𝐒𝐞𝐱𝐨 𝐞𝐧 𝐞𝐥 𝐭𝐫𝐚𝐛𝐚𝐣𝐨.

Gon y Killua tomaron vuelos diferentes para verse en una isla poco explorada donde se encontrarían con los compañeros de Kite para investigar la zona.

El primero en llegar fue el albino quién esperó durante más o menos una hora la presencia del azabache que lo encontró sin problema alguno gritando su nombre a los cuatro vientos.

Usaba una chaqueta verde cerrada con unos pantalones marrones y unas botas oscuras. Se abrazaron mientras Gon regulaba su respiración, es que prácticamente había corrido desde que salió del globo aerostático.

Mientras el pálido tenía algo más cómodo, su camisa manga larga azul oscuro y un pantalón suelto color blanco. Pero los zapatos si podían aguantar cualquier tipo de terreno, sumando uno inexplorado.

—Alguien ha estado haciendo cosas sucias. —Killua aprovechó la cercanía para susurrarle al oído haciendo al contrario tensarse subiendo el calor hasta el rostro.

Y es que el tiempo que estuvieron separados se alargó de tal manera que se cumplieron dos meses. Por eso Gon no quería separarse tan rápido del calor de su pareja y el olor que tanto extrañó. 

En esas semanas estuvieron ambos haciendo de las suyas con juegos perversos por llamadas cada ocasión que podían pero por fin todo lo que rogaron y prometieron iba a hacerse realidad.

El albino amplió su sonrisa al notar a su novio perdido en la nada. Así que lo alejó un poco de su cuerpo por la cintura.

—Será mejor apresurarnos.

Le hubiera comido la boca a Killua cuando sus narices se frotaron levemente pero en más de una ocasión le regañó por estar haciendo esas demostraciones de afecto en público. Ese lado avergonzado no cambió para nada a pesar de los años.

Se tomaron de la mano cuando revisaron que sus pertenencias estuvieran completas. 

Gracias a un mapa y el constante contacto que hacían con el grupo donde iban a encontrarse, lograron avanzar bastante rápido. Pero no esperaban que ese constante calor que les hacía sudar y detenerse para tomar descansos desapareciera para ser reemplazado por una fuerte lluvia.

—Busquemos un sitio para descansar. —el picor en la nariz de Gon con el olor a peticor no le daba señales de que el clima mejorara por un largo rato.

Así se detuvieron en una cueva que estaba bien ubicada. Tal vez fue hecha por diversas personas para refugiarse.

Gon podía captar varios olores de animales que dejaron restos de sus presas en el suelo.

—Killua... —lo observó con ansias. Tenía las piernas cruzadas con una mueca de mal humor, sus brazos caían sobre estas notando fácilmente los músculos trabajados. Se le hizo agua a la boca. —Estás muy lindo.

El mencionado apenas reaccionó cuando el moreno se inclinó hacia él buscando cercanía. Tenía la mente en otro lugar pensando en el tiempo que iban a perder para comenzar con lo que se supone que debían hacer.

—¡I-idiota, ¿acaso te comiste una planta para decir estupideces?! —Gon ya había dejado un par de besos en las mejillas pálidas que se tornaban de un tono rosa para que una de sus manos no dudara en acariciar la entrepierna expuesta.

No pudo reprimir un gemido mientras el azabache le besaba con desenfreno.

—Vamos a hacer cosas de adultos, solo un poco... —intentaba convencerlo cuando tomaron aire y sentía que lo que estaba debajo de su mano crecía.

Supo que funcionaron cuando fue recostado en el suelo teniendo como soporte varias hojas secas. Su cuerpo fue explorado haciendo que se estremeciera y disfrutara de la sensación de sus pezones siendo atendidos.

Killua dejaba marcas en la piel canela igual que chupones que esperaba que perduraran por un tiempo.

Pronto no tenía nada más que su camisa negra en las clavículas, siendo penetrado de una manera tan ruda que sollozaba y cerraba los ojos con fuerza.

—¡Fu-fuerte, Killua! ¡Así! —uno de sus pezones fueron pellizcados abriendo sus piernas temblorosas por inercia. El sonido de sus cuerpos chocando lo llevaba a otro mundo.

Terminaron la tercera ronda con Gon suspirando con un leve puchero. Anhelaba que su novio no usara condón pero esa ocasión tuvo que conformarse.

El albino estaba sudoroso con mechones de cabello pegados sobre su frente.

—Gon, no me mires así... —el azabache no se había movido ni un centímetro desde que descansaron y la lluvia cesó. Todavía tenía los ojos llenos de una lujuria insaciable.

—Pero... —uso de nuevo ese tono inocente que ocasionaba que Killua perdiera la cabeza.

—¿Quieres que te limpie? —se acomodó entre los muslos regordetes para dejar una lamida en el abdomen.

—Sigue, por favor... —suspiró con dificultad dejando que sus cejas se torcieran al recibir lo que quería.

Dejó besos y marcas viendo de vez en cuando a su pareja retorcerse hasta que terminó.

Gon deseaba hacerle lo mismo a Killua pero sabía que no iba a permitirlo tras complacerlo tanto y teniendo algo más importante por hacer.

—Me hiciste muchos chupones, no voy a poder disimularlos si tenemos que usar otro tipo de ropa. —el moreno sacó la lengua.

—Tú también me rasguñaste la espalda. 

Empezaron una pequeña discusión mientras retomaban su camino logrando avisar a Kite que estaban cerca del campamento.

Iban a estar en serios problemas si se percataban de lo que hicieron pero eran los riesgos de ser una pareja tan pasional.

Claramente se dieron cuenta sus amigos pero nadie fue capaz de comentar nada. Mucho menos con Killua que cuando se molestaba daba mucho miedo.

Se supone que iba a editar los capítulos, pero me enfermé JAJA

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top