❁ཻུ۪۪⸙OO2
— Iniciando pruebas de resistencia.
El científico habló tranquilamente.
— Prueba 1, el sujeto se expondrá al frío intenso para descubrir a qué grados puede sobrevivir. Si se ve que el sujeto resiste, la temperatura se disminuirá aún más; pero en caso que el sujeto esté en la agonía la temperatura se volverá a estabilizar — hizo una pequeña pausa para luego tomar aire — Ahora, ¡háganlo pasar a la cámara de cristal!.
El hombre del bigote dió la orden con un grito que asustó a los presentes. Un grupo de guardias, los cuáles llevaban cadenas tomadas de la mano, dirigían a cierto erizo hacia la cámara.
En cuanto llegaron, le quitaron las cadenas y lo hicieron pasar de un empujón.
— Buenos días Sonic, veo que tus heridas ya no están tan mal... Hoy descubriremos hasta que temperaturas puedes resistir.
El azul lleno de ira se abalanzó contra la pared de vidrio intentando hacerle una grieta.
— ¿No crees que todavía es muy pronto para irte? Si la fiesta apenas comienza.
Pulsó un botón y la temperatura comenzó a disminuir repentinamente, lo que causó que el erizo se encogiera de hombros.
— Creo que podemos disminuir un poco más la temperatura — Accionó la máquina y ésta hizo que la temperatura disminuyera mucho más que antes, ahora Sonic se encontraba en temperaturas de hasta 29 grados bajo cero.
El pequeño cuarto se cubrió de un color blanco, sus púas estaban cubiertas de hielo y sentía como el aire le enfriaba los pulmones. Debía salir, no podía desaprovechar tal oportunidad.
Exhaló y corrió hacia el vidrio lanzando le un golpe con el puño. Logró hacerle una pequeña grieta, pero no bastaba.
Repitió el mismo paso nuevamente, ésta vez rompiendo una pequeña parte. Sus pulmones se congelaba, tenía que hacer que se rompiera pero rápido.
Corrió nuevamente, su cuerpo se llenó de rayos azules y sus ojos brillaron de un azul intenso. Con todo el poder que había recuperado se abalanzó hacia el vidrio rompiendo lo al instante.
Cayendo al suelo, se intentó poner de pie, con una pequeña sonrisa.
— Interesante... Muy bien hecho, pero no te bastará para escapar de mí.
Una docena de guardias se acercó, rodeando al azul.
— Algún día me iré de éste lugar Eggman, no me quedaré aquí para siempre — El erizo nuevamente fue esposado y encadenado.
— No estés tan seguro... Nadie... Escapa de mí — Sonrió — Descansa, que todavía te faltan más pruebas, además... Pronto seré el hombre más poderoso de todo éste miserable mundo de idiotas.
— ¡Tú muerte está segura Wachowsky ! — gritó uno de los hombres en la celda.
Estar allí no era el mejor de los lugares. Habían ingresado desde la noche, por lo que dormir allí fue bastante incomodo; aún más estando separado de la mujer a la que ama.
— Tom... Tengo miedo — la chica se acercó poniendo sus manos a través de los barrotes.
— Tranquila, no pasará nada malo — Se acercó poniendo sus manos junto a las de ella — Encontraré la forma de que los dos salgamos, además no he estado tranquilo desde que se llevaron a Sonic por el doctor ese — dijo bajando la cabeza.
— Lo sé... Pobrecito, ya me imagino lo que le estarán haciendo — lo miró — Pero en cuanto salgamos te ayudaré, es un ser vivo y merece vivir libre.
— Gracias — le intentó abrazar pasando sus manos a través de los barrotes — ¿Ya te dije que te amo? — sonrió.
— Jeje, y... ¿Cuál es el plan?
— Pronto lo descubrirás, tranquila.
— ¡Ja! ¿Ésto es lo único que tienes? — el erizo corría atrapado en una caja fuerte, aparentemente de metal.
— Me alegra que disfrutaras tu descanso... Respondiendo a tu pregunta... Ésto apenas comienza — El del bigote lo observó a través de la cámara.
Activó un botón y en el lugar empezó a salir pequeñas llamas de fuego, que pronto comenzaron a arrasar con el lugar.
El erizo frenó al ver qué una de las llamas se acercaban a el. El humo se comenzó a encerrar por el lugar, cosa que hacía que el azul se pusiera débil.
— ¿Ahora quién ríe? — dijo divertido observando al erizo arrodillarse.
— El que ríe de último ríe mejor... ¡Y yo seré ese! — después de eso se puso nuevamente de pie y tomó impulso para comenzar a correr por las paredes de la caja fuerte.
Corría dando vueltas, evitando el fuego. Poco a poco fue llegando casi a al techo, fue allí donde cerró los ojos por un instante.
— Sabes... Ésto sólo me hace más fuerte — dijo con seguridad — Hora de escapar...
Abrió los ojos, dejando ver qué nuevamente se habían vuelto azul brillante. Su cuerpo se llenó de rayos azules con un brillo intenso que iluminó todo el cuarto.
Corrió, ésta vez más rápido que antes. Llegó a un cierto punto y saltó, haciendo su ya antes visto "spin atack", solo que ésta vez con un poder impresionante; acabando rompiendo al instante la pesada caja fuerte.
Aterrizando de pie, alzó la cabeza mientras miraba a los ojos al mostachudo, el cuál había quedado impactado.
— No puedes tenerme aquí para siempre — Frunció el ceño apretando su puño.
Corrió hacia él con su puño cerrado, quería darle una paliza y escapar de ese lugar. Era su oportunidad, ya que se encontraban "solos".
Pero... A pocos metros de llegar donde él, recibió un disparo en la pierna que lo hizo caer y dar un gritó de dolor.
— Te lo agradezco Stone... De no ser por ti éste parásito me hubiera golpeado... Al menos hiciste algo bueno en toda tu vida — Miró al azul fríamente. — Llegaste a tiempo... Ahora enciérralo en su celda y no le des de comer ésta noche... Lo que me hizo es imperdonable — terminó de hablar y se retiró del lugar.
Stone llamó a los guardias de seguridad, los cuáles tomaron de los brazos al erizo y lo arrastraron hacia la celda;en donde fue lanzado bruscamente hacia el piso para después ser encadenado.
Luego de que los guardias se retiraron, el azul se sentó tocándose la herida.
— Tranquilo Sonic... Hoy casi lo logras, el día de que salgamos de éste lugar podremos darle una lección al maníaco ese... Mientras tanto concéntrate en el plan — sacó de entre sus púas un pañuelo, con el cuál amarró su pierna herida.
Suspiró y miró hacia el techo con una sonrisa dibujada en su rostro, a pesar del dolor que sentía.
No cabe duda de que Sonic mantenía la esperanza y esas ganas de vivir.
Estaba demasiado cansado.
Sentado en la silla de su oficina, observaba aquella púa que le dió eficacia a sus máquinas.
— Si solo ésta pequeña púa pudo darle ese poder a mis robots... Imagina... Lo que haría todo el poder de Sonic — sonrió — O mejor aún... Imagina... El poder que le daría a un ser humano... Y ese seré yo.
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