IX
Chapter9:-
Días después...
-¿Te costó demasiado llegar aquí? .-preguntó acercándose al auto color negro a unos cuantos metros de distancia.
De él salió un hombre fornido y guapo, quien tenía una sonrisa radiante en su rostro.
Rosé se acercó a pasó lentos y lo abrazó por el cuello mirándolo a los ojos.
-Por ti correría una maratón, cariño.-le dio un pico suavemente para después juntar sus frentes.
Era la primera vez que se encontraban en un lugar lejano y apartado de la tecnología. Sería una noche estupenda para los dos.
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-¿Tenéis hambre?
-¿Qué sabéis hacer?
-Sándwich, pasta... Tostadas.
Jimin la abrazó por la espalda apoyando su mentón en el hombro de la fémina, ella sonrió enamorada entrelazando sus dedos con él contrarió.
-Te quiero comer a ti.-murmuró suavemente causando cosquillas en la menor.
-Jimin-ah.-se deshizo de los brazos masculinos y corrió hacía la sala principal.
El hombre la imitó segundos después acorralando la entré el sofá y la mesa de centró.
-No es justó, tienes fuerza, rapidez y entrenamiento por la académica.
-Un punto a favor, pequeña.
Estiró su mano a espera de que ella la tomará. Rosé no dudó y fue hasta él, escondiéndose en su pecho avergonzada.
-Perdonadme por no haber respondido a tus llamadas.
-No es tú culpa, fue mía por llamar insistentemente sabiendo que tu marido estaba ahí.-le besó la coronilla acariciándole la larga cabellera.-Lo siento, tuve que haber provocado una pelea entre ustedes.
-No, no os preocupéis por ello.-levantó su mirada encontrándose con los avellanos del mayor. Estos brillaban como siempre cuando estaban juntos.
Poco a poco, fueron acercando sus caras para juntar dulcemente sus labios.
Jimin la besó suavemente, para después acunar el rostro femenino entre sus manos y profundizar el beso.
Rosé le correspondió abriendo más la boca rodeando el cuello del joven con sus delgados brazos.
Se separaron lentamente escasos centímetros. Los labios de ambos estaban hinchados y rojizos por la presión.
-Te amo, Rosé.-le dijo acariciándole suavemente la mejilla derecha. La pelirroja se escondió en su pecho avergonzada, para segundos después responder...
-Te amo, Jimin-ah.
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-Nunca me habían tratado de esta manera.-habló abrazándolo con fuerzas.
-¿Cuál?
-Tan protegida y segura.-le acarició los cabellos castaños tirándolos hacía atrás mientras se colocaba a horcajadas sobre él.-Me hacéis muy feliz, mi amor.
Jimin la miró sorprendido y con confusión.
Ella se dio cuenta de ello, se alejó un poco y rápidamente cubrió sus labios con espantó.
-Lo siento, lo dije sin pensar. No sabía como lo tomarías, yo...
-Me gustó.
-¿Q-qué? ¿No estáis molestó por lo que dije?
-Para nada.-negó moviendo su cabeza lentamente.-Mi niña hermosa, sos tan dulce que me encantas.
-No digáis esas cosas, me avergonzáis, bobo.
El mayor sonrió abrazándola para a pegarla a su cuerpo nuevamente.
-No me cansaría de decirte lo mucho que te amo, Rosie.
-Eres importante para mí, cariño.-comenzó a hacer un caminó de besos hasta llegar a los abultados del hombre, donde depósito variados de estos.-Quiero ser solamente tuya, de nadie más.
-Eso se puede arreglar.
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Los suspiros y gemidos de Rosé no tardaron en invadir la habitación principal, como también el calor y jadeos de ambos.
-¿Te gusta? .-gruñó mordiéndole el lóbulo suavemente.
-S-sí.-suspiró abrazándose a la espalda ancha del joven castaño.-Por favor, n-no te de tengáis.
Jimin la tomó por las caderas penetrándola más profundamente sacándole un auditivo gemido de gozó.
Rosé se estaba volviendo loca por el placer.
Pronto era ella quién había tomado las riendas montándolo. Haciendo variadas poses, las cuales los dejaron satisfechos y sin aliento.
Esa había sido la primera noche que los dos se quedaron en la misma cama, abrazados y completamente felices.
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Horas después...
09:15 am.
Una vez más despertó soló. Se estiró haciendo sonar su cuerpo y cuello, para después incorporarse y salir de la habitación.
Cuando entró a la sala principal se encontró con semejante manjar.
Rosé estaba arreglando un cuadro dejando su trasero a popa, ella no se dio cuenta de la presencia masculina hasta que se volvió y dejó caer la pintura.
-¡Amor, me asustasteis! .-le reprochó cuando Jimin la tomó en brazos ayudándola a bajar del sofá.-No sabía que estabas ahí, ¿hace cuánto tiempo me mirabas el trasero, pervertido?
-Yah, Park Chaeyoung.
-Era broma.-le besó la mejilla, el castaño la dejó tocar el suelo.-¿Quieres desayunar conmigo?
-No.
-Oh, creí que estarías con hambre por lo de a noche, pero...
-Linda, no es eso.
-¿Entonces? No logró entenderte, Jimin-ah.
-Quiero desayunar, almorzar y cenar el resto de mi vida contigo.
-Cariño...
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Tres días después...
Ésta es Rosé, ya sabéis que hacer después del tono, bye.
-Maldición, Rosé. Dónde estás metida. Cuando lleguéis te la verás conmigo, de una buena lección no te escaparás.-cortó la llamada y lanzó molestó el móvil celular a la pared, haciendo que el aparato se rompiera.
-¿Qué tienes? Tranquilizarte, por favor.
-La golpearé hasta quedarme sin manos.
-¿No te dijo dónde iría?
-No, esa perra sólo salió y nada más. Ni siquiera su madre sabe donde está.
-Ya dejarla.-lo abrazó acariciándole el torso desnudó y besó la nuca del hombre.-Estos días lo hemos pasado muy bien, ¿no me digáis que es lo contrarió?
-Por favor, Seulgi.-río negando.-Ella es mi esposa, y tú...
-Tu amante.
-No es eso.
-¿Entonces?
-Olvidarlo, disfrutemos estos momentos juntos.
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-Éste es el último día juntos.-dijo apoyándose en el pecho del chico. Jimin soltó aire abrazándola con más fuerza.
-Lo sé, preciosa.
-¿Quieres ir a un lugar?
-Vamos.
-¿No tienes miedo a lo que pueda suceder?
-No.-ella sonrió ante su compostura tan recta.
-Eres muy confiado, Jimin-ssi.
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-¡Rosé-ah, bajar de esa roca! ¡Te podéis caer! Vámonos ahora mismo de aquí.
-No quiero. De hecho, hace mucha calor, Jimin-ssi; ¿lo tenéis calor también?
-Estoy bien.
-Que aburrido sois.-dicho esto se quitó los vaqueros y blusa que llevaba puesta, para luego quedar sólo en ropa interior.-¡Ahí voy! .-saltó de una altura promedió hasta las aguas bajó la cascada del lago.
Jimin la vio subir a la superficie al momento de alisar su cabello tirándolo hacía un lado. Ella le sonrió y nadó hasta la orilla donde se encontraba aún vestido el hombre castaño.
-¿Bonito, verdad?
-Creí que con sólo ver la cabaña bastaba, pero me equivoqué. Es un hermoso lugar.-la decía mirándola a los ojos.-Ya, vamos. Puedes coger un resfrío si seguís en el agua.
Estiró su mano con intensiones de sacarla, pero cálculo algo mal. La altura y bajada no van de la mano, por ende, Rosé lo jaló hacía ella haciendo que cayera a su lado mojándolo completamente.
-¡Estas loca, moriré de hipotermia!
-No es cierto.-rodeó el cuello de Jimin acercando su rostro al masculino, éste tenía un lindo puchero en su boca, causándole a ella un leve sonrojo.-Jimin-ssi, lo que usted me ha dicho últimamente, ¿es verdad? .-cuestionó preocupada.
-¿Qué cosa?
-Lo nuestro, tus sentimientos hacía mí.
-¿No te los demostré la primera vez que estuvimos juntos? Rosé.-acuno las mejillas rosas de la menor acercándolo más a él.-Te amo, mi amor. Te he amado desdé la primera vez que nos conocimos, mi vida.
-Jimin-ah...
-Fue amor a primera vista. Te robasteis mi corazón el primer momento en que nuestras miradas congeniaron.
Rosé, estoy locamente enamorado de ti.
🍃🌺🍃
Momo 🍑💞
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