Otra vez, otra vez se había quedado dormido, iba tarde para su entrevista de trabajo. Se levantó con tiempo considerable, pero conocía el tráfico de Mobius, y no le convenía confiarse.

Desde hace mucho que había decidido salirse de casa de sus padres, ósease independizarse a sus veinte años, nada mal.

Lo principal era que consiguiera dinero, y no quería trabajar en alguna tiendita, claro que tenía en cuenta que no eran malos trabajos, pero quería superarse, demostrarle a su padre que podía sentirse orgulloso de él.

Claro que el inconveniente era que se había levantado tarde e iba tarde, muy tarde.

Al ir corriendo no se fijo y chocó con un erizo, cayendo ambos al suelo, solamente se disculpó y se apresuró a levantarse sin acercase a ayudar al erizo que tiro por accidente. Aunque tenía que admitir que aquel erizo era atractivo.

¡No! Tenía que concentrarse en llegar a tiempo a su entrevista, ya después tendría tiempo de admirar a aquel erizo en sus pensamientos.

Tardó veinte minutos en llegar, y eso que iba a pie, al entrar en el elevador observó el reloj de su celular, llegó con cinco minutos de sobra, una sorpresa ya que no creía que llegaría a tiempo.

Al llegar al piso pasó a sentarse a uno de los sillones que se encontraban ahí, la recepcionista le había dicho que esperara en lo que avisaba que ya se encontraba ahí.

Paseó su vista por todo el establecimiento, a su lado se encontraban unos helechos en maceta, de gran tamaño, admiraba aquellas plantas ya que eran sus favoritas de niño. Con él llegó un erizo albino el cual lo guió hacia la oficina donde sería entrevistado.

—Bien Sonic The Hedgehog, el puesto es suyo, será secretario de mi mano derecha en la empresa, él te dirá tus horarios y todo lo que tienes que saber sobre tu trabajo, eso sí, no tolerare que mezcles tus problemas personales con el trabajo, si tienes algo que decir tratalo con Shadow o conmigo, quiero ver eficacia en ti Sonic —demandó con seriedad aquel erizo veteado grisáceo.

—Así será señor.

—Si tienes alguna otra duda puedes decirle a mi secretario Silver, te llevará con tu nuevo jefe, puedes retirarte —se sentó para seguir trabajando en su computadora.

—Claro, con permiso —se levantó educadamente y se retiró.

Al cerrar la puerta pudo ver al erizo albino leyendo unos documentos, quien al verlo también le sonrió.

—Me imagino que te dieron el puesto —comentó mientras cerraba aquel folder dorado.

—Si, me dijo que me llevarías con Shadow, seré su secretario.

—Claro, sígueme, Shadow llegó hace unos minutos —comenzó a caminar siendo seguido por el cobalto.

Mientras caminaban, Sonic podía observar a varias mujeres que miraban mal al erizo albino, eso lo dejó extrañado ya que parecía del tipo que no lastimaba ni a una mosca. Cuando estuvieron algo lejos de ellas se atrevió a preguntarle de ello.

—Oye...

—Silver —sonrió.

—Silver, tengo una duda.

—¿En qué te puedo ayudar Sonic?

—¿Por qué las mujeres de la empresa te ven mal?

Una pregunta muy directa lo tenía que admitir, Silver cambió su expresión, Sonic se dio cuenta de su cambio de expresión y lo que había provocado en él aquella pregunta.

—Fácil y sencillo, soy pareja de Mephiles, y ellas creen que estoy con él por beneficio propio y por su dinero —dijo con simplicidad.

—No hagas caso a lo que piensen de ti, probablemente te tengan envidia ya que el jefe se fijo en ti y no en ellas, y tal vez ellas si hubieran querido estar con él por su dinero —le comentó tratando de subirle el ánimo, puesto que esa pregunta se lo había bajado un poco.

—Me parece que tú y yo nos llevaremos bien —sonrió al verlo.

Sonic también le devolvió la sonrisa, Silver irradiaba pureza con tan solo verlo.

—Bueno, aquí es, te dejo, Shadow ya debe estar esperándote —le dijo para despedirse de él y volver a su puesto.

—Nos vemos Silver.

Al tocar la puerta escucho un pase y la abrió, sorprendiendose de ver a su nuevo jefe.

—¡Tú!

—Eres la persona de la mañana.

Sin duda alguna, sería un gran trabajo.