba a uno de los ventanales permitiéndole ver como la gente pasaba apurada para realizar sus pendientes. Estaba tan entretenido observando hacia afuera, que cuando menos se percató su amiga posicionaba la tarta frente a él junto con su tan deseada taza de café, Evie tomo asiento mientras Daniel con su cuchara tomaba un trozo de la tarta y lo llevaba a su boca, el sabor de los profiteroles acompañados de la nata y el caramelo, fue un deleite para su paladar.

— Tienes una gran talento en tus manos Angie, porque estos postres, no a cualquiera, le saldrían tan espectaculares como a ti — la chica sonrió complacida.

— Tus palabras son un gran alago para mi Danny — palmeo el hombro del moreno con delicadeza — ¿Cuántos días estarás por aquí? — cuestiono ella con curiosidad.

— Estaré aquí hasta el próximo miércoles que es cuando regresaré a Woking por la noche, probablemente me tendrás molestándote aquí por las tardes — ambos sonrieron.

— No eres ninguna molestia, al contrario, me agrada tu compañía — la chica tomó un sorbo del té que había decidido traer para acompañar a su amigo.

— Pero que hay de ti, ¿Algo interesante ha sucedido en mi ausencia? — Daniel alzo sus cejas de forma juguetona, ella negó — Esa si no te la creo — el tomo otra cucharada de tarta y la ingirió.

— En realidad, creo que estoy conociendo a alguien — el australiano soltó la cuchara con rapidez y la observo.

— Soy todo oídos — Evie sonrió al ver lo dispuesto que estaba escuchándola.

— Hasta ahora supongo que no es nada relevante, no lo sé, nos hemos visto solo un par de veces, me parece que él es muy lindo y agradable, pero — ella pausó — Tal vez no es prudente que comience a experimentar sensaciones románticas en este momento — Daniel asintió al escucharla.

Comprendía perfectamente a su amiga, él en este momento estaba atravesando por la misma situación gracias a sus crecientes sentimientos hacia Valentina.

— Creo que puedo entender lo que estás sintiendo, ¿Recuerdas la hermosa mujer que llego a tu cafetería en compañía de su familia el día que tú y yo nos conocimos? — Evie frunció el ceño tratando de hacer memoria, al cabo de unos minutos las imágenes de la castaña regresaron a su cabeza, llevándola a asentir.

— Claro que si, como olvidarla a ella y a su pequeño — Daniel sonrió.

— Varias semanas antes de ese encuentro, en una noche de copas posterior a una carrera, Valentina y yo terminamos bailando juntos — Evie posiciono su barbilla sobre su mano para escuchar más cómodamente el relato de Daniel — Su recuerdo se quedó tan plantado en mi memoria que, por las noches, sus bellos ojos rondaban mis sueños a pesar de que no la recordaba por completo — los ojos del australiano brillaron cuando a su cabeza regresaron los vagos recuerdos que guardaba de esa noche — Semanas después, por casualidades del destino volvimos a coincidir, fue como me di cuenta de que ella era la dueña de esos preciosos ojos que aparecían cada noche.

— Suena como de película — ambos rieron levemente.

— Debo confesar que estos últimos días nos hemos acercado de poco gracias a mis citas de juego con su hijo, por ello, me anime a pedirle una cita — para la británica fue inevitable sonreír al escuchar el relato de su amigo, y notar como sus ademanes revelaban por completo sus sentimientos.

— ¿Comienzas a sentir algo por ella? — cuestiono Evie sin pena, Daniel asintió.

— Tú sabes todo lo que sucedió antes, por supuesto que tengo miedo de entregarlo todo de nuevo y resulte de una manera fatal — el australiano miro fuera del ventanal y sonrió al ver como una pareja que caminaba por el parque tomados de la mano — Pero hoy mi terapeuta me dijo que el que no arriesga no gana, así que, creo que debemos dejar de vivir por nuestros miedos y comenzar a vivir para nosotros.

Daniel llevó su mano y tomo la de Evie dándole un apretón cariñoso, la chica al instante respondió el gesto entrelazando los dedos de ambos, que acababan de comprender que la vida a veces podía ser ruda con el corazón, pero era mil veces mejor arriesgar y perder, que no atreverse a hacerlo nunca.









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5 de Junio 2021

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Cambridge, Inglaterra.








El sábado comenzaba bien para Valentina y su pequeño, ambos habían decidido pasar la mañana en pijamas mientras veían un maratón de Bluey, poniéndose al día con los nuevos episodios que acaban de lanzarse.

— Mami, ya lo decidí, mi pastel de cumpleaños será de Bluey — Valentina miró a su hijo con sorpresa, desde que Gabi había cumplido tres años, todos sus pasteles de cumpleaños habían sido con temática de Cars destacando al Rayo McQueen.

— ¿Estás cien por ciento seguro de ello Ángel? — cuestiono la morena, recibiendo solo un asentimiento por parte de su niño — Si es así, me encargaré de cuando se llega la fecha ordenarlo en el lugar pertinente.

El teléfono de Valentina vibró, la mujer lo tomo encontrando sobre la pantalla una notificación, cuando leyó el remitente y el texto recibido le fue inevitable sonreír.

"Estoy muy ansioso por que llegue la noche, sinceramente cuento las horas para verte, paso por ti a las ocho si no tienes inconveniente."

Valentina decidió responder al instante, no quería hacerlo esperar.

"Yo también espero que pasen rápido las horas para al fin verte, me parece perfecto, gracias por tomarte la molestia de venir hasta aquí por mí, eres todo un caballero."

Las conversaciones entre Daniel y Valentina no eran una sorpresa, desde el momento en que en la invito a salir, Daniel se encargó de pedirle a Gabriel que le pasará el número de celular de la mexicana, el niño al confiar ciegamente en el australiano sin chistar se lo envió, pues, se lo sabía de memoria gracias a que al llegar a Londres Valentina repaso el número con su hijo por días con la finalidad de que él lo memorizara y pudiera llamarla si en algún momento él se encontraba en peligro o se presentaba algún inconveniente.

Desde ese momento Ricciardo se puso en contacto con ella, algo que no le molesto en absoluto, le agradaba tener a alguien con quien hablar de cualquier tema que se les ocurriera, incluso si no era relevante, la mexicana bloqueó de nuevo el aparato, no podía ocultar su sonrisa, algo que Gabi notó y claramente no dejo pasar.

— ¿Estás feliz por salir esta noche con tus amigos mami? — la mujer miro al niño.

Había decidido decirle una mentira piadosa, no veía conveniente aún compartirle que saldría a cenar con Daniel, no sabía como podían resultar las cosas, y no quería que su niño se hiciera ilusiones.

— Si mi amor, me emociona porque iremos a mi restaurante favorito — el niño sonrió emocionado.

— ¿El de sushi? — ella asintió — Son muy buenos tus amigos al llevarte ahí, espero algún día conocerlos para agradecerles que te hagan sonreír.

Valentina al instante abrazo a su pequeño con el corazón derretido, sin duda alguna la vida la había premiado con ese ángel.




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La mexicana se miró por última vez al espejo, no se sentía completamente convencida de su vestimenta, pero ya casi era la hora de salir, así que no podía hacer más, regreso hacia la cama y tomo el pequeño bolso de perlas que había decidido llevar, introdujo en este el pequeño tarjetero, su clásico lipstick rojo y cuando estaba por guardar su celular este sonó indicándole la llegada de un mensaje.

"He llegado, estoy en el lobby."

Sonrió y suspiro profundamente, era hora, con prisa salió de su habitación luego de apagar la luz, al ingresar a la sala tanto Gabriel como Nina quien sería la responsable de cuidarlo esta noche observaron a la morena.

— ¡Te ves muy bonita mami! — el niño salto del sillón para dirigirse a su madre y abrazarse a ella, Valentina al infante correspondió el abrazo de su hijo, al separarse dejo un beso en la frente de él — ¿Quedo marcado? — cuestiono él a lo que la morena solo asintió — Bien, así me iré a dormir con tu beso y no te extrañaré tanto.

—Prométeme que te portaras bien — Tina alzó su dedo meñique, Gabi al instante lo entrelazo con el suyo.

— Te lo prometo por la garrita mami — ambos deshicieron su agarre y Gabi procedió a persignar a su mamá.

—Lo mejor será que bajes ya, tus amigos deben estar esperando — Nina llego al lado de ambos y tomo a Gabi por los hombros.

— Cualquier cosa que necesiten — Nina interrumpió a su amiga.

— Sí, sí, te llamamos a ti y si tú no contestas llamamos a los bomberos o algo así —  Valentina rodó los ojos ante las palabras de su amiga mientras Gabi solo atinó a reír mientras veía como su madre se dirigía hacia la puerta.

—¡Diviértete mucho mami! ¡Y no olvides tu abrigo, más tarde puede darte frío! — ambas mexicanas se derritieron de amor con las palabras del niño.

Aun así, Valentina obedeció a su hijo y tomo una chamarra corta de piel que colgaba del perchero junto a la puerta, miro a su pequeño para lanzarle un beso al aire que el término atrapando con su manita, sin más salió del departamento cerrando la puerta tras ella, al instante se dirigió al elevador.

Al entrar a este presiono el botón que la llevaría hacía el lobby del edificio, en cuanto las puertas se cerraron pudo sentir como un remolino de emociones se formaba en su estómago, luego de varios días por fin vería al hombre que le estaba robando varios pensamientos desde hace tiempo, con prisa se giró a uno de los espejos que decoraban la caja metálica, observo su semblante, debía confiar en que lucía linda y lista para la ocasión.

Luego de un par de minutos el elevador por fin se detuvo, era hora, las puertas se abrieron revelando el lobby del edificio de departamentos, la chica salió de ahí, observo hacia ambos lados, cuando su vista detecto los rulos que era fácil reconocer se dirigió hacía él.

Daniel se encontraba de pie en medio de una de las salas que estaban designadas para los visitantes observando uno de los cuadros que decoraba el lugar, al estar más cerca Valentina no pudo evitar notar lo guapo que él lucía esta noche, vestía una chamarra ligera en tono azul marino con franjas de color blanco y marrón que simulaban un estampado a cuadros, acompañada de una playera de algodón básica, unos pantalones de vestir rectos en color azul marino y para finalizar unos tenis completamente negros tipo converse de bota, definitivamente sabía de estilo.

Tina detuvo su andar unos pasos antes, respiro profundo, se acercó un par de pasos más y por fin habló.

—Hola — fue lo único que salió de su boca, aunque por dentro se daba una gran bofetada por no articular algo más interesante que un simple "Hola".

Daniel por su parte, al escuchar la voz de la mujer sintió como las famosas mariposas aparecieran en su estómago, con prisa se giró, al observarla una sonrisa se extendió en sus labios, lucía preciosa, portaba un vestido negro que se ceñía a su cuerpo a la perfección y llegaba a la mitad de su muslo, unas botas largas de piel eran las responsables de cubrir sus piernas, su cabello estaba recogido en una coleta alta perfectamente peinada, y el maquillaje sutil era el complemento perfecto que lograba destacar sus característicos labios pintados de un rojo carmín, el australiano titubeo un par de veces antes de lograr articular algo coherente.

— Luces preciosa — Daniel mordió el interior de su mejilla al darse cuenta de que había hablado de más, Valentina solo atino a mostrarle una sonrisa mientras se sonrojaba.

— Muchas gracias, tú te ves muy guapo esta noche — el alzo sus cejas con diversión — No solo esta noche, tú siempre te ves muy guapo, o sea no, bueno sí, pero, dios creo que cada vez suena peor — ambos terminaron riendo.

— ¿Te parece mejor si nos vamos? — sugirió él, ella rápidamente asintió.

Ambos se dirigieron a la salida del edificio mientras se ponían un poco al día, embarcándose en una noche que podría resultar de forma muy gratificante.



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Sticks'n'Sushi* había sido el lugar elegido por ambos mayores para pasar una linda cena, desde que Valentina había descubierto este restaurante al llegar a Londres se convirtió en su favorito, la comida era deliciosa y las bebidas no tenían comparación. Daniel, al querer que todo saliera perfecto, decidió seguir la recomendación de la morena y reservar una mesa para ambos en el lugar, y al momento en que llegaron comprendió que había sido la elección correcta.

La velada iba viento en popa, provocando que el encuentro de la pareja sea agradable, habían decidido ordenar una tabla "Perfect Day" que contenía un poco de cada una de las especialidades de la casa y compartirla, para beber la morena recomendó el famoso Sake Nigori Silky Mild*, medida que acompañaba perfectamente sus alimentos al ser rico y cremoso, el moreno pensó en declinar la oferta por unos momentos, al ser alcohol podía interferir de alguna forma con sus medicamentos, pero se mentalizó en que por unos tragos no habría inconveniente, con prisa acepto.

— Este Tsukune* es delicioso — comento Daniel al terminar de ingerir una de las albóndigas, Tina sonrió al ver que la gastronomía le estaba agradando al australiano.

— Es de mis platillos favoritos del lugar, incluso de Gabi — ambos sonrieron al pensar en el menor.

— Hablando de el, ¿Cómo le ha ido en la escuela? — cuestiono él para luego beber un trago de sake.

— Hasta ahora va muy bien, sus calificaciones siguen siendo muy buenas, y al parecer no ha tenido problemas con sus compañeros, lo que para ser sincera me tranquiliza demasiado —Daniel la miro alzando una ceja al no entender — En México Gabriel tenía que tomar clases en casa luego de que en su anterior escuela le hicieran bullying — el australiano al instante sintió molestia.

— Me parece absurdo que en pleno siglo veintiuno aún existan ese tipo de comportamientos por parte de los menores — hablo Daniel con molestia — Pero, todo termina siendo consecuencia de los comportamientos que ven en su propia casa — ella asintió.

— Todo esto se debía a mi situación, desgraciadamente en la ciudad y zona donde vivíamos, las personas aún son muy conservadoras, prefieren mantener relaciones o matrimonios solo por aparentar y ver a una madre soltera tratando de sacar adelante a su hijo no es bien visto aún — Tina observo al mayor, notando como se debatía entre hablar — Hazlo, pregunta — lo animó.

— Me he dado cuenta de que el padre de Gabi no está presente, y él no lo menciona, ¿Ellos no tienen contacto? — Valentina titubeo un poco antes de responder.

— Es una historia un poco larga, pero creo que tenemos el tiempo suficiente como para contártela — ambos se sonrieron.

Daniel tomó una de las manos de la chica por sobre la mesa y dejo leves caricias con el fin de brindarle la confianza suficiente, gesto que funciono, dándole coraje a Valentina para contarle su historia de principio a fin, esperando que esto no terminara por alejarlo de ella.

La mexicana se encargó de narrar desde el inicio de su relación con el padre de Gabi, pasando por todas las etapas mientras le contaba los detalles pertinentes, comentándole sin pena el momento en que surgió la pelea por la cual se separaron así como los resultados de la misma, algo había en el moreno que le daba la confianza para explayarse, y decidió hacerlo. Cuando finalizo noto como Daniel tenía el ceño fruncido, la mano libre de este se encontraba empuñada, tal vez estaba molesto.

— Increíble — él agregó mientras Valentina lo miraba sin entender — Creí que había llegado a conocer los límites de la estupidez humana — dijo seguro recordando el oscuro momento donde trato de quitarse la vida — Pero este hombre definitivamente los sobrepaso y fue más allá de lo aceptable, no entiendo como pudo comportarse así contigo y negar a su propio hijo, me siento bastante molesto.

— Disculpa — Valentina mordió su mejilla por dentro — No era mi intención amargar el momento — su vista viajo al piso al sentirse avergonzada por la situación, al instante el australiano llevo una de sus manos hacia el mentón de ella, lo tomo logrando que lo mirara de nuevo.

— Tú no tienes por qué agachar la cabeza — exclamo — Lo siento si no me di a entender, mi molestia es por los actos de ese individuo, tú solamente te entregaste a lo que creías era amor, y está bien, no tienes absolutamente nada de lo que avergonzarte, al contrario — él sonrió — Lograste salir adelante a pesar de esa prueba de la vida, y has criado a un niño excelente como lo es Gabriel.

Valentina podía sentir como su corazón latía desbocado dentro de su pecho, apostaba que sus mejillas estaban sonrojadas y de no ser porque eso solo pasaba en las caricaturas que veía su hijo, sus pupilas podrían tener la completa forma de un corazón con el revuelo de sentimientos que el australiano había despertado en ella con esas simples palabras.

Por otro lado, Daniel sintió como la admiración que sentía por la mujer, acababa de crecer aún más, luego de escuchar su historia, llevándolo a darse cuenta de que la mexicana valía oro en todo su esplendor, y concluyó en que efectivamente, se estaba enamorando de ella.




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La cena había resultado todo un éxito, tanto Daniel como Valentina lograron conocerse más, ella pudo descubrir que el automovilismo no era la única pasión del australiano, él en sus tiempos libres practicaba motocross en los campos que colindaban a la casa de sus padres en su país natal, además de que le gustaba pasar ciertas temporadas en Estados Unidos, era gran amante de asistir a eventos sociales para divertirse mientras "movía el esqueleto" dicho por él, y por supuesto disfrutaba pasar tiempo con su familia.

Él, guardo dentro de su memoria que ella además de ser maestra, era fiel amante de pintar en los pocos momentos que tenía libres, le encantaba leer todo tipo de libros, pero su mayor fuente de lectura era cierta aplicación de la que él había olvidado el nombre, pues al ella comentarle eso comenzaba a sonrojarse logrando que Daniel se perdiera en su belleza. Las pequeñas calles del centro de Cambridge eran testigo de las risas y comentarios sin sentido de la pareja que había decidido dar una caminata nocturna luego de la cita.

— Nicolás es muy especial para eso — pauso Valentina, no sabía si estaba bien revelar tantos detalles sobre su hermano, pero alguien más debía deleitarse con los espectáculos que él armaba — No puede ver una cucaracha o cualquier insecto, porque al instante se sobresalta desatando todo un show entre gritos y lágrimas — Daniel carcajeo.

— El día que Nicolás y yo volvamos a coincidir, me aseguraré de llevar algún insecto de goma y ponerlo sobre su hombro, necesito ver eso en vivo y directo — Tina sonrió.

— Esa es una de las formas en que Gabriel lo molesta — añadió Tina.

— Perfecto, tendré un cómplice en esa pequeña travesura — Daniel le brindo un guiño logrando que ella riera.

Continuaron caminando mientras Daniel relataba con emoción el cómo tenía una gran relación con sus pequeños sobrinos, hijos de su hermana Michelle, a Tina le enternecía cómo hablaba tan lindo de los mencionados, trataba de poner bastante atención, pero al mismo tiempo gracias a las botas con tacón de aguja que portaba comenzaba a sentir un gran cansancio en sus pies, pero todos sus sentidos le pedían que aguantara, estaba teniendo una gran noche con Ricciardo, y no podía arruinarla.

Por unos minutos más, ella también aportó a la conversación contándole esa vez que por un fin de semana Nicolás y ella tuvieron que quedarse con la niñera cuando su padre salió a un viaje de negocios, decidiendo así, mudarse a la casa del árbol que tenían en el jardín.

— Fue increíble, desayunábamos, comíamos y cenábamos ahí dentro, incluso nos llevamos una de las televisiones de la casa — ella rio — Tuvimos que utilizar una extensión eléctrica de muchos metros para que tuviera electricidad y así funcionara, pero fue un gran fin de semana con mi hermano, para lo único que abandonábamos la casa del árbol era para ducharnos e ir al baño — el ceño de Valentina se frunció al sentir de nuevo la molestia en sus pies, gesto que no paso desapercibido por Daniel.

— ¿Te encuentras bien? — cuestiono él con preocupación.

— Sí, solo — ella bufó — Estamos pasando un rato increíble y esta caminata ha sido maravillosa por qué logramos conocernos más, pero — ella levantó su pie — De haber sabido que esto sucedería habría traído unos tenis cómodos en lugar de estas botas matadoras — ambos rieron.

— Lo siento, creo que me emocione de más recorriendo las calles, pero siendo sincero, el transcurso se pasó volando a tu lado — ambos se miraron fijamente — Será momento de dejar hasta aquí la excursión — Daniel miró su reloj — Ya es bastante tarde, y tal vez Gabi te dio hora de llegada — comenzaron a reír — Andando.

Daniel se acercó a ella, sin pena rodeo su cintura con uno de sus brazos, Valentina pudo sentir como su piel respondía al toque del moreno erizándose bajo la tela de su vestido, trago en seco, sin entender el motivo del contacto.

Ricciardo se agachó levemente y paso su brazo libre detrás de las rodillas de ella, levantándola entre sus brazos como si de una princesa se tratara, Valentina se quedó sin palabras por un momento, claro que podía sentir como sus mejillas se sonrojaban, y por su puesto que se encontraba bastante emocionada por el acto, pero no sabía como debía reaccionar.

— No es necesario esto, puedo caminar unos cuantos pasos más sin problema — exclamo.

— Dicen por ahí que no hay que tentar a la suerte, así que no es necesario que camines más, puedo llevarla sana y salva hasta el coche si usted me lo permite bella dama — ambos se miraron con una sonrisa.

— Permiso concedido caballero — sin demora, Daniel comenzó a dirigirse cuesta arriba que era donde se encontraba su vehículo.

Disfrutando la sensación de tener a la chica entre sus brazos y consolidando el hecho de que esta cita, había resultado a la perfección para ambos.




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˗ˏˋ 𝐌𝐎𝐎𝐃𝐁𝐎𝐀𝐑𝐃 ˎˊ˗






° Tarta Sacher: Se conforma por dos gruesas capas de esponjoso bizcocho de chocolate, rellenas de mermelada de albaricoque y cubiertas en un brillante glaseado de chocolate negro.

° Tarta Saint Honoré: Conformada por una base de profiteroles (pasta choux en francés), crema quemada y caramelo.

° Sticks'n'Sushi: Restaurante fundado en 1994 por los hermanos Jens y Kim Rahbek y Thor Andersen, inspirándose en su origen mitad japonés, mitad danés, crearon una cocina única que combina dos tradiciones culinarias. 

° Sake Nigori Silky Mild: Nigori es la forma en que el sake apareció por primera vez cuando fue elaborado para la Corte Imperial en Kyoto, está ligeramente filtrado y es el más dulce de todos los tipos de sake.

° Tsukune: Albóndigas de pollo y teriyaki.

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