El chileno ya iba de regreso a su hogar agotado, las reuniones con EU eran siempre un infierno para él, pero si quería continuar exportando sus productos en Europa debía soportarlo.

-Por fin me voy a mi casita linda~ me voy a echar y hacer tutito~- golpeaba el manubrio con las yemas de sus dedos mientras tarareaba una canción que sonaba en la radio. Se detuvo ante un signo pare, estaba contento con los resultados de su trabajo -weon cada vez hay más negocios chinos la cago- avanzaba consiguiendo ver varios de aquellos asiáticos al punto que le ayudaron a recordar la conversación con el chino -cresta... espera... ¿me invito a salir? ¿será una cita? -debido al sueño y el apuro no analizo mucho la conversación ni menos la propuesta del contrario, haciendo que golpeara su cabeza contra el manubrio -esto me pasa por weon-

Al llegar a su hogar estaba agotado mentalmente, no quería salir y menos estos días, le parecía inapropiado para la memoria de su difunto esposo -China igual esta rico... es amable al menos conmigo, seria feo si le cancelo ahora... además tiene mucha cultura y temas de conversación... aunque come cosas bien guacala- se revolvía el cabello frustrado mientras avanzaba por su hogar hasta llegar a un cuadro donde se exponía una antigua fotografía. Lo tomo entre sus manos, eran ambos el día de su boda, aunque Chile no se distinguía bien, debido a que tuvo que pasar como mujer para poder casarse en ese tiempo.

-Quizás si es momento de darme otra oportunidad- acaricio la fotografía antes de dejarla de nuevo en su lugar, no le haría mal salir y conocer a China fuera del ambiente laboral -mejor me iré arreglar- caminaba hacia su habitación, no tendría mucho tiempo, debía arreglarse y luego ir a la casa oficia, la que era conocida por naciones y salía en el registro de las organizaciones.

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-Alemania has estado muy callado-

-Estoy agotado- soltó mientras llevaba un poco de comida hasta su boca -¡esto esta delicioso! creía que lo malo para la cocina era de familia- miraba sorprendido y algo confuso al mayor volviendo a comer un poco más.

-¡Oh! claro que lo es, pero Chile me enseño lo básico para que nuestros hijos no murieran de hambre cuando no estaba jaja- el menor solo observaba como cada vez que podía nombraba al chileno y como sus ojos aparecía un brillo, parecía realmente enamorado del de estrella.

-¿Qué sucede? presiento que quieres preguntar algo-

-En realidad aún tengo muchas dudas-

-Adelante, intentare aclarar tus dudas-

-Tu y Chile ¿en verdad estuvieron casados? -

-Claro que sí, pero tuvimos que mentir-

-¿Cómo así?-

-Chile se vistió como mujer así nadie nos juzgaría o nos miraría raro, claro que vaticano termino enterándose y nos regañó, pero hasta ahí llego, ya estaba echo-

-¿Quién sabe de la relación de ustedes?-

-Mmh su familia, la mía, USA, UK... Imperio Austrohúngaro y Portugal-

-¿Mi padre es hijo de Chile?-

-¿Weimar? claro que no, pero sambos lo habrían sido felices, Weim adoraba a Chile... dime algo niño ¿él lo cuido como era debido?-

-Si, pasamos mucho tiempo con él, pero decía que eran amigos y que nadie podía saberlo, que había que proteger a Chile-

-Astuto mi pequeño demonio-

-Luego me pidió que no lo dejara, dijo que me necesitaría cuando él se marchara-

-¿Y cumpliste?-

-Claro, nos cuidamos mutuamente, a veces se comporta más como un padre que un amigo o quizás abuelo sería más apropiado-

-Seguro te ama tanto como amo a mi Weim, de echo te pareces mucho a el- el contrario lo miro asustado incluso llego a palidecer, no comprendió bien por qué, pero no lo veía como algo malo.

-Como sea ¿porque no vamos donde vive y listo? Viendo que ese aparatito tuyo no tuvo éxito-

-No tienes permitido salir del territorio-

-¿Y eso porque?-

-Ordenes de ONU hasta esclarecer porque estás aquí, además asustarías a la gente-

-¿Asustarlos? bueno puede ser, incluso cuando yo era la representación me temían, pero enserio necesito ver a mein kuchen-

-Aunque fuéramos hay un problema- se limpió la boca tras dar el último bocado a su alimento -¿Cuál sería ese?

-Chile tiene una cita esta noche- un fuerte golpe hizo salta al alemán menor, miro apenas al contrario que tenía sus puños sobre la mesa, una copa cayo derramando el vino sobre la mesa -quien... ¡¿quién es el mal nacido que cree que puede si quiera coquetearle a mi estrella?!- su boca se abrió dejando ver sus dientes y su mirada parecía echar fuego, parte de su rostro se ensombreció, incluso su aura cambio de manera abrupta.

Alemania trago saliva, ya estaba preocupado por el bienestar de su amigo -¡habla Alemania! ¡Di quien es! -

-¡C-China! ¡Es China! -

-China... maldito asiático ¡yo siempre supe que veía con otros ojos a mi esposo! - se marchó dando largas zancadas, le tomo unos instantes recuperar el aliento, si, le había dado miedo el contrario. Miro el desastre en la mesa y luego al pasillo por donde se había marchado su abuelo -¡espera!- se levantó apresurado, su cabeza punzaba, se agarró la zona mientras caminaba hacia el Imperio.

-¿Que planeas hacer?-

-¿Que más? impedir esa cita- revisaba el lugar en busca de algún atuendo, necesitaba verse bien si quería impresionar a su chileno -¡demonios niño porque eres bajo!-

-¿Disculpa?-

-Te disculpo, pero no soluciona mi problema- seguía hurgueteando entre las pertenencias del menor, pero nada era de su talla -tsk Alemania, llévame con tu sastre de inmediato, necesito un traje con urgencia-

-¿Sastre? no tengo sastre-

-¿Qué? estos chicos... eso explica que luzcas horrible, deberé enseñarte a vestir con clase- cerro frustrado el cajón. Se giro hacia el contrario quien cubrió parte del rostro con su mano y permanencia apoyando en el marco de la puerta -¿Alemania? ¿Qué sucede? -

-Nada, estoy cansado, es todo- el mayor se acercó pasando sus manos sobre los hombros del contrario -ve a descansar yo iré por un traje nuevo- lo hizo girar y a empujones y quejas lo llevo hasta la cama- ya veo que te estresas con facilidad, quizás dormir te calme- dio apenas unos golpecitos en la cabeza del contrario pero este la aparto con algo de brusquedad.

-Espera un momento, no iras a ningún lado solo, ni sabes dónde ir-

-¿Olvidas que fue mi territorio?-

-¿Y tu que moriste hace 104 años? Y que por culpa tuya y Reich casi tuve que reconstruir todo-

-.... Buen punto- Alemania le estaba causando in tic en su ojo, en cualquier momento estallaría en furia -te ves estresado-

-¡Claro que lo estoy! Tengo mucho por hacer y además tengo que cuidar de un anciano demente con la maldita fantasía de buscar a su esposo o que se yo y quien sabe si el loco de Reich sigue vivo suelto por ahí-

-Primero, respeto con tu abuelo, segundo, debería ilusionarte ver a tu padre si es así y tercero- se acercó hasta quedar a solo centímetros. Lo miraba de manera amenazante -no permitiré que un maldito hijo de puta de ojos rasgados me arrebate a mein kuchen aun tenga que iniciar otra guerra por eso- se alejó para marcharse hacia la entrada de la casa, estaba decidido a encontrar a su esposo con la ayuda de su nieto o no y quizás con algo de suerte golpearía el rostro del chino solo para darse el gusto.

Alemania le costó trabajo poder reaccionar debido a que su cuerpo se paralizo por un instante, ahora le quedaba claro la fama de su abuelo. Cuando escucho abrirse la puerta se apresuró alcanzarlo -¡¿dónde crees que vas?!-

-¡Con Chile te he dicho todos estos malditos días! Y no creas que por ser de mi sangre permitiré me detengas ir con el-

-¡No puedes! ONU dijo...-

-ONU esto, ONU aquello.... ¡Maldición niño! - se detuvo de golpe en medio del antejardín, se giró con brusquedad topándose con el contrario -¡eres la actual representación! eres quien tiene el poder no ellos-

-Pero las repercusiones...-

Imperio soltó un gran suspiro desesperado, tal parecía que tendría mucho que trabajar con su nieto -Alemania, nadie puede ordenarte que hacer con tu territorio, tampoco deber ser lacayo de ese sujeto ni de nadie solo por miedo a las consecuencias, ese tal ONU no es dueño de tu vida, tú lo eres... dudo mucho que tú padre o mein Chile te hayan enseñado solo a ser obediente-

De inmediato soltó una risa nasal, recordaba perfectamente lo desastroso que llegaban a ser cuando se reunían -me enseñaron mucho más que eso...-

-¡Ves! ahora necesito que me ayudes, tú lo has dicho no conozco nada de este nuevo mundo y haya afuera está el amor de mi vida pensando que aun sigo muerto-

-¿Te digo algo? tienes razón, estoy harto de que siempre me molesten o me hagan trabar de más, se puede ir al demonio-

-¡Así se habla! ¿Eso significa que me ayudaras? -

-Si, si con eso dejas de joder, pero primero debemos comprarte ropa, luego te llevare a recorres parte del territorio-

-Pero Chile...-

-Solo será una cita, además, China no me dijo donde lo llevaría, no podemos buscar a siegas por todo el mundo ni nada- el mayor frunció el ceño mientras volvía a entrar a la casa -yo lo bese en la primera cita-

-No creo que suceda igu-...-

-E hicimos el amor en la segunda-

-¡Ok! No quiero saber tanto- un escalofrío acompañado de una expresión de desagrado se apoderaron de él, no necesitaba esa imagen en la cabeza -me refiero a que quizás Chile solo lo tome como una cena de cortesía, hace tiempo no sale con alguien de manera romántica, además debes saber de sus nuevos gustos si quieres sorprenderlo.

Era cierto, las personas cambiaban, así como sus preferencias -de acuerdo lo haremos a tu modo y yo te enseñare a ser un digno heredero de la familia., ya verás nadie volverá a pisotearte y te verán con respeto-

-.... Pero no invadiré a Polonia-

-Eres tan aburrido, bien sin invasiones, ¡ahora vámonos! -

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-Ba Ale me estuvo llamando ¿habrá pasado algo? - mientras esperaba en casa al chino, revisaba su teléfono poniéndose al día con llamadas y mensajes. Iba a regresarle el llamado al alemán cuando una llamada entrante aparecía en su pantalla sacándole de inmediato una sonrisa -hola ¿cómo esta? - luego llamaría al europeo, ahora esa llamada era prioritaria, la había estado esperando toda la semana

Llevaba un buen rato en aquella llamada, ninguno de los dos tenía intenciones de querer colgar, debían ponerse al corriente -¿y cuándo va a venir? Te extraño-

-Yo también lo hago y si todo va bien estaré la próxima semana por allá-

-¡¿En serio?!-

-Si-

-Bacan intentare dejar esa semana libre entonces pa puro regalonearte-

-Jaja si ¿hará sus exquisitos postres? -

-Los que quiera-

-Ya, am debo irme a continuar con el trabajo-

-Ya po que le vaya bien, cuídese, te quiero-

-Igualmente-

Apenas termino la llamada quedo con un sabor amargo en su boca y una tristeza lo rodeo, ver aquella persona solo por algunos días no le eran suficientes, quería poder volver a estar a su lado todos los días, pero no podía ser egoísta como para pedírselo. De pronto un golpe en la puerta lo asustaron dando un pequeño salto en el sofá -¡ya voy!- al ponerse de pie arreglo su ropa eliminando algunas arrugas existente, se dio unos leves golpes en las mejillas, debía dejar aquella tristeza atrás.

Al abrir la puerta se topó con el chino quien parecía sorprendido de ver al chileno frente a él con unos pantalones oscuros ajustados y con una camisa azul con las mangas remangadas hasta los codos y como su cabello rebelde estaba arreglado, pero sin perder ese encanto natural -hola china

-Buenas noches, Chile, luces realmente encantador, ten un presente- le entrego una caja donde en su interior había chocolates con diversos diseños. El de cola miro al asiático con un leve sonrojo en su rostro al igual que una sonrisa, siempre veía a China vestir de manera formal pero esta vez algo notaba diferente en el con aquel conjunto negro, como sus pantalones caían a la perfección sobre su cuerpo o como la camisa era un tanto más ajustada o quizás solo estaba prestando más atención esta vez -tu estai entero rico jeje... digo guapo- rio algo nervioso, no quería ofenderlo con sus modismos o parecer demasiado patudo pero China sonrió por aquellas palabras, dio una leve reverencia -gracias por el cumplido... ¿listo para nuestra cita?-

-Así que si era una cita- pensó, no podría decirlo en voz alta o seguro decepcionaría al contrario, al menos no sería un idiota imaginando cosas -claro, dame un segundo- fue a dejar el obsequio en el mueble más cercano, tomo sus pertenencias para salir deprisa, no quería hacerlo esperar -listo ¿dónde vamos?-

-Ya lo veras, esta noche solo debes preocuparte de disfrutar la velada-