𝐎𝟏: 𝐚𝐮 | 𝐡𝐞𝐚𝐝𝐩𝐚𝐭𝐬

Raymma Week — one day

Summary: Emmet siempre podía hacerle sentir más de mil sentimientos y emociones a Ray, en especial con sus suaves palmaditas en su azabache cabellera.

Un chico pelirrojo se dirigía rápidamente a su aula, su entrenamiento se había alargado dejando esperando por él a cierta chica de cabellos azabaches.

Llegando a su destino, no encontró a nadie en el lugar. Era extraño, ya que Ray usualmente se encontraría leyendo un libro o durmiendo en su asiento.

—¿Se habrá ido? —se preguntó caminado por el pasillo, cuando escuchó una tenue voz en una de las aulas.

Emmet era una persona muy curiosa, no se iría sin saber de donde venía así que, siguió ese sonido tan hipnotizante llevándolo a la sala de música. Se asomó levemente por la puerta, encontrando a su mejor amiga entonando una linda canción que el desconocía.

La contraria, por su parte estaba tan concentrada en su cántico mientras observaba ese cielo que se tornaba de un color anaranjado, el mismo color de los cabellos de ese chico que hacía latir su corazón de forma desenfrenada.

Así es, se había enamorado de aquel pelirrojo con sonrisa tan brillante y radiante que la dejaba sin aliento cada vez que lo veía, si le pidieran una palabra para describirlo sería dulce, un chico muy dulce.

«No, no debo pensar en eso. Emmet nunca se fijaría en una chica tan aburrida como yo» pensó para sí misma cerrando sus ojos, además no es como si tuviera una oportunidad con el líder del equipo de baloncesto, eso jamás pasaría.

Pero, aunque sabía que aquello no podía ser correspondido no evitaba todas las sensaciones que le provocaba con tan sólo una sonrisa y esas leves caricias. Sí, le encantaban esas palmaditas; esas pequeñas muestras de cariño de parte de Emmet la llenaban y envolvía de un sentimiento cálido y acogedor.

Todavía no comprendía con exactitud como se había enamorado de ese idiota chico antena, como ella lo solía llamar por el característico y extraño mechón que se asomaba en su cabeza.

—Ray... —susurró el chico hipnotizado por su voz melodiosa, había escuchado tararear a la mayor de forma leve anteriormente, pero nunca con tanta libertad como en aquella aula.

La chica saltó bruscamente, alarmada al ver a su amigo de la infancia en la puerta de aquella aula, al sentir como subía la sangre a su rostro trató de esconderlo con sus largos cabellos azabaches, se estaba sonrojando.

—¡Emmet! ¿Qué haces aquí? —exclamó sacando al pelirrojo de su trance.

—¿Eh? ¡Ah cierto, estaba buscándote! Mi entrenamiento ya terminó —recordó su cometido anterior.

—Se extendió debido a las finales, ¿verdad?

—Sí, lo siento por dejarte esperando —se disculpó Emmet rascándose su cabeza, mientras reía avergonzado.

—No te preocupes, después de todo el equipo necesitaba a su noble capitán.

Ray se burló del chico, sabía lo agotador que era ser líder del equipo pues, después de sus entrenamientos el pelirrojo corría a los brazos de la azabache quejándose en el proceso de lo cansado que estaba, en especial por esconderse de sus admiradoras.

—¿Nos vamos? —Emmet estiró su mano hacia su amiga, a lo que ella gustosa aceptó con un leve rubor en sus mejillas— Ah, y... cantas muy lindo, Ray.

Soltó el pelirrojo de forma juguetona para después posar su mano para darles unas cariñosas palmaditas a Ray. Con esto, el pequeño sonrojó de la oji-violeta se extendió furiosamente por todo su rostro hasta sus orejas y pellizco la mejilla del oji-esmeralda por sus vergonzosas palabras.

«¡Es muy adorable!» pensó sonriendo, amaba cada una de las expresiones de Ray, aunque a cambio de eso recibiera algunos golpes o pellizcos como ahora.

—Idiota —soltó la chica evitando la mirada esmeralda que lograba hipnotizarla mientras salían del lugar pero, sin soltar sus manos entrelazadas.

—Soy un idiota, pero soy tú idiota —murmuró suavemente el pelirrojo sin pensar.

—¿Qué dijiste?

—¡Nada, nada! —Emmet sonriendo de oreja a oreja corrió un poco obviamente sin soltar la mano de la azabache jalando de ella a modo de juego.

Así es, el chico amaba profundamente a Ray pero, ya sea por los nervios o el rechazo no se atrevía a decirle sus verdaderos sentimientos.

Por esa razón, Emmet, con esa tierna muestra de cariño que le daba a la chica de ojos ónix era como expresarle un "Te amo" silencioso, que la de cabellos azabaches no era capaz de notar.

—¡O-Oye, espera! —exclamó la contraria dejando salir una pequeña carcajada por las acciones del oji-esmeralda.

Sin alguna duda, Ray no solo quería a Emmet, lo amaba intensamente y ese sentimiento seguía creciendo cada día, siendo más difícil aún esconder las tontas sonrisas que soltaba al ver a ese dulce chico.

Tal vez, algún día, alguno de los dos sería capaz de sacar de sus corazones todos esos sentimientos que los carcomían por dentro pero, por el momento...

«Será mi pequeño secreto»

Pensaron los dos enamorados al mismo tiempo, esperando dichosos de permanecer por siempre uno al lado de otro.

NOTAS DE LA AUTORA:

Así es, comencé la semana RayEmma tarde como siempre, pero como dicen por ahí: mejor tarde que nunca.

En la temática del primer día decidí escribir un genderbend como primer tema y con el segundo no tuve mucha dificultad ya que, amo cuando se dan palmaditas cariñosas, es muy cuteee.

Tal vez me tome tiempo terminar la week, pero daré lo mejor para que así sea, sin más espero les haya gustado este one-shot.

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