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I:
LECCIONES DE DANZA
(N/T: mientras estén en Francia todo el tiempo están hablando francés, cualquier palabra en francés que coloque mientras estén en Beaubaxtons será por pura estética)
9 de Junio de 1994. Quinto año.
BEAUXBATONS ERA UNA ESCUELA que se caracterizaba por su enseñanza elegante y distinguida, por lo que la realización de bailes era algo de esperarse, aún más después de esas arduas lecciones de danza obligatorias que todos los estudiantes debían tomar.
Geneviéve al contrario de muchos compañeros, amaba las lecciones de danza. Las disfrutaba y se movía al compás de la música, igual que su mejor amiga Brigitte, pero al contrario que su mejor amigo Edmon.
—Bri, ¿estás lista?—dijo la rubia a su amiga que seguía en el baño mientras se veía a sí misma al espejo, llevaba el uniforme deportivo de la escuela que solo usaban los viernes en la mañana para las clases de baile—. Si llegamos tarde otra vez a Madame Máxime ya no le importará que nuestros arabesques sean perfectos.
—Lo sé, lo sé—respondió del otro lado la castaña, al segundo abrió la puerta—. Amo el ballet y las lecciones de danza, pero esa giganta debe entender que este lugar es enorme.
—Creo que después de casi cinco años aquí deberíamos saber llegar rápido a clases—dijo Freya riendo mientras romana su bolso de danza—. Además Casper se enojará si nos toca bailar con otra persona.
—Entonces corramos—exclamó Brigitte tomando el brazo de su amiga rubia y saliendo de la habitación a paso rápido—. No pienso aguantarlos lanzándose miradas asesinas mientras someten a sus propias parejas solo para darle celos o demostrar quien lo hace mejor.
—Que exagerada eres Brigitte—reclamó rodando los ojos—. Casp y yo no somos así.
—¿Segura?—inquirió—. Creo que Ed puede confirmar eso...y hablando de él, aquí está.
Ya había salido del Ala Femenino del palacio, donde al final de las escaleras su mejor amigo las esperaba recostado sobre una de las grandes columnas de mármol. Llevaba el uniforme deportivo de la escuela y su bolso donde al igual que ellas llevaba sus zapatillas de baile y alguna otra cosa que se les pide para la clase.
—Hola a mis dos mujeres favoritas en todo el castillo—saludó el pelinegro a las dos chicas de un beso me la mejilla y empezaron a caminar a su clase.
—¿Eso mismo le dijiste a la chica pelirroja con la que te vimos en el pasillo de los besos?—se burló Freya de su mejor amigo. Ese pasillo era uno particularmente solitario, en el que coincidencialmente las columnas eran cuadradas y gruesas por lo que entre sí parecían formar ciertos cubículos que entre los estudiantes se habían vuelto de uso común para las muestras de amor.
—No diré que te vi personalmente, pero Freya si y yo le creo a ella—añadió Brigitte con burla—. Además no durarías mucho sin contarnos.
—¿Y se podría saber que hacía Freya en el pasillo de los besos?—preguntó el chico alzando una ceja.
—Pasé con Casper—respondió con simpleza y sus amigos la miraron extrañada—. ¿Qué? Somos novios y es normal que nos besemos, ¿no?
—Sí, son novios y toda la escuela lo sabe Freya—dijo la castaña de grupo con obviedad—. No necesitan ir ahí, nunca lo han hecho. Tú sabes que ese lugar es para gente como yo que besa a los chicos y los desecha cuando termina.
—Además ustedes nunca han tenido problema en demostrar su amor por ahí en...donde sea—habló Edmon haciendo énfasis en las últimas dos palabras.
—Queríamos un poco de privacidad...es todo—contestó la rubia intentando dar fin a esa conversación, no quería más preguntas—. Lo juro, incluso fui yo quien le pidió ir ahí.
—Si tú lo dices—fue lo único que añadió Brigitte antes de parar, ya había llegado a la puerta del salón de ensayos—. ¡Gracias a Merlín! Máxime no ha llegado, estamos a tiempo.
—Debo ir por Casper, vuel...—iba a hablar, pero su mejor amigo la tomó del brazo y la miró.
—Estas rara últimamente, ¿todo bien entre ustedes?—dijo Edmon poniéndose frente a ella.
—Te ju...
—Todo está más que perfecto—dijo una voz detrás del pelinegro, su amiga sonrió viendo por encima de su hombro. Edmon rodó los ojos al saber quién era y se dio la vuelta para encararlo—. No tienes que hacerle ese tipo de preguntas a mi novia, Roseau.
—Te recuerdo también que es mi mejor amiga, Dubois—contestó Edmon de mala gana acercándose un paso al otro chico, no le agradaba ni un poco el novio de su mejor amiga—. Además, ¿por qué no quieres que le haga esa pregunta? ¿effrayé?
—Ya quisieras Roseau, pero no te tengo ni desprecio, tengo claro que soy mejor que tú en todos los aspectos—respondió arrogante—. No peleo con lo bajo.
—¿Mejor que yo en todo? A ver agarra una escoba sin caerte—dijo Edmon con una sonrisa burlesca— ¿O tengo que recordarte tu audición para el equipo de Quidditch hace dos años?
—Más te vale callarte, Ros...—iba a lanzarse contra el pelinegro, pero unas manos alrededor de su cintura lo derritieron y solo cierto toque era capaz de eso.
—Tranquilo amour, Madame Máxime puede llegar en cualquier momento y no te quiero en problemas—le habló Freya a su novio, usando un tono particularmente más bajo—. Mejor, ¿por qué no intentan llevarse mejor, mis dos hombres favoritos?
—Ni en sueños, suficiente tengo con las conquistas de Brigitte—respondió Edmon con desdén.
—¡Oye mis conquistas son gente decente!—chilló la castaña, y con Edmon empezaron un guerra de manotazos leves, parecen un par de peces; pensó Geneviéve.
Su novio la rodeó por la cintura y se acercó a su oído.
—¿Y sí vamos a cambiarnos para enseñarles a toda esta manada de gente como baila una pareja de verdad?—dijo suavemente en el oído de la rubia. El tono de voz grave sumado al acento francés hacían que Freya se derritiera en sus brazos.
—Claro que sí, amour—respondió usando el mismo tono. Acarició el hombro de su novio y rodó los ojos cuando vio como sus dos mejores amigos hacían muecas de arcadas.
La pareja caminó hasta los vestidores. Casper la abrazaba por la cintura y daba malas miradas a todos aquellos que se atrevían a voltear a mirar a su novia.
—¿Se te perdió algo Agreste?—escupió con enfado hacia un chico de su curso llamado Gabriel, que solía mirar a la rubia.
El castaño enseguida volteó la cara a otro lado, fingiendo que estaba acomodando su uniforme. Es que Casper era uno de los más populares de los pasillos del palacio de Beauxbatons, era el líder de su grupo y podía ser bastante arrogante y presumido.
Esa era una de las razones por las que se llevaba mal con Edmon, el pelinegro era capitán del mejor equipo de Quidditch de la escuela: Ombrellune. Por lo que también era muy popular y conocido, esto causaba cierta rivalidad entre ambos, ya que Casper es millonario, guapo y famoso en los pasillos, además del mejor bailarín, mientras que Edmon es millonario, guapo y famoso en las canchas, por ser el mejor del equipo es popular en los pasillos.
Además a Edmon le molestaba lo posesivo que podía llegar a ser Casper con su mejor amiga. Es que Geneviéve Freya Delacour atraía las miradas de casi toda la población masculina (y algunas femeninas), ella era ¼ Veela.
La pareja llegó al vestidor que el grupo de Casper se había encargado de vaciar para que nadie los molestara. Freya puso sus cosas en una banqueta y su novio imitó su acción.
—Mañana seremos la mejor pareja del baile de despedida—le dijo Geneviéve a su novio rodeándole el cuello con las manos.
—Eso tenlo por seguro mi petite—respondió mientras la rodeaba por la cintura—. Pero todos te mirarán, no me gusta que te miren como si no tuvieras novio.
—Mi amour, tú sabes que no me importa que me miren—habló Freya dándole un beso en la mejilla—. Te recuerdo que tú eres mi novio, nadie más.
—¿Eres mía?—dijo con una voz ronca y sensual, tomándola por la barbilla. Esto resultó demasiado para Freya.
—Solo tuya, mi todo—respondió con un tono que a los oídos de Casper era casi un ronroneo. Los azules ojos de la rubia se habían oscurecido y se lanzó a besar a su novio.
Sus besos eran demasiado ásperos, pero Freya lo disfrutaba, era su novio, al que quería demasiado. El beso se calentó y Casper empezó a subir sus manos por la parte trasera de los muslos de la rubia, ella se subió sobre él envolviendo sus piernas en su cadera. Sintiendo su...
toc. toc. toc.
No se separaron, Freya se apretó más contra él sintiendo su erección. Esto hizo que el gruñera y ella mordió levemente su labio:
toc. toc. toc.
El chico rodó los ojos, si era cualquiera con una excusa que no fuera la suficientemente buena como para interrumpir su momento con Geneviéve, seguramente recibiría un golpe de su parte.
La rubia se desenvolvió de su novio, que le dió un último pico antes de alejarse. Freya se miró al espejo, tenía sus pecosas mejillas enrojecidas y sus labios estaban levemente hinchados y más rosados que de costumbre.
—¿Qué quieres Marco?—dijo Casper con molestia, era uno de sus amigos, ¿pero que querría?—. Espero que sea algo importante.
—Lo es—respondió el chico con simpleza—. Máxime ya llegó, supone que todos estamos listos y solo dio cinco minutos para dar inicio a la clase.
—Tranquilo amour, terminaremos después—habló Geneviéve que ahora estaba cerca a él al oído de su chico—. Te lo prometo.
—Lo sé—contestó en un susurro, para luego si hablar en voz alta—. Nos vemos adentro, ve a cambiarte y sal de aquí antes que los demás intenten entrar.
—Te quiero—dijo dándole un pico a su novio—. Nos vemos adentro.
Freya salió del vestidor rápidamente, en unos segundos ya estaba en la puerta del vestidor de las chicas. Entró ignorando las miradas de las envidiosas que solo la odiaban por ser la novia del chico más popular de los pasillos y la mejor amiga del más popular de las canchas.
A ella realmente no le importaba, era una chica bastante vanidosa y más bien le subía el ego recibir miradas, saber que las demás morían por ser ella. Cosas que le había pegado Brigitte, pensaba.
—Hasta que al fin llegas—habló Brigitte cuando vio a su mejor amiga poner sus cosas a su lado—. Solo dime que no seré tía por ahora.
—Ja. ja. ja. Muy graciosa Bri—respondió con sarcasmo—. No hicimos nada, solo algunos besos.
—Haré como que te creo—le guiñó un ojo y volvió la atención a sus zapatos de ballet—. Con que no hayan peleado me conformo.
—Estamos mejor que nunca, te lo aseguro—dijo colocándose sus zapatos y retirándose el saco—. ¿Y Nia? Estamos listas.
—No la vi, tal vez vino tarde—contestó alzándose de hombros—. Ha estado rara conmigo, no lo sé.
—Yo la noto normal—dijo Freya con simpleza.
—¡Todos al salón!—un grito de escuchó, era su directora. Las chicas salieron del vestidor a paso rápido, encontrándose con los chicos en la entrada del salón.
—Cuanto desearía que Madame Máxime no diera esas clases de baile, suficiente tenemos con que sea directora—se quejó Edmon que se había puesto al lado de su amiga la castaña.
Ambos tenían una larga lista de interesados en bailar con ellos, y como Freya tiene a Casper, los dos mejores amigos decidieron bailar juntos para evitarse problemas, además Brigitte y Geneviéve eran las únicas que podían convencer al chico de bailar.
—Deja de quejarte Ed, ya sabemos que odias esta clase—le contestó Brigitte.
—Me recuerdan porque es que estoy aquí parado—dijo Edmon con cansancio.
—Mm, tal vez porque para ser capitán de un equipo debes tener buenas calificaciones en todas las asignaturas—habló Geneviéve haciendo énfasis en la última frase—. Además aprovechas para coquetear.
—Olvidaste decir que si no participa en todos los eventos escolares, cuando su equipo gane...—dijo Brigitte y el pelinegro agregó un «como siempre»—...no le darían la copa a el subcapitán y no a ti.
—Y tú ego es demasiado alto como para permitir que Liam reciba la copa de Ombrellune—terminó la rubia.
—Y por eso, es que ustedes dos son mis mejores amigas—dijo el chico abrazándolas por el cuelo y dándole un sonoro beso en la mejilla a cada una. Freya apenas vio la figura de su novio se separó.
—Debo ir con Casper, abriremos el baile—le dijo a sus mejores amigos, ambos dijeron «como siempre», a lo que Freya rodó los ojos con diversión.
Era cierto. Cuando Casper aún la estaba conquistando una de las cosas que hizo fue invitarla a ser su pareja durante la clase de baile, lo que significaba que sería su pareja en los bailes.
Ambos eran tan buenos bailarines que verlos como pareja era todo un arte, Madame Máxime estaba tan impresionada que desde entonces son la pareja de apertura, en eso empezó a surgir su amor.
Aunque ya era común que los Delacour fueran primeros bailarines. En el caso de su prima Fleur que era un año mayor también era la primera de su año, al igual que Gabrielle que era cuatro años menor y su hermano Adrien que era dos años menor.
Mucha gente atribuía esto a que los Delacour eran ¼ Veela, esto incluyendo a Adrien que era el segundo chico Veela de la historia contemporánea.
Geneviéve llegó al inicio de la fila, se ubicó frente a Nia Connor que era otra de sus amigas y una gran bailarina como ella. Casper ya estaba de primero en la fila de chicos.
—Hola Nia, no te vimos en el vestidor—le dijo Geneviéve a la chica detrás de ella.
—Hola Freya—la saludó Nia con cautela, lo cual era raro porque ellas se tenían mucha confianza—. Ah, yo me levanté tarde así que llegué lista desde mi habitación.
—Madame Máxime te mataría si se llega a enterar que corriste por ahí con tus zapatos de baile—dijo la rubia con una leve risa.
—Si...ja, ja. Seguramente—la chica solo se limitó a responder eso, tomó a su pareja del brazo y se puso en posición.
Geneviéve imitó su acción. Tomó el brazo de Casper quien le dio un pequeño apretón haciendo que ella lo mirara. Ella le regaló una media sonrisa que él devolvió.
—¡Entrada!—se escuchó la voz de su directora y las puertas del gran salón de baile se abrieron de par en par. Era la orden que estaban esperando para comenzar.
Pusieron sus manos a la altura de sus hombros, una sobre la otra como debía ser. Alzaron la barbilla y con el pecho en alto entraron.
El lugar era enorme, el mármol y los detalles dorados adornan el gran lugar. Aunque era sólo su lugar para practicar y dar las clases de baile, nada en Beauxbatons era sencillo o poco glamoroso.
Entraron de la mano hasta quedar frente de la directora, ahí debía separarse y colocarse frente a frente, por último cinco pasos hacia atrás. Esto le dejaba a Madame Máxime un largo pasillo entre sus estudiantes para decir algunas cosas antes de comenzar.
—Bonjour alumnos—dijo la semigiganta en voz fuerte y clara.
—Bonjour Madame Máxime—respondieron todos los estudiantes al unísono.
—Como saben mañana será el baile anual de despedida—comenzó a hablar la directora. Algunos como Freya y Brigitte sonrieron, pero otros como Edmon rodaron los ojos de imaginarse con una túnica de gala—...El ministerio francés hará presencia, como cada año, incluso este año contaremos con dos invitados más.
Alguien susurró y la semigiganta se dio la vuelta en cuestión de segundo hacia donde venía el sonido para lanzarle una mirada cortante a los hablantes, que solo con eso entendieron que debían hacer silencio.
—Como decía, cada año nos esforzamos porque nuestra velada sea cada vez mejor...Así que no está demás recordarles los excelentes anfitriones que deben ser—continuó hablando en el mismo tono—. No quiero nada de conductas obscenas, ni mucho menos malos modales. Debemos mantener nuestra imagen.
—¡Ahora a danser!—gritó, se alejó hacia una silla que con un movimiento de varita hizo tres veces más alta—. Salúdense...primera posición y ¡dessus!
Con otro movimiento de varita puso a que la cantidad de instrumentos que había sobre una pequeña tarima empezaran a tocar una melodía. El baile dio inicio.
Freya fue tomada de la mano y la cintura por Casper, ella sonrió enternecida con su novio y él miró a los demás con arrogancia. Empezaron a hacer la coreografía que tanto venía practicando, los giros, movimientos y miradas de la rubia y su novio iban al compás de la música.
Geneviéve se sentía en el cielo, pero parecía que a su novio solo le importaba hacerlo mejor que los demás.
—¡Gran final y despedida!—gritó Madame Máxime dando la orden de que la coreografía estaba llegando a su fin.
Luego de unos segundo la música paró y luego de mantener la posición final lo suficiente para que se tomara una foto, los alumnos se separaron volviendo a las dos filas del principio.
—Eso fue...¡magnifique!—exclamó la directora, casi todos suspiraron de alivio. Si le había gustado no tendrían que repetirlo cinco veces más—. Los dejaré descansar por hoy.
En su interior todos querían dar brincos de emoción, casi nunca los dejaban ir sin al menos tres ensayos.
—Espero hayan tenido un muy excelente año escolar—siguió hablando la directora—. Recuerden que el próximo año entran a sexto y tomarán sus TIMO's, espero se esfuercen porque eso definirá su último año y probablemente su futuro. Mañana también haremos entrega de la copa de Quidditch, será el evento de graduación de los de séptimo año y el domingo los carruajes partirán luego del desayuno. ¿Todo claro?
—Sí Madame Máxime—respondieron todos los alumnos al unísono.
—¡Pueden salir!—exclamó, uno por uno hizo una pequeña reverencia hacia su directora y salieron del salón.
Freya le lanzó un beso a su novio y caminó hacía los vestidores femeninos para cambiarse. Estaba aliviadas de que solo fue un ensayo, quería prepararse para el baile de mañana.
—¡Hey Nia!—llamó a su otra amiga y la chica se volteó hacia ella—. ¿Con quien te arreglarás mañana? ¿Te apetece hacerlo con Bri y yo?
—Eh...me encantaría, pero...—empezó a hablar mirando a todos lados—. Pero ya he quedado con Bonnie y no quiero dejarla sola.
—Oh claro, tranquila Nia—respondió Geneviéve con simpleza y su amiga se alejó solo despidiéndose con un gesto con la mano.
—¿Ves? Te dije que estaba extraña—habló una voz atrás de la rubia haciendo que se volteara. Era Brigitte—. Intenté hablar con ella un par de veces y siempre intentaba acabar la conversación.
—Que extraño, ¿crees que haya hecho algo que aún no nos quiere contar?—se preguntó Freya.
—Tú instinto Veela a veces me asusta—dijo Brigitte fingiendo cara de terror solo para molestar a su mejor amiga—. Tal vez sí o tal vez no, es muy probable que tengas un sueño sobre eso esta noche.
—Supongo que nos ayudaría—supuso la rubia y su mejor amiga asintió con la cabeza—. Busquemos a Ed, debe estar por ahí presumiendo que Ombrellune volvió a recuperar la copa.
—Casi muere el año pasado cuando Papillonlisse ganó, ¿lo recuerdas?—se burló Brigitte haciendo reír a la rubia mientras salían del vestidor.
Afuera escucharon que alguien se aclaró la garganta era Ed, las amigas se miraron: era momento de molestarlo un rato.
—Chillaba y chillaba más que una banshee, parecía a punto de matar a Lucas—dijo Geneviéve con una voz como si narrara una película de misterio.
—¡Oh Lucas! ¿Cómo fue que atrapaste la snitch antes que yo?—se burlaba Brigitte haciendo un intento de voz masculina que lloriqueaba, se puso la mano en el pecho para añadir dramatismo.
—¡Soy el mejor buscador de la escuela! ¿Cómo es que Lucas logró ganarme?—empezó la rubia a hacer la misma voz.
—¡Yo ni hablo así! y ¡tampoco me quejo así!—chilló el chico al escucharlas risas de sus mejores amigas.
—Como digas Ed, si tú lo quieres creer así...nosotras te apoyamos—dijo Brigitte dándole un golpecito en el hombro.
—Así de intensas nos amas cariño—añadió Freya apretando su mejilla—. Ahora dinos, ¿cuántas citas tienes en el jardín mañana en la noche?
Edmon comenzó a dar frases como los «los caballeros no tienen memoria» para no decirles nada, Brigitte le insistía para sacarle así sea un nombre, que ella le daría al menos uno de ella como un trueque. Si algo tenían en común los dos mejores amigos de Geneviéve era el gusto por las relaciones de una noche.
Freya en algún momento fue así, solo que ella era mucho más difícil que su mejor amiga. Todo hasta que llegó Casper.
Fleur su prima siempre le enseñó a ser cuidadosa, pues por su corta edad sus poderes de Veela podían salirse de control y ciertos chicos se podrían acercar a ella solo por eso.
Empezó a buscar con la mirada a su novio. Lo vio hablando con sus amigos y no quiso molestarlo, a Casper le enojaba cuando ella se metía en sus conversaciones de chicos. Volteó la mirada y vio a Nia que se escubullia de entre los chicos, pensó en llamarla de nuevo pero cuando sus miradas chocaron la chica se volteó y se fue con otras de sus compañeras.
—¿Nia con Lynx? ¿acaso se pelearon y no me dijeron?—preguntó Edmon luego de seguir la mirada de su rubia amiga.
—Ha estado extraña, cómo alejada de nosotras—respondió la castaña.
—No sabemos que tiene, solo parece que huye de nosotras—añadió Freya suspirando—. ¿Creen que la espanté?
—¿Que te hemos dicho de pensar eso?—la regañó su amigo pelinegro—. Eso no volverá a pasar.
—Solo fue en primer año, todos estaban asustados porque había venido dos Veelas, dos años seguidos—habló Brigitte—. Pero todo lo malo tiene su parte buena, ¿no?
—Exacto, si eso no hubiera pasado yo no te hubiera ayudado a cargar todos esos libros cuando vi que esas niñas no quisieron ayudarte—dijo Edmon recordando como inicio su amistad.
—Y más adelante si Lynx y su grupito no se hubieran colocado a hablar mal de ti, no me enojaría con ellas y saldría hacia la biblioteca...—siguió Brigitte.
—Donde en la puerta nos chocamos y reímos porque yo siendo una Veela llevaba un libro sobre Veelas—añadió Freya con nostalgia, amaba a sus amigos.
—Así es amiga mía, desde entonces somos el mejor trío que pueda existir en esta escuela—dijo la castaña rodeando a sus amigos por el cuello con sus brazos.
—¿Quién iba a pensar que un chico con delirios de jugador de Quidditch, una Veela rechazada y la niña grosera terminarían siendo de los más populares del colegio?—preguntó Edmon al aire, era una excelente pregunta.
—Quien sabe, y si no hubiéramos sido populares tampoco me importara—dijo Geneviéve apretando el abrazo—, solo me importa que ustedes sean y sigan siendo mis amigos.
—Promettre.
Edmon las acompañó hasta el ala de las chicas. Habían pensado en ir al pueblo, pero con tanto cabello por arreglar, accesorios por escoger y vestidos por alistar decidieron no salir. Al final convencieron a Edmon de entrar a su habitación escabullido bajo una sábana.
Ellas de verdad pensaban que nadie lo notaría. Es que nadie lo malpensaría en caso tal hubiera entrado como si nada por la amistad con ambas chicas. Pero Freya, ni Brigitte pretendían aguantarse a las pretendientes de su mejor amigo.
Terminaron teniendo una tarde de chicas (y chico). Mascarillas por aquí, corte de cabello por allá, uñas pintadas, escuchando su banda favorita y recordando sus anécdotas de los últimos cinco años en la escuela francesa.
Eran sólo tres amigos muy felices.
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¡No me aguanté y lo subí!
Amo la historia de este fic y ya quería mostrárselas.
Enserio espero que les guste mucho, hace rato venía queriendo escribir una así.
Esta historia NO hace parte del universo de ELECTRIC LOVE y NO hace parte de la SAGA FEELINGS.
Hace parte de la SAGA DISTANCE, que por ahora sólo tendrá esta. Lo demás vendrá después.
Espero les guste. Voten, comenten y síganme.
Xoxo, Ela.
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©️ ela_scamander13 | 2021
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