Capítulo OO1| Naco

Taehyung se encontraba en la biblioteca leyendo libros de romance, cada fin de semana aprovechaba la oportunidad para distraer su mente de trabajos estresantes que dejaban sus profesores de la universidad, a él le encantaba leer como Elizabeth Bennett se enamoraba de un tipo muy egocéntrico que a su vez la engaño, pero siendo todo lo contrario a eso, hirió más su corazón, como diría el gran dicho; "el estafador salió estafado". Su mejor amigo Jimin lo acompañaba siempre, eran almas gemelas aunque no fueran pareja, bien dicen que conocer a tu persona destinada o con quién tienes una conexión inigualable, no necesariamente tiene que ser una pareja amorosa.

El pelinegro era guapo, eso sin duda se lo hacían saber las universitarias que iban tras de él cada que podían, pero eso no le importaba en absoluto, jamás se interesó en una mujer, a sus 16 años supo que le gustaban los chicos pero no cualquiera, en eso él también era exigente, tenía gustos demasiado particulares.

-Hasta cuando las dejarás así, me dan pena que todo el tiempo anden tras de ti y tú ni un "hola" les dices.

Jimin le reprochaba a su amigo la indiferencia que tenía hacia ciertas chicas que morian literalmente por un saludo de Taehyung.

-Sabes perfectamente que no tengo la culpa, no les doy motivos para que lo hagan.

-En eso tienes razón, en fin. Que gran día, no quieres salir a comer, la biblioteca no lo es todo Tata.

-Lo sé, ve apartando un lugar en la cafetería, ahorita te alcanzo. -el rubio asintió y salió de aquel lugar.

Taehyung siguió en lo suyo, pero decidió ir con su amigo, hasta que escuchó los murmullos de algunas chicas que lograron captar totalmente su atención, no es que fuera algún metiche o chismoso, sino, le pareció interesante aquella plática y él quería estar informado.

-¿Sabes del narcotraficante sexy que andan buscando por todo el país?

¿Narcotraficante? Quién se le hace atractivo un criminal, pensó el chico.

-¡Si! Dicen que es muy bueno en eso del lavado de dinero y vender mercancía ilegal. Me encantaría conocerlo, una noche con él no estaría nada mal. -comentó aquella pelirroja que se encontraba en ese grupo de chicas. -¿Te imaginas? Si así tiene la pistola como la tendrá...

El pelinegro decidió no escuchar más y salió de la biblioteca, detestaba como aquellas chicas hablaban con normalidad de aquel hombre, tampoco le interesaba que tan bien era en el sexo, ni creía que fuera tan guapo como lo describían. Eso es lo que no le agradaba de las mujeres, no era machista, al contrario, a veces admiraba como algunas, luchaban por ser escuchadas. Sin embargo, se le hacía asqueroso escuchar que hablaran de sexo, él aún era tímido en esas cosas, aunque estaba muy informado sobre la sexualidad, sentía que aún no era su momento de experimentar.

Arrepentido de escuchar aquella charla, fue a dónde se encontraba su amigo, este lo esperaba con dos jugos de naranja y unos ricos hot cakes, notó que era lo que a él le encantaba, sin duda era su gran amigo.

-Hasta que llegas, ya estaba coqueteandole a tu desayuno. -su amigo solo río.

-Lo siento, me distraje por unas chicas.

-Vaya, ¿ya te decidiste por una?-este rodó los ojos. -Es broma, ¿pero que hacías con ellas?

-¿Prometes no burlarte?

-¿Lo prometo?

-Bien, escuchaba su conversación, hablaban sobre... -no pudo continuar ya que se vió interrumpido por la risa del rubio. -Dijiste que no ibas a reirte.

-Lo siento, es solo que es muy gracioso imaginarte escuchando conversaciones ajenas. -asintió.

-Como sea, te decía que por accidente las escuché-mintió, aunque sabía que su amigo no le creía, siguió hablando. -Hablaban sobre un narcotraficante, como si fuera lo más bello del mundo.

-Ahhh, comprendo. ¿Será el mismo que salió en las noticias?

-¿Tú también? Que tiene ese hombre, que hablan de él como si fuera Dios, es un criminal.

-Es que está por todos lados, es muy buscado en el país y sus fotos están por todas partes. -lo miró extraño. -¿Qué, no me digas que no sabes quién es? No lo puedo creer, amigo, está en televisión y periódicos, me sorprende de ti, que siempre andas metido en libros y todas esas cosas de lectura.

-Leo libros, no noticias. Pero si, no sé de él y no me interesa.

-No te interesa pero bien que estabas de metiche con aquel grupo de chicas.

-Piensa lo que quieras, mejor hay que desayunar.

-¿Enserio no quieres saber cómo es?

-De seguro es un naco que cree que el mundo no lo merece y...

El pelinegro fijó su vista en aquel chico alto que venía ingresando a la cafetería con su grupo de amigos, tal vez sentía un poco de atracción hacia él, el gran Cha Eunwoo, capitán de los jugadores de básquetbol y miembro del club de lectura. Sin duda, el tipo ideal de Taehyung.

-¿Y, Tae?, ¡Tae!

-¿Eh, porqué me gritas?, no estoy sordo.

-De repente te interesa Eunwoo, es guapo. Tienes buenos gustos.

-No me gusta, solo que es, ¿interesante?

-Mi amigo está enamorado, que genial. Pero sin duda, Jeon...

-No me interesa aquel naco Jimin, resérvate de hablar de aquel.

-Se me olvidaba que eres demasiado clasista.

-No lo soy, solo no me fijo en tipos así.

-¿Estás seguro?

-Si, muy seguro.

Su amigo solo pudo reírse y tomó un pedazo de su desayuno. Mientras Taehyung lo miraba ofendido, pero optó por ignorarlo y tomar de su jugo.








⛓️🚬







-Por favor, déjeme remediar mi error señor. ¡T-tengo familia, ayúdeme! -grita aquel hombre lleno de terror en su voz.

-¿Y todavía tienes el cinismo de pedir ayuda? ¡Aún después de traicionarme maldito imbécil!

Jungkook estaba apuntando con un arma al hombre que había traicionado su confianza, ya llevaba rato torturandolo para que dijera quien era la otra persona que quería ver hundido su reinado.

-Sabes, investigué todo de ti y noté que eres un pobre diablo que ni familia tiene. ¿Querías verme la cara de estúpido?

-N-no, pero yo... -y lo mató.

-Yo no doy segundas oportunidades. Ojalá te pudras en el infierno.

Dió media vuelta y limpio su pistola con aquel pañuelo negro que lo hacía ver único a la vez que malvado. Después de limpiarlo, lo tiró en el cuerpo que se encontraba en el suelo con un disparo en la cabeza. Siempre hacia eso, cada que mataba a los traidores o personas que estorbaban en su negocio, para después persinarse con aquella arma que tenía mil muertes tras ella.

Su legado era que al persinarse, Dios y su Malverde que llevaba colgado en el cuello, perdonaban las vidas que arrebataba su pistola.

-Encargate de esto, ya sabes que hacer.-se dirigió a uno de sus hombres.

-Si señor.

Sin más, salió de aquel lugar abandonado, dónde nadie pudiera verlo, aunque sabía muy bien que todas las personas lo conocían, otras por ser buena y otros, por esta vida que llevaba, no le importaba. Jeon Jungkook era un narcotraficante despiadado, pero honesto con las personas que sabían ser leales ante él.

Subió a su Mercedez Benz y se dirigió a su hogar, tenía tantas ganas de ver a su gran amigo, su perro Bam. Un gran doberman que había encontrado hace seis meses en mal estado, ese día Jeon regresaba de su otro trabajo, casi lo atropellaba pero logró frenar para no dañar al animal. Su corazón se estrujó con solo verlo en aquellas condiciones, se decía el porque había gente mala que dañaba a perros así, él también se consideraba una, pero no lo hacía por gusto, sino por qué ese era su destino. Alejó aquellos pensamientos y decidió cargar al perrito para ponerlo en la partera trasera de auto. Sin duda, ese día fue una de tantas dónde aquel doberman, se adueñaria del corazón de Jeon. Claro que lo habia salvado, luego de haberlo recogido, inmediatamente lo llevó al veterinario donde le indicaron que tratamiento iba a llevar.

Ambos se habían salvado aquel día, Jeon pudo encontrar un amigo de cuatro patas, y Bam, un humano que en verdad lo amara.

El pelinegro sonrió ante aquellos recuerdos y en lo menos que cantara un gallo, había llegado a su destino.

Su casa era una mansión, pero no cualquiera, una dónde tuviera lo necesario para que su mascota pudiera jugar por doquier. Al terminar de guardar su coche, ingresó a su hogar y el felino se lanzó hacia él. Lamió su rostro y hizo dos giros para después sentarse y mover su cola por la felicidad que sentía al ver a su dueño. Jungkook lo miro tiernamente ante aquel recibimiento y dejó un beso en la cabeza del canino.

-¿Me extrañaste mucho?-este recibió un ladrido de su parte, haciéndole entender un si. -Yo también pequeño, no sabes cuánto. Ven, vamos bañarte, para después ducharme y dormir, ¿De acuerdo?

El perro ladró de nuevo y salió como alma que lo lleva el viento hacia la recámara de su dueño. Jeon solo pudo reír y seguir a su mascota.

¡Hola! Por fin les traigo una capítulo de esta historia, la verdad ando muy emocionada por escribirles este capítulo, espero sea de sus agrado. No tenía pensado hacer una así, pero una amiga mía me lo pidió y aquí estoy, espero te guste pauthv97💗.

Nos leemos pronto, déjenme en los comentarios como les parece y teorías que tengan sobre como se conocerán Tae y Jk.

Los ama, LDPDJK-97

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top