❁ཻུ۪۪⸙OO1

El erizo abrió los ojos con gran dificultad, luego de varios minutos al fin su vista se logró centrar y visualizó una luz blanca justo arriba de él.

Sentía como si le apretaran del cuello.

Miró a su alrededor con dificultad e intentó moverse solo para descubrir que estaba atado de piernas y brazos a una mesa de laboratorio, su estómago le dolía bastante.

Vió enfrente suyo jeringas y varios frascos que probablemente contenían anestésicos y sedantes. Pero lo que más le llamo la atención fue que había unas tijeras manchadas ligeramente de sangre y vendas... Tal vez eso explicaba su dolor.

Con las pocas fuerzas que su cuerpo recuperó, intento soltarse, no pensaba quedarse allí.

Lo intentó por varias horas, pero sus esfuerzos fueron en vano; pues solo conseguía lastimarse las muñecas, talones, estómago y cuello. Estaba demasiado cansado, se dió un respiro intentando pensar.

-—¿C-cómo llegué a éste lugar? — se preguntó con la respiración entrecortada.

— Esa... Es una buena pregunta...

Miró rápidamente a su alrededor, esa voz... La conocía.

— Robot Nick...

— Vaya... ¿Al fin despiertas?... Mi estimado erizo del espacio — se acercó lentamente hacia el azul — Yo aclararé todas tus dudas, después de todo... Me estás ayudando — sonrió.

— ¡Explícame que hago aquí! — su respiración se aceleró.

— Verás... Éste es el laboratorio, lugar donde toooda la magia ocurre. Y tú... Serás el "conejo" que me ayude — Tomó una de las jeringas y con ella succionó una de las sustancias que había en los frascos.

— Pues te tengo una noticia... Pronto saldré de éste lugar Eggman — frunció el ceño y lo miró a los ojos.

— Sigue soñando...

Fueron las últimas palabras que escucho, pues el hombre le había inyectado nuevamente el sedante.

Sus ojos comenzaron a sentirse pesados, cayendo nuevamente en un profundo sueño.


— Prisión estatal, ¿Me copias?...

— Si, te escucho fuerte y claro — Un oficial de seguridad respondía a la voz.

— Ésta noche encontramos a dos sujetos, con las identidades de "Tom Wachowsky" y " Maddie Wachowsky" .

— Sí, sus expedientes me acaban de llegar — checó en su computadora.

— En pocas horas te los llevaré — El agente Stone conducía hacia la mejor prisión que existía en toda la zona.

— Los espero a las 8 en punto — dijo checando la hora.

— Estaré para antes... Mientras prepara la mejor celda, que éstos sujetos pueden ser peligrosos...


Ya habían pasado unas cuantas horas desde que despertó, se sentía demasiado débil.

Ésta vez se encontraba en un cuarto hecho del material más resistente del mundo, atado a unas cadenas realmente pesadas, pero extensas.

Vigilado las 24 horas del día, cualquier intento de escape y lo inyectarían nuevamente con sedantes.

Cabizbajo recordaba su pasado, sus heridas le ardían, por lo que se tocó el estómago vendado. Al observar su mano sus ojos se opacaron al verla manchada de un rojo intenso.

— Tan solo quiero salir de aquí... — se acomodó en el frío suelo intentando tranquilizarse — No importa que tan resistente sean sus celdas... Nada es más resistente que yo...

Planear su escape era en lo que pensaba, cerró los ojos llenándose de espíritu.

Sus orejas se movieron a dirección de un sonido que provenía de afuera, se escuchaban como pisadas alejándose; aparentemente era el guardia de seguridad que cambiaría de puesto.

— Bien, es mi oportunidad, solo tengo 5 minutos para que el otro guardia llegue pero para mí serán más que suficientes.

Con un poco de dificultad se puso de pie, intentando olvidar el dolor en su estómago.
Dió dos pasos hacia atrás y corrió haciendo un spin dash contra la pared, dejando apenas una marca.

El erizo cayó al suelo con su herida ahora derramando pequeñas gotas. Dió un pequeño grito de dolor e intentó volverse a poner de pie, solo que ésta vez con mucha más dificultad.

Suspiró y corrió nuevamente lanzando otro ataque, ésta vez logrando que la pared se hundiera dejando la marca del spin dash.

Cayó con brusquedad, mientras que su herida pasó de mal en peor, ahora se había formado un pequeño charco junto dónde esté yacía.

Su vista se opacaba lentamente y el dolor aumento, lo que le provocó un gritó de dolor.

— S-sald-dre d-de -aqui — Dijo con la respiración entrecortada.

Sus ojos se cerraron lentamente...
Saldría de allí, estaba seguro... Lo lograría a cualquier costo, inclusive si fuera lo último que hiciera.

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