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La semana después de nuestro regreso había ido entre besos secretos y risas coquetas,Harwin y yo habíamos aprovechado lo más que podíamos los pequeños momentos en soledad para darnos tiernos besos y miradas llenas de adoración, pasear con él por los pasillos era pavonearme por tener al mejor de los caballeros en la palma de mi mano, me encantaba.

Ahora que la conversación había dado frutos y todo estaba sobre la mesa habíamos podido permitirnos actuar más como amantes, aunque fuese a escondidas, los habitantes del castillo no eran ciegos a nuestros tratos, pero al menos tenían la inteligencia de no decir nada.

Por otro lado escapar de mi madre y disimular fue más fácil de lo que me supuse, Alicent en su constante intento por ganarse a mi casa materna la invitaba cada tarde al té con sus damas a hablar del tema popular:la boda de la heredera. Aún que mi madre no se limitará con sus comentarios llenos de desprecio a Alicent, no se perdía ningún té con las damas, siempre le gustó ese tipo de cotilleo entre ladys, en especial ahora en la víspera del matrimonio de Rhaenyra,Daemon tampoco había estado mucho tiempo en el castillo, era de suponerse, él también estaba poniéndose al día y visitando a los capa dorada ahora que estaba de regreso en la capital y justo ahora no podía darme el lujo de tenerlo vigilado, principalmente porque siempre he pensado que él es una persona capaz de cuidarse por sí misma y sobre todo no quiero verme envuelta en sus problemas y conflictos, una cosa era ayudarlo en una guerra que me perjudicaba a mí también, así como al reino y otra cosa era verme implicada en su mercado negro y en su nido de prostitutas.

Así que yo quedaba libre, mis perfumes estaban creciendo como la espuma, mis bolsillos estaban cada vez más llenos y mi plan para seducir a la espía de lady Tully avanzaba a la perfección gracias a Ashra y este mismo día tejería los hilos para tenderle una trampa a la chica pelirroja, los lores y ladys de todo el reino llegarían mañana y era mi momento para conocer y medir a la chica.

Harwin y yo salíamos cada tarde, unos días íbamos de incógnito a la ciudad a cumplir mis compromisos, otros me acompañaba en mis lecturas y algunos días como hoy, dábamos largos paseos por los jardines para vigilar las rosas y flores que cultive el último año que estuve aquí

-¿Qué es lo que máquina esa mente maquiavélica?-susurro su masculina voz en mi oído

Estábamos solos, el jardín a esta hora estaba relativamente vació, era la hora del té y las damas estaban dentro, los guardias no le daban importancia al estar al lado de mi protector y los sirvientes estaban demasiado ocupados decorando y preparando el castillo para el festejo como para notar este pequeño espacio de jardín y mis damas revisaban las flores a una distancia prudente, dejándome todo casi únicamente para mí y harwin

Me giré sonriendo, su cabello recogido en media coleta lo hacía lucir sexy, me encantaba y su mirada estaba llena de vitalidad, picardía y coqueteó, su rostro a centímetros del mío, su sonrisa de lado apenas disimulada

-pensé: "¿qué debería darle de regalo de bodas a mi prima?", su boda es mañana después de todo-hable sobre sus labios, su barba picando levemente mi piel-¿O quizá pensaba en lo atractivo que te verás con traje formal?

Me beso los labios de manera fugaz, pero efectiva, jugando con los dedos de la mano que sostenía sin timidez alguna

-esa boda nos ha beneficiado más de lo que pensamos, mi padre no me ha molestado en nada por organizar todo, pero Rhaenyra me da pena, entre los caballeros es bien sabido los gustos de sir Laenor-hizo una leve mueca de tristeza y disgusto

Asentí y me sacudí un ligero escalofrío, ese pudo ser mi destino, incluso peor.

-dentro de todo es el mejor matrimonio que pudo encontrar, le dará libertades que otras no tendrán-tome con delicadeza una rosa blanca, acariciando sus pétalos-yo pude estar en ese mismo altar

Harwin lo comprendió, como si él hubiera pensado lo mismo, su cuerpo se estremeció rápidamente y se tensó en un instante, sus puños se apretaron a cada lado de él.

-lo lamento, no quería traer ese tema de nuevo-pronuncio bajo, entre dientes

Deje la rosa, enfocándome en él, tenía el ceño fruncido y los ojos enojados fijos en las rosas, como si pudiera prenderles fuego con la mirada, tomé su mano con calma y relajó su puño de a poco

-Harwin...-empece con ternura haciendo círculos con mi pulgar en el dorso de su mano

-¡HARWIN!-una voz femenina sonó como un látigo en todo el jardín y el sonido de tacones apresurados atrajo nuestra atención

Soltamos nuestras manos y nos mantuvimos a la espera de la dueña de la voz, harwin de nuevo se tensó, pero ahora adoptó la postura de guardián, poniendo su cuerpo frente a mí, como si la guerra misma estuviera viniendo corriendo hasta él y estuviera listo para defenderme con su cuerpo de ella

Saque el rostro para ver lo que se dirigía a nosotros y el brillo del cabello rojo me heló la sangre

Sabía que vendría, era la hija de un lord y prometida de un caballero que servía en la capital, era lógico que asistiera a la boda

"Prometida" repetí en mi mente después de pensarlo, qué asco me daba pensar en ella de esa manera.

-Es tan bueno verte, te extrañé demasiado-se detuvo frente a nosotros,harwin seguía tapándome con su cuerpo y la armadura me impedía ver más allá de la silueta de la mujer-te estuve buscando por todo el castillo

Se rio de manera feliz, su voz sonaba agitada y jovial, llena de calidez e ilusión, me dolió el corazón al verme reflejada en esas emociones.

-no me avisaste que vendrías-su tono de voz fue brusco y un reclamo a su vez-¿Qué estás haciendo en el jardín de la princesa?

Tome una respiración pesada y alise mi vestido, carraspee la garganta llamando la atención de ambos, no sería una observadora de este encuentro.

-¿Supondré que es lady Tully?,¿O tendré el honor de ser presentada?-di un paso al frente mostrando todo mi porte real, sali del escondite del cuerpo del hombre que permanecía estático como una estatua entre nosotras, una lady no me intimidaría nunca.

La pelirroja me miró con ojos de sorpresa y disgusto,barriendo su mirada desde el final de mi vestido que tenía un delicado Dragon plata bordado, a mi nada discreto y clásico escote en V, su sonrisa se volvió una mueca y vi como apretó la tela de su bonito vestido azul oscuro, simple al lado del mío.

-princesa, le presento a lady Beth tully-la voz masculina plana y fría como la nieve recién caída no aliviano la creciente tención

-Alteza-dio una reverencia sin gracia sin apartar sus ojos de mí, retandome.

Me obligué a sonreír, había investigado a esta mujer, caprichosa, mimada, maleducada con los sirvientes y burlesca con las casas más bajas a ella, ni hablar de su desagrado al pueblo llano, despilfarradora además, una niña en su esplendor, y tenía los colmillos bien clavados en harwin, una total molestia.

-andar sola por el castillo sin sus damas es poco adecuado mi lady, en especial en zonas privadas como estás -Harwin pronuncio igual de monótono

-pasear con una mujer que no es tu prometida a solas también lo es, se podría malentender a su majestad la princesa-sono mordaz estirando su mano para tomar el brazo de harwin, este dio un paso atrás evitando cualquier contacto sin evitar hacer una mueca

-esa no es la manera de hablarle a la princesa-la riño mirándola de forma dura, odiaría que me viera de esa manera-disculpate ahora-le exigió

La chica hizo una cara de negación absoluta seguida de un gimoteo, abrió la boca para hacer algo que no parecía hablar en un tono normal así que intervine

-mis disculpas lady Beth,harwin es mi escolta real nombrado por el rey, lamento que tendré que robárselo -le sonreí son sorna y estaba segura de que comprendió mis palabras-pero no se preocupe, mis damas están aquí mismo

Y como si mi voz fuera invocadora, mis damas aparecieron detrás de la chica, quién se giró a verlas, estás le hicieron una pequeña reverencia

-Creo que es mejor que me retire-me forcé a decir

Si era honesta empezaba a sentirme mareada y el corsé me apretaba, no era este el escenario en el que planeaba enfrentarme a la prometida del hombre al que amo y la idea de permanecer más tiempo al lado de ella me asfixiaba, verlos uno frente al otro hacia qué imágenes de ellos dos llegaran a mi mente y solo dañaban mi confianza.
Avance y la mano harwin rozó la mía de manera intencional, era un mensaje y una promesa, solté el aire que había estado conteniendo, tranquila de saber su corazón mío, pero esa tranquilidad me duro segundos.

Mientras pasaba al lado de la pelirroja olí un perfume que yo misma había hecho años atrás, segundos después me encontré despreciando ese aroma y tirando todo rastro de el de mi habitación esa misma tarde.

Era el mismo que yo usaba.

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Le di mil vueltas a todo, mi cabeza otra vez no sabía cómo era posible que ella tuviera ese perfume, solo había tres en todo el mundo el primero me pertenecía, el segundo había sido un regalo para mi madre, y el tercero era un frasco de reserva que tenía guardado en mi habitación de perfume en highgarden, alguien debió robarlo.

-my lady, la mucama que sirvió en la casa Tully está afuera, ella dice que sería mejor hablar ahora, no sabía que su dama llegaría antes, está preocupada y tiene cosas que serían de utilidad-sonrió de lado Ashra, totalmente cómplice de lo que sabía que me diría

-hazla pasar, no perdamos tiempo -le insté con las manos y de inmediato hizo entrar a la mujer

La chica era menuda, de cabello castaño cobrizo, llena de muchísimas pecas en la piel, un tanto amarillenta y de aspecto campesino aún detrás de la ropa cálida y de buena calidad de los uniformes de las sirvientas del Castillo

-su alteza real-se inclinó en saludo-soy Lili, su humilde sierva.
Su tono de voz era neutra, aún que dubitativo en el fondo

-creo que Ashra ya te puso al tanto de mi interés en ti-le indique que me siguiera a los sofás de mi habitación

-sé que su interés no es en mí-dijo de manera pronta

Levanté las cejas mientras me sentaba frente a ella

-una chica lista, ¿cuál es tu motivo para aceptar mi invitación entonces?

-la vida en la capital me gusta mucho, no quiero volver a la tierra de los ríos, allá no hay posibilidades de nada que no sea granjera para una persona de mi cuna, también no quiero ver a mi familia-se apretó el brazo mirando el balcón, recordé el reporte de ivy sobre la chica, tenía un padrastro abusador y borracho, que había embarazado a su hermana mayor- y oí que es buena negociadora- le indique con la mano que siguiera- lady Beth me ofrecía un puesto estable en su casa y una pensión de 10 monedas de oro al mes, ¿Cuál es su oferta?

Su mirada no titubeo en absoluto, me cuestione como llegó aquí en primer lugar, seguro fue la ambición de salir de su tierra, no se veía muy apegada a sus Lores y no es de extrañarse.

Que tonta fue lady Beth al no asegurar su lealtad, está chica tiene el perfil de alguien ambicioso,un diamante en bruto para ser una sombra de los rumores, podría dudar de su fidelidad al ver lo fácil de su cambio de bando cuando una mejor propuesta se le presenta, pero no juzgo a la chica, en su posición económica y con lo que tienen que vivir, las personas hacen cualquier cosa por un poco de dinero y la promesa de un mejor futuro, cosa que la chica Tully no aseguro,un puesto en su casa no es suficiente para una persona con aspiraciones.

-te ofrezco un puesto en una de mis tiendas de perfume, un cuarto en la casa donde viven las demás chicas que trabajan para mí en la ciudad-eso me ayudaría a mantenerla vigilada por las demás para asegurarme que no me traicionara- y un pago de 22 monedas de oro más comisión por venta al mes-me vio dudando, el brillo en sus ojos me daba buena señal, pero seguía indecisa- y te conseguiré un buen matrimonio con un chico que trabaje en el castillo, como sabrás, tienen buen sueldo y algunos vienen de casas nobles de bajo nivel .

-¿Y si no deseo un esposo?,¿Qué tal que desee viajar a essos?

-entonces no lo tendrás y te pondré en el primer barco que zarpe una vez cumplida tu misión

Le sonreí, sabía que me estaba tomando el pelo, era muy consciente de que ella deseaba formar una buena familia, muy diferente a la que ella tuvo, era algo que le había contado y confiado a otras mucamas y era parte de lo que leí en la carta.

-pero me dejará elegirlo-me respondió-no estoy de acuerdo con los matrimonios forzados

-en eso no podíamos estar más de acuerdo-le extendí mi mano para cerrar el trato, ella dubitativa me dio la mano, temerosa de que me estuviera burlando de ella, todo escrito en su rostro-entonces dime,¿Qué trama lady Tully?

Lili me contó absolutamente todo,lady Beth me odiaba, ella no era extraña a los rumores que circulaban sobre Harwin y yo, además de eso que él la alejara la mantenía de un mal humor constante y estaba presionando a su padre para qué acelerará la boda, Harwin siempre ponía pretextos a Lionel y a lord Tully para realizarlo, escudándose en su puesto en la corte y capital, me contó que la solicitud de patrimonio no fue idea única del señor Strong, sino que la carta la envío lord Tully por la insistencia de su hija quien conoció a Harwin en el torneo del heredero igual que yo, y quedó flechada cuando él le ayudo a amansar su caballo cuando se alebrestó en su llegada al castillo.

También me enteré de como obtuvo el mismo perfume que yo, hay un traidor en la casa de mi tío en Highgarden, que se lo robo hacia meses por su encargo con la idea tonta de agradarle más a Harwin si olía igual a la mujer de la que los rumores decían que estaba enamorado. Le conté mi plan, solo necesitaba que lili siguiera igual,le informará cosas sin sentido de mis actividades para que no hilara nada y me contara cada paso que diera en la fortaleza roja.

No dejaría que pusiera ninguna trampa o intentará malograr nuestra relación, pero sobre todo tenía que conseguir romper ese compromiso

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El día de la boda llegó y todos en el castillo estábamos despiertos desde antes de que el sol saliera, estaba segura de que nadie había siquiera desayunado para las 4 de la tarde

Mi vestido estaba ajustado a mi cuerpo, color rojo y negro, el escote cuadrado dejando ver el nacimiento de mis senos y con el corsé apretando parecían mucho más llenos,un collar en forma de dragón descansaba en mi cuello y mi peinado adornado con una red de rubíes, todo en su lugar para la ceremonia.

-estas bellísima-mi madre entro a mi cuarto del brazo de Daemon

-La belleza de una mujer Dragón en su esplendor-mi tío me miró de arriba a abajo disimulando apenas frente a mi madre

- me harán ruborizar con tantos cumplidos - le dije a Daemon tomando el otro brazo que él me ofreció, nos escoltaría a la ceremonia como hombre de la familia.

Estaba ansiosa por llegar al salón, tenía tantas ganas de ver a Harwin, después de nuestro incómodo encuentro con cierta pelirroja ayer en los Rosales no había sabido nada de él y yo misma me vi envuelta en toda la parafernalia de los preparativos en cuanto mi madre me atrapó en un pasillo junto con mis damas para probarme vestidos y peinados.

El castillo estaba repleto de personas, caballeros, lores y sus respectivos hijos plata más de compañero su cuadrilla y todos los demás miembros de la corte reducidos en aquella gran sala del trono, todos estamos sentados en nuestros respectivos lugares, mi madres al lado de mí, y yo al lado de Daemon, en la mesa al lado de la del rey y la princesa heredera, junto a ellos su prometido y los padres de este, mi tía mi princesa Rhaeny y lord Corlis.

Rhaenyra y Laenor se veían espléndidos en su vestimenta nupcial de apariencia tranquila, aceptando todas la ceremonia que se estaba llevando a cabo, laenor hablando alegremente con su amante tenia entendido sir Joffrey, mi tío el Rey estaba rebosante de felicidad y reía por cualquier cosa.

Busque por toda la sala al hombre dueño de mi corazón y lo encontré sentado a una mesa al lado de mi, junto a su padre y su hermano, Sir Lionel y sir Larys, él llevaba tiempo viéndome antes de que lo viera y me sonrió mientras me guiñaba un ojo, disimulando con la copa de vino que se llevó a los labios y recargándose más sobre su asiento para tener mejor vista de mí,me distraje en ese movimiento hasta que note que Larys le susurraba algo a Harwin mientras veían la entrada del salón de banquetes, seguí su mirada y encontré a Alicent, entrando tarde, con un vestido verde, de inmediato lo entendí, estaba declarando oficialmente la guerra con el color de los abanderados de su casa.

Está boda me estaba dando tortícolis.

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