Capitulo 25
Al reconocer el lugar no pudo evitar sonreír, abrió la ventana recibiendo el fresco aire, le dio un escalofrió, pero era uno agradable.
Se detuvo un momento, pero solo fue para comprar cosas para beber y comer después de todo tenía mucho que hablar y un buen trago le iba ayudar a enfrentar toda la situación.
Dejo todo en el asiento del copiloto continuando así su viaje, solo le quedaban unos minutos y llegaría por fin a su amado hogar.
Conducía lento, el camino era de tierra y bastante irregular, la noche ya había alcanzado el lugar por lo que el silencio solo era alterado por el ruido de las llantas sobre el camino de tierra y una que otra lechuza en el fondo en algún lugar entre los árboles.
Me detuve frente a mi hogar, las luces estaban encendidas, por un momento dude si bajar o no, no era miedo, nada de eso, era un agotamiento mental debido a la larga charla que ahora tendría por mi reciente relación, era casi irónico que estuviera así siendo un adulto y que no estaba haciendo nada malo.
Tome las cosas y baje yendo a mi casa, subí los peldaños rechinantes, me acerque a la puerta, con mi mano libre buscaba las llaves, pero tal parecía que estaban esperando por mi llegada ya que la puerta se abrió dibujando una silueta debido a la luz en contraste con la oscuridad de la noche
-Hasta que te dignaste a llegar, estaba pensando que me evitarías-
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Deseaba un poco de descanso, pero no fue así, apenas llegue a mi departamento tuve tiempo solo de tomar un baño y cambiarme de ropa antes de ser llamado por asuntos de trabajo -no comprendo cual es el apuro, se suponía que iría mañana-
Apenas ingreso a la oficina comenzó dando los informes y papeleo sobre su viaje, acuerdos, planes de reuniones futuras, proyectos, todos escuchaban con especial interés. China mantenía el ceño fruncido ya que habían cancelado su día libre solo para comprobar que estuviera haciendo las cosas que le solicitaron, además de estar especialmente irritado ya que aun no tenia oportunidad de enviar un mensaje al chileno y aun debía esperar acabar con la reunión para poder escribirle, lo único bueno era que podía seguir cargando su móvil.
En algún momento perdió el hilo de la conversación entre los presentes, el agotamiento era evidente, apenas veía pasar imágenes sobre gráficas, estadísticas, también sobre acuerdos y competencias, así como las estrategias a tomar -señor- este levanto la mirada ante el llamado, este parecía serio -señor China ahora es importante saber sobre el avance del nuevo proyecto-
-Claro- soltó apenas y comenzó a explicar su parte, pero mientras lo hacia la imagen del chileno venia a su cabeza distrayéndolo -¿sucede algo?-
-Uh no, no es nada-
Todos parecían satisfechos por lo que dieron por concluida los presente se comenzaron a marchar, China no era la excepción pero antes encendió el móvil feliz de volver a estar comunicado y claramente el primero en saberlo seria su ahora pareja, por el horario le mandaría un mensaje para no interrumpirle el sueño, quedo satisfecho, algo que se le hacia trivial ahora le tomaba tal importancia y una agradable sensación lo invadía -esta vez viajare solo, así no tendremos moscas entrometidas, solo tú y yo querido Chile-
Termino de ordenar todo, debía ir a otro sitio por lo que se apresuró, por suerte era en el mismo edificio y al ser el, pocos se detenían hablarle, solo saludos cordiales. Golpeo la puerta entrando apenas recibió el permiso.
-Bienvenido de vuelta China-
-Gracias, señor con permiso-
-Espero venga solo con bunas noticias, tomando en cuenta que retraso su regreso-
-Claro señor, aquí traigo todo, aunque hay algunas cosas que debemos discutir- el contrario frunció el ceño, hizo un gesto haciendo que todos dejaran la oficina dejándolos solos.
China espero a que el ultimo saliera cerrando la puerta, le puso seguro y luego se acercó al escritorio, estas reuniones eran las mas importantes ya que implicaban temas delicados sobre la nación.
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-¿No va a decir nada?- le quedo mirando, estaba evidentemente molesto, su cara era muy expresiva, no pudo evitar emocionarme ha sido un tiempo sin poder verlo.
-Te extrañe tanto—lo rodeo pese a tener las bolsas, este me abrazo soltando un suspiro, su enojo bajo, bien por mí, una enorme calma me embargo, era lo que necesitaba un buen abrazo de este chico, no me gusta ocultarlo pero ambos sabemos que ha sido necesario para que tuviera una vida tranquila, me aparto para verle mejor era su viva imagen, sin duda pero sus pucheros eran míos -no me gusto tu sorpresita y menos por redes sociales ¿que soy invisible o qué?- reí por eso – ya celosito hablaremos de eso por ahora quiero regalonearte mein schatz/tesoro -porque si, es mi tesoro, uno oculto, el ultimo regalo que imperio me dejo al morir, el ultimo hijo que tuvimos juntos.
-¡Es que no te entiendo! ¡¿Por qué ese weon?! Ósea feo no es, pero come weas raras y nunca se sabe si te está viendo o durmiendo y...y... ¡por culpa de ese idiota no te pude visitar por la estúpida pandemia!-
-¡Jasper Eluney! córtala ¿queri? no eres un niño deja de hacer berrinches, ni si quiera lo conoces-
-¡¿Y qué?! ¡Se le nota la cara de califa! ¿Cómo se que va en serio con Meine Mutter? manchmal bist du sehr zutraulich/ a veces eres muy confiado- Chile no dejaba de acariciarse el rostro, estaba agotado del constante berrinche del contrario, tras su llegada no había hecho mas que escuchar los reclamos del menor, como el codo descansaba en el brazo del sofá apoyo la cabeza en la mano sin apartar la vista del contrario quien bebía un trago de una sentada y dejaba con molestia la lata vacía.
No podía evitar tener una mezcla de emociones, sabia que no sería fácil de aceptar, pero el ver quien es casi una copia de mi difunto esposo quien reclamaba me hacia sentir un poco de culpa -quizás si me apure en aceptar-
Esto llamo la atención del contrario quien fue guardando silencio y que su progenitor le estaba observando, pero no parecía realmente estar viéndolo, su mirada cambio, lucia apagado haciendo que se sintiera culpable, sabía que si sus hermanos se llegaban a enterar que le causo esa mirada triste lo matarían. Apretó las manos, se levanto de su lugar y se gano a un lado de Chile haciendo que reaccionara al momento que lo abrazo ocultando su rostro del contrario.
-¿Jasper?¿que teni ahora?-
-Perdón... no quería hablarte así, se que el papá murió hace mucho tiempo... también que me cuidaste y no has salido con nadie después del papá... tienes todo el derecho de enamorarte, pero...-
-Ya tranquilito es mi culpa, debí contarte debidamente sobre China, pero creo que incluso yo quede totalmente sorprendido de sus sentimientos hacia mi- acariciaba su cabello con cariño, tan negro como la noche salvo por algunos mechones blancos, no podía molestarse con él, tuvo que pasar por mucho por culpa de ellos.
-Raro seria que no le gustaras, eres el más bonito de todos además de divertido-
-Aww gracias mi niño-
Guardaron silencio por un momento, el menor se dejaba acariciar por su madre, amaba lo cariñoso que era con ellos aunque tuviera fama de ser todo lo contrario -¿es bueno contigo?- Chile esbozo una sonrisa recordando los momentos con el asiático, Jasper se sorprendió por la reacción y como parecía avergonzado -es muy bueno... me gusta mucho-
-Eso es bueno... no puedo reclamarle como hijo sobreprotector, pero por favor cuídate no quiero que nadie te lastime-
-Perdón por eso y descuida lo hare- no podía evitar entristecerse, el era un secreto, quizás ahora no tendría repercusiones, pero ya estaban acostumbrados a esa vida, pero no quitaba que tuviera un lado malo como perderse ciertas cosas, no poder compartir con Alemania, por ejemplo, no decir quienes son sus padres o andar en su apariencia original por temor a ser reconocido o si quiera ser conocido por su nombre "Imperio chileno" nombre dado por su hermano Weimar.
-Tranquilo, la culpa es del viejo por andar haciendo guerras a lo loco-
-Creo que teni razón, ya mejor cuéntame cómo va la investigación en la que trabajas y espero que te estés portando bien con Antártida, mira que ella hace caleta cuidándote por mi-
Tras el momento tenso ya podían disfrutar de su reencuentro, ponerse al día sobre el trabajo de su hijo y como sus ojos brillaban por eso, era un adulto, pero con él se comportaba como un niño - me encantaría presentarlo a China- pro esa idea la descartaba de inmediato, no solo era pronto como para dar ese paso con su pareja y más cuando ni ha tenido el valor de hablar de él con Alemania quien tiene mas derecho de conocerlo. Tampoco quería espantar a China con una noticia así y quizás terminar alejándolo -mis mundos no deben cruzarse-
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Estaban cenando en completa calma, Alemania e Italia eran quienes mas intercambiaban opiniones. Imperio observaba en silencio escuchando sobre los temas, no dejaba de impresionarse por lo mucho que habían cambiado el mundo, era todo un misterio para él, sentía curiosidad pero tenia sus prioridades, primero encontraría a su amado Chile, se dedicaría a volver aprender de él, lo que ha vivido, todos sus momentos, disculparse por no estar en los malos, en la crianza de sus hijos, compensarle no estar en los buenos, tal vez le tomaría más tiempo pero estaba convencido que conseguiría estar con él, atrás quedaría el asiático como un mero desliz.
-Has estado callado algo raro en ti... espero no estés planeando alguna tontería- apenas desvió la mirada observando a su nieto -se que te encanta mi compañía niño, pero no tengo opinión sobre su conversación, no sé del presente y no, no planeo nada-
-En realidad pensé que estarías balbuceando todo lo que le dirías a Chile- Imperio soltó una risa- la verdad, no se que decirle, tampoco sé si seré capaz de estar en pie cuando lo vea- Alemania le observo unos segundos, luego a Italia quien parecía ocupada en algo.
Bajo la vista notando que el mayor movía las manos inquieto pese a que mantenía una expresión tranquila -solo di que tienes miedo de su reacción-
-Claro que lo tengo, por lo que entiendo han pasado años, la gente cambia, Chile no sería la excepción, no quiero que piense que lo abandone-
-¿Porque lo haría?-
-Puede pensar que me fui... que lo abandone a él y a mis hijos, aunque me sigue pareciendo todo muy extraño, recuerdo que fue el al último que vi cuando cierre mis ojos, pero cuando los abrí aparecí perdido en la nada, pero parece tan irreal que no lo culparía si estuviera molesto conmigo... eso es lo que mas temo en la vida, que Chile llegue a odiarme, me destrozaría por completo-
El alemán menor se mantuvo en silencio, no tenía ánimos de burlarse del contrario quien era malditamente sincero con él, su abuelo estaba haciendo cambiar de opinión lo que sabía de su propia familia.
-No te odiara- pensó un momento sus palabras, no era un hecho pero conociéndolo suficiente a su amigo estaba seguro de aquello -Chile no es así, no odio a Reich con todo lo que hizo, si lo decepciono pero aun así no me deja odiarlo... seguro va a estar confundido e impactado pero con todo lo de tus relatos sobre su relación creo que estará feliz de ver que regresaste y mas que aun lo amas, solo debes darle tiempo, no lo parece pero es mas reservado y casi no pide ayuda y aunque seas mi abuelo el es mi amigo, estuvo siempre conmigo por lo que no esperes que te apoye si lo veo mal-
Imperio asintió en silencio, alzo la mano y le dio unas palmadas en la cabeza recibiendo un bufido -no puedo esperar menos de ti, me tranquiliza que pese a todo Chile nunca estuvo solo-
-Es mutuo, aunque sigo molesto por ocultarme todo esto-
-Debió tener sus razones, solo debes preguntarle y escucharlo-
-Lo obligare si es necesario es muy obstinado- la charla no duro más, cada uno se acomodo en su asiento para descansar, Imperio veía por la ventana la inmensa oscuridad, pronto llegarían a su destino, el estaba ansioso por volver a su hogar del cuan nunca debió irse y disfrutar tranquilos, podía permanecer junto al chileno sin necesidad de regresar a su territorio al no ser la representación -mi hermosa estrella, Ancio tanto verte-
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Apenas termino su reunión, China se marchó con prisa, aquella charla, aunque salió bien, de igual manera le dejo un extraño sabor en la boca, se marcho hasta una cafetería, bebería algo para luego ir por su siguiente objetivo, compraría otro móvil y una batería, debía evitar que volviera a suceder o mismo que en su viaje.
Se detuvo a descansar un momento, miraba su móvil su entrecejo se relajó apenas leyó el mensaje como respuesta de parte de Chile, sin pensarlo ya le estaba marcando reaccionando solo cuando escucho su voz- hola pandita~-
-C-Chile lo siento debí despertarte-
-No tranqui, estoy tomándome unas chelitas- escuchaba que le susurraba alguien causándole curiosidad y algo más, un malestar en su pecho -ya veo... ¿estás solo? -
-N-no... con uno de mis hijos- un relajo inexplicable lo invadió por ello -oh entonces te interrumpí-
-China... te echo de menos- soltó en un suave susurro provocándole un sonrojo al asiático y que una sonrisa se dibujara en su rostro -yo también te extraño, escucharte ayuda un poco...no puedo olvidar nuestra noche juntos- escucho un estruendo del otro lado y al chileno soltar improperios, así como una risa de fondo -Chile, cielo ¿estas bien? -
-S-si pandita, solo me trompece... no espere dijeras eso- soltó una risa nervioso y luego un suspiro -¿cuándo te veré de nuevo?-
Sentía que su pecho le dolía, pero era bueno que quisiera verlo, bueno era normal, eran pareja –estoy haciendo todo para conseguir unos días o si tu te desocupas antes podrías venir, aunque no prometo dejarte volver-
-Aww aquí podría hacer lo mismo.... Ya mejor no sigo que me pongo hablar cochina- escuchaba la risa tan característica de el -pandita me dio tutito me voy a acostar-
-Claro por su puesto, descansa y bebe agua o mañana te dolerá la cabeza-
-Gracias pandita, cuídate, te quiero-
-Te quiero Chile- espero a que colgara el latino, miro la pantalla y como se oscurecía mostrando su reflejo y como su ceño se volvía a fruncir -todo estará bien Chile, lo prometo- termino su bebida, tomo sus cosas y se marchó, la breve charla con el chileno le alegro el mal día, no cambiaria mucho su plan, solo agregaría otros lugares para ver -le llevare algunos obsequios-
Chile se tambaleaba sin dejar ver el móvil, mantenía una sonrisa boba, su rostro estaba rojo ya sea por la charla o por el alcohol que recorría su cuerpo.
-¿Terminaste de hablar con tu pololo?- asintió, se volteo a ver al menor que apenas lograba mantenerse apoyado en el marco de la puerta -menos mal casi vomito, es raro escucharte hablar así- luchaba por mantenerse en pie, Chile se acercó, le tomo del brazo pasándolo por sus hombros -vamos hay que dormir- este no opuso resistencia y solo se apoyo en su progenitor y ambos caminaron por la casa.
-Ya buenas noches- lo dejo en la cama, lo ayudo a toparse y cuando se iba alejar el menor le agarro de la ropa -¿qué pasa Jasper?-
-No te alejes mutter, no quiero perderte- el chileno le vio con ternura, entendía a que se refería, se volvió acercar, se agacho acariciando su cabello, deposito un beso en su frente -siempre estaré contigo mi lindo tesoro, tu y tus hermanos son mi prioridad, descansa- espero a que cerrara los ojos para marcharse a su cuarto.
-Se comporta como todo un cabro chico, creo que lo mimamos mucho- se dejo caer cansado en la cama, la borrachera se estaba yendo poco a poco -quiero hablar de nuevo con China- se abrazo a una almohada, no le gustaba esa parte de las relaciones, tener que estar distanciados, sus parpados pensaban, era muy tarde y entre el alcohol y cansancio acumulado estaba apoderándose, perdiendo la batalla por permanecer despierto, pero no lo consiguió cayendo en un profundo sueño y con el asiático siendo el ultimo en ocupar sus pensamientos.
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-¡Por fin hemos llegado! - los otros despertaron asustados por el repentino grito, somnolientos vieron que el mayor veía con entusiasmo por la ventana -es la cordillera no hay duda, ¡estamos en territorio de mi estrella!- lucia de tan buen humor, Italia le observaba divertida mientras Alemania estaba con el ceño fruncido por haber sido despertado de golpe -no seas escandaloso o anciano además si te emocionas tanto seguro te da un ataque-
-Tus palabras de amargado no me afectaran por fin estoy en casa y en cualquier momento con mi lindo esposo-
-Que tierno, señor creo que debería cambiar apariencia-
-Oh cierto, gracias, señorita- ambos alemanes cambiaron a su apariencia humana, Imperio no dejaba de ver el paisaje, llegando a sorprenderse con lo grande que lucia la ciudad en comparación a como lo recordaba -sin duda han hecho un gran trabajo-
El joven ignoraba a su abuelo apenas comenzó a balbucear -Italia ¿te iras enseguida? -
-No, deben abastecer el avión así que mientras hacen eso Santiago preparo una reservación en un hotel para que descansara-
-Que, considerado, será útil así iremos juntos hasta el estacionamiento y ahí nos separaremos-
-Un momento ¡¿podre ver a Santi?!- ambos miraron al mayor que parecía ilusionado con la idea de la capital, pero su nieto se encargaría de quitarle esa idea de la cabeza- no, esta muy ocupado, pero se que PDI nos espera para ayudarnos a ingresar e indicarnos el vehículo que usaremos-
-Si y a mí me llevaran al hotel- el mayor decepcionado se giro nuevamente a la ventana ignorando a los jóvenes, Alemania negó en silencio, no estaba con la energía suficiente para tratar con los berrinches de su abuelo.
-Seguro pronto podrás descansar-
-Eso espero, pero al contrario del anciano no tengo tanta esperanza-
-Me gustaría acompañarlos, pero esto es algo que ustedes deben resolver... espero que Chile este bien cuando se entere-
-Yo también lo espero-
Apenas aterrizo y se les permitió descender, Imperio fue el primero la emoción estaba a flor de piel, miraba a todos lados buscando por donde salir, pero fue detenido por Alemania que estaba evidentemente molesto e Italia quien solo reía divertida -cálmate anciano recuerda que somos los guardias de Italia- este miro a la mujer quien lucía tranquila, se soltó del agarre, se acomodo la ropa y se ganó tras ella -lamento mi comportamiento-
-Descuide, es entendible que este así- en eso se acercaron a ellos poniéndolos en alerta ya que Alemania e Italia reconocieron a PDI junto a sus agentes, aunque había alguien más con ellos.
-Bienvenidos, soy Pudahuel, Santiago me pidió venir por ustedes-
-Hola Pudahuel, gracias y disculpa las molestias-
-No hay problemas, síganme, nos encargaremos de su ingreso- les guiño el ojo, se giró y guio a los recién llegados a un lugar apartado, le habían informado de la situación por lo que ya tenían todo preparado.
Luego de un rato de papeleo lograron salir y ser llevados hasta el estacionamiento -esto es enorme- soltó Imperio llamando la atención de la comuna -oh ¿ha estado aquí antes? -
-Hace mucho, pero era otro aeropuerto- este lo vio con curiosidad puesto que no le parecía que aquel hombre fuera mayor para saber del antiguo aeropuerto, Alemania noto su expresión, se alarmo por lo que los interrumpió -Pudahuel disculpa pero Santi nos informó que nos facilitarían un vehículo -este aparto la atención del contrario -oh cierto, vengan- lo llevaron a un vehículo, le entregaron las llaves agradeciendo -señorita Italia, la van espera un poco más allá ¿vamos?-
-Claro... suerte, a los dos- se despidió de Alemania dándole aliento y que tuviera paciencia, luego se despidió de Imperio -espero resulte su relación con Chile, cuídelo por favor-
-No tiene ni que pedirlo, lo hare, muchos gracias por todo, espero pagárselo en algún momento-
Esperaron que se alejaran antes de subir al vehículo, Imperio intento arrebatarle las llaves, pero Alemania logro esquivarlo -ni lo intentes, no conoces el lugar, si te dejo conducir terminaremos en la cárcel o más bien tu... otra vez-
-Le poni' color...- subió al lado del copiloto no perdería tiempo discutiendo, mientras fuera llevado con el chileno nada mas le importaba. Alemania le seguido partiendo pronto -¿que sucede? ¿porque no partimos?- dame un momento, debo poner la dirección de la casa de Chile- escribió rápido en el móvil mirando rápido y luego entregándoselo al mayor -¿Qué hago con la señorita Google?-
-¿Que? Agh deja de decirle así, solo debes llevarlo, me ira indicando por donde ir- Imperio miro sorprendido no se cansaba de cosas como esas -esta tecnología es sorprendente, necesito una de estas cosas-
-Luego, primero debemos ir con Chile, es cuestión de tiempo que ONU se entere que estamos aquí-
-No me interesa ese idiota, yo de aquí no me voy y si debo pelear por estar con Chile lo hare encantado-
Alemania soltó un suspiro si no era el quien iniciaría una guerra seguro que su abuelo si y por conocimiento era claro que sus palabras las cumpliría.
-¿Dónde estamos?-
-En casa de Chile- volvió a llamar, pero nadie salía, Alemania estaba maldiciendo su suerte- con todo del escape olvide traer las copias que Chile me dio -tomo su móvil para llamarlo, pero este no entraba las llamadas, chasqueo la lengua -seguro olvido cargarlo otra vez- guardo el móvil se rascaba la nuca intentando pensar en algo.
Imperio veía molesto el lugar, sentía que su nieto le estaba tendiendo una mala broma -esta no es la casa-
-Claro que sí, conozco bien el lugar-
-No, no es nuestra casa, la nuestra es mas grande y esta en un bosque- Alemania lo miro confundido -¿otra casa?- el mayor asintió -pero Chile no tiene más casas-
-Yo sé lo que te digo, vivimos ahí para no ser molestados y criar tranquilos a nuestros hijos, también volábamos por esas tierras con Weimar. Alemania no sabia nada de esa casa, no pensó que estuviera loco, quizás eso también le había sido omitido de parte de su amigo -¿crees poder guiarnos a ese lugar?-
-Mmm tal vez... ¿sabes dónde vive Mapuche? -
-¿El hermano de Chile? si claro que se-
-Bien, hacia allá debemos ir, cuando lleguemos a la ciudad podre guiarte desde allí- Alemania lo miro cansado, deberían viajar por algunas horas más, pensó sugerirle volar, pero no encontrarían pasajes y se negaba a pedirle al mayor que los llevara, era suficientes traumas estos últimos días.
-Está bien, espero este allí-
-Estoy seguro de que lo encontraremos, esa casa la hice para él, fue mi obsequio de boda-
-Vamos y no, las momias no conducen- frunció el ceño y así emprender nuevamente el viaje esperando encontrar a Chile al final del camino.
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