Pov. Narradora
¿Qué chica no desearía tener buen aspecto físico? Gastan su dinero en operaciones para verse mejor. Sin embargo, había un chico que tenía esa ambición. Pit era un muchacho que empezó con esa idea, sin tomar en cuenta las consecuencias.

—Espero que esto sirva.— dijo Pit tomándose una pastilla. Una mujer se acercó —¿Pit?— el chico se sobresaltó y se giró.

—Hola Señorita Peach— saludó con una sonrisa.

—Pit, ¿te sientes bien? Te veo muy pálido y tienes unas ojeras horribles.—

—S-si, no se preocupe, estoy bien— cerró su taquilla y se fue a su siguiente clase.

Ahora le tocaba Dibujo Técnico. Y es que a Pit siempre le intereso el dibujo y la pintura. Durante la clase, la profesora les mandó hacer una mandala.

Sin embargo, Pit tenía mal aspecto. Los trazos que realizaba eran irregulares y la profesora lo notó.

—Pit, ¿te encuentras bien?— preguntó la maestra. Pit temblaba mucho y se veía agotado. —S-si, e-estoy b-.

Y se desmayó. Sus compañeros se acercaron muy asustados, mientras la profesora llamaba a una ambulancia.

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Pit despertó en una camilla de hospital, conectado a una bolsa de suero y otra de sangre. Tenía la piel enfermizamente pálida. Un médico entró en la habitación. Era muy igualito a Pit.

—Has despertado. Menos mal, tu amigo no deja de preguntar por ti.

—¿Quién?— preguntó con voz cansada. Parecía un fantasma —Un chico pelirrojo con una banda en la frente. Es algo molesto, ha parado a tres compañeras para que le dijeran algo de ti.—

El chico sonrió —Pero se nota que se preocupa por ti. En fin, me llamo Kuro y me han pedido que me ocupe de tu tratamiento.—

—¿Tratamiento?— preguntó confuso Pit.

El otro chico suspiró —Pit.— hizo una breve pausa —Tienes anorexia.

Pit se cubrió la cara con el brazo. Se sintió desgraciado. Lo único que quería era adelgazar para verse bien.

—Sólo...quería... adelgazar.— empezó a sollozar. Empezó como una simple dieta, porque su novio dijo que estaba gordito.

—Tranquilo, no es el fin del mundo. Sí sigues el tratamiento correctamente podrás curarte.

Kuro se acercó la puerta y un chico de ojos azules entró en la habitación.

—¡¡PIIIIIIT!!!— gritó. El pelirrojo lo abrazó con cuidado al notar el estado de su amigo. Luego volteó a ver al chico más oscuro.

—Dígame doctor, ¿está bien Pit?—

—Su amigo se pondrá bien, solo debe seguir un tratamiento que le voy a comentar ahora.—

Roy escuchó atentamente a lo que decía el joven médico. Debía incrementar su dieta de proteínas para recuperar musculatura y que comiera alimentos ricos en hierro.

—Bueno eso es todo. Os veré el mes que viene. Te daré un permiso firmado para que pases esos días en casa hasta que mejores.

Y así fue. Después de que Kuro le diera el permiso firmado, volvió a casa con su compañero de piso. Roy tuvo que cogerse también el permiso y asegurarse de que Pit seguía el tratamiento.

Hola mis fujoshis y fundashis, un nuevo short de esta historia. Hierba tranqui que no me he olvidado de tu pedido. Y antes de irme le mando un saludo a Cora, felicidades.

Nos vemos.