veintiocho.

'Día de San Valentin'

Me gana negro y azul,
pero me folla tan bien

Y no puedo tener suficiente,
debe ser amor en el cerebro

━━MIRANDA PODÍA OLER el aroma dulce y empalagoso de chocolate y el perfume Prada Candy que emanaba el exterior de su dormitorio.

Podía escuchar a Veronica corriendo de un lado a otro por diferentes habitaciones tratando de asegurarse de tener todo empacado para su estadía de una noche en casa de Archie a pesar de que le había dicho a Hiram que estaría en casa por la noche.

No es que le importara ya que su mente estaría ocupada con otras cosas.

Mientras se preparaban para sus citas separadas, Veronica explotó canciones de amor de Ariana Grande que rivalizaban con el volumen de la lista de reproducción de sexo del artista The Weeknd que Miranda había puesto.

Claramente, las dos iban a este día de San Valentín con intenciones diferentes.

Veronica había elegido un vestido femenino rosa para su cita, mientras que Miranda había elegido uno negro muy corto que había combinado con medias hasta los muslos que se enganchaban en el liguero por debajo.

Era una provocación que estaba segura de que a Hiram le encantaría.

Veronica usó Prada Candy; Miranda usó Black Opium, una fragancia mucho más sexy.

Veronica aplicó tonos rosados ​​de rubor y sombra de ojos brillante, pero Miranda intentó una mirada sensual con un ligero tinte de lápiz labial rojo.

Sí, Veronica era Enid y Miranda era Melina.

Ella también se había preparado una bolsa de viaje. Aunque Hiram había sido bastante discreto sobre lo que había planeado para ellos, le había dicho que pasarían la noche juntos, lo cual era más que perfecto considerando que no tendrían que volver a lo que Hermione tenga reservado para él.

Dios, esa mujer la enfurecía.

Había visto a Hermione llegar a casa con algunas cosas que Miranda estaba segura de que planeaba usar para su sorpresa del día de San Valentín y, sinceramente, eso la molestó.

No porque estuviera celosa...bueno, tal vez un poco, sino porque Hermione no tenía ni idea de lo que estaba haciendo por su exmarido.

Había comprado vino y champán, de los cuales ninguno era el favorito de Hiram. Apenas toleraba el vino, era mucho más un tipo de whisky o whisky escocés, también había comprado una variedad de lindos mini pasteles de queso, cuando él era un gran amante del chocolate oscuro fundido.

Por el amor de Dios, Miranda incluso había vislumbrado la lencería que había comprado.

¡Blanca!

Incluso Miranda sabía que su color favorito era el rojo.

Honestamente, ni siquiera podía sentirse culpable por lo que estaba haciendo.

Esta mujer ya no tenía idea de quién era su exmarido.

Lo cual era comprensible teniendo en cuenta el hecho de que había estado fuera de escena durante tanto tiempo, dedicando su tiempo a sus muchos novios a lo largo de los años.

Si Hiram había sido amante de las tartas de queso y el vino en algún momento, seguramente fue hace mucho tiempo.

De repente, Miranda recibió un mensaje de texto de Hiram de que un automóvil la estaba esperando afuera.

Entonces, después de cerrar la cremallera de su bolsa de viaje, ponerse los tacones y el abrigo, salió de su habitación y bajó rápidamente las escaleras.

─¡Adiós, Veronica!─ Se despidió detrás de ella.

─¡Adiós, Miranda! ¡Diviértete haciendo que te rompan la espalda!─ Veronica gritó desde su dormitorio.

─¡Gracias, espero que tú también!─

Al salir vio como el automóvil la estaba esperando afuera, no en el camino de entrada, sino justo afuera de las puertas de la propiedad y fuera de la vista de las cámaras de seguridad.

Las ventanas traseras también estaban oscurecidas, lo que ayudó, pero Miranda tuvo cuidado de no abrir demasiado la puerta cuando entró.

Lo primero que notó fueron los ramos de flores eran demasiados y muy grandes.

Rosas rosadas, rosas rojas y rosas blancas la esperaban adentro junto con un poco de champán, bayas, frutillas, crema batida y, por supuesto, Hiram.

─¡Hiram!─ Exclamó después de cerrar la puerta, sonriendo como una idiota ante el dulce gesto.

─Sé que es un poco demasiado─ Dijo él.

─No─ Dijo ella mientras se sentaba a horcajadas sobre su regazo, poniendo sus piernas a ambos lados de él. El vestido le subió por los muslos y dejó ver las medias recortadas ─Me encanta─ Le dijo, para después besarlo, tiernamente.

─Me alegro─ Dijo, deslizando sus manos por los costados de sus piernas y contra su trasero ─Te ves muy bien─ Sus ojos observaron su apariencia sensual y sus manos le dieron un suave apretón en el trasero.

Ella sonrió y lo besó de nuevo, colocando sus manos sobre sus hombros para estabilizarse mientras el auto avanzaba por las calles de Riverdale.

─¿A dónde vamos?─ Preguntó Miranda mientras se acercó al cuenco de fresas para morder una.

Él se inclinó y besó el jugo de sus labios ─Es una sorpresa─ Dijo, entre besos ─Una que casi arruinas─

Ella dejó de besarlo ─¿Qué?─

─Tu plan con Reggie. Pensé que tendría que cancelarlo─

─Woah, espera─ Dijo, dándose cuenta de lo que estaba insinuando ─¿Ya tenías todo esto planeado antes de esa llamada telefónica en la mesa?─

─Sí─ Dijo como si fuera lo más obvio.

Maldita sea, supuso que no tenía que ponerlo celoso. Él ya quería pasar el día de San Valentín con ella en lugar de con Hermione.

─Aww─ Gritó ella emocionada y lo abrazó ─¡Eres el más lindo!─

Él se tensó justo debajo de ella, claramente no amando lo castrado que ella le hacía sentir ─Sí, sí, está bien─

Entonces, para hacerlo sentir mejor, lo besó nuevamente. Esta vez, de forma más seductora, más lenta, tomándose su tiempo para jugar con su lengua y dándole un suave mordisco en el labio mientras se alejaba de él.

Ella ya podía sentir cuánto le gustó el beso.

Después de todo, ella estaba sentada encima de él, con su ropa interior presionada contra el bulto que se estaba formando lentamente en sus pantalones.

Intentó darle otro beso, pero ella lo empujó contra el asiento ─Relájate─ Le dijo, alcanzando su cuello y aflojando su corbata lo suficiente para poder desabotonar parte de la camisa, lo cual era ridículamente difícil con sus acrílicos, pero lo logró.

Observó cómo ella tomaba una fresa y la sumergía en el tazón de crema batida antes de deslizarla por su cuello. Colocando su lengua contra su piel, lamió el rastro de crema batida de su cuello, besando y mordiendo mientras lo hacía.

Sintió que sus manos apretaban sus piernas, sus dedos se clavaban en ella mientras inclinaba su cuello hacia atrás para pedir más.

─No seas egoísta, Hiram─ Dijo, añadiendo más crema batida a la fresa. Pero esta vez, lo arrastró por su propia piel, por su cuello y escote ─Es mi turno─

Él la acercó más a él, el espacio entre sus piernas abiertas presionó aún más contra su erección.

Se mordió el labio y cerró los ojos mientras su lengua la lamía hasta dejarla limpia, dedicando más tiempo a sus pechos.

Sintió sus manos quitarle los tirantes del vestido de los hombros y bajarle el escote, junto con el sujetador, dejando al descubierto sus pechos. Ni siquiera se molestó en volver por más crema batida, sino que continuó lamiendo, besando y chupando la piel recién expuesta de sus senos.

─Joder, Hiram─ Gimió.

Ella no era la mayor fanática del sexo en el auto.

Haber pasado tantas noches con él en su cama había hecho que sus estándares sobre dónde tener relaciones sexuales fueran un poco más altos.

Pero con la forma en que él manejaba su cuerpo y la sensación de su erección entre sus piernas, ella estaba más que dispuesta a hacer lo que él quisiera en cualquier vehículo en movimiento.

Ella movió sus caderas, frotándose contra su erección y ganándose un gemido de él.

Él se apartó de sus pechos y en su lugar la besó.

Ella le rodeó el cuello con los brazos y volvió a mover las caderas.

─No hagas eso─ Dijo, usando su agarre en sus piernas para mantenerla en su lugar.

─¿Por qué?─

─Porque terminaré follándote aquí mismo en el auto─

Ella se mordió el labio y sus palabras le provocaron un hormigueo entre las piernas ─¿Y por qué es eso algo tan malo?─

─Porque quiero tomarme mi tiempo contigo esta noche─ Con cuidado, volvió a colocarle los tirantes del vestido sobre los hombros.

─Hiram─ Dijo ─Respetuosamente, me gustaría que me criticaran más de una vez─

Hiram reprimió una sonrisa ─Entendido. Pero no aquí─

─Bien─ Se arregló el sujetador y el escote de su vestido ─Entonces no más bromas o podría arrancarte la ropa─

Esta vez se rió ─Está bien, es justo─

Lo que hizo a continuación la sorprendió.

Tomó un mechón de su cabello, lo apartó de su rostro y, mirándola a los ojos, la besó suavemente.

No había nada erótico en ello. Era dulce. Incluso cariñoso.

Eso hizo que su maldito corazón se acelerara.

─Toma asiento, te serviré una copa de champán─

Asintiendo, se levantó de su regazo y tomó asiento a su lado.

Ella le agradeció el champán que le entregó y tomó un gran sorbo.

Apoyó la cabeza en el asiento, miró el techo estrellado del coche y suspiró. ─Demasiadas escenas de sexo ¿eh?─ Ella sacudió su cabeza.

Malditos autores vagos.

─¿Eh?─ Hiram cuestionó.

─Nada─

Poco después, el coche se detuvo.

La partición entre ellos y el conductor bloqueaba la vista de dónde habían llegado, pero desde las ventanas laterales todo lo que Miranda podía ver eran árboles.

Evidentemente, estaban en un bosque.

Sólo esperaba por Dios que esto no fuera un viaje de campamento.

Ciertamente no estaba vestida para la naturaleza y no había manera en el infierno de que pudiera dejar atrás a un oso con esos tacones.

Hiram saltó del auto primero y le tendió la mano a Miranda para ayudarla a salir.

Para su sorpresa, frente a ella se encontraba una casa estilo cabaña de tamaño moderado.

Honestamente, le recordaba a una versión más pequeña y acogedora de la casa de los Cullen de Crepúsculo.

Era igual de elegante y moderno, pero con un poco menos de vidrio y un poco más de calidez.

Era perfecto y no pudo evitar mirarlo con la mayor sonrisa ─Esto es tan romántico─ Dijo, sintiendo sus brazos rodear su cintura desde detrás de ella.

─¿Entonces te gusta?─ Besó su cuello ─Una noche, solo nosotros dos en nuestro propio espacio─

─Es mejor que cualquier cosa que pudiera haber pedido─ Se volvió hacia él y lo besó ─Gracias─

─Me alegro, pero no me agradezcas todavía. Hay más─

Sin previo aviso, la levantó y la llevó al interior de la casa.

Apenas tuvo tiempo de mirar a su alrededor mientras él la llevaba a la cocina para servirles una copa de vino, pero por lo que vio, el lugar era hermoso.

La colocó sobre la encimera para poder descorchar el vino.

Ciertamente le esperaba hoy, porque cuando el vino y ella se mezclaron, crearon una mezcla increíblemente cachonda.

Sin embargo, con la forma en que se arremangó las mangas y descorchaba el vino, ella supo que ni siquiera necesitaría el vino para que se sintiera de alguna manera.

─Hiram─ Tomó su brazo y lo atrajo hacia ella.

Había una gran parte de ella que no quería que él se tomara su tiempo con ella.

Ella quería que él la tocara ahora y se saliera con la suya ahora.

Tomando su rostro entre sus manos, lo acercó a su nivel y lo besó. No fue un beso dulce.

No, ella lo besó como quería.

Ella no le dejó otra opción que devolverle el beso de la misma manera que lo besó a él.

Luego, deslizó su mano sobre el bulto de sus pantalones ─Ansioso, ¿verdad?─ Dijo.

─Sólo quiero aprovechar todo este tiempo y espacio que tenemos─ Dijo.

La besó por última vez antes de retroceder hasta su cuello y usar sus manos para separar sus piernas.

Ella alcanzó su cinturón, pero él la agarró de la muñeca y la mantuvo firmemente en su lugar.

─Hiram, vamos─ Se quejó.

─¿Cuándo te volviste tan malcriada?─

Ella rió ─Oh, ¿entonces crees que soy malcriada?, ¿necesito recordarte las innumerables veces que te escuché decir: 'Por favor, Miranda'─ Se burló de él ─'Joder, Miranda, sigue'─

Ella contuvo el aliento cuando él la empezó a frotar lentamente entre sus piernas, mientras mordía su cuello con un poco más de fuerza de lo habitual.

─¿Mmm?─ Dijo, apartando sus bragas y continuando.

─Sigue adelante─ Le dijo ella.

─¿Te estás burlando de mí o me lo estás diciendo?─ Le preguntó con cierta gracia.

Se mordió el labio ─Rogando─

─¿Sí?─ Dijo él.

Deslizó sus manos debajo de su vestido y le quitó la ropa interior, deslizándose entre sus piernas mientras lo hacía.

Ella apoyó la cabeza contra el gabinete detrás de ella mientras él la acercaba al borde del mostrador y besaba burlonamente el área donde más lo deseaba.

─Por favor, Hiram─ Suspiró, lamentando inmediatamente cómo se había burlado de él.

Él lamió entre sus pliegues, su lengua se sentía increíblemente caliente contra ella, pero era dolorosamente lento.

─¿Quieres que te folle, Miranda?─ Dijo, volviendo a besarla entre las piernas.

─Sí─ Ella respiró.

─¿Vas a comportarte bien para mí?─

Su cuerpo se moría por que él continuara.

Se había acostumbrado a tener sexo con él cuando quería, pero ahora que Hermione estaba de vuelta en escena, no podía simplemente entrar a su habitación cuando quisiera.

Pero eso no hizo que su cuerpo lo deseara menos.

Joder, ella haría cualquier cosa que él quisiera que hiciera.

─Sí─ Gimió ella mientras él continuaba besándola y lamiéndola.

Dejó lo que estaba haciendo y se enderezó antes de levantarla de nuevo y esta vez recostarla contra la mesa de la cocina.

Le separó las piernas y la observó mientras ella lo esperaba con anticipación mientras él se desabrochaba el cinturón.

Sin embargo, parecía que el universo estaba conspirando contra ella porque antes de que pudiera quitarse el cinturón, sonó el timbre.

─Joder─ Dijo Hiram, abrochándose el cinturón.

─¿En serio?─ Exclamó Miranda ─¿Quién es?─

─El chef─ La ayudó a bajar de la mesa.

─Aw, ¿nos conseguiste un chef privado?─ Ella sonrió pero borro esa sonrisa cuando el timbre volvió a sonar ─Mierda, está bien, voy a recoger mi ropa interior del suelo...y tal vez limpiaré la encimera─

─Buena idea─

HOLA !

Veintiochoavo capítulo terminado !

Día de San Valentin de Miranda y Hiram <3...

¿Qué les pareció el capítulo?

¿Qué nos espera en el siguiente capítulo?
Ustedes no lo saben, pero yo si ;)

Si ven faltas de ortografías díganme! —

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Les quiere Dix...❦

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