III:
BAILE DE LA DISCORDIA.

FREYA YA ESTABA EN SU HABITACIÓN arreglándose para el baile de ese dia. Durante el almuerzo habia hablado con Brigitte y Edmond sobre lo de Casper, como siempre recibió el mismo consejo de ambos "deja a ese idiota".

No era tan fácil.

Casper y Genevieve salieron durante alrededor de nueve meses, luego hace exactamente un año el castaño le pidió ser novio. A Freya le ilusionaba la idea de que su aniversario cayera en el baile de despedida de cada año, le parecía un escenario tan romántico donde incluso compartirían un baile mientras se miraban con ojos de amor.

Pero Casper lo había olvidado.

Intento no pensar en eso y vestirse, al inicio del baile todas deben usar el mismo vestido. azul, con detalles blancos y un lindo tocado. Le gustaba como se veía, es que Freya sabía que era muy hermosa.

—Te ves muy bonita, Bri—elogió a su mejor amiga que terminaba de aplicarse brillo labial.

—Tú más—respondió la castaña—, ven te aplicaré maquillaje, aunque no lo necesites.

—Nunca está de más, bueno, eso dice Fleur—dijo sentándose en el lugar del que su amiga recién se había puesto de pie, el tocador de su habitación—. Asegúrate de cubrir mis pecas.

—¿Por qué? ¡Yo amo tus pecas!—exclamó Brigitte indignada con la petición de su amiga—. Son hermosas, hacen que tus ojos se vean más azules.

—Casper cree que debo cubrirlas, de lejos parecen imperfecciones—comentó Geneviéve viéndose al espejo y Brigitte solo tenía ganas de lanzarle un obliviate para que se olvidara de Casper en ese instante—. Tal vez si sea así.

—¡No vuelvas a creer eso!—la regañó—. ¡Eres una veela, Freya! Claramente no tienes imperfecciones, ni las tendrás, así que ignóralo, por favor.

—Está bien, tienes razón—admitió—. Intentaré no pensar en eso, terminemos de arreglarnos.
—Enserio no dudes de lo bella que eres, ya quisiera las demás tener tu belleza—dijo Brigitte tomando la cara de su amiga para maquillarla.

—Tú también eres muy hermosa Bri, tú pelo castaño y tus ojos son muy bonitos—habló Freya con sinceridad viendo a su amiga mientras le aplicaba el polvo.

—Lo sé, por algo somos mejores amigas, y sin duda las más lindas de este palacio.

Entre cotillería y conversaciones sin sentido ambas amigas terminaron con su maquillaje y peinado.

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Por ley todos debían lucir iguales para el baile de apertura y luego los estudiantes con magia, cambiaban sus vestidos y peinados a estilos propios para seguir con la fiesta.
Ambas chicas salieron de su habitación a la sala común del ala femenina, todas las niñas estaban ahí luciendo sus vestidos.

—Intentaré acercarme a Nia de nuevo, vuelvo en un minuto—le dijo la castaña a Freya.

—Me cuentas lo que te diga—pidió la rubia y su amiga asintió mientras se alejaba.

—¡Geneviéve! Pero que linda te ves—dijo una voz delicada y femenina, era su prima Fleur.

—Aquí puedes decirme Freya, pero bueno, tu no te quedas atrás—respondió sincera—. Que se siente, este es casi tu último baile, el siguiente será tu graduación.

—Es raro, es mi último baile en el grupo, pero estoy emocionada por mi último año—contó Fleur—. Debo estudiar para mis E.X.T.A.S.I.S, pero todo estará bien.

—Eres muy inteligente seguro te irá bien como siempre, ¿ya sabes que harás luego de la escuela?

—¡Ni idea!—exclamó—. Tuve esa patética reunión sobre mi futuro con Madame Máxime la semana pasada y le dije que quería ser modelo, ¡Que idiotez! Quiero trabajar en otra cosa, solo que aún no me decido, ¿y tú?

—Todos te ven linda y delicada, pero te conozco y no podrías ser solo una modelo, aunque nadie lo cree eres báñate ruda—dijo Freya con una leve risa—. Yo he pensado en trabajar en las relaciones mágicas internacionales, me gusta la idea de viajar y tratar con gente de distintas partes del mundo.

—El amor por viajar es algo de los Delacour—dijo Fleur—. Me gustaría irme de Francia, la amo, pero no quiero terminar en el ministerio como mi papá y mi tío, quiero un trabajo con más adrenalina.

—Definitivamente acabas de decir algo muy Fleur—respondió la rubia menor—. Yo si quiero tener lindos outfits de trabajo y una bonita oficina, además de un alto cargo.

—Sé que nos gusta ganarnos las cosas por nuestra propia cuenta Geneviéve, pero con los puestos de nuestros padres es inevitable asegurar un buen empleo al instante, ellos no nos dejarán recogiendo papeles.

—Lo sé, y eso es parte me frustra—respondió con voz cansada—, pero algo haremos, sé que seremos más que unas primas rubias, muy bonitas y principalmente más que unas simples herederas Delacour.

—Tienes razón prima—dijo Fleur sonriente—, bueno ya llegó Brigitte, iré con mis amigas, nos vemos.

—Nos vemos—contestó y luego se volteó a su amiga castaña—. ¿Cómo te fue? ¿Hablaste con ella?

—¡Es imposible!—se quejó Brigitte rodando los ojos—. Primero parecía ignorarme, ya sabes cómo si estuviera escapando de mi, cuando por fin pude hablar con ella me respondía súper cortante—suspiró—, al fina ¡Lynx y sus amigas se la llevaron como si yo fuera un acosador y ellas como sus "mejores amigas de toda la vida", la estuvieran salvando de mi.

—Ella de verdad que está muy extraña, luego del baile principal hablaré con ella de nuevo.

—A ver si lo logras.

—¡Mesdemoiselles!—gritó una voz que conocían muy bien, su directora las estaba llamando, todas se pusieron de pie y le dieron la frente cuando entró a la sala—. ¡Es hora de empezar! Recuerden que personas importantes del ministerio estarán aquí...

—¿Tú padre vendrá este año?—preguntó Brigitte a su amiga en un susurro.

—No, está en Irlanda por trabajo y no pudo, ¿el tuyo?—respondió en el mismo tono.

—Si vendrá, pero estoy furiosa con él porque le regaló un viaje a mi hermano y a mi no, espero me compense después.

—Pero es la graduación de tu hermano, ¿no?

—Sí, pero yo soy su favorita, no él.

—¡Todo debe salir perfecto!—la voz de Madame Máxime interrumpió su conversación—. Ya saben sus posiciones, los muchachos las estarán esperando frente a la puerta del Gran Salón, haremos la entrada y el recibimiento a los graduados y luego cuando terminemos la ceremonia, apenas la música empiece a soñar se dará inicio al baile.

—Que comience la tortura—susurró la castaña y Geneviéve rio en respuesta.

Las chicas se alinearon en tres filas, una por cada año. Aunque todos asistían al baile solo los estudiantes de cuarto año en adelante participaban del baile principal, los demás solo debían vestir los vestidos correspondientes y hacer parte del evento.

Salieron en sus posiciones, Geneviéve y Fleur iban de primera en sus filas como siempre. Caminaron hasta el gran salón donde sus parejas los esperaban. Geneviéve tomó la mano de Casper, y empezaron a caminar.

—Te ves preciosa Freggie—susurró Casper a su oído haciéndola sonrojar levemente.

—Gracias Asper—contestó en el mismo tono—. Hace mucho no me decías ese apodo.

—Es que hoy te ves mejor que nunca, incluso sin cubrir esas pecas—volvió a hablar Casper, señalando las mejillas de la rubia—. Hoy se ven bien.

—Si, no las cubriré más, se ven bien—comentó Geneviéve intentando mantener un tono serio, se supone que está molesta con él por olvidar su aniversario.

—En el after, quiero darte algo—le dijo el castaño.

—Está bien, luego de cambiarme lo hablamos—contestó.

—¿Todo en orden, Freggie?

—Todo en orden, ya vamos a entrar.

Apenas su directora dio la orden, Casper tomó la mano de su novia y las grandes puertas se abrieron dando paso a todos, primero entraron los de sexto año es decir la fila de Fleur, luego de la última de ese año Freya empezó a avanzar.

Al entrar se ubicaron en dos bloques dejando un camino en el medio, ahí uno a uno empezaron a avanzar los próximos a graduarse. Vestían lindas túnicas color azul celeste y birretes del mismo color.

—Pronto estaremos ahí—le dijo Brigitte a sus amigos, Freya frente a ella y Ed a su lado como su pareja, ignorando totalmente la presencia de Casper.

—No sé qué afán tienes de graduarte, pero nos faltan dos años—dijo Freya—. Definitivamente no quiero tener esa reunión donde me preguntan qué quiero hacer con mi vida.

—Yo no me quiero graduar, es más ni siquiera quería pasar de quinto año—se quejó Ed—. ¿T.I.M.O.S? ¿E.X.T.A.S.I.S? Yo solo quiero jugar Quidditch y dormir.

—Serás un gran jugador profesional, Ed—mencionó Freya.

—Yo ni siquiera sé qué haré mañana, mucho menos lo que haré luego de la escuela—añadió Brigitte.

—Creo qu...—Freya iba a hablar, pero un susurro en su oído la interrumpió.

—¿Pueden tus amigos callarse un minuto?—fue Casper quejándose—. No soporto la voz de Roseau, y ahora deciden hablar de su futuro en plena gala.

—Casper, solo estamos hablando—susurró a su novio.

—¿Algún problema Dubois?—inquirió Edmond cuando vio la expresión de su amiga mientras su novio le hablaba—. ¿No te aburres de amargarle la vida a Freya?

—Tú no te metas Roseau, esto es un problema de los dos, ¿cierto Freya?—contestó el castaño apretando con fuerza la mano de su novia—. ¿Cierto?

—Eh, sí...Calma Ed, todo está bien—balbuceó buscando la calma de sus amigos, pero sólo logró lo contrario.

—Nos veremos en unos minutos para el baile de despedida a cargo de los estudiantes de cuarto a sexto año y luego tendremos el último baile de los estudiantes de sétimo año—sonó la voz de su directora. Al minuto todos se dispersaron, a disfrutar de lo que la fiesta les ofrecía mientras esperaban su llamado.

—Ya vuelvo—le dijo Casper a Freya y luego le dio un corto beso—. Ya quiero bailar contigo.
—Yo igual—respondió con una sonrisa viéndolo ir.

—Bueno, ahora que tú caspita se fue, podemos ir por unos tragos antes de ese estupido baile—dijo Brigitte tomando la mano de sus dos amigos.

—¿Donde conseguiste licor Bri?—preguntó Freya.

—Pregúntale al maestro—respondió golpeando levemente el hombro de Edmond y Freya lo miró con una ceja alzada.

—Bueno, tal vez fuimos a Mirepoix* y por arte de magia llegamos al palacio con unas botellas que accidentalmente cayeron sobre el ponche—contó el pelinegro guiñándole un ojo a sus amiga.

—Entonces, ¿qué esperamos para ir por un trago?—los animó Freya.

—Esta es la Freya que adoramos—dijeron los amigos al unísono mientras se acercaban a la mesa.

Tomaron unos tres vasos de cóctel cada uno, eran de color transparente y parecían tener brillos, como agua de unicornio o algo así, son contar las flores que flotaban en cada copa.

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La verdad se encontraban demasiado felices y empezaron a hacer cosas que tal vez en total sobriedad no harían.

—Iré por Casper—dijo Freya con una leve risa—. Quiero darle unos besos antes del baile.

—¡Ew! No nos importa lo que hagas con Dubois—se quejó Ed.

—Aunque si lo hicieras con otro chico no nos molestaría escucharte—añadió Brigitte siseando, producto del alcohol.

—Dejen a Asssper en paz—pidió la rubia—. Iré por él.

—Quisiera poder ir y decir lo mismo con Gabriel—lloriqueó Brigitte.

—Es un idiota, ¡mírate Bri!—dijo Freya—. Estás buenísima y eres la mejor persona del mundo, cuando te conozco querrá casarse contigo.

—¿Saben lo mucho que las amo?—habló Edmund abrazando a sus amigas—. ¡Son las mejores del mundo!

—Ya me voy, los amo aún más—dijo Freya librándose del agarre.

—Te amamos, que te vaya bien—fue lo último que escuchó Brigitte de su amiga.

Freya caminaba por todos lados, pero no veía a su novio, a su alrededor por la gracia del ponche la mayoría de estudiantes estaban en las mismas condiciones que ella, y aún no había pasado el baile.

—Hey Freya—dijo una voz, era Nicolle Cooper, era una niña dos años menor que ella sabía que tenía un crush con su hermano menor—. Me mandaron a darte un mensaje.

—Oh hola, pensé que me preguntarías algo de mi hermano—contestó Freya.

—Lo haría, pero no tengo tiempo—dijo Nicolle—. Me mandaron a decirte que «lo buscaras en el laberinto, justo detrás de la fuente, en los arbustos» o algo así.

—¿Quién? ¿Casper?—preguntó ante el recado.

—No sé su nombre—respondió Nicolle alzando los hombros—. Pero si te quiere ver allá es por algo, suerte.

—¿Pero quien no se sabe el nombre de Casper?—preguntó Freya, al aire, pues la niña ya se había ido—. Genial, ahora debo ir allá medio borracha...Aunque tal vez me dará eso que me dijo.

Freya caminó hasta la puert del Gran Salón que daba paso a los jardines del castillo. Podía ver casi todo el laberinto desde ahí y su forma de caballo lo hacía ver más como un lindo lugar que como un laberinto.

Cuando alguien caminaba por cierto lugar las luces iluminaban el lugar automáticamente, por lo que se guió por el único pedazo que parecía iluminado, justo en los arbustos detrás de la fuente como le dijo la niña.

Caminó hasta donde recordaba haber visto la luz, que ya no estaba. Tal vez la encenderá cuando llegue y me dará mi sorpresa, pensó.

Fue todo lo contrario, las luces había sido apagadas con un nox, seguramente. Pero ahí lo único que había para ella era el escenario más doloroso que podía imaginar en ese instante.
La luz de la luna iluminó justo en el punto. Dejando ver la cara de los protagonistas de esa escena.

Casper estaba besando a otra chica, pero no a cualquiera, a su amiga.

Casper estaba besando a Nia.

—No...—susurró dan despacio que estaba segura que nadie la escuchó, sin pensarlo dos veces se fue de ahí—. Casper no, él no...pudo, ¿por qué?

Corrió de vuelta al gran salón con el corazón vuelto añicos, o eso creía pero no estaba triste, se extrañó cuando apenas unas cuantas lágrimas caían por su cara y no estaba tirada en el suelo llorando como lo habría hecho.

Fue al baño y limpió cualquier rastro de llanto en su rostro. Cuando salió se encontró con Brigitte.

—Freya, ¿dónde estabas?—preguntó la castaña—. ¿Y Casper?

—Él viene en un momento—se escuchó el llamado para el baile—. Hablemos luego del baile, con Ed, por favor.

—¿Estás bien?—volvió a preguntar Brigitte, pero Freya solo asintió con la cabeza—. Yo sé que no, te conozco.

—Tenemos que irnos al baile—fue lo único que dijo la rubia, tomó el brazo de su amiga y la llevó a su sitio.

—¿Y esas caras?—preguntó Edmond que estaba en su sitio esperando a su pareja—. ¿Te pasó algo Freya?

—Yo también digo que tiene algo, pero no quiere soltar la boca—se quejó Brigitte.

—Nada, en serio—le dijo a sus mejores amigos—. Ed, ¿cuánto tardarías en reunir los restos de la última cena en una bolsa?

—Uno quince minuto, por?—respondio con simpleza pero luego cayó en cuenta de que era la dulce y delicada Geneviéve que le preguntaba dónde conseguir restos de basura—. Espera ¿Qué? Restos de basura...¿no estás enferma o algo?

—Freya, contexto, por favor—dijo Brigitte mirándola con confusión.

—Hablaremos después, solo...—suspiró—. No se preocupen por mí, estoy mejor de lo que creí.

—¿Ah?

Los dos amigos estaban más confundidos aún, iban a seguir preguntando pero cierto castaño hizo acto de presencia.

—Mi petite, ¿lista?—llegó Casper a tomar lugar junto a su pareja, Freya solo asintió con la cabeza. Brigitte y Edmond se miraron extrañados—. ¿Estás nerviosa o algo?

—Ni un poco, somos la mejor pareja de la escuela—lo miró con una sonrisa que los dos de atrás pudieron interpretar como malévola—. ¿No es así? Lo dices todo el tiempo.

—Claro que lo somos, siempre lo seremos—dijo el Dubois antes de darle un beso en el lóbulo de su oreja—. Te amo Freya.

En ese momento Geneviéve había quedado en blanco. ¿Acaso acaba de decir te amo? ¡Pero si hace cinco minutos se estaba besando con otra!

Aunque ella era la que siempre demostraba amor o decía "te quiero" primero, prefirió no responder y posicionarse para el baile.

—Es hora—fue lo único que dijo.

—Vamos a impresionar a todos como cada año, Freggie—apretó su mano con delicadeza. ¿Cómo es que minutos después de engañarla parecía ser más cariñoso que en todo un año?

La música empezó a sonar y el baile empezó. Freya estaba molesta, por lo que empezó a retar a Casper con la mirada, sus movimientos seguían siendo perfectos pero eran toscos, su mirada era oscura y no en el buen sentido.

Casper lo notó y sonrió con picardía, pensando que era un juego de Freya que luego terminaría en una noche de pasión, como solían hacerlo de vez en cuando, pero para la rubia esto era todo menos un juego.

Edmond y Brigitte miraban todo desde su posición.

—¿Están peleados?—susurró Brigitte a su mejor amigo—. Freya está bailando como cuando quiere ahorcarlo.

—Ella parece ser la única molesta—comentó Ed—. El no ha dejado de guiñarle el ojo y sonreírle, debe estar jugando.

—Puedo estar segura de que le hizo algo.

—¿Tú crees?—preguntó el pelinegro—. Sería una muy buena excusa para romperle la cara.
—Me gusta tu idea, pero sí—respondió Bri—. Y debió ser algo malo, o ¿para qué más Geneviéve Freya Delacour te pediría restos de basura?

—Ojalá lo haga pasar un ridículo con eso.

—No lo hará, no es capaz de hacerle tanto—comentó la castaña—. Seguro lo humillará en un lugar privado, quién sabe.

Las parejas siguieron con su danza hasta el final. Freya estaba segura que no había sonreído en ni un momento del baile, ni siquiera cuando Casper le regalaba esas sonrisas a medio lado que tanto la mataban.

—Ahora sí—dijo Casper al oído de Freya cuando quedaron en la posición final—. Ve a cambiarte y nos vemos en el laberinto, en los arbustos detrás de la fuente, te espero.

¿La estaba incitando al lugar en donde recién se había besado a otra? Oh sí, lo había hecho.

—Claro, ahí te veo—respondió la rubia y el Dubois dejó un beso en sus labios antes de soltarse, hacer la venia y dejar la pista de baile—. Tardaré unos minutos.

—Te estaré esperando, petite.

Freya salió disparada de ahí, no sin antes llevarse a sus mejores amigos uno por cada brazo.

—Ok Freya, estoy cien por ciento segura de que te enloqueciste—habló Brigitte cuando ya estaban en un lugar retirado del gran salón.

—Yo igual, completamente—añadió el pelinegro—. ¿Qué fue ese baile? o más importante...¿Para qué quieres restos de basura?

—Además tenemos que ir a cambiarnos—dijo Brigitte de nuevo.

—¡Cállense!—dijo Freya tocándose la frente—. Lo qué pasa es que...que...

—¿Qué?

—Ca-Casper me engañó—soltó de repente y sus dos amigos quedaron boquiabiertos, pero enseguida se lanzaron sobre ella a abrazarla. Ese fue el punto de quiebre para Freya que se soltó a llorar—, él nunca me de-decía que me amaba, y lo dijo justo después de estar con la otra.

—¿Cómo es que te enteraste?—preguntó la castaña.

—Y-yo los vi—sollozó.

—Ahora sí se las verá conmigo ese hijo de...—Edmund iba directo a romperle la cara, pero Freya lo detuvo.

—¡No! He pensado en otra cosa—dijo la rubia—. Necesito su ayuda.

—Lo que sea para vengarte de ese idiota—respondió Ed con rapidez.

—Si a todo lo que involucre hacerle una maldad a Casper Dubois—asintió Brigitte—. Pero a todas estas, ¿sabes quién era la chica?

—Era Nia—respondió y Brigitte soltó un ruido de sorpresa—. Los vi, el laberinto detrás de la fuente justo detrás de los arbustos. Justo donde él me acaba de citar.

—¡Por eso ha estado así de rara con nosotras!—exclamó Brigitte—, pero eso solo significa que...Oh, esta no es la primera vez.

—Ambos son unos idiotas, no te merecen Freya—dijo Edmond—. Eres la chica que media escuela quiere y la mejor amiga que se podría desear, no llores por ellos.

—Mejor llevemos mi plan a cabo—dijo Geneviéve secándose unas últimas lágrimas—. Lo primero es que no nos cambiaremos aún, mejor después—ambos amigos asintieron—, perfecto. Ahora, vamos a necesitar esa basura que te pedí...

Freya le contó su plan a sus amigos, era simple, pero sería suficiente para hacerle saber a Casper que estaba molesta con él y que definitivamente no lo perdonaría. Apenas organizaron todo Freya salió hacia el lugar donde el patán que se hacía llamar su novio la esperaba.

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Cuando estuvo en el lugar el castaño estaba de espaldas, así que se acercó lentamente a él y empezó a pasar sus manos seductoramente por la espalda del Dubois y a respirar levemente en su cuello ya que los tacones le permitían llegar fácilmente.

—Oh...Mi petite—jadeó el castaño.

—¿Te gusto Asper?—preguntó la rubia en un tono excesivamente seductor—. Dime cuánto te gusto..

—Me gustas demasiado, muchísimo—decía el chico entre suspiros, más caricias de su novia le ponían los pelos de punta.

—Que delicia escuchar eso con esa voz tuya—ronroneó la rubia—. ¿Por qué no te das la vuelta y me das un beso?

—Todos los que quieras, mi petite—Casper se dio la vuelta para encarar a su novia—. ¿No te ibas a cambiar?

—No necesito cambiarme para lo que voy a hacer, al contrario—dijo Freya con una sonrisa—. Necesitaré quitarme este vestido.

—Ya entiendo todo—el chico se empezó a acercar peligrosamente a la rubia—. Voy a quitarte ese vestido de un jalón.

—Si...—Freya se alejó un poco y en tres segundo le lanzó una cachetada—. ¿Eso le dices a Nia, Dubois?

—Freggie, pero qué...—el castaño había quedado conmocionado.

—No vuelvas a llamarme por ese apodo en tu vida—espetó con furia—. Eres un maldito infiel, ante todo desleal.

—¿De qué hablas, petite?—dijo haciéndose el indignado.

—Desde hoy para ti soy Delacour, ¿queda claro?—bramó Freya y Casper dio dos pasos hacia atrás por lo que estaba viendo, los ojos azules de su novia se habían oscurecido y sus pupilas se habían convertido en llamas de fuego, la rubia sentía que sus manos ardían—. Te vi con mis propios ojos besar a Nia, mi amiga.

—¡Ella me besó!—dijo dando paso hacia atrás, nunca había visto a Freya así de furiosa.

—Ay no pues, pobrecito el niño que le pusieron una varita en la frente para dar ese beso—habló Freya con un amargo sarcasmo—. Mira Dubois no soy estúpida, tú me citaste aquí y cuando llegué estabas besándote con ella.

—Yo nunca te cité—confesó y Freya quedó boquiabierta—. Está bien, sí, la besé, pero yo jamás te cité aquí y te juro que no significó nada...

—¿Me estás diciendo que ella me citó?

—No lo sé, y tampoco me importa—Casper intentó tomar sus manos, pero Freya las quitó enseguida—. A la única que amo es a ti, yo hasta te compré algo.

—Me traicionaste, me engañaste con alguien que yo consideraba mi amiga y pretendías que no me enterara—la rubia respiró profundo para disminuir el calor en sus manos y que sus ojos volvieran a su color habitual—. Y no me importa que me ames porque esto ya se acabó.

—¡No puedes botarme así como así!—exclamó indignado—. ¡Somos la pareja del año!

—¿Qué no puedo? Pues ya lo hice—dijo Freya—. Y no somos ninguna pareja del año, somos sólo un par de muñecos jugando a ser perfectos, pero ya no más.

—Déjame demostrarte que si te amo, ¡por Merlín!—suplicó el chico—. ¡Soy Casper Dubois, el chico más popular de la escuela! No vienes y me dejas así como así, tenemos una reputación.

—Tenemos me suena a multitud, a mi poco me importa lo que digan de mí en este palacio—dijo la rubia con simpleza—. Yo vivo de lo que soy, no de las apariencias Dubois.

—Pero todos...

—Veo que te importa mucho cómo te verá la gente ¿uh?—Freya ya no tenía el ceño fruncido, ni los ojos oscuros, ahora mostraba una sonrisa cínica que a Casper le resultaba aún más aterradora—. ¿Por qué no hacemos que el colegio te vea como lo que de verdad eres? ¡Ahora chicos!

—¿Chicos?

De los arbustos salió flotando una extraña bolsa, que fue guiada a posicionarse sobre la cabeza del Dubois. Freya le guiñó el ojo y al segundo se abrió por la mitad y el contenido cayó sobre su cabeza.

Sobras de comida y demás cayeron sobre el castaño.

—Ahí está, ahora si te ves y hueles como lo de verdad eres—habló Freya con asco en su voz—. Una basura.

—¿Freya pero qué?—exclamó con ira—. ¡Te meteré en un problema gigante por esto!
—Tú no dirás nada Dubois, te recuerdo que yo sé todo sobre ti y no te convendría para nada que tus secretitos salieran a la luz—lo amenazó—, tienes suerte de que yo sí sepa lo que es la lealtad.

—Oye pero ya era hora de que te vistieras de lo que eres por primera vez en tu vida—dijo una voz masculina socarrona y con burla, que luego dio la cara mostrando a Ed, el mayor rival del ahora maloliente—. Definitivamente todo saca su verdadera cara.

—Roseau...—dijo Casper entre dientes.

—Caspita por fin será tu apodo oficial—dijo otra vez femenina dejando ver a Brigitte—Eres patético.

—Suerte intentando quitarte ese olor de encima—se burló Freya—. Yo me iré a disfrutar de mi baile.

Freya salió de ahí con sus dos amigos dejando a un castaño completamente indignado. No podía creer que su pequeña y dulce Freya había sido capaz de hacerle algo así.

—¿Estuvo bien?—preguntó a sus amigos ya cambiada a un lindo vestido plateado que llegaba hasta media pantorrilla pues solo las graduadas usaban vestidos completamente largos. Edmond había optado por una túnica de gala negra, cómo un pingüino y Brigitte se ha ido por el color dorado—. Ahora me siento mal...

—¡Estuvo perfecto!—afirmó Brigitte—. Se lo merecía, y bueno tú también merecías sacar tu ira.

—Llevaba esperando este momento casi dos años, Freya—dijo Ed con un todo emocionado y pasando un brazo por los hombros de sus amigas—. Ahora que oficialmente somos un grupo de tres amigos solteros. ¡A bailar!

Las luces de apagaron, dando espacio a ráfagas de colores. Edmond llevó a sus amigas a la pista de baile y fue por más cócteles. A Freya le encantaba el detalle de las flores flotantes sobre la bebida.

La música sonaba y los tres bailaban al ritmo de esta, Freya se estaba divirtiendo como nunca. El alcohol en sus sistema solo aumentaba su euforia y la alegría de estar con sus dos mejores amigos, sin pensar en la reciente traición de Casper solo le daban más razones para disfrutar.

Bailó con algunos chicos, se divirtió como nunca lo había hecho. Había sido un buen baile.

Claro, que cierto castaño no había podido quitarle los ojos de encima.

—Eres mía, mi petite, mi Feggie—dijo para sí mismo dándole otro trago a su whiskey.

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CEO en que los ex de mis protagonistas les rompan el corazón, mentirisss.

Literalmente me prohibí a mi misma actualizar los demás fics hasta que no tuviera listo un capítulo largo de este, amé escribirlo.

Ahí les dejé en multimedia el aesthetic de este cap.
El vestido que usan todas se lo robé a Dahpne Bridgerton jeje y el plateado es el que FREYA usa en el baile, el resto es como me imagino la estética del capítulo.

La verdad es que no se si en Beauxbatons hace todo esto que estoy escribiendo, por lo que es de mi creación y autoría,,,,, por si alguien quiere usarlo.

*Mirepoix: Es un pueblo francés que decidí utilizar para que fuer el equivalente a Hogsmeade pero en esta escuela.

Pobre mi Freya :'(
Pero bueno, Casper es un idiota desde el día 1.

Espero les guste, voten, comenten y síganme.

Xoxo, Ela.
[~]